Para reivindicar la figura y la obra del artista catalán Joan Ponç (1927-1984),la exposición itinerante «Capses secretes 1975-1980», presenta una selección de 122 dibujos muy sugestivos y enigmáticos. Su pintura presenta imágenes fantasmagóricas a la vez que dolientes y torturadas, en las que el subconsciente es el protagonista. Para Ponç el arte no es sino una introducción al misterio y a los secretos que encierra el espíritu. Más dibujante que pintor, su obra es extremadamente detallista y minuciosa.
Ponç dibujaba por la noche, casi sin luz, porque ésta no era necesaria para dar vida y forma a las figuras de su mundo, dado que sólo tenía que permitir que su mano actuase. Las cosas, las figuras, tenían la forma que le dictaba el cerebro, que impulsaba su gestualidad creativa. “La imaginación ha sido siempre para mí un medio y no un fin. A quien no lo entienda le resultará muy difícil comprender mi trabajo. Es fundamental”, escribió en sus apuntes autobiográficos. Esta imaginación, según recordó, no la empleaba para poner de manifiesto la finalidad de un mundo turbio, sino para ahondar en los complejos y las malformaciones espirituales y sensibles que anidaban en su interior.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/arxiu/lartista-joan-ponc-entrevistat-per-montserrat-roig/586144/ |
Vídeos de exposiciones y entrevistas al propio artista.
Exposición «La pell de la pell» Vídeo. http://youtu.be/R38kGQdCmcc
Exposición «Capses secretes» http://conceptesdelartcontemporani.blogspot.com/2011/01/capses-secretes-joan-ponc.html http://youtu.be/6EW7mXtv1Gw
http://www.youtube.com/watch?v=6EW7mXtv1Gw
http://www.youtube.com/watch?v=AfMu7DQXqqw
http://www.youtube.com/watch?v=TFwAE-YTXtU
Entrevistado por la escritora Montserrat Roig. (En Catalán)
http://www.rtve.es/alacarta/videos/arxiu/lartista-joan-ponc-entrevistat-per-montserrat-roig/586144/
Entrevista de Joaquín Soler Serrano en el programa de TVE » A fondo»:
Sobre Joan Ponç J.M. Marti Font escribió para «El País»:
El paso del tiempo permite que la obra de un artista se imponga por su propio peso. Un cuarto de siglo después de su muerte, y pese al relativo olvido en el que ha permanecido la figura de Joan Ponç (1927-1984), el que fuera miembro fundador del grupo Dau al Set en 1948, se ha convertido en un elemento imprescindible para entender la pintura de la segunda mitad del siglo XX en Cataluña.
Paradójicamente, la fama de la que Ponç gozó en vida, pareció diluirse a lo largo de estos últimos 25 años, en el que han sido escasas las exhibiciones de su obra -ninguna exposición antológica- por no hablar de la inexistencia de un catálogo razonado.
Para reivindicarlo, nació hace poco más de un año la Asociación Joan Ponç, fruto de la confabulación de un grupo de poetas como Jordi Carrió, Carles Duarte, Lluís Calvo, Ramon Balasch y Marc Cuixart; los galeristas Joan de Muga y Dolors Junyent; el crítico de arte Arnau Puig; el coleccionista Ventura Garcés, y el director de la revista Bonart, Ricard Planas.
Del genial artista catalán ha escrito la crítica de «La Vanguardia» Sol Enjuanes PuyolL : Enigmática, misteriosa, extraña o inquietante son adjetivos que con frecuencia acompañan la obra de Joan Ponç. Desde los inicios de su trayectoria en la década de 1940, su figura ha estado rodeada de cierto halo de malditismo, potenciado por la imposibilidad de ubicar fácilmente su obra bajo la protección de un epígrafe artístico.
Su camino comenzó en los difíciles años de la posguerra, en un ambiente artístico que aplaudía la figuración naturalista y las fórmulas pseudoimpresionistas al tiempo que rechazaba cualquier intento de experimentación que conectara con las vanguardias de principios del siglo XX.
Ponç exploró las vías abiertas por movimientos como el expresionismo, el cubismo y el surrealismo para consolidar un lenguaje propio que huía del arte más académico y conservador. La inscripción «Esto es un asco» aparece junto a uno de sus grotescos personajes, definido por trazos agresivos, manchas de colores discordantes y chorretones de pintura. Un lenguaje plástico, unarte sucio, que no fue el que finalmente le caracterizó. Ponç mantuvo su posición firme a favor de un arte avanzado, aunque al mismo tiempo evitó las tendencias emergentes que aparecían en Europa y en Estados Unidos. Cuando parecía que la evolución lógica de su lenguaje le tenía que llevar desde los hallazgos del surrealismo hacia el informalismo, Ponç movilizó su rico imaginario ya consolidado para adentrarse en los confines de la tradición. Arnau Puig, filósofo con quien colaboró en las revistas Algol y Dau al Set, ha destacado su entusiasmo leonardesco hacia la pintura, «la única ciencia que llegaría a conocer la realidad del mundo». Ponç se centró en la representación de lo monstruoso y lo extraño con una minuciosidad y una pulcritud casi obsesivas, una temática y unos procedimientos que dotaron su obra de un carácter intempestivo y anómalo.
En demasiadas ocasiones, la historia del arte se ha escrito a partir de las tendencias dominantes y se ha dibujado como una coherente sucesión de ismos, una concepción que sitúa en los márgenes del relato histórico a los artistas que no se adaptan a la ortodoxia hegemónica del sistema de clasificación. Este ha sido el caso de Ponç, un autor que con frecuencia ha aparecido como una pieza que no encajaba en el conjunto, como un enigma de difícil resolución. Esta percepción se acentuó con su marcha a Brasil en 1953. Cuando todavía los artistas catalanes y españoles anhelaban viajar a París, Ponç optó por instalarse en São Paulo, una ciudad que vivía en pleno desarrollo económicoyculturalyque se situaba en el mapa artístico internacional a través de sus bienales. Los nueve años que Ponç pasó alejado de Catalunya sirvieron para aumentar el desconcierto sobre su figura e, incluso, para dar por hecho que había abandonado la práctica artística.
Su marcha a Brasil potenció su olvido, pero a la vuelta progresivamente encontró un lugar en los circuitos artísticos. Su regreso no sólo confirmó que se había mantenido en activo, sino que su obra se había vuelto más sistemática. Las grandes series de dibujos Suite instruments de tortura (1956), Suite caps (1958-1959) y Suite ocells (1961) son auténticos temas con variaciones en las que un mismo motivo da lugar a un amplio despliegue de recursos expresivos; una evidencia de cómo aunar la visceralidad con el orden, tanto en el desarrollo de un programa preconcebido como en la aplicación rigurosa de la técnica. Esta es la líneade trabajo en la que persistiría hasta el final de su trayectoria: sus dibujos y sus óleos adquirirán un mayor rigor a través de geometrías complejas y también el color se erigirá en elemento ordenador por medio de gradaciones y series de ricos contrastes tonales.
El año 1978 la obra de Ponç tuvo una proyección inédita cuando se expuso en el Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris y simultáneamente en diversas galerías de la ciudad de Barcelona. Este hecho le llevó a declarar que era «un pintor maldito que había superado su maldición». Pero a pesar de este momento álgido estamos ante un artista que no ha gozado de una presencia regular en el entramado cultural, especialmente después de su prematura muerte en 1984.
No es tarea fácil resituar la obra de un creador en el punto de mira de críticos e investigadores, y este es el papel que ha asumido la Associació Joan Ponç a través de las iniciativas que impulsa: la promoción de exposiciones, la celebración de las Jornades Poncianes, la elaboración del catálogo razonado y la creación de Edicions Poncianes. Precisamente este sello nos acerca un aspecto desconocido de este artista plástico, sus reflexiones sobre el proceso creativo, y ha puesto de nuevo de actualidad su autobiografía, donde se hace evidente su interés por la literatura.
En el mismo sentido hay que entender su participación en la fundación de Dau al Set, publicación que potenciaba las sinergias entre artes plásticas, literatura y pensamiento, y en cuyo marco pudo desarrollar una estrecha afinidad creativa con el poeta Joan Brossa. Y todavía cabría mencionar, en este sentido, sus colaboraciones con autores tan dispares como Joan Fuster y Luis Goytisolo, o la reinterpretación de la obra de Cervantes y Kafka.
La valoración del conjunto de su trayectoria nos permite vislumbrar la encrucijada donde se situaba el asco del joven Ponç. El reto que le convirtió –en palabras del poeta Josep Palau i Fabre– en un «alquimista disfrazado de químico» consistiría en hurgar en la sordidez, la suciedad y la miseria para crear, con tesón de miniaturista y pulcritud extrema, imágenes, más cercanas al exorcismo que a la denuncia, que nos invitan a recorrer los vericuetos de la historia del arte y a aceptar su complejidad y sus asincronías.
http://es.wikipedia.org/wiki/Joan_Pon%C3%A7
http://www.mentesdeacido.net/articulos/ponc/ponc.html
http://www.artespain.com/tag/joan-ponc
http://pintura.aut.org/SearchAutor?AutNum=11789
http://www.lavanguardia.com/cultura/noticias/20100512/53924413436/joan-pons-esto-es-un-asco.html
http://www.elcultural.es/version_papel/ARTE/4018/Joan_Pon%EF%BF%BD_el_artista_brujo
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/ponc.htm
http://artevalde.blogspot.com/2009/10/el-universo-surrealista-de-joan-ponc.html
http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?t=11513
http://ineselo69.blogspot.com/2011/03/joan-ponc.html