Archivo de la categoría: Literatura

ME LLAMO ADVENTIA.Un relato , un cuento.

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MAY
21
2014

ME LLAMO ADVENTIA.Un relato , un cuento.

En el blog un relato :

Me llamo Adventia .
 
Las manitas menudas y blancas sostienen un peluche,mientras que sus ojos castaños se mueven y parecen asombrarse ante la reiterada muestra de sordera de su interlocutor.Éste le pregunta a la pequeña por enésima vez por su nombre.La niña,con una paciencia impropia de sus pocos años repetía una y otra vez: «Ad-ven-ti-a».El padre se desesperaba y no entendía a su pequeña.No reconocía las sílabas y por ello no comprendía el conjunto de la palabra.No lo identificaba con nada.Esos fonemas,esos morfemas,esos lexemas no tenían para él ningún significado tangible.Lo más inquietante es que aunque entendió que le decían  : ¡mira qué guapa que está tu hija! Él no reconoció a la niña,ni en un primer momento,ni cuando llevaba ya un buen rato sosteniéndola en su regazo.Su intriga fue,en efecto,en aumento a medida que reconoció perfectamente a su hijo mayor,ya veinteañero , y también a su bella hija adolescente,pero no recordaba de dónde,de qué manera,cómo y cuándo le había nacido un tercer vástago. -«¿Tendré alguna enfermedad que me impide recordar algo tan importante?» Se preguntaba mentalmente desesperado.También pensaba para sí que tal vez había sido víctima de algún accidente, y que ese percance se hubiese cebado en su ahora depauperada memoria.Así pasado un buen rato,se le acercó su hija mayor,y le recordó que se hacía tarde para la cena.Él le preguntó por esa niña preciosa que tenía sentada ,desde hacía un buen rato,en sus rodillas y que seguía jugando inmutable con su muñeco.Al oír la pregunta que le dirigían a su hermana,dejó inmediatamente el juego y le soltó : -«papá te lo he dicho varias veces yo soy Adventia .No le preguntes nada a mi hermana que yo soy yo.» Las dos chicas se van a cenar dejando en la mayor perplejidad a su padre.La jovencita se ocupa de la pequeña y dejan al atónito padre en el sillón.Éste se inquieta,se desespera pensando,cómo puede ser que no consigue reconocer a su hija más pequeña.No le encuentra una explicación.La angustia le atenaza la garganta.Tiene muchas ganas de gritar.Se está ahogando pero no sale de su boca más que un quedo ronquido inaudible.Nadie le escucha,todos parecen estar haciendo bastante ruido en el comedor contiguo,él intenta levantarse de su mullido sillón,quiere incorporarse a la cena familiar,no lo consigue y eso le provoca aún más angustia,más ansiedad si cabe.El pecho le oprime ,parece que una mano enorme le está estrujando sin piedad el corazón.Cuando parece que todo va a estallar,se despierta empapado en sudor,del sueño.
Sabadell 21/5/2014
pandugar

Sant Jordi 2014.La fiesta del libro y de la rosa en las Ramblas de Barcelona.

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MAY
9
2014

Sant Jordi 2014.La fiesta del libro y de la rosa en las Ramblas de Barcelona.

http://www.bcn.cat/santjordi/es/

http://www.lavanguardia.com/libros/sant-jordi/index.html

LONG DAY’S JOURNEY INTO NIGHT.DAVID SUCHET TAKES A LONG JOURNEY TO THE WEST END.Viaje de un largo día hacia la noche de Eugene O’Neill

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En el teatro se puede hablar del alcoholismo, del miedo a ser pobre y de la enfermedad desde el absurdo, lo grotesco y de tantas otros estilos  posibles que permiten representar esas ideas. Pero, quien decida hacerlo desde el realismo, sabe que tendrá que construir el personaje con gran conocimiento del artificio teatral y de la psicología de los seres que representa, como para lograr ser lo más verosímil posible.Esto es lo que se propuso el director teatral Anthony Page para recrear la obra más autobiográfica de Eugene O’Neill, Viaje de un largo día hacia la noche, que se estrenó en el Apollo en pleno West End londinense, y que propone un complejo trabajo corporal de los actores,que tienen que sostener, durante tres horas de función, a personajes alcohólicos, depresivos y drogadictos.Se trata de una obra compleja y que ha sido llevada al teatro y al cine en muchas ocasiones. Dirigidos por Anthony Page ,los actores brillan con luz propia.David Suchet ,verdadero monumento británico de la escena ,muy popular por su papel del detective belga Hercules Porot en una larga serie de la BBC,está inmenso.La actriz norteamericana Laurie Metcalf y los jóvenes actores que completan el reparto ,le dan buena réplica.

Con elementos de la vida del propio autor, Viaje de un largo día hacia la noche gira en torno a los conflictos de una familia norteamericana quebrada por las frustraciones y los vicios. Mary, una mujer presa de una adicción imposible de desarraigar, está casada con James Tyrone, un actor que ha pasado su vida haciendo giras sin poder formar un verdadero hogar y llevando frecuentemente a su esposa, que de joven soñaba con ser monja o concertista de piano, como acompañante. Ambos tienen dos hijos, Edmund y Jimmy, quienes consideran que la tacañería de su padre es la causa de muchos de los males de la familia. Edmund muestra talento para la poesía pero está gravemente enfermo, mientras que Jimmy, obligado por su padre a dedicarse al teatro, no logra encaminarse y gasta todo el dinero que cae en sus manos en bebida.

La obra transcurre desde la mañana hasta la noche del mismo día y muestra las expectativas que tiene la familia de que Mary se recupere, expectativas que se van frustrando a medida que pasan las horas. Y mientras tanto, van saliendo a la luz tragedias del pasado, resentimientos, decepciones y demostraciones de afecto, a pesar de todo.

La temporada 2011-2012 en el Apollo Theatre, en el West End de Londres; con David Suchet (James Tyrone) y Laurie Metcalf (Mary Tyrone), Trevor White (Jamie Tyrone),Kyle Soller (Edmund Tyrone) y Rosie Sansom como Cathleen. Algunas semanas de tournée en otros teatros.

http://www.youtube.com/watch?v=6jRYeW05rY4&feature=related
http://www.nimaxtheatres.com/apollo-theatre/long_days_journey_into_night/

LARGO VIAJE HACIA LA NOCHE .COMENTARIO

Escrita por Eugene O´Neill, producida en 1956, ganó el Premio Pulitzer en 1957.De este autor hemos de tener en cuenta que sus obras más conocidas transmiten claramente su visión del ser humano moderno, víctima de las circunstancias e incapaz de creer en Dios, el destino o el libre albedrío, lo que le lleva a buscar razones externas para explicar su infelicidad y a castigarse por su propio pecado y su propia culpa.Introdujo el realismo psicológico, la profundidad filosófica y el simbolismo poético enel teatro estadounidense. La obra de O’Neill colocó muy alto el listón para la mayoría delos dramaturgos posteriores.En Largo viaje hacia la noche se nos relata el transcurso del día y gran parte de la noche en el seno de una familia norteamericana de 1940 en su casa de verano.Los personajes son la propia familia del autor, su padre (Tyrone), su madre (Mary), suhermano (James) y él mismo (en el personaje de Edmund-que nos podría trasladar al Edmund de Shakespeare en El Rey Lear, quien inocente es víctima de su destino aunquese mantenga fiel a su padre hasta el final). También hay una doncella, Cathleen, con un papel secundario pero que será una muestra clara de la situación decadente de la familiay de la importancia que para ésta, en diversos aspectos, tendrá el qué dirán.

SINOPSIS:

Desarrollada en cuatro actos es una obra en donde su autor narra magistralmente el transcurrir de un día normal en la casa de verano de una familia, en 1912 New London,E.E.U.U., basada en la propia vida familiar de Eugene O´Neill.En ella se muestran las diversas relaciones que existen entre los componentes del núcleo familiar, de las personas a cargo del cuidado de la casa y la importancia que al qué dirán en el pueblo y el exterior, da cada uno de ellos. Poco a poco nos llega la información dela enfermedad de la madre (adicta a la morfina) y la recaída que sufre, tal vez, provocada por la inminente diagnosis de la tuberculosis de Edmund (Eugene O´Neill),su hijo pequeño.A esto se suma la vida fracasada de James, su otro hijo, y la tacañería que muestra, a pesar de su éxito como hombre de la escena teatral su marido y padre de sus hijos.Sobre él recaerá toda la responsabilidad de la mala vida que ha llevado y lleva su familia.Todo esto lo conoceremos a lo largo del transcurso de un largo día en el que a través de las discusiones entre padre e hijos, conoceremos la enfermedad de la señora Tyrone y el pánico e inestabilidad que a todos causa su recaída, la culpabilidad que siente Edmund sobre esto pues, fueron los dolores en el momento del parto cuando consumió morfina por primera vez, la culpabilidad de Tyrone por haberla dejado sola tanto tiempo y la responsabilidad que James le achaca por haberla dejado en manos de un médico barato en el parto de Edmund. Los celos que James tiene sobre su hermano y su influencia sobre él, la tuberculosis de Edmund y cómo su padre pretende llevarlo a una clínica estatal para no gastar su dinero, la mala vida de Edmund influenciado por las lecturas delos simbolistas europeos…El día acabará, y con ello llega también el final de la obra, con el sentimiento compartido por todos de un fracaso vital ineludible y la resignación ante la recaída de la señora Tyrone en su adicción a la morfina.

 

TEMÁTICA  EN  LA  OBRA

-La insatisfacción humana.-El desamparo vital que supone la no existencia de un Dios todopoderoso al que recurrir en momentos difíciles.-La sociedad americana víctima del sueño americano. Todo por un sueño.-La autodestrucción como única salida posible al vacío y sinsentido vital.-La hipocresía social y el poder del qué dirán las gentes que nos rodean (a las que talvez ni siquiera conozcan).

RELACIÓN  PADRE  E  HIJOS  Y  ESCENA  FINAL

James es el hijo mayor, lleva una vida que a los ojos del padre es de fracasado total, aún siendo hijo de quien es, no ha sido capaz de hacer nada con su vida y se ha convertido en un joven borracho y acabado. Ante su madre, James intenta mantener el tipo, que no siempre lo consigue, sin embargo cuando está a solas con su padre le hace responsable de la enfermedad de su madre y lo acusa de haberla hecho infeliz a ella y a toda la familia. A través de sus discusiones conocemos de la tacañería de Tyrone, fruto de la cual Mary recibió asistencia en el parto de Edmund de manos de un doctorucho que fue el que la introdujo en el mundo de la morfina. Le echa en cara su obsesión por comprar terrenos estúpidos para quedar bien ante su “amigo”, sin tener en cuenta las necesidades de su familia y de su esposa que necesitaba la estabilidad de un hogar que no fuera un hotel de “medio pelo” en medio de la nada. Esa inestabilidad habría marcado también la vida de sus hijos condenados a una vida nómada.La escena escogida es la del acto cuarto, la última, cuando están en escena padre e hijos,fatigados por la hora tan avanzada de la noche, es la madrugada, y tras haber bebido mucho alcohol los tres, de repente aparece en escena Mary, completamente drogada ha tomado la actitud de su época de niña, cuando tocaba el piano y aún iba al internado.Aparece con la mirada perdida y arrastra su vestido de novia, su aspecto es casi angelical y, los tres hombres que previamente habían tenido acaloradas discusiones, les deja fríos, permanecen inmóviles en un primer momento, observándola, luego cada uno,en momentos distintos, intentarán llamar la atención de aquella mujer convertida en niña de pronto, que casi es un fantasma, un fantasma en el que se reflejan las culpas de Tyrone, porque ella lo dejó todo por él, quien no supo darle la vida que ella merecía. La decadencia de James, que recita a Swuinburne ante la visión de su madre, qué se podía esperar de él viendo desde su niñez a su madre de ese modo, para qué luchar por una vida carente de sentido. Por su parte, Edmund (O´Neill) une sentimientos de dolor,lástima, culpabilidad y tristeza hacia lo que le está pasando a su madre, que no reacciona siquiera sabiendo que tiene tuberculosis.Acaba la obra con una familia destrozada, víctima de sus decisiones y de su hastío vital,que buscaba el reflejo del sueño americano.

http://www.london-theatreland.co.uk/theatres/apollo-theatre/long-days-journey-into-night.php

http://www.theatreroyal.org.uk/page/3028/Long+Days+Journey+Into+Night/282

http://assets.cambridge.org/97805216/61973/frontmatter/9780521661973_frontmatter.pdf

http://www.thepublicreviews.com/29517/

http://www.visitlondon.com/events/detail/23649797-long-days-journey-into-night

http://en.wikipedia.org/wiki/Long_Day’s_Journey_into_Night

http://www.whatsonstage.com/news/theatre/london/E8831311851641/David+Suchet+Takes+Another+Long+Journey+to+West+End.html

http://www.whatsonstage.com/photos/theatre/london/E8831334138168/1st+Night+Photos:+David+Suchet+returns+to+Apollo+for+Long+Day’s+Journey.html

La obra en inglés:

http://www.youtube.com/watch?v=6jRYeW05rY4&featur

http://books.google.es/books?id=HWILrLxq4L8C&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=falsee=related

http://www.questia.com/library/book/eugene-oneills-long-days-journey-into-night-by-harold-bloom.jsp

http://www.questia.com/PM.qst?a=o&d=98112313

http://es.scribd.com/raquelr_9/d/47318525-LARGO-VIAJE-HACIA-LA-NOCHE-OK

http://www.geoteatral.com.ar/nota/ViajeDeUnLargoDiaHaciaLaNoche-Critica

http://www.alternativateatral.com/obra16136-viaje-de-un-largo-dia-hacia-la-noche

http://www.liceus.com/cgi-bin/ac/age/viajeabadia.pdf

Los libreros del Sena en París.

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Existe una gran concentración de librerías en París.Pero la mayor concentración a «cielo abierto»,se produce en la zona de los muelles cerca del Barrio Latino. Aquí es donde se pasean y reúnen los amantes  de los libros raros, los investigadores de títulos específicos, los amantes de libros en busca de algún «tesoro» codiciado o,también, los simples curiosos. El origen de las librerías es casi contemporáneo con la construcción del Pont Neuf, que como su nombre no indica, es el puente más antiguo de París, que finalizó su  construcción en 1607. Es en este famoso puente que los vendedores ambulantes de  escritos (a veces subversivos) todos toman asentamiento estable en el  barrio.Entonces se les da una fácil y cómoda solución a estos comerciantes ambulantes ,por medio de los cajones de almacenamiento, los antepasados ​​de los cajones pintados en color verde-botella que vemos hoy, en fila, en los muelles. Hoy en día los libreros, estos comerciantes, ya no son viajeros y poco queda de la crítica «marginal y radical» de la  vida política mostrada en el Pont Neuf, donde se reian de todo: el rey, sus ministros, clérigos, policías …sabiamente alineados en los muelles, muy bien llamados «mercaderes de la mente», que ahora son parte de la configuración de París y el paisaje de postal. La palabra «bouquiniste» viene del flamenco «boeckjîn» que significa «pequeño libro». Muy codiciada su ubicación de los vendedores de libros, consta de cuatro paquetes de 2 m  pintados de verde que se extiende a más de 3 km. Su vida cotidiana no es tan color de rosa como parece. En efecto, el reglamento exige que estén presentes al menos cuatro días a la semana sin importar el clima. Hoy en día hay cerca de 240 miembros  de esa corporación profesional tan especial. A cambio no se les cobra tasa municipal.Pero el Ayuntamiento de París les exige que vendan libros,revistas, grabados… y no tantos «souvenirs».


Toda persona que haya visitado París los ha visto. Sin ellos la romántica imagen del centro de París o los alrededores del Sena no serían lo mismo. Los bouquinistes son esos vendedores (la gran mayoría son hombres aunque he visto algunas pocas mujeres también) de libros, revistas, postales y, en menos cantidad, otros souvenirs y objetos como pinturas, cuadros, etc, que tienen un puestos de venta privilegiados a lo largo del río Sena. Están colocados a ambos lados del río; exactamente en la parte central, aquella que está en frente del barrio latino, alrededor de l’île Saint-Louis y de l’île de la Cité.
Se encuentran todos los días de la semana, aunque su apertura suele coincidir con las horas de mayor tránsito y afluencia de público. Es raro ver más de 4 o 5 puestos abiertos al mismo tiempo. Hay una cierta alternancia (voluntaria o no, lo desconozco) entre los horarios y días de apertura.

 

.Fuente :http://www.minube.com/rincon/bouquinistes-de-paris-a2218

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

http://www.youtube.com/watch?v=FMpAXedxE98&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=33u67FFsBqA

http://www.youtube.com/watch?v=O2EuszDXNLw&feature=related

http://www.minube.com/rincon/bouquinistes-de-paris-a2218

http://fr.wikipedia.org/wiki/Bouquinistes_de_Paris

http://www.rue89.com/2010/08/30/a-paris-les-bouquinistes-pries-de-vendre-des-bouquins-161306

http://www.paris.fr/marches

UN DOMINGO EN EL MERCADO DE SANT ANTONI.Un Diumenge al Mercat de Sant Antoni

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Cada domingo el mercado de Sant Antoni se convierte en una feria de libros, cómics, películas, objetos de colección, música etc. Además de buscar cosas de segunda mano también hay una buena oferta de libros y cómics nuevos. Además de las tiendas de diversos tipos de coleccionismo.Y para los coleccionistas de cromos hay intercambios en torno al mercado.

 

 

 

 
     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Trailer que trata sobre el Mercado Dominical de San Antonio, situado en la ciudad de Barcelona, en el que se hace un recorrido histórico desde sus orígenes hasta la actualidad.
Dirigido y producido por Yus Queralt. Fecha: 2010-2011


 

Exposición de Frederic Amat.Los dibujos para La Odisea en la Alliance Française de Sabadell.

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La Alliance Française de Sabadell presenta hasta el 15 de noviembre la exposición de la serie de dibujos La Odisea de Frederic Amat.Se trata de un artista plástico y escenógrafo,catalán y barcelonés, que estudió con Fabià Puigserver y en su obra influyeron Tapias y Miró.


Efectivamente,en sus salas de exposición,la AF de la capital del Vallés,que opera desde hace años como centro cultural      y de aprendizaje de la lengua francesa,se muestran los 40 dibujos de la serie que Frederic Amat hizo para ilustrar la edición de bibliófilo de la Odisea de Homero publicada por la Enciclopedia Catalana. Según el artista, se trata de una interpretación de la traducción de Carles Riba desde la expresividad contemporánea y desde la poesía, más que un intento de narrar en imágenes el argumento del libro. La obra de Frederic Amat está acompañada de diferentes ediciones de la Odisea en catalán y de la proyección de un cortometraje.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

http://www.afsabadell.org/

 

http://www.fredericamat.net/es/obra/ediciones/-seleccion-1983-2011/lodissea

 

http://www.conca.cat/es/agenda/activitat/lOdisseaHomerdeFedericAmat

 

http://ca.wikipedia.org/wiki/Frederic_Amat

 

……..

Arquitecturas de Dublín.

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La arquitectura de la capital de Irlanda es el reflejo de su historia.Invadida por celtas,vikingos,anglonormandos,y tras siglos de gobierno británico, independiente al fin en el siglo XX.Su arquitectura refleja varias tendencias e influencias.El centro de Dublín ha permanecido buena parte del pasado siglo,tal y como quedó tras no pasar por ninguna guerra mundial ,pero si por una guerra de independencia y una guerra civil.De todas formas se realizaron películas aprovechando que la atmósfera recogía en buena manera el espíritu y ambiente del siglo XIX.En la época actual el milagro económico,truncado en el momento presente,conocido como el «dragón celta»,ha significado un rejuvenecimiento y renovación de su arquitectura.El caso más significativo es el aeropuerto,algunos centros comerciales y la zona de oficinas de los «docklans»,esto es la zona portuaria.

Más miradas de Dublín.

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Seguimos con este paseo virtual a la capital celta.No hay un orden claramente establecido .No hay una armonía muy estricta en la disposición de  las imágenes.La vida ,muchas veces,también es un poco así.Dejarse llevar por este singular recorrido es ,en mi opinión,la mejor opción…Que lo disfruten.

Miradas de Dublín.

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Miradas de Dublín es una entrada que pretende acercar al lector del blog a una relativamente poco conocida capital europea.Está llena de tópicos ,pero también de aspectos sorprendentes.Se trata de una ciudad donde la música lo impregna todo.La literatura y sus autores,antiguos y modernos,seguidos con verdadera pasión.El teatro,y demás manifestaciones artísticas son vividas por los irlandeses con interés.Donde existen muchas posibilidades de pasarlo bien.No le faltan lugares donde la curiosidad del visitante se puede ver claramente azuzada y mimada.

Embrujos de Granada.La Alhambra y el Generalife.Primera parte.

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En la Historia de España ocho siglos no son todo ,pero son mucho.La presencia árabe y musulmana en nuestro país duró efectivamente no menos de ochocientos años.Al-Andalus produjo una sociedad,cultura,y civilización absolutamente extraordinaria.Algunas de sus producciones culturales fueron arquitectónicas y también brillaron sobremanera en todo tipo de artes decorativas.Si Medina Azahara en Córdoba,fue destruida y ahora solo nos quedan vestigios y reconstrucciones bienintencionadas,el caso del conjunto de palacios,fortalezas,y jardines del complejo monumental de la Alhambra y del Generalife,en Granada,han corrido mejor suerte.En el transcurso de más de quinientos años ,desde que se produjo la anexión del Reino nazarí de Granada a la Corona de Castilla,y por ende a la monarquía hispánica,su situación pasó por diferentes etapas.Fue un símbolo de la autoridad real  y del Estado.Dan de ello fe la simbología del «tanto monta» de los Reyes Católicos,los símbolos ligados a las coronas de Castilla,de la monarquía hispánica,la construcción de aposentos para dichos reyes,la Iglesia de Santa María de la Alhambra,y finalmente el magnífico palacio de estilo renacentista del Emperador Carlos V .Pasó por etapas de abandono,ocupación militar napoleónica,nuevamente abandono,para ser puesto en valor merced la obra literaria y diplomática de un entusiasta norteamericano: Washington Irving.Es muy lamentable,empero observar el estado en el que se encuentra el Hotel (en la cuesta-carretera del Darro) ,que lleva su nombre…

TODAS LAS FOTOGRAFÍAS,QUE HAN SIDO OBTENIDAS POR MÍ,TIENEN DERECHOS DE AUTOR.

¿Malditas las guerras y quienes las promueven? La «primavera árabe «.

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El papel de los reporteros cobra ,otra vez,protagonismo.

La frase ,que lanzó Julio Anguita con ocasión del duelo por la muerte de su hijo reportero en la guerra de Irak,causó sensación y fue de las más comentadas y coreadas por la ingente masa de detractores de aquella «intervención militar».Las cosas son así y ,por mucho que nos empeñemos ,y le pese a Francis Fukuyama, la Historia no solamente no ha terminado, si no que,por el contrario parece que no ha hecho más que empezar.La Historia debía haber llegado a un punto de gran estabilidad.La guerra fría había concluído con el aplastante triunfo de la democracia liberal.Todos bebían «Coca-cola»,miraban los programas de la tele y esperaban con ansia la llegada de las vacaciones…La potencia hegemónica,que no imperial,de los Estados Unidos garantizaría la pacífica implantación del capitalismo,de la globalización y del modo de vida occidental,ligado al consumismo,a la cultura de masas y a los medios de comunicación basados en los nuevos medios tecnológicos y de comunicaciones. Pero la realidad es muy tozuda.En los estados del llamado «socialismo real» se intentó desacreditar y desprestigiar a la religión.El «materialismo histórico»,y consecuentemente sus supuestos muchos logros materiales,sociales y culturales la hacían algo del pasado.En los países capitalistas occidentales ,donde todo es negocio,tampoco pasa por su mejor momento.El caso es que en los países que han salido del comunismo,la corrupción se ha extendido como un manto y el desánimo ha cundido en muchas de esas sociedades.La situación de opresión política y de carencias materiales ha sido una constante en la generalidad de países árabes.Exceptuando,tal vez algún caso como los Emiratos Árabes ,Catar o Dubai ,a la opresión se unen carencias materiales y dudas sobre el porvenir para sus habitantes.Durante años la descolonización ,el hallazgo y explotación de ingentes recursos naturales,especialmente petróleo y gas,no ha sido suficiente para calmar las ansias de progreso ,libertad,democracia y futuro de una población en permanente explosión demográfica.Después de las «intervenciones armadas » o guerras de Afghanistán,e Irak (que aún no se han resuelto),la olla exprés del mundo árabe y/o musulmán ,pues seguramente se puede unir Irán y Paquistán, que no son lo primero pero sí lo segundo,vuelve a asombrar,maravillar y preocupar al Mundo.

No sabemos el alcance que tendrá este movimiento ,que ha conseguido derrocar a presidentes-dictadores enquistados durante décadas en el poder,ha hecho caer a gobiernos y ,tal vez ,suponga una renovación de la clase dirigente en varios países.No se puede aventurar nada.Pero en mi opinión la religión,que en el mundo musulmán,como hace siglos en el cristianismo,va íntimamente ligada al Derecho y al gobierno tendrá mucho que decir.En Libia partidarios y detractores de Gadafi gritan «Alá es grande»,mientras se matan sin piedad.Se bombardean pero,de momento respetan escrupulosamente las instalaciones petrolíferas.Los Estados Unidos,cuyo presupuesto militar es el mayor del mundo,pero su influencia económica y política no deja de disminuir,tiene pavor a verse identificado como Estado agresor.Deja para ello la dirección político-militar en manos de otros gobiernos y de la OTAN,lo que no deja de ser curioso para una intervención (la que pretende proteger a los civiles libios) auspiciada y aprobada por la ONU.Pero claro,como la política exterior común de la UE,ni está ni se le espera ,Francia y Reino Unido,(Sarkozy y Cámeron),han ido por libre.Los rebeldes libios,y la población que estaba siendo masacrada en Libia,se lo agradecerán algún día.

No se les puede reprochar a los Estados Unidos de Norteamérica,ese intento de «tirar el Tomahawk y esconder la mano»,pues desde la guerra de Corea para acá todo han sido fracasos más o menos humillantes,cuando no victorias pírricas.La fama de «hacer amigos» por el mundo les ha acompañado en todas estas décadas y en ello mucho ha tenido que ver siempre el eterno problema del Estado de Israel.Sirve de pretexto y excusa para todo.Eso propicia que entre muchas personas árabes o musulmanas,hagan lo que hagan los yankis siempre los critiquen.Pero ahora,se está viendo y viviendo en Siria,Palestina,Yemen,Bahrein,Jordania,Argelia,Marruecos,y se enfrentan a sus gobiernos y a sus contradicciones.Piden libertad,transparencia,unidad,progreso,democracia.Todo puede cambiar.Piden poder vivir,como los paises occidentales,en aquello que les interesa.Esa excusa,me refiero a Israel y su aliado americano, seguirá siendo utilizada por unos y otros,pero,si no ando muy errado ,los cambios se producirán igual.

¿Tendrá la UE algún día una voz política,económica y militar propia?

El muro de la incomprensión.¿Es posible un mundo pacífico desprovisto de violencia,opresión y guerras?

 

Los pozos de Venecia.

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La vida ,algunas veces, semeja un pozo oscuro y sin fondo aparente.En algunos casos parece incluso que la depresión llegará  a doblegarnos.Nos queda el maravilloso recurso de ,si no es posible hacerlo en la realidad,viajar un poco con la imaginación.Inicio en el Blog un maravilloso viaje por la ciudad de Venecia.Casi todas las fotografías las realicé yo hace unos años.Inicio el paseo por un elemento magnífico y algo misterioso que se encuentra en gran parte de «campos» y patios interiores de manzana.

En Venecia llegó a contarse hasta seis mil de estos fundamentales elementos para garantizar la subsistencia de la ciudad.Algún cronista había dicho hace ya varios siglos que Venecia es una ciudad en el agua,pero sin agua.Los pozos en Venecia respondían a una realidad doble: por un lado el pozo natural o artesiano,que casi solo se encontraba en los «lidos» y, por otro el que aprovechaba mediante un buen trabajo de ingeniería,el método propio de las cisternas.Todo un sistema de filtrado de las aguas pluviales garantizaba un agua de aceptable calidad.Hoy en día el agua llega de la «Terraferma» por una gran canalización de aguas públicas,por el «Ponte de la Libertà»,el mismo puente que trae el tráfico rodado y el tren hasta Venecia.El paso a tener agua corriente canalizada comenzó a finales del siglo XIX.Y ello fue dejando a los pozos como meros elementos decorativos,desprovistos ya de ninguna utilidad práctica.

La parte sobresaliente del pozo, el brocal ,ha dado una cantidad muy grande de pozos de gran valor artístico y estético.Algunos como los del patio interior del Palacio Ducal son de bronce.Otros de diferentes tipos de piedra labrada.En todos los casos se encuentran cerrados con una tapa bien asegurada formando parte de su estética.Desprovistos ya de su utilidad primigenia,subsiste su aureola de misterio y de belleza.Son un ornato que surge a cada paso que damos por calles,»campi»,»rioterra»,»salizzatas» y demás…

Los pozos de Venecia nos transportan a otra época.Nos sugieren todo tipo de historias y ,tradicionalmente han formado parte de la literatura,de las leyendas y de las pinturas que tienen como centro a esa bella y enigmática ciudad.


Los procesos a las brujas del Vallés. (1617-1622)

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En la actualidad, el recuerdo de las brujas y la brujería son un reclamo para las fiestas de algunos pueblos.En Cataluña ,Galicia y en Navarra muy especialmente,aunque se dan en muy diversas partes de España,y de Europa y el Mundo.

Durante buena parte de la Historia la brujería se ha utilizado como excusa para todo tipo de control social por parte de los poderes del Estado y de la Iglesia.Siempre tiene que existir un «antagonista»,un enemigo, un «eje del mal».El poder de la Iglesia servía a los intereses del Estado tanto como a los de su propia jerarquía ,en parte por ser ampliamente intercambiables.La ideología dominante necesita tener algún elemento distorsionador y extraño a la mayoría,al que poder identificar como culpable de todos los males.La irracionalidad no es patrimonio exclusivo de los tiempos presentes.Los manejos para desprestigiar y ahogar económicamente «Wikileaks»,y a su creador y máximo representante Julian Assange,serían un ejemplo actual.Pero hay muchos, pues se realizan guerras para exterminar al que no piensa igual,y las persecuciones y conflictos derivados de la pertenencia o práctica religiosa siguen estando a la orden del día.Poco importa si el perseguido es de una u otra.Suelen ser excusas y tapaderas que suelen esconder motivaciones profundas .
En el siglo XVII ,la herejía y los elementos acusados de heterodoxia sufrieron persecución.A los siempre odiados judios o elementos considerados judaizantes (que después de la expulsión masiva de finales del siglo XV,ya no podían ser un problema real) siempre existía el de aquellos hombres o especialmente mujeres que, entraban y se les acusaba de ello,en tratos con el Maligno.
En Cataluña durante un buen número de años la «caza de brujas» ha sido algo parecido a los «deportes olímpicos».El sábado día 18 salía como efeméride (aunque con dudosa exactitud) en «El Diario de Sabadell» que en 1619 el consejo municipal de la villa juzgaba y condenaba a muerte a doce brujas por «tratos con el maligno y haber provocado el granizo».Y ello me ha motivado a buscar más información.No es fácil pues existen poquísimas de mínima fiabilidad,y hay bastantes datos contradictorios.La conclusión,provisional por supuesto,es que durante siglos se ha utilizado como «cabeza de turco» de las bajas pasiones populares.Para aplacar a las masas descontentas por todo tipo de lacras y calamidades públicas.Hoy en día también existe algo parecido: se llama fútbol.La diferencia es que no les queman ni ahorcan,simplemente les pagan sueldos y primas multimillonarias…

La blogger Boadiccea lo relata así:

«Influenciada por la caza de brujas generalizada en toda Europa, Cataluña no se quedó atrás en cuanto a procesos y ejecuciones se refiere. Se sabe que entre 1617 y 1622 se llevaron a cabo 400 ejecuciones documentadas. Si sólo en 5 años hubo 400, ¿Cuántas pudo llegar a haber en los dos siglos que duró la barbarie? Hay que apuntar, de todos modos, que entre 1617 y 1622 hubo la “caza” per se, el momento álgido de esos procesos en los que nos vamos a centrar».
«Cataluña el año 1617 vivió una de las peores épocas de su historia: ese año, además de epidemias y pestes varias, vivió el llamado “Diluvio” de 1617, unas semanas de constantes inundaciones y desastres naturales. Todo eso sólo podía tener una razón de ser: el Diablo. De hecho muchas de las persecuciones de brujas se basaban en la creencia que ellas causaban las tormentas y destrozaban las cosechas, y eso era lo peor que podía ocurrir. Las autoridades, obviamente, tenían a las brujas como responsables de todo aquello que generase malestar social, así que apoyaron hasta el final esas persecuciones». 

«Cataluña no se vio exenta de personajes que se aprovecharon abiertamente de esos procesos: los cazadores de brujas. Seguramente, el más famoso del territorio fuera Cosme Soler, también llamado Tarragó; junto con Laurent Calmell, Joan Malet o Jordi Aliberc. Tarragó, no obstante, fue el más conocido; pues además de tener conocimientos en hierbas -por tanto, él mismo podía haber sido juzgado como brujo- se jactaba de poder descubrir la marca del Diablo en los cuerpos de las acusadas: una marca en forma de pata de gallo. Finalmente, terminó siendo encarcelado por orden del obispo de Solsona, pero fue liberado y prosiguió con sus prácticas hasta el 1620.
Y así empezaron los procesos: primero se acusaba con o sin fundamentos, la locura se extendía, y de un territorio se pasaba a otro. Así, hasta alcanzar la totalidad de Catalunya, así hasta llegar a 400 víctimas pasadas por la horca. En el caso de Cataluña, a diferencia de los casos de Zugarramundi en Euskadi, la Inquisición no tenía un papel destacado, sino que los jueces eran oficiales reales y señores jurisdiccionales. De la tortura se extraían prácticas y los nombres de las otras compañeras de ritos, y así el alcance de la caza de brujas era cada vez mayor».
María José Pérez plantea la situación en Cataluña así:¿Cáles eran los delitos por los cuales se perseguían a estas personas?

«El perfil de una bruja era, generalmente, el de una persona pobre, sencilla y analfabeta, vecinas de pequeñas localidades y dedicadas a las labores del campo o al pastoreo. Tambien podían ser personas marginales en sus comunidades por defectos físicos, personas feas, jorobadas, cojas o apestosas. Es algo natural que estas personas sintieran envidia hacia los más agraciados, hacia sus vecinos que tenían tierras fértiles, ganado y comida en la mesa, hijos sanos…cosas que a ellos les había negado la vida. De igual modo, las familias agraciadas miraban con recelo a estos personajes dejados de la mano de Dios, porque se creían amenazados por ellos. Cualquier mal que la naturaleza les enviara (lluvias, granizo, huracanes, tormentas…) automáticamente era achacado a la envidia de alguna vecina y acusada de brujería.»

«Los inquisidores se mostraron suaves a la hora de reprimir la brujería. En la mentalidad inquisitorial de Cataluña había un profundo escepticismo respecto a la realidad de este fenómeno. Las declaraciones de las brujas, arrancadas con procedimientos poco justificables se llegaron a poner en cuarentena. Las brujas condenadas en Cataluña eran ahorcadas pues no las perseguía la Inquisición, sino la justicia secular.»
Carles Fígols explica el ejemplo de una que era cocinera y hostelera:
«Cuenta la tradición que María Bruta, de Sant Andreu de Llavaneres, era una vieja sucia y repulsiva que robaba criaturas a docenas para guisarlas y hacerlas en salsa, y las servía a una multitud de encantados que iban a comer a el Hostal de María Bruta , al fondo de la cueva del mismo nombre.»
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Muy famoso también el Auto de Fe de la Inquisición celebrado el 1610 en Logroño,procesaron a cuarenta vecinas de Zugarramurdi y condenaron a morir en la hoguera doce de ellas.
“Las 18 personas restantes, fueron todas reconciliadas (por haber sido toda su vida de la secta de los brujos), buenas confidentes y que con lágrimas habían pedido misericordia, y que querían volverse a la fe de los cristianos. Leyéronse en su sentencia cosas tan horribles y espantosas cuales nunca se han visto: y fue tanto lo que hubo que relatar, que ocupó todo el día desde que amaneció hasta que llegó la noche, que los señores inquisidores fueron mandando cercenar muchas de las relaciones, porque se pudiesen acabar en aquel día. Con todas las dichas personas se usó de mucha misericordia, llevando consideración mucho más al arrepentimiento de sus culpas, que a la gravedad de sus delitos: y al tiempo en que comenzaron a confesar, agravándoles el castigo a los que confesaron más tarde, según la rebeldía que cada cual había tenido en sus confesiones».
Miguel Angel Sabadell plantea el horror de los juicios a las brujas así:
«La muerte de la razón que significaron los juicios por brujería tiene su vertiente más dolorosa en esta declaración de alguien que había acusado, tras tres días de tortura, a la mujer de un ciudadano de conducta intachable.»
En el careo dijo:
«Jamás te he visto en un aquelarre pero tuve que acusar a alguien para acabar con los tormentos. Se me ocurrió tu nombre porque cuando me llevaban a la cárcel nos encontramos y me dijiste que nunca hubieras creído una cosa así de mí. Te pido perdón, pero si volvieran a torturarme, volvería a acusarte».
«Y los honrados jueces volvieron a hacerlo (torturarla), para que reiterase los cargos y así acusar a la mujer del ciudadano honrado.»
El blog http://bibliotecaesceptica.wordpress.com/ comenta (y ofrece) el más importante libro sobre brujas y demás :
“El más famoso de todas los libros sobre brujería, Malleus Maleficarum (El martillo de los brujos)fue escrito en 1486 por dos monjes dominicos. En el acto, y a lo largo de los tres siglos siguientes, se convirtió en el manual indispensable y la autoridad final para la. Inquisición, para todos ‘los jueces, magistrados y sacerdotes, católicos y protestantes, en la lucha contra la brujería en Europa.Abarcaba los poderes y prácticas de los brujos, sus relaciones con el demonio, su descubrimiento. La Inquisición, la hoguera, la tortura, mental y física, de la cruzada contra ‘la brujería: todo esto es conocido. Y detrás de cada uno de los actos sanguinarios se encontraba este libro, a la vez justificación y manual de ‘instrucción.Para cualquier comprensión de la historia y naturaleza de la brujería y el satanismo, MalleusMaleficarum es la fuente importante. La primera fuente.Heinrich Kramer y ]acobus Sprenger fueron nombrados Inquisidores con poderes especiales, por bula papal de Inocencio VIII,para que investigasen los delitos de brujería de las provincias del norte de Alemania. Malleus Maleficarum es el resultado final y autorizado de esas investigaciones y estudios.”

Malleus maleficarum

http://www.revistarambla.com/v1/index.php/libros/75-todos/435-el-abogado-de-las-brujas
http://masabadell.wordpress.com/page/16/
http://www.ub.edu/duoda/diferencia/html/es/secundario7.html
http://witches-house.blogspot.com/2010_07_01_archive.html
http://caminarysentir.blogspot.com/2008/11/fira-de-les-bruixes.html
http://joanmolar.wordpress.com/category/bages/
http://hostals.blogspot.com/2010/02/hostal-de-la-maria-bruta-standreu-de.html
http://www.serretllibres.com/autorsebrencs/etiqueta/mart%C3%AD/pagina/3
http://locarranquer.blogspot.com/2010_08_01_archive.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_Aymerich
http://www.carlosmesa.com/lugares-medievales-de-leyenda/
http://cronicasdealenjandria.blogspot.com/2009/12/indice-por-temas-brujasos-y-magosas.html
http://misteriosmario.blogcindario.com/2010/02/00030-cataluna-maldita.html
http://www.planetasapiens.com/?p=4318
http://www.revistarambla.com/v1/index.php/libros/75-todos/435-el-abogado-de-las-brujas
http://es.wikipedia.org/wiki/Zugarramurdi
http://www.seamp.net/catalunyabruja.htm

Otra utopía : La búsqueda del «Pasaje al noroeste».

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El paso al noroeste es una ruta,un concepto entre la Geografía y la Filosofía.Es un estado del alma.Una ilusión y un intento de superar las dificultades.En un mundo dominado por lo gris,por la mediocridad, las grandes exploraciones planteaban y en cierta medida ,todavía hoy siguen planteando, un reto muy importante para la superación individual y colectiva.Pareciera que en el mundo ya está todo descubierto.Ello no es así,quedan zonas inmensas del planeta donde vivir y trabajar.El mundo está lleno de posibilidades.Los jóvenes tienen un gran futuro por delante ,los mayores mucho por aconsejar y guiar.La Historia no está escrita todavía ,pues se escribe cada día.La Ciencia y la Tecnología tienen mucho que decir.La  naturaleza debe ser preservada,pues las amenazas que se ciernen sobre ella son más que evidentes.Pero nuestro planeta está lleno de posibilidades…Canada tiene un territorio inmenso y muy escasamente poblado.El gobierno canadiense tiene que realizar periódicamente los llamados «actos de soberanía» ,enviando a algunos militares y colocando dispositivos electrónicos y sensores que testifiquen si alguien cruza algunas rutas o territorios… Pocos se atreven a vivir en las zonas del inmenso norte.Son territorios muy despoblados que contrastan con la mayor densidad de población del llamado «Canada útil».El gobierno intenta convencer a todo tipo de colonos para que se arriesguen y apuesten por los territorios del norte.El cámbio climático puede paradójicamente llegar a hacer que eso sea algún día posible.Tras milenios de frio intenso (hasta -50 grados) el calentamiento global ,tal vez haga muy fácil gran parte del año la «ruta del noroeste».

 

 

 

http://www.youtube.com/watch?v=IR5CSRkSz64

 

 

 

http://www.youtube.com/watch?v=KiKrYuuerAc&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=IU28jeAAaQE&feature=related

 

Pasaje al noroeste, Kenneth Roberts / Aventuras

 

El protagonista de esta novela es el creador de los Rangers, el oficial Rogers, que en Estados Unidos es una de las figuras más célebres de las guerras contra franceses e indios, pero la atención se centra también en Langdon Towne, un pintor,recientemente expulsado de la Universidad de Harvard, que pretende captar los modos de vida de los indígenas antes de que estos desaparezcan. A través de los ojos del pintor asiste el lector a la pericia vital de Rogers, quien está empeñado en encontrar un paso al Pacífico por el noroeste y para ello emprende una impresionante expedición que le expone a él y a sus hombres a las más emocionantes aventuras. Mediante este relato, asuntos como las costumbres de los indígenas, el carácter tempestuoso de Rogers y la dureza del medio van cobrando protagonismo y contribuyen a dotar de densidad a una emocionante novela histórica de aventuras.

 

El equipo del Sondeo Catlin del Ártico, encabezado por el explorador Pen Hadow, midió el grosor del hielo a medida que se trasladó en trineo y caminó a través de la parte norte del mar de Beaufort en el polo norte, durante un proyecto de investigación efectuado anteriormente este año.

 

Sus hallazgos muestran que la mayor parte del hielo en la región sólo tiene un año o menos de haberse formado, cuenta con un espesor de alrededor de 1,8 metros (seis pies) y se derretirá el próximo verano. Tradicionalmente la región ha tenido hielo más espeso formado a lo largo de varios años, el cual no se derrite con tanta rapidez.

 

Con una mayor parte de la región cubierta ahora con hielo de un solo año de antiguedad, evidentemente es más vulnerable, dijo el profesor Peter Wadhams, parte del Grupo de Estudio de la Física de los Océanos Polares en la Universidad de Cambridge, que analizó los datos recabados. Ahora es más probable que la zona quede libre de hielo cada verano, acercando la fecha potencial en que el hielo en el mar desaparezca completamente en los veranos.

 

Wadhams dijo que los datos obtenidos en el Sondeo Catlin sobre el Ártico respaldan el nuevo consenso de que en 20 años este océano carecerá de hielo en el verano, y que gran parte de esa disminución comenzará en 10 años.

 

Martin Sommerkorn del World Wildlife Fund, organismo activista por la defensa de la fauna, dijo que el mar del Artico ejerce una posición primordial en el sistema climatológico de la Tierra.

 

Recientemente se evaluó que una pérdida así en la cubierta de hielo del Artico desencadenaría potentes repercusiones en el clima que tendrán un impacto mucho más allá del Artico mismo, advirtió.

 

Esto podría generar inundaciones que afectarían a una cuarta parte de la población mundial, incrementos sustanciales en las emisiones de gases de invernadero a partir de la liberación de carbono almacenado en forma masiva y cambios extremos en el clima, agregó.

 

El calentamiento global ha incrementado lo que está en juego en la puja de varias naciones por incrementar su soberanía en el Ártico, porque la disminución del hielo polar podría algún día facilitar el ingreso a la zona para la explotación de recursos y permitiría establecer nuevas rutas marítimas. El rápido derretimiento del hielo ha generado especulaciones de que el Pasaje del Noroeste, que vincula los océanos Atlántico y Pacífico, pudiera convertirse algún día en una ruta para barcos.

Reseñas y comentario de la película:

 

Paso al Noroeste (Northwest Passage de King Vidor, 1940)

No es un western al estilo clásico, sino más bien una epopeya repleta de pasión y sentimiento. Basada en el libro de Kenneth Roberts, la película narra las aventuras de los Rangers de Rogers (Spencer Tracy), famosos guerilleros al servicio de los ingleses en la América anterior a la independencia de los Estados Unidos. Las penurias por las que pasan los Rogers’ Rangers para descubrir nuevos territorios han pasado ya a la historia del mejor cine de aventuras.

 

 

 

Paso al Noroeste. En el comentario de Narciso García Moreno

Con Spencer Tracy, Robert Young, Walter Brennan. Un fabulosoSpencer Tracy. Como siempre.

 

King Vidor de mágico creador de una extraordinaria película de aventuras.

Muy cruel.

Antológica la secuencia de la matanza de los indios.

Las guerras son guerras. Siempre.

Exterminio y genocidio.

Unos rangers que consiguen una proeza a cambio de perecer no pocos y de padecer un hambre espantosa.

El deseo de comer se convierte en la obsesión de estos soldados tan peculiares.

Algunos enloquecen.

Con un ritmo trepidante. 120 minutos apasionantes y muy cortos.

La primera en color que rodó el gran King Vidor en 1940.


http://es.wikipedia.org/wiki/Bruno_de_Heceta

http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Canada


La Contracultura.Corriente y moda.Su permanencia en la actualidad.

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En el Blog un vistazo plural,a los antecedentes de los «antisistema».Aquellos que en diversas épocas,también ahora, se salen de norma y piden un mundo diferente.A ese «remar en contra» ,se le ha llamado de diversas maneras ,durante años estaba mal visto .Ahora plenamente incorporados sus modos y manifestaciones culturales al sistema que denunciaban,se les usa como nuevos iconos del capitalismo.Se usa y abusa de esa terminología con finalidad espúrea.Las manifestaciones gráficas,musicales,literarias,culturales en suma ,se han ido incorporando en la corriente general y pasan por simples manifestaciones de la cultura pop.La terminología es usada hasta por el Papa,que apela a la «contracultura de los jóvenes al propagar el Evangelio…»
Los movimientos de la contracultura se formaron en la década de los años 60, y fueron un intento de enfrentar, a nivel ideológico y práctico, los esquemas mentales y el reparto de poder en las sociedades industrializadas.

«Probablemente el slogan más emblemático del Mayo del 68, aunque tras todos estos años le haya ocurrido como al propio movimiento contracultural de los 60-70: ha acabado banalizado y absorbido por la sociedad de consumo a la que se enfrentaba, hasta el punto de ser utilizado en diversos anuncios publicitarios. Cabe, por tanto preguntarse -40 años después- sobre el significado del slogan y el porqué se convirtió en una referencia de toda una generación».En palabras de Luis Ruiz Aja.

«De hecho, aunque el slogan ‘La imaginación al poder’ surge de un panfleto-discurso de uno de los grupos estudiantiles más activos del mayo francés (los situacionistas), posteriormente fue vertido a las famosas pintadas de las paredes universitarias, y acabó traspasando fronteras al convertirse en un ‘grito de guerra’ de los movimientos juveniles que proliferaron en tantos países a finales de los 60, cobrando dicha frase un significado simbólico mucho más amplio que el que ostentaba en el texto inicial.»

«Y es que la frase reflejaba ese ‘cambio social cualitativo’ (en palabras de Marcuse) que reclamaban en el 68 para pasar de una sociedad tan obsesionada por ‘tener’ a otra más preocupada por ‘ser’; así como ese cambio individual en las consciencias que debía preceder al anterior (los jóvenes contraculturales partían de la constatación de que no era posible alcanzar la emancipación del hombre por la vía meramente institucional o revolucionaria, si ello no iba acompañado de un cambio psicológico, necesario para salvar a la humanidad del desastre nuclear y ecológico que le acecha, y liberar al individuo de todas las formas de represión -internas y externas- a las que se ve sometido en las sociedades avanzadas)».

Para Esther López-Portillo:»El mundo, aunque del mismo tamaño que en el principio de los tiempos, a través de los siglos ha visto crecer y diversificarse a la población humana. En las sociedades que constituyen los distintos países del planeta existe, generalmente, una forma de ver el mundo que determina el deber ser para los individuos y es ante esa forma establecida como surgen los movimientos contraculturales que se oponen a lo existente.

Esto ha sucedido a través de la historia en diferentes ámbitos de la vida y con motivaciones diferentes. Un buen ejemplo para hablar sobrecontracultura son las tribus urbanas, que se manifiestan a través de movimientos y expresiones juveniles que adquieren distintos sentidos y significados, con el fin de enfrentar y trascender lo establecido y ser parte de un grupo.»

Luis Ruiz Aja destaca «tres aspectos básicos de los movimientos juveniles de finales de los 60: Creatividad y búsqueda interior: La contracultura del 68 se rebeló contra los excesos de la ‘razón razonante’ (el sueño de la razón produce monstruos, decía Goya), en el sentido de rechazar la razón como modo único de conocimiento y tratar de que el hombre experimente y desarrolle todo su potencial creativo, imaginativo, sensitivo, espiritual , o lo que es lo mismo: compensar el abuso que hacemos del hemisferio izquierdo del cerebro (el lógico-analítico) con un desarrollo de las capacidades del hemisferio derecho creatividad, arte, intuición ) Y es que el hemisferio derecho resulta muy útil para muchas de las tareas que realizamos cotidianamente (comprar, vender, escribir, elucubrar, temer, preocuparnos ) pero es incapaz -por poner un ejemplo- de componer una bella canción, ni siquiera de arrebatarse escuchándola .»

Los primeros posicionamientos contra el sistema empezaron durante los años 50, entre escritores de clase media y obrera. En los Estados Unidos se les denominó Generación Beat y en Reino Unido los Jóvenes Iracundos (Angry Young Men). Éstos veían como la prosperidad que vino después de la II Guerra Mundial, si bien les permitía tener mayor capacidad de consumo, no les evitaba sentirse extraños frente a sus trabajos y al sistema de valores en el que vivían. Las promesas de liberación y de igualdad de oportunidades que habían difundido los partidos obreros antes y durante la guerra, no se estaban llevando a cabo.
Uno de los primeros grupos de jóvenes antisistema en Europa fueron los Teddy Boys en Inglaterra. Los Teddy Boys eligieron sus propias ropas, sus músicas y sus propios códigos morales para expresar su malestar ante el sistema, y marcar una brecha respecto a la generación de sus padres. Después de los Teddy Boys vinieron los Rockers, los Mods y multitud de otros grupos juveniles, a menudo estigmatizados por la prensa tradicional, que los tildaba de peligro social.
Aunque hubiera un rechazo a las instituciones establecidas, muchos de estos grupos seguían los modelos de consumo que la nueva sociedad postbélica necesitaba. Muchos jóvenes de clase obrera no dudaban en gastarse lo que les sobrara de sueldo en ropa, música y complementos que dejaran claro cuáles eran sus posturas ante la vida.
Estos grupos antisistema prepararon la llegada, en los años 60, de la contracultura. Fue en esta década cuando el malestar social se tradujo en opciones concretas de vida alternativa. La oposición a la guerra de Vietnam, la alienación de los trabajadores, las instituciones familiares tradicionales, el movimiento por el desarme nuclear o las formas de alimentarse, fueron algunos de los frentes de batalla de estos grupos.

«De un lado, el término contracultura puede referirse al conjunto de movimientos de rebelión de la juventud […] que marcaron los años 60: el movimiento hippie, la música rock, una correcta movilización en las universidades, viajes de mochila, drogas y así por delante. […] Se trata, entonces, de un fenómeno datado y situado históricamente y que, aunque mucho próximo a nosotros, ya forma parte del pasado”. […] “De otro lado, el mismo término puede también referirse a alguna cosa más general, más abstrata, un correcto espíritu, un correcto modo de contestação, de enfrentamiento delante de la orden vigente, de carácter profundamente radical y bastante extraño a la fuerzas más tradicionales de oposición a esta misma orden dominante. Un tipo de crítica anárquica – esta parece ser la palabra-llave – que, de cierta manera, ‘rompe con las reglas del juego’ en términos de modo de hacerse oposición a una determinada situación. […] Una contracultura, entendida así, reaparece de tiempos en tiempos, en diferentes épocas y situaciones, y acostumbra tener un papel fuertemente revigorador de la crítica social.» (Pereira, 1992, p. 20).

El término “contracultura” estuvo de moda en mayo del 68. Fue entonces cuando Theodore Roszak publicó un libro excitante (“El nacimiento de una contracultura”) que llamó mucho la atención, sobre todo entre la juventud de Estados Unidos. Roszak decía: “Entendemos por contracultura una cultura tan radicalmente desviada o desafecta a los principios y valores fundamentales de nuestra sociedad, que a muchos no les parece siquiera una cultura, sino que va adquiriendo la alarmante apariencia de una invasión bárbara”. Era el tiempo de los jipis, las revueltas juveniles en las universidades, los Beatles, la lectura apasionada de H. Marcuse o de “El Extranjero” de A. Camus.
Movimientos contraculturales los ha habido desde tiempos remotos. Roszak recordaba la “invasión de los centauros”, que quedó plasmada en el frontón del templo de Zeus en Olimpia. Ebrios y furiosos, los centauros invaden las fiestas civilizadas que se están celebrando. Pero surge un severo Apolo, guardián de la cultura ortodoxa, que se adelanta para recriminar a los perturbadores y echarlos fuera. Era una buena imagen para representar lo que estaba pasando en los añorados y denostados años 60. Los centauros (pensaba Roszak) eran los jóvenes de entonces, que irrumpieron en la sociedad de aquel tiempo, con una concepción de la vida que nada tenía que ver  con la cultura dominante.
Arnold J. Toymbee vio en el cristianismo primitivo otro de los grandes movimientos contraculturales de la historia. A juicio del historiados inglés, los primeros cristianos fueron los “proletarios desheredados”, que, a partir de unos valores radicalmente nuevos, influyeron decisivamente en la trasformación del Imperio Romano. Es verdad que la tesis de Toymbee necesita ser matizada (P. Heather). Pero lo importante, en cualquier caso, es que los “centauros” de los años 60 no fueron precisamente proletarios, sino intelectuales.  Y aquí es donde llegamos al punto que interesa en este momento. Estamos asistiendo al nacimiento de otra contracultura: la aparición de valores, formas de pensar y pautas de conducta que a casi todos nos tienen desconcertados. Porque los promotores de la nueva situación no son ya ni los proletarios, ni los intelectuales. Hemos entrado de lleno en nueva etapa de la historia, en la que no interesan los proletarios ni lo que ellos representan; y en la que los intelectuales se van extinguiendo como una especie que se precipita hacia su desaparición. No hace mucho me decía el director de una editorial importante: “ya hay una generación entera que no lee”. Hay ya demasiada gente a la que le basta con internet. Basta apretar el ratón del ordenador para tener cantidades abrumadoras de información. Pero, teniendo tanta información, no se sabe qué hacer con ella. Ni se sabe a dónde vamos, acumulando tanto saber, pero sin saber para qué sirve. Ni se sabe estructurar un pensamiento. Y menos aún, un pensamiento crítico. A fuerza de publicidad, consumo y bienestar, nos han embrutecido hasta el punto de que, pensando que somos libres, en realidad nos tienen más controlados que nunca. Pero controlados, ¿para qué? Eso no lo saben ni los que nos controlan. Cuando más sabemos de política, la política está más desprestigiada que nunca. Cuando más sabemos de economía, la economía se ha metido en la peor de todas sus crisis. Cuando más se habla de ética, hay más corrupción. Cuando es tan frecuente hablar de curas y obispos, las iglesias están vacías y las religiones andan a la greña, perdiendo credibilidad a marchas forzadas.
¿Qué nos está ocurriendo? Una ciencia para potenciar la tecnología, y una tecnología que ya es imposible abarcar, todo eso al servicio de los intereses de una economía desbocada, esas tres cosas, ciencia, tecnocracia y capital, la nueva trinidad que manda en el mundo, ha desplazado al pensamiento, se ha dado cuenta de que le estorba el proletariado y su enorme potencial de transformación histórica; como igualmente le estorban los intelectuales que piensan en la realidad desde una postura libre y crítica, capaz de darle un giro distinto a este cúmulo de despropósitos y desconciertos. Cuando hay tanta gente que ya no quiere pensar, sino a lo sumo entretenerse, mal van las cosas. Hoy es elocuente visitar una librería. Casi todo lo que se publica es narrativa, novela, historia, cuentos…, muy poco de ensayo y casi nada de pensamiento serio, que vaya al fondo de las cosas. A lo sumo, se reedita y se repite lo que otros pensaron en tiempos pasados y para situaciones que no son las nuestras. Así las cosas, en este desbarajuste de hechos y decisiones que no sabemos a dónde nos llevan, sólo somos capaces de pensar en la salida de la crisis. ¿Para qué? Para recuperar las condiciones de vida que nos metieron de lleno en la crisis. Y no hablo sólo de crisis económica. Cuando estamos dispuestos a tropezar de nuevo en la misma piedra, no cabe duda de que esto tiene muy mala pinta. Yo no tengo la solución. Me limito a pedir que entre todos la busquemos.
Publicado con fecha 17/1/2010 en “Ideal”, de Granada.
José M. Castillo

En su libro la contracultura a través de la Historia Ken Goffman  viene a decir que las revoluciones culturales no nacieron en los años 60 a rebufo del LSD sino mucho antes, cuando por ejemplo Prometeo robó el fuego a los dioses. Y más tarde siguieron otras revoluciones, como la de Sócrates, el taoísmo, el zen, los sufíes, los trovadores medievales o los artistas del París bohemio, que dieron paso al dadaísmo, el cubismo y el surrealismo. Incluso Goffman se proyecta hacia el futuro, con otra de las grandes revoluciones contraculturales, la que se sucede en Internet, en el cibermedio. ¿O es que los hackers informáticos no actúan en cierta medida como Prometeo, liberando los cerrojos que evitan que el conocimiento tenga libre circulación?
Ken Goffman tampoco se toma demasiado en serio su propio libro, ni a él mismo, impregnándolo todo de cierta ironía: Goffman se hace llamar a sí mismo R.S. Sirius, lo cual nos recuerda un poco a Jocker. Además, aprovecha de vez en cuando para soltarnos perlas autobiográficas que están llamadas a entender por qué el propio Goffman se ha convertido en un antisistema.

En cuanto al movimiento Hippie o jipi según el Blog de etik cientifik izar & zara  «fue un movimiento juvenil que tuvo lugar en los últimos años de la década de 1960 y que se caracterizó por la anarquía no violenta, la preocupación por el medio ambiente y el rechazo al materialismo occidental. Los hippies formaron una contracultura políticamente atrevida y antibelicista, y artísticamente prolífica en Estados Unidos y en Europa.

Su estilo psicodélico y lleno de colorido estaba inspirado por drogas alucinógenas como el ácido lisérgico (LSD) y se plasmaba en la moda, en las artes gráficas y en la música de cantantes como Janis Joplin o de bandas como Love, Grateful Dead, Jefferson Airplane y Pink Floyd. Tenían un carácter hedonista. Según ellos, el sufrimiento no era necesario para la felicidad. Su idea era una vida simple e igualitaria para todos. Se demuestra con su lema, «Peace and Love».
Otro de sus símbolos es el festival de Woodstock, el festival de música y arte de Woodstock fue uno de los festivales de rock más famosos de la historia. Tuvo lugar en una granja de Nueva York los días 15, 16 y 17 de agosto de 1969. »

Para la Blogera una hippie del 70

Se llama Hippie al movimiento contracultural de los años 1960, así como también a los seguidores de dicho movimiento. La palabra hippie deriva del inglés hipster que solía usarse para describir a la subcultura previa de los beatniks (no confundir con Generación Beat), que también tuvo como base importante a la ciudad estadounidense de San Francisco (California) y su distrito Haight-Ashbury. Esta nueva subcultura heredó algunos valores contraculturales de la Generación Beat y en menor grado del naturismo alemán, y en determinados casos crearon sus propias comunidades intencionales. 

Escuchaban rock psicodélico y folk contestatario, abrazaban la revolución sexual y creían en el amor libre. Algunos participaron en activismo radical y en el uso de drogas como la marihuana, el LSD y otros alucinógenos con la intención de alcanzar estados alterados de conciencia, en realidad una forma de autorebelarse por la homogeneidad de conceptos que nos presenta el sistema. También buscaron formas de experiencia poco usuales, como la meditación. Debido a su rechazo al consumismo solían optar por la simplicidad voluntaria, ya sea por motivaciones hedonistas, espirituales-religiosas, artísticas, políticas, o ecologistas.

A finales de los años sesenta en EE.UU. los hippies constituyeron una corriente juvenil masificada, para después quedar pasada de moda (anticuada), pero las siguientes generaciones llamados neo-hippies mantendrían vivo al movimiento como una subcultura establecida en muchas formas y con nuevas generaciones hasta hoy. Así pues han emergido fenómenos como la Rainbow Family, la escena psytrance y goa trance o los deadheads y phishheads. En tanto pequeños enclaves de hippies originales y neo-hippies continúan desarrollando en parte este estilo de vida, aunque con algunas modificaciones, bien en la ciudad o en el campo.

En su blog manzanamecánica.org,Carlos Castillo analiza el libro de RU Sirius
«Counterculture through the ages» (2004)  es un muy breve repaso de un período largo de la historia, que va desde la revolución monoteísta de Abraham, pasando por el Taoísmo y el movimiento hippie entre otros, para terminar en la explosión de la blogósfera.
La contracultura es el abandono, usualmente no violento, de lo que es habitual en una época. Normalmente cada época incluye al menos un par de tendencias contraculturales: una prometeica, tecnofila e iluminada y una anti-prometeica, primitivista y más contemplativa. En nuestra época, estas dos contraculturas son los geeks y el movimiento antiglobalización.
El hecho de que se pueda pertenecer a ambas es una señal, en mi opinión, de que ambos movimientos están siendo ya asimilados dentro del mainstream, contaminando con su carga memética la historia futura, tal como hicieron las contraculturas anteriores, y posiblemente abriendo el paso a nuevas contraculturas.
Cada contracultura es rechazada por la sociedad en forma violenta primero, pasando por las etapas que describió Gandhi: primero te ignoran, luego se ríen de tí y te odian, luego luchan contra tí, luego tú ganas. Por lo mismo las sociedades avanzadas inventan formas sutiles para inhibir de raíz la aparición de revoluciones y mantener al populacho tranquilo. Guy Debord considera a la aparición de una «sociedad de espectadores» una de ellas:Una acumulación sin fin de espectáculos – avisos, entretenimientos, tráfico, rascacielos, campañas políticas, tiendas por departamentos, eventos deportivos, reportajes de noticias, tours de arte, guerras extranjeras, lanzamientos especiales – estos hacen un mundo moderno, un mundo en el cual toda la comunicación sigue en una dirección, del poderoso al que no tiene poder… Una acumulación sin fin de espectáculos – avisos, entretenimientos, tráfico, rascacielos, campañas políticas, tiendas por departamentos, eventos deportivos, reportajes de noticias, tours de arte, guerras extranjeras, lanzamientos especiales – estos hacen un mundo moderno, un mundo en el cual toda la comunicación sigue en una dirección, del poderoso al que no tiene poder… El espectáculo naturalmente produce espectadores, no actores: hombre y mujeres modernos, ciudadanos de la más avanzada sociedad sobre la tierra, que están encantados de ver cualquier cosa que les ofrezcan para ver…
«La contracultura ha sustituido casi por completo al socialismo como base del pensamiento político progresista. Pero si aceptamos que la contracultura es un mito, entonces muchísimas personas viven engañadas por el espejismo que produce, cosa que puede provocar consecuencias políticas impredecibles.»
Asegurada la polémica tanto con los partidarios de No Logo de Naomi Klein como con sus opositores, Joseph Heath y Andrew Potter destrozan el mito que sigue dominando el pensamiento político, económico y cultural en el que se basan tanto el movimiento antiglobalización como el feminismo y el ecologismo. Estos jóvenes profesores canadienses defienden que las décadas de rebelión contracultural no sólo no han servido para nada, sino que han resultado contraproducentes para los fines que pretendían alcanzar. Nos hemos acostumbrado tanto a los ataques de la derecha contra la contracultura que cuesta imaginar cómo sería una crítica desde la izquierda.
En una narración de gran alcance en la que se mezclan la historia de la cultura pop, el manifiesto político y el análisis social, este libro se detiene en el nacimiento de la contracultura, en su espíritu contrario a las normas, en la rebelión como signo de diferenciación y el nacimiento del consumidor rebelde, en los cazatendencias, y en cómo reconciliarse con la masificación y transformar a los consumidores en ciudadanos.»
Con sorprendente claridad, en Rebelarse vende de Joseph Heath y Andrew Potter se reivindica, desde la crítica contracultural, la necesidad de preocuparse más por cuestiones de justicia y equidad para lograr auténticos avances sociales.
Rosa Suarez afirma que «La contracultura no consiguió convertir el mundo. Fue, como afirma la investigadora Elizabeth Nelson, “más rebelde que revolucionaria”. Aún así, su impacto tuvo un gran alcance. El cómo una sociedad se imagina mundos alternativos es significativo de lo que se cree capaz de hacer. Durante los años del auge de la contracultura, los que participaban en ella tuvieron la impresión de que un mundo a su medida era alcanzable.
Que hoy podamos imaginarlos la destrucción del mundo o una invasión de alienígenas, pero no una alternativa viable al sistema de la economía de mercado, es, citando al filósofo Jameson, muestra de “alguna debilidad de nuestra imaginación”.
Películas que recogen el espíritu del modelo contracultural en los EEUU:
Easy Rider (Buscando mi Destino) (1969) Dos motoristas de pelo largo de Los Ángeles se embarcan en un viaje hacia Nueva Orleans, cruzando el país por carretera, intentado descubrir América. Después de una venta de cocaína a un hombre de Los Ángeles llamado Connection, Billy y Wiatt, conocido como el Capitán América, asisten a una fiesta de Mardi Gras. Pronto emprenden el viaje a lomos de sus dos modernas motos, conduciendo a través del suroeste. En el camino se encuentran a un montón de inusuales personajes, entre ellos un ranchero y su familia, o un autoestopista de una comuna hippie, antes de ser arrestados en un pueblecito por parar sin un permiso. Su compañero de celda, un abogado borracho, les hace un gran favor sacándoles de la cárcel y luego decide unirse a ellos. George descubre los placeres de fumar hierba, pero un encuentro con unos ultraviolentos ángeles del infierno del sur prueba rápidamente lo acertado que está con respecto a lo peligrosas que son las vidas de Billy y Wyatt en un país que ha perdido sus ideales.
Hair es una película musical de 1979 basada en la obra de teatro musicaldel mismo nombre (Hair) de 1967, cuya banda sonora ha sido editada posteriormente y que trata sobre la cultura hippie en los Estados Unidosdurante la guerra de Vietnam. La película fue dirigida por Miloš Forman, que fue nominado por ella para los Premios César a la mejor película extranjera, y tiene como protagonistas a Treat Williams, John Savage,Beverly D’Angelo, Lee «Skeleton» Wilson, Don Dacus y Annie Golden.
http://www.youtube.com/watch?v=nIfUD70yvz8 

Peter Fonda y Dennis Hopper se enfrentan en esta «road movie» a las realidades de la «América profunda»,donde el estilo de vida libre y marginal ,no es del todo bien comprendido por los habitantes de los pequeños y «cerrados» pueblos que atraviesan a toda velocidad con sus magníficas motos «Harley» y «Chopper».

«Hair»,el maravilloso musical «Hippie».Es un bellísimo alegato contra la guerra de Vietnam.Pero sin duda podría servir de inspiración a los actuales «antisistema».A cualquier espíritu crítico con el actual estado de cosas.Capitalismo y economía dominada por el dinero quedan criticadas desde el arranque de la película.Los acordes del tema musical «Aquarius» suenan mientras los hippies protagonistas queman tarjetas de crédito,mientras leen las penas por destruirlas o manipularlas…
El contraste entre el chico que viene del medio rural,religioso,conservador,bienpensante,por eso precisamente se  va sin rechistar a la guerra,contrasta fuertemente con todas las manifestaciones de la «Contracultura hippie»,esto es,el amor libre,el uso de drogas psicodélicas,la libertad de pensamiento y atuendo,la vagancia y el vagabundeo,la creatividad artística etc etc
Es ,como he dicho, de una belleza y de una frescura que no se ha visto ajada por el paso de los años.Varias de sus canciones se han utilizado en publicidad.Paradojas de la vida ,una película icónica de la «Contracultura»,sirviendo a la multinacional Coca-Cola etc

http://www.youtube.com/watch?v=M_yWyBjDEaU&feature=related

 

Peter Fonda vendiendo artículos de nostalgia del «Flower Power»: 

Leer más;
De la imaginación al poder: Lo que nos dejó la contracultura
http://colectivossociedad.suite101.net/article.cfm/de-la-imaginacion-al-poder#ixzz163NICl2K

http://sepiensa.org.mx/contenidos/2004/s_contrac/contrac1.htm
http://cinosargo.bligoo.com/content/view/584669/CONTRACULTURA.html
http://contracultura-luisruiz.blogspot.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/Contracultura
http://www.monografias.com/trabajos17/acratas/acratas.shtml
http://es.wikilingue.com/pt/Contracultura
http://www.kaosenlared.net/noticia/ha-nacido-otra-contracultura
http://www.papelenblanco.com/historia/ala-contracultura-a-traves-de-los-tiemposa-de-ken-goffman
http://www.cesarsanchezt.blogspot.com/

¿Qué es Contracultura?


http://www.firex21.com/detalles.aspx?id=9789875550353
http://www.plusesmas.com/ocio_fuera_de_casa/agenda/conferencia_la_contracultura_una_utopia_existencial_fundacion_juan_march_madrid/210.html
http://etika-iz.blogspot.com/2009/02/paz-y-amoor.html
http://my.opera.com/albafani/archive/monthly/?month=201005
http://www.zonadecompras.com/Psicodelia-hippies-y-underground-en-Espana/
http://julianaka.blogspot.com/2007/07/36-aos-sin-jim-morrison.htmlPepe-Garcia-Lloret/p/51280
http://es.wikipedia.org/wiki/Jim_Morrison
http://www.lafactoriadelritmo.com/fact23/entrevis/articulo.php?articulo=89
http://hippiehair.blogspot.com/2008/09/hippies.html
http://manzanamecanica.org/2007/05/contracultura_a_traves_de_las_epocas.html
http://www.lwsn.net/article/la-generacion-de-las-bicicletas
http://new.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/3117638/Kurt–Cobain-y-la-Contracultura.html
http://ateneutgn.ourproject.org/?p=297

Sobre los blogs y las opiniones vertidas en ellos.Una mirada actual.

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En el Blog una mirada a los diferentes instrumentos que para el periodismo y la libertad de opinión aporta el mundo 2.0, o mundo de las TIC .La función periodística en su variado abanico de tipos: gacetilleros,comentaristas,reporteros,informadores,opinadores etc,ha visto de unos años a esta parte,surgir una nueva figura de alcance ,calado y prestigio e influencia muy variadas ,de la mano de las TIC.Un tremendo soplo de aire fresco y de renovadas posibilidades supone,la feliz idea llevada ya por muchos a la práctica,de comentar vivencias,ocurrencias,sucesos,noticias,impresiones y demás manifestaciones intelectuales y culturales de todo tipo.
Los medios informativos tradicionales,prensa ,radio y televisión,se nutren frecuentemente de ellos y los incorporan de una u otra manera a sus propios contenidos.Es lógicamente una via de doble dirección,puesto que, los bloggers suelen nutrirse ,en gran manera de aquello que cine,televisión,y cada vez más de otros medios digitales del universo 2.0 (Blogs,redes sociales como FB,Twitter,etc) les aportan.
Es un ámbito de libertad.Y por supuesto,sujeto sólo a los límites que se impone cada blogger,cuando éste actúa por libre,o de su empresa cuando lo hace como empleado.Se deduce de lo que he dicho que las bitácoras y quienes las redactan pueden ser también de muy diversos tipos. Personajes individuales que nos acercan a sus aficiones o afinidades motu proprio,o por el contrario un empleado que lo hace para una empresa.
En ese caso el abanico es tan variopinto como el anterior.Empresas de todo tipo intentan crear opinión en la red,lógicamente favorable a sus intereses.
Y claro está no todos los blogeros son tibios comentaristas de la realidad ,algunos incluso destacan por la vehemencia con la que exponen,en algunos casos vomitan,sus opiniones.
Los límites serian los propios a la libertad de expresión.No difamar,no atentar contra el honor o libertad  de personas e instituciones.No vulnerar la propiedad intelectual o industrial,no hacer apología de la violencia,de la discriminación,racismo,de las agresiones sexuales etc.Límites difusos y complicados que cómo ya he comentado en otras ocasiones deberían medirse con mucho cuidado.El exceso es fácil de alcanzar.Y en nuestros días,la presión contra quienes opinan,e informan es muy grande,no solamente en los estados totalitarios y dictaduras,sino también en sociedades supuestamente avanzadas y supuestamente democráticas.La nueva moda se llama “no ser neutrales con la Red”,es decir apoyar que se cobre más por el uso que se haga de Internet.Si eres un consumidor pasivo,premio.Si eres un activo usuario ,castigo.Nuevos tiempos,nuevos modos ,más sofisticados conviven con el “palo y tentetieso” de la censura de toda la vida.Mientras tanto ,algunos seguiremos tocando diferentes flautas ,para ver si nos pasa como al burro que sopló y sopló y la casa derribó.No ,no, que eso era de otro cuento y  de otra historia…


A algunos como a los autores de la La gran guia de los blogs les preocupa la presencia del idioma español en el universo Blog o «blogosfera»:
«Esta publicación surge de una triple motivación. Nace de la voluntad de abrir un nuevo espacio para reflexionar acerca del estado de la blogsfera. Buscando el detenerse por un instante para echar la mirada atrás y observar lo ocurrido en el último año, intentar dar una imagen certera del presente y, en la medida de lo posible, esbozar cuales serán los caminos que recorrerá durante los próximos doce meses. En segundo lugar, parecía necesario abrir una nueva vía para acercar la densa e interesante conversación que genera la blogsfera al conjunto de la sociedad. Si bien los millones de líneas escritas en todas las bitácoras no solamente toman el pulso del mundo en que vivimos sino que también llegan a transformarlo, el fenómeno blog sigue siendo un gran desconocido para muchos. Finalmente, la que tal vez sea la razón más poderosa, la necesidad de promover y estimular la presencia del español en la red. Si bien la diferencia en el número de angloparlantes e hispanoparlantes no es muy grande, contando el inglés con solamente 120 millones más, en la blogsfera la diferencia es abismal: los artículos escritos en español representan tan solo el 4% de la blogsfera mundial frente al 36% que suponen los escritos en inglés.»

Otros van al tema práctico de como mejorar la estética,funcionmalidad,atractivo en suma de un Blog para mejorar su difusión,y llegar así a un mayor número de lectores.

«Pero la gran motivación es ser leído y, por tanto, ser escuchado en determinado ámbito.»

«Muy pocos blogs personales tienen una audiencia suficiente. De los más de 70 millones de blogs en el mundo, solo unas pocas decenas tienen más de un millón de lectores y solo unos pocos miles  más llegan a los mil lectores mensuales.»


En“La Guía de bolsillo de los blogs“, Afirman algo muy significativo y definitorio:»Los blogs son el último territorios libre donde una sola persona, con muy pocos medios y una escas inversión, puede hacerse oír»

Desde el sentido del humor algún blogero, como en este caso Antonio E. Zafra  en su Blog «El Mosquitero»,se encarga de trivializar la trascendencia de esta actividad:

«Ya hace mucho tiempo que tengo claro que los blogs solo los leen los bloguers y que de todas las visitas que tiene un blog, la tercera parte proviene de estos. El resto de visitas suelen ser de gente que hace búsquedas extrañas en su buscador, o que simplemente no sabe por donde empezar a buscarlas para encontrarlas.
Un bloguer con mucho éxito no saldrá en la tele, no lo pararán por la calle para saludarlo, simplemente será uno más del montón entre los que habiten en ese momento la acera. Pensar que por abrirse un blog uno será más importante o podrá mirar por encima del hombro a otro porque su voz será tenida en cuenta, no es más que una vana ilusión que nunca se hará realidad.»


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La literatura de cordel y el romance de ciego.Una prensa y «tele» de otra época.

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El ciego de la guitarra

La actualidad periodística es algo moderno, una idea muy reciente. Antes, muchas cosas pasaban y no merecerían ser averiguadas, divulgadas, contadas. La prensa no inventó lo noticiable. Si se puede decir así, los acontecimientos siempre han sucedido, pero no siempre se han difundido. O porque faltaban medios o porque no se los juzgaba relevantes. Es más: los pocos hechos, contados por vía oral en los romances de ciego -por ejemplo-, no eran necesariamente actuales o presentes. Podían remontarse a otro tiempo, acontecimientos del pasado que ciertos relatores salmodiaban con versos cautivadores. Es más: esos hechos podían ser apócrifos, inventados, pero –eso sí– siempre aleccionadores. Dichos sucesos conservaban y divulgaban entre públicos diversos actos violentos, latrocinios, lances terribles, amores desgraciados.

El repertorio variaba pero su estructura era similar. Primero, el narrador convocaba al auditorio, apelaba al público e invocaba al algún patrón para mejor recitar. Se disculpaba por ser hombre de pocas letras para inmediatamente después exagerar los valores de la historia que se disponía a contar, a cantar. Contaba y cantaba, en efecto, acompañándose con algún instrumento musical: representaba, gesticulaba, entonaba con énfasis distintos, con esforzada dramaturgia. Para acabar, el romancista pedía disculpas por su rudeza, por su poco arte, y pasaba el platillo, esperando alguna gratificación. Por lo general, lo que acababa de rememorar era una historia de violencia, de atrocidad, de venganzas, hechos dignos de saberse que servían en todo caso para ilustrar, para edificar, para moralizar.

Los pliegos o literatura de cordel eran unos cuadernillos de pocas hojas. Su extensión variaba según la obra.En su origen fueron un pliego: hoja doblada dos veces para formar ocho páginas.Posteriormente llegaron a tener hasta treinta y dos páginas o más. Eran hojas de bajo precio, sin encuadernar, fácilmente transportables, destinadas al consumo rápido y posterior destrucción. Se trataba de una literatura fugaz, comparable solo al periódico de hoy. Podían adquirirse en las esquinas de las ciudades y en los pequeños pueblos. La presencia de toscos grabados facilitaba la comprensión, por lo que solían ser utilizados como texto de lectura para niños.Existía la figura de un ciego, transmisor oral o recitador, no necesariamente ciego, que hacía de mediador entre la obra y el público. Poco a poco, esta figura fue sustituida por la del simple vendedor callejero o buhonero. Con lentitud, ya a finales del siglo XIX, los pliegos de cordel desaparecieron por diversas causas: la evolución de la sociedad y, sobre todo, la aparición de la prensa barata y popular, que le arrebatará en buena parte su destacado lugar entre el público popular.

Se conoce como literatura de cordel, a un tipo especial de poesía, que originariamente fuera de carácter oral, pero que luego pasó a la escritura, en “pliegos de cordel”, llamados así, porque se exponían para la venta en tendederos de cuerdas. Esta forma es típica de Portugal y España, pero tuvo mayor éxito en Brasil.

La escritura es rimada, y algunos de los poemas vienen acompañados con xilografías. En general se presentan en estrofas de diez y seis versos. Los propios autores (cordelista), recitaban los versos acompañados por guitarra.

Esta modalidad tiene sus inicios en el romancero luso-español, durante la Edad Media y el Renacimiento.

En Portugal, muchas de las obras de cordel fueron presentadas como piezas teatrales. Como las de Gil Vicente.

Es a través de Portugal, que el cordel llega a Brasil en el siglo XIX. Eran expuestos en balcones, en forma horizontal. No hay muchos textos en prosa en la modalidad de cordel.

Esta forma literaria también está presente en España, Sicilia y México.

La temática principal de la literatura de cordel son las escenas cotidianas, hechos históricos, religión, leyendas. Estas composiciones surgían cuando sucedía un hecho de importancia.

En la zona nordeste de Brasil se encuentra la mayor producción de esta poesía, principalmente en Pernambuco, Paraíba y Ceará. Se vendían en ferias y mercados, y eran leídos por los sus autores. También eran exportados hacia otros estados.

Los principales exponentes de este género son: Leandro Gomes Barros (1865-1918), y João Martins de Athayde (1880-1959).

Los textos de los folletos eran simples y coloquiales, por lo que fueron despreciados durante mucho tiempo. Pero presenta ciertos aspectos interesantes: Las xilografías que acompañaban ciertos textos, eran dignas representantes de imaginario popular. Eran divulgadores de las tradiciones populares, del arte cotidiano y de los autores locales, lo que servía mantener la identidad local y el folklore nacional. Estos textos contribuían a motivar los hábitos de lectura en la gente humilde, contribuyendo en la lucha contra el analfabetismo. La temática de cordel, por ser de crítica política y social, adquirió estatus de obra didáctica y educativa.

En Brasil aún está presente este género literario y goza de la protección estatal y del interés de los investigadores. Existen organizaciones encargadas de recuperar y reeditar los principales textos de cordel.

En Chile con el nombre de Lira popular se denominan a los pliegos sueltos impresos que surgieron a finales del siglo XIX y en los que poetas populares publicaron sus poesías en décimas, antigua forma métrica que pasó a América con la Conquista, junto a otras variadas expresiones literarias usadas por el pueblo, como adivinanzas, refranes, cuentos, leyendas y romances.

En cada pliego, el poeta incluía cinco o seis composiciones o décimas, por lo general glosadas por una cuarteta, en las que comentaba -desde su propia perspectiva- los sucesos nacionales y los hechos locales que le afectaban. Se mezclaban, así, sucesos de actualidad, que hacían alusión a lo humano, con hechos o personajes bíblicos, que ponían en escena a lo divino,brindis, payas, contrapuntos, cuecas y tonadas.
Cada pliego pertenecía a un solo poeta y estaba encabezado, por lo general, por toscos grabados populares que ilustraban los temas, realizados también por alguno de ellos. Los poetas vendían sus pliegos anunciándolos a gritos por las calles, mercados y estaciones de ferrocarriles. En Europa se llamaba «literatura de cordel», por la forma en que sus autores ofrecían sus hojas colgadas en un cordel o lienzo, atadas de un árbol a otro. Los poetas populares publicaron también cuadernillos de pequeño tamaño con décimas y romances, así como cuecas y canciones de moda en la época.




La mejores fuentes documentales de la literatura de cordel y romances:

La literatura de cordel en Brasil:

Manuscrito encontrado en Zaragoza.Una novela y película «góticas».Un «Las mil y una noches » de España.

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Archivo:Jan Potocki (1761-1815).jpg


En el Blog una novela gótica,un monumental relato de aventuras en la España dieciochesca.Se ha dicho de ella que es tan rica y variada como «Las mil y una noches»,pero a diferencia de aquella el autor es conocido.El autor,el creador de esta obra entre visionaria y fantástica, no es otro que el conde polaco Jan Potocki (1761-1815) quien supo combinar de forma inusual la mentalidad ilustrada del siglo XVIII y el gusto decimonónico por lo exótico.Parece ser que los mismos fueron estimulados por sus numerosos viajes a lugares lejanos como curioso o miembro de misiones diplomáticas. El «Manuscrito encontrado en Zaragoza», supuestamente descubierto por un oficial napoleónico en el sitio de la capital aragonesa,  es una obra maestra de la literatura fantástica de todos los tiempos que entremezcla de forma singular historias en las que predominan lo macabro y lo sobrenatural, anticipando así la gran literatura de terror romántica, y narraciones en las que desempeña un importante papel el ocultismo que hunde sus raíces en la vieja tradición de la cábala y la hechicería.

Contemporáneo de Mrs. Radcliffe y E.T.A. Hoffmann, el conde Jan Potocki nació en 1761 en el castillo de Pikow (Polonia) y fue un hombre ilustrado hasta la erudición, demócrata, progresista, etnógrafo, viajero empedernido y aventurero, que acabó sus días en 1815, suicidándose en su biblioteca con una bala de plata que él mismo había pulido pacientemente. El Manuscrito encontrado en Zaragoza es una de las obras más legendarias y emblemáticas de la literatura fantástica, cuyo texto íntegro, incluyendo su extensa segunda parte. De estructura laberíntica, narrada al modo de los decamerones, la obra transcribe el manuscrito hallado por un oficial de las tropas napoleónicas en Zaragoza, y cuenta las peripecias y viajes del noble caballero Alfonso Van Worden, episodios vividos o referidos sobre «bandidos, almas en pena y adictos a la Cábala», en una visión pintoresca, fantástica y prerromántica de la España profunda del siglo XVIII, llena de inolvidables historias de aparecidos, cabalistas, ventas encantadas o leyendas moriscas, traspasada de un aire picaresco deudor de la tradición española.

El Manuscrito encontrado en Zaragoza es una de las obras más legendarias y emblemáticas de la literatura fantástica. De estructura laberíntica, narrada al modo de los decamerones, la obra transcribe el manuscrito hallado por un oficial de las tropas napoleónicas en Zaragoza, y cuenta las peripecias y viajes del noble caballero Alfonso Van Worden, episodios vividos o referidos sobre «bandidos, almas en pena y adictos a la Cábala», en una visión pintoresca, fantástica y prerromántica de la España profunda del siglo XVIII, llena de inolvidables historias de aparecidos, cabalistas, ventas encantadas o leyendas moriscas, traspasada de un aire picaresco deudor de la tradición española.

Se trata de una colección de pequeñas historias situadas en España. Sus personajes abarcan casi todo el espectro de lo que el lector espera encontrar en la literatura gótica: Ladrones, inquisidores, cabalistas, alquimistas, gitanos, etc.

Pero no sólo el género gótico (quizás el más presente) son parte de esta maravillosa novela. Lo erótico tiene un espacio fundamental, aunque lejos del erotismo clásico y dulzón de las obras del período. La sátira y la filosofía aparecen como condimentos, más o menos lúcidos, dependiendo del relato en particular. Los intereses y aficiones de Jan Potocki a veces atentan contra la narrativa. Su obsesión por las sociedades secretas y los arcanos mágicos de oriente suelen desviar su atención de la estructura del cuento.

El carácter concéntrico del Manuscrito encontrado en Zaragozaencuentra paralelos con el Decámeron y Los cuentos de Canterbury; donde lashistorias se yuxtaponen y atraviesan. Como ejercicio literario resulta notable, debido a la complejidad de su ejecución; aunque su lectura, de hecho, no necesite mayores méritos que un poco de paciencia, y ganas de conocer los más antiguos exponentes de la literatura de terror.

Del mismo comenta Martí Sales:

«¡Qué obra! Casi ochocientas páginas de puro placer lector divididas en seis decamerones y treinta cuatro historias desopilantes, estremecedoras, sicalípticas, desconcertantes y didácticas a la vez; un tour de force de uno de los autores de vida y hechos más extravagantes de la historia de las letras europeas, el conde polonés Jan Potocki (1761-1815), viajero empedernido, militar, escritor, intelectual y, finalmente, suicida (se dio muerte con una bala de plata que él mismo pulió durante los últimos meses de su vida); un libro en dos versiones, una más deslavazada y subida de tono, la de 1804, y otra más trabajada, estructurada, completa, la que nos ocupa, la de 1810; una obra maestra de la literatura universal: El Manuscrito encontrado en Zaragoza.
Alfonso van Worden, oficial de la guardia valona, se dirige a Madrid para ponerse al servio del rey de España y en el camino a la capital, cruzando Sierra Morena, su periplo se atrabancará y agrandará en sesenta y un días que resultarán, para el joven militar, la lección de una vida. En este lapso de tiempo le pasarán y contarán todas las aventuras habidas y por haber, retos a la imaginación y viajes a los límites de lo posible, de mano de cabalistas, demonios en posadas encantadas, geómetras, gitanas bellísimas, jeques amos de maravillosos reinos subterráneos, muertos vivientes, poseídos y ermitaños. El género fantástico en todo su esplendor explorando los clarobscuros de la Ilustración. Porque en El Manuscrito encontrado en Zaragoza todo se pone en duda: la ética (cuando uno tropieza con la belleza de la carne, hasta las más altas torres caen), la religión (conoceremos judíos, musulmanes y cristianos y ninguno logrará hacer prevalecer su doctrina por encima de la de los demás), sus convicciones (en el caso de Alfonso, el pilar de su vida, que es un pundonor pasado de vueltas, se verá fuertemente cuestionado un montón de veces), su percepción de la realidad (¿existen fuerzas sobrenaturales?) y la posibilitad de conocer o aprehender la realidad (¿sabré con certeza algún día que es lo que sucede en el mundo?).
¿Todo se le pondrá en duda para formarle o para despistarle, aniquilarle? Eso sólo lo sabremos al final de este extraordinario libro que no se puede dejar de leer ni un solo instante, que es una recopilación de cuentos y leyendas y aventuras sólo comparable a las mil y una noches o a sagas hindúes como el Mahabharata. Un libro sapiencial con todo lo bueno de aprender con la boca abierta, es decir, como los niños pequeños que, sin saberlo, sin esfuerzo y con muchísima diversión, de todo sacan jugo y formación.»

Pueden leer o descargar el Manuscrito hallado en Zaragoza, de Jan Potoki, aquí:

http://www.scribd.com/doc/18198458/Manuscrito-hallado-en-zaragoza
http://www.4shared.com/file/56000541/6f6a8e52/JAN_POTOCKI_-_Manuscrito_Encontrado_En_Zaragoza.html
http://www.quedelibros.com/libro/12009/Manuscrito-Encontrado-En-Zaragoza.html

http://www.youtube.com/watch?v=EOYBHOKV_0U&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=Iy4hJA-EDMM
http://www.youtube.com/watch?gl=PL&feature=related&hl=pl&v=eF8SCQRUWj0

Un libro con leyenda según Antón Castro:
«La historia del Manuscrito es como un cuento fantástico: en 1804-1805 se intentó publicar una versión con trece jornadas en San Petersburgo y en 1809 se publicó una versión alemana en Leipzig, y las dos han desaparecido. En 1813, se editó una versión fragmentada en francés. Y en 1847, tras un arduo trabajo de Edmond Chojecki, apareció en polaco el libro con su título más definitivo: El manuscrito encontrado en Zaragoza. Habría más ediciones, plagios, resúmenes y aventuras sueltas, y el libro se convertiría en un auténtico mito. Diego Moldes anota: «Se cuenta que en 1917, tras la Revolución de octubre, salió de San Petersburgo una pequeña biblioteca que, a lomos de una mula, cruzó Rusia, rumbo al puerto de Odesa; desde allí, los sacos con libros embarcaron a Marsella y de ahí a la capital gala, para acabar cruzando el Atlántico y terminar en una casa perdida en medio de la Pampa argentina». Eso es lo que ha contado el librero y anticuario Serge Plantureux, que sería otro de los grandes divulgadores del libro que en España conoció distintas ediciones a partir de 1968 hasta la de ahora; Mauro Armiño publicó una versión muy completa en Valdemar (2002) de mil páginas.»
«La vinculación con Zaragoza es más bien episódica. Solo aparece al principio, en el prólogo. Aquí, concretamente el 20 de febrero de 1809, un joven soldado francés valón encuentra un manuscrito repleto de historias, protagonizadas por el oficial Alfonso van Worden y por un montón de personajes fascinantes: princesas, magos, brujas, gitanos, bandidos, judíos errantes, etc., que se unen en esta, según Roger Caillois, «obra maestra de la literatura fantástica de todos los tiempos».»

La Editorial Acantilado ha publicado por primera vez en español la obra «Manuscrito encontrado en Zaragoza» de Jan Potocki, en su versión de 1810, una reescritura de la novela a la que el conde polaco dedicó los últimos 20 años de su vida.
Según ha explicado la editorial, en 2002, Dominique Triaire y François Rosset, dos investigadores de las Universidades de Montpellier y Lausana, respectivamente, lanzados sobre la pista de Potocki y su magna obra, descubrieron seis manuscritos mal catalogados en los archivos de Poznan (Polonia).
El estudio minucioso de estos documentos -fechas de fabricación del papel inscritas en las filigranas, grafías de los copistas, forma y lógica de las correcciones autógrafas- les permitió establecer que no existía una sola versión, sino dos versiones de «Manuscrito encontrado en Zaragoza».
La primera, de 1804, que es la que hasta este momento se ha utilizado en todas las ediciones aparecidas y que fue base de todas las traducciones en lengua española hasta hoy, y otra de 1810, que Acantilado presenta ahora al lector por primera vez en español y que representa la versión más terminada y completa de esta obra cumbre de la literatura fantástica europea.

A Luis Buñuel siempre le habían interesado los relatos de viajeros por España de los siglos XVIII y XIX y el concepto del relato dentro del relato o de cajas chinas. El libro de Potocki compendia ambas cosas, pero además, si pensamos en la simbólica y pictorialista película de Has, «es fácil adivinar la simpatía del cineasta aragonés por el componente surreal de algunas secuencias, el entramado onírico y la voluntad escapista, la descripción de la cultura española por medio del itinerario, viaje físico y metafísico, y, sobre todo la estructura laberíntica», dice Diego Moldes (Pontevedra, 1977) en su apasionante libro El manuscrito encontrado en Zaragoza. La novela de Jan Potocki adaptada al cine por Wojciech Jerzy Has (Calamar Ediciones), que coincide en las librerías con una nueva edición de la novela en Acantilado. Jean Potocki, conde polaco y viajero cosmopolita por Marruecos y España entre otros lugares, habría iniciado la redacción de su obra en 1797; al parecer iba conformando el libro con relatos que le contaba a su segunda esposa, convaleciente en la cama. En 1804, cuando era consejero del zar Alejandro I, habría culminado una primera redacción. Parece que a lo largo de seis años ensanchó y mejoró el texto, y concluyó una edición más ambiciosa en 1810, hallada definitivamente en 2002 por dos investigadores, que es la que publica la editorial Acantilado.
Luis Buñuel sintió una fascinación especial por El manuscrito encontrado en Zaragoza del conde Jan Potocki (1761-1815), una extraña y compleja novela compuesta por seis decamerones que comprenden 66 jornadas, protagonizadas por el oficial valón Alfonso van Warden en las tierras de Sierra Morena y de Toledo. Buñuel quiso adquirir los derechos del libro, que había editado en Francia Roger Caillois en 1958. En 1965, vio en París la adaptación del polaco de Cracovia, Woijiech Has. Diría en sus memorias: «Me gusta El manuscrito encontrado en Zaragoza, novela de Potocki y película de Has, película que he visto tres veces, lo cual es excepcional y que encargué a Alatriste comprar para México a cambio de Simón del desierto». Esa película también impresionó a Martin Scorsese y a Francis Ford Coppola, entre otros.

«Manuscrito encontrado en Zaragoza» es el compendio de la vida y trabajos de Jan Potocki, literato, erudito, místico, viajero, científico y político nacido en 1761 en Polonia y uno de los personajes más fascinantes de la Europa de la Ilustración.
Si en su ritmo majestuoso y la riqueza de su realismo inaugura la gran novela del siglo XIX, su audacia formal y su experimentación con distintos registros y niveles de ficción anticipa la literatura del siglo XX, ha señalado el editor, Jaume Vallcorba.
Esta nueva versión de la novela, completada con una presentación de Marc Fumaroli y los epílogos de Dominique Triaire y François Rosset sobre el texto y la vida de Potocki, aporta una nueva visión a uno de los grandes clásicos de la literatura universal.
En la novela, Alfonso van Worden, oficial de la guardia Valona, viaja a Madrid para ponerse al servicio del Rey de España, y en una de las etapas de su periplo debe atravesar Sierra Morena.
Allí le espera un misterio laberíntico que deberá desentrañar y que le embarcará en una aventura sin precedentes en la que encontrará alquimistas, astrólogos y cabalistas, poseídos, demonios, bandidos, gitanos y anacoretas.

La película tal vez aquí:

http://www.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/1512223/El-Manuscrito-de-Zaragoza-_1965_-_DVDRip-VOSE_.html

La crítica de la película de la mano de Gentoo:» Un texto mágico descubierto,supuestamente, durante las Guerras Napoleónicas… el Capitán Alphonse van Worden se adentra en un relato diabólico que lo transporta a una España pintoresca poblada de fantasmas, demonios seductores y sacerdotes místicos. A través de siglos y naciones, el manuscrito presenta historias divertidas, horripilantes, alegres y grotescas; un fascinante viaje en el tiempo para aquel viajero que ose adentrarse en sus secretos…… El joven Alfonso van Worden capitán de la guardia valona del Rey de España, viaja a Madrid a través de la salvaje cadena de montañas de Sierra Morena. Al pasar la noche en una posada abandonada, traba conocimiento con dos princesas de Mauritania, que le revelan un secreto: siendo heredero de una poderosa familia, está destinado a cumplir altos destinos, pero que tiene que someterse previamente a una serie de pruebas para hacer patente su valor, rectitud y dignidad. A pesar de su voluntad, van Worden se transforma en un personaje central de toda una serie de extrañas aventuras. Lo persiguen ahorcados, dementes, la Inquisición, los demonios… Al final llega al castillo de un misterioso cabalista, donde pasa varios días, oyendo relatos sobre extraños sucesos de este mundo. Cada narración contiene muchos significados. El cabalista místico libra una especie de lucha por el alma de van Worden con el racionalista, el sabio matemático Velázquez.»

Knut comenta en  leelibros.com también sobre la película : «Contando con sus múltiples defectos, algunos de los cuales bastante lastrante, son tantas sus virtudes y especialmente tan única que resulta imposible el no cogerle cariño. Porque aunque el ritmo en ocasiones decae o se ve comido por el caos, a pesar del exceso de metraje, sólo por la idea de adaptar a su homónima literaria y proceder de un país como Polónia, implica en si mismo todo un milagro de esos que se dan cada milenio.»
«La cinta tiene un exotismo vitalista maravilloso, con una sensualidad libertaria que personalmente me caló de manera vergonzosa. No es sólo que salgan mujeres lujuriosamente desprendidas de ropa, es el morbo de la misma historia, muy del estilo de Las mil y una noche en su formalidad y eroticidad. Ya de por sí la excelente novela en la que se inspira es un obligado en el fantástico, fresca como pocas, y es algo que no se pierde en absoluto en la adaptación.»
«Multitud de personajes aparecen y desaparecen, se insertan historias del pasado en el presente, los demonios, muertos, el sexo, el deseo venéreo hacia las madrastas y las hermanas jóvenes de esta. Lascivia y muerte, todo con un humor vitalista de esos que invitan a celebrar el mismo hecho de celebrar. Algunos de los personajes son estupendos otros quizás no tanto, pero con todo no hay Zaragoza y por ende España más surrealista que esta, tan exótica y fantástica.»
«No todo es Tolkien, o al menos dentro de la pequeñísima proporción que no lo es hay obras, como esta (en ambos formatos) que recuerdan que no serlo en ocasiones da alegrias trascendentales, que embellecen el alma y los ojos.»

http://la.wikipedia.org/wiki/Manuscrit_trouv%C3%A9_%C3%A0_Saragosse
http://leelibros.com/biblioteca/index.php?q=el_manuscrito_encontrado_en_zaragoza
http://elespejogotico.blogspot.com/2009/08/manuscrito-encontrado-en-zaragoza-jan.html
http://locusliterario.com/forum/viewtopic.php?f=55&t=177&p=16370
http://www.acantilado.es/recorridos/man … ol–19.htm
http://memoriasdeunfriki.blogspot.com/2006/08/manuscrito-encontrado-en-zaragoza-de.html
http://www.hislibris.com/manuscrito-encontrado-en-zaragoza-jan-potocki/
http://www.agapea.com/libros/Manuscrito-encontrado-en-Zaragoza-isbn-8477023743-i.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/El_manuscrito_encontrado_en_Zaragoza
http://www.psicofxp.com/forums/cine-tv-radio-y-espectaculos.67/480693-las-peliculas-delpasado-que-estan-presente-21.html
http://latormentaenunvaso.blogspot.com/2010/03/manuscrito-encontrado-en-zaragoza.html

Meterme en tus zapatos.La empatía .Una visión actual.

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Las sociedades ,tambien las democráticas,tienen muchas carencias .Una de ellas es el respeto a la diferencia,y en general,a las minorías.El que no piensa como yo es sospechoso ,poco de fiar.En muchos casos se le debe marginar ,en el trabajo,en la asociación,club,agrupación etc.Es evidente que en la vida social ,por mucho que se respeten a las minorías las decisiones se hacen desde y para ,sobre todo,las mayorías.Especialemente ,en el actual contexto político ,para las mayorías silenciosas,pasivas,que no votan y que parecen estar al margen de todo.Se escoge ,se elige de muchas maneras ,cuando no decimos o hacemos nada también estamos diciendo algo.Decimos: “lo que decidan me da igual”,o bien: “lo que decidan también me vale”.También puede querer decir,y esa es la versión más fatalista,que como te va a fastidiar o a perjuidicar igual,como acabarás pagando los platos rotos o el pato,que por cierto no te comiste tú,te da lo mismo.
En la vida cotidiana  la capacidad de acercarse a la realidad del otro,es tan importante que marca la diferencia entre los que poseen inteligencia emocional y los que parecen carecer de ella.
En el mundo de la pareja,la amistad,el trabajo o estudio y ,por supuesto en la política,ponernos en el lugar de los demás ,sentir sus problemas ,es fundamental para relacionarnos correctamente con los demás.
Ciertas corrientes de pensamiento psicológico postulan que la mente humana tiene en común sensaciones y sentimientos. La única diferencia entre dos personas es el momento en el que se muestran dichos sentimientos, provocando emociones que motivan a actuar. Que una persona no sienta igual que otra en un momento dado, es por razones educativas, predisposición genética y condicionantes hormonales, que inducirán a encauzar los estímulos de una forma u otra. Por eso, infieren que la empatía es posible en un individuo capaz de razonar acerca de sí mismo, evaluar sus sentimientos y razonar acerca de otras personas de forma que no tienda a justificar sus propios deseos. El deseo sería la unidad de degeneración del pensamiento objetivo, y el grado de exactitud estaría desvirtuado, en mayor o menor medida, dependiendo la profundidad del conocimiento de uno mismo, o lo que es lo mismo, de su inteligencia emocional.(Hoffman (1977) estudió el fenómeno y concluyó que la empatía es más relevante en las mujeres que en los varones.  Para Díaz-Aguado esto tiene que ver con la educación diferencial de niños y niñas.La habilidad de experimentar emociones ajenas como si fuesen propias es la base de la empatía. Averiguar qué emociones alberga nuestro interlocutor, cuán fuertes son dichas emociones y qué las ha desencadenado puede parecer una labor de adivino, pero hay muchas personas que en un grado u otro pueden acometer esta tarea. Para los psicólogos resulta casi una facultad sine qua non. No se trata sólo de ser simpáticos. Invitamos a alguien a tomar el té, escuchamos atentamente sus exposiciones y nos mostramos congruentes con su estado de ánimo, aliviando pesares o reforzando euforias… Eso es sólo simpatía.
Jordi Montaner lo explica así: “La empatía es una destreza básica de la comunicación interpersonal, ella permite un entendimiento sólido entre dos personas, en consecuencia, la empatía es fundamental para comprender en profundidad el mensaje del otro y así establecer un dialogo. Esta habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura.Uno de los elementos clave que forma la inteligencia emocional, es la empatía, la cual pertenece al dominio interpersonal. La empatía es el rasgo característico de las relaciones interpersonales exitosas.Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de empatía? La empatía no es otra cosa que “la habilidad para estar conscientes de, reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás”. En otras palabras, el ser empáticos es el ser capaces de “leer” emocionalmente a las personas.”
La web Galeon.com en su espacio “Aprender a aprender ” propone el siguiente ejercicio de
Empatía : Ponte en el lugar de otro.


Piensa en alguien a quien te gustaría entender mejor y elige alguna situación concreta en la que te hubiera gustado poder comunicarte con esa persona de manera más eficaz.Recuerda esa situación y repasa las ideas que se te pasaron por la cabeza, tus sentimientos en aquel momento, las cosas que dijiste y que te dijeron, tus impresiones, etc.Ahora vuelve a recordar la misma situación, pero esta vez desde el punto de vista de la otra persona. Imagínate que eres esa persona
Imagínate que te estás viendo a ti mismo desde los ojos de esa otra personal Entra en la piel de esa persona y imagínate sus sentimientos acerca de esa situación y acerca de ti  mismo. ¿Qué pensaba esa persona¿ ¿Cuál era su punto de vista acerca de la situación? ¿Qué hubieras tenido que decirle y de que manera para mejorar la comunicación entre vosotros? Toma nota de tus impresiones.

http://www.youtube.com/watch?v=5cRBdzpL3qs&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=aHJUd-zbuyU&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=HECJ5fESJTY&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=5cRBdzpL3qs&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=nkuF1ldWXTM&feature=related

Empatía: capacidad del individuo para ponerse en el lugar de otro, para llegar a la compenetración emotiva con otros seres, modos de vida o períodos históricos.
La empatía se convirtió en los sistemas de Fr. Th. Vischer, Th. Lipps, J. Volket, K. Gross y algunos otros pioneros de la psicología científica en Alemania en un concepto psicológico-estético central. La empatía se ha de entender como un proceso que es parte de la comprensión y que se orienta fundamentalmente a las manifestaciones expresivas.

Portada del libro LAS NEURONAS ESPEJO. LOS MECANISMOS DE LA EMPATÍA EMOCIONAL

Rose Rosetree desde 1971 enseña técnicas destinadas a desarrollar la percepción sutil .Según su editor:
“Despertar los dones empáticos significa ser iniciado en unas técnicas con las que sin esfuerzo podrás acceder a la realidad más profunda de la otra persona. Al contrario de lo que ocurre en muchos ámbitos de la vida, con la empatía, la ausencia de esfuerzo es la prueba de que has logrado algo. Por ello, las técnicas descritas en este libro han sido concebidas para necesitar el mínimo esfuerzo posible. De este modo, la empatía puede ser una forma muy agradable de servir a los demás.”
Patricia Merayo López-Huerta plantea que:“La presente etapa histórica pone al ser humano en la tesitura de aferrarse a un nuevo modo de vida basado en unos nuevos valores, más allá de los conceptos de productividad e individualismo que actualmente imperan en nuestras sociedades y que regulan nuestra percepción de la realidad y de los individuos que la componen. La empatía es esa capacidad innata del ser humano que le permitirá ascender un nuevo escalón evolutivo para la creación de una nueva sociedad global más humana, y en definitiva mejor.” Amalio A.Rey lo expresa así en su Blog: “ El otro día escuché a la Vicepresidenta De la Vega, decir: “yo sé lo que es ir a un mercado y ver que aumentan los precios (…), yo sé lo que es perder un empleo“. He pensado inmediatamente que es una afirmación atrevida, y puedo creerle a una persona como De la Vega por la que siento un gran respeto, pero…”

“La mayoría de ellos vive en la estratosfera, en “su mundo”, no tiene ni idea de lo que siente un ciudadano común, mientras que sus prioridades son escalar y figurar en las fotos de las noticias que dan votos.”“Si son altos cargos tampoco viven los problemas reales de la gente, pues llegan a todas partes con los privilegios que concede la etiqueta de “autoridades” y disponen de una retahíla de ayudantes que se encargan de quitarle problemas comunes de encima, y así alejarlos aún más de la realidad.http://www.dailymotion.com/video/x1vhmi_en-sus-zapatos-trailer-p2mteam_fun



La película “En sus zapatos”  “In her shoes” del 2005 es una historia que pasa alternativamente de la risa a la angustia sobre dos hermanas con nada en común salvo que ambas gastan el mismo número de zapato. Maggie y Rose Feller son muy amigas y polos opuestos cuando se trata de valores, objetivos en la vida y forma de ser. Maggie es una chica guapa, alegre y desenfadada que a duras penas ha terminado el instituto, a la que le duran los trabajos un santiamén y que cree que su mayor activo es la atracción que despierta entre el sexo masculino. Rose es una abogada formada en Princeton que trabaja en una firma de primer orden de Filadelfia. Su piso del periodo anterior a la guerra está hermosamente decorado y es su refugio frente al mundo exterior. La única alegría de Rose en la vida son los zapatos (porque siempre sientan bien), pero desgraciadamente tiene pocas oportunidades de lucirlos y sacarlos del armario. Tras una catastrófica riña, las dos hermanas tienen por delante un largo y tortuoso camino hasta llegar a quererse de nuevo, ayudadas por el descubrimiento de una abuela materna que pensaban estaba muerta. A través de su nueva relación con su abuela, Maggie y Rose aprenden a hacer las paces consigo mismas y entre ellas.

http://www.youtube.com/watch?v=nkuF1ldWXTM&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=q1c5PXhn1jg&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=61OeCtKwC2s

http://www.amaliorey.com/2008/09/23/mira-que-es-dificil-esto-de-la-empatia-post-20/
http://listocomics.com/196-empatia/
http://alfredeldeatras.blogspot.com/2009/03/eso-se-llama-ponerse-en-el-lugar-del.html
http://www.proyectopv.org/1-verdad/empatia.htmhttp://evolucionando.blogspot.com/2008/04/vdeos-sobre-empata-y-algn-comentario.html
http://www.freelancecolombia.com/articulos/liderazgo-la_asertividad_y_la_empatia.php
http://evolucionando.blogspot.com/2008/04/vdeos-sobre-empata-y-algn-comentario.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Empat

 

El mundo de los emoticones. :) ;) :( Transmitir emociones en el mundo 2.0

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En el Blog,una incursión en el mundo de la comunicación,una mirada ràpida y furtiva a un universo que nos ha caido encima y del que aún no está claro como saldremos parados.Por encargo expreso de la representante más joven de mi familia,mi hija,una reflexión, espero que bien documentada,sobre el mundo de las emociones y su reflejo en la Red.
Los primeros emoticones tipográficos surgen a principios del siglo XIX,pero su mayor eclosión se ha producido bien avanzada la segunda mitad del XX .El advenimiento de la informática, el procesador de textos,y finalmente Internet y los teléfonos móviles.Para los que no fuimos a la escuela con el teléfono móvil en la mano o el netbook en la mochila, algunos son todo un misterio. También hay algunas abreviaturas que dejan perplejo a más de uno: LOL (laughing out loud) o MDR (mort de rire) son dos de ellas.
Los smileys, también llamados emoticones, nos permiten expresar emociones, estados de ánimo o algún detalle de las personas que se están comunicando a través de un medio escrito como el correo electrónico,el Messenger ,el Chat, las charlas del IRC o las conversaciones o mensajes entre los miembros de un BBS,comentarios en un Blog y demás. También sirven de abreviaturas de expresiones como :»Estoy contento» o «estoy triste» o «¿qué has dicho?».Cada vez más evolucionados ,los simbolitos han ido perfeccionándose de la mano de creadores web,creadores y diseñadores gráficos y demás.Así ahora tenemos todo tipo de emoticones ,en todo tipo de formatos,en movimiento (gifs),y también en todo tipo de circunstancias.Son ya un personaje audiovisual más.

Los más utilizados se consiguen combinando los dos puntos como si fueran los ojos, el guión como nariz y el paréntesis como boca.

La transmisión de emociones a traves de la Red ha sido objeto de muchos estudios ,especialmente,y como es natural, en los Estados Unidos .Algunos hablan de la inteligencia emocional aplicada al mundo 2.0 .Otros teorizan sobre en que nos ha cambiado la vida,tambien la de las emociones y su expresión ,con el advenimiento del nuevo mundo digital.Algunas de las conclusiones que compendia y resume Nicole Etchevers Goijberg:  «Existe una clara tendencia a estudiar las causas que fomentan la «intensidad» de las ciberrelaciones, la comunicación y auto expresión del yo, la construcción de «nuevas» identidades, el abuso del anonimato, y sobre todo, los efectos sociales que pueden conllevar este tipo de prácticas, pero dónde quedan las preguntas iniciales de si ¿Es posible transmitir emociones por estas vías? y ¿cómo se trasmiten?, ¿Acaso se está creando un nuevo lenguaje a partir del cual los sujetos se sienten conectados más íntimamente, al igual o más, que si estuvieran cara a cara?.¿Qué mejor manera de crear una nueva etapa de estabilidad en la vida de los seres humanos, si desde los inicios de su formación se les enseña una adecuada educación emocional, que englobe además la manera en que ésta deba ser comunicada hacia los otros y hacia ellos mismos en su futuro diario vivir? Y mejor aún, ¿porqué no utilizarlo en conjunto con las nuevas tecnologías para formar parte así, de un proyecto común, integral, moderno y enriquecedor para el desarrollo de todo ser humano?»

El IV Congreso de la CiberSociedad celebrado en el 2009 ,concretamente su Grupo de Trabajo coordinado por  Simone Belli y por Albert Farré,lo expresó así:»Cada vez es más sencillo el acceso de los ciudadanos y ciudadanas a las tecnologías de la información y la comunicación, las TIC, que destacan por su presencia habitual y en alza en nuestros escenarios urbanos. Hay prácticas que suponen una elección continua y cotidiana, que tienen una función importante y esencial para la vida social y la relación con los demás: la utilización humana y social de las TIC, que nosotros entenderemos como un uso eminentemente emocional. Es por ello que en este grupo de trabajo nos interesaremos por las emociones compartidas en el uso cotidiano de las TIC.»

El humor es muy importante en el mundo 2.0:

Los emoticones transmiten o ayudan a reforzar y aclarar nuestros sentimientos en una conversación:

«Las emociones van cambiando en el lenguaje natural y espontáneo de la vida cotidiana. Nuevos términos entran en la arena discursiva y se van generando nuevos ámbitos, por ejemplo, en el ámbito tecnológico: sólo en los últimos años se ha comprendido que las emociones y las nuevas tecnologías tienen una relación muy estrecha. Sobre todo, en lo relativo a la afectividad, hemos tenido oportunidad de observar múltiples ejemplos, cómo: cuando una madre habla por teléfono con sus hijos y su familia, llorando, o cuando una joven inmigrada «sale de fiesta» con sus amigos en el país de origen conectados en la Red, o cuando dos jóvenes enamorados conversan mediante un chat a mil kilómetros de distancia. En definitiva, se trata de un conjunto de performances, totalmente emocionales, que suceden mediante el uso de las TIC.»

«Cuando nos encontramos delante de una pantalla, se generan una serie de mecanismos que hacen emerger nuestros aspectos más íntimos, y que la narrativa científica ha etiquetado con el término de «disclosure». La «disclosure» nos ayuda a explicar la fascinación, actualmente tan extendida, por hablar con personas desconocidas y conocidas a través de una pantalla, que nos permite decirles cosas que nunca diríamos cara a cara. Sobre todo cosas relativas a la esfera íntima y privada, en definitiva: expresar nuestras emociones. Por otro lado, esto nos permite entender el éxito que tiene el uso de estas tecnologías en diferentes aspectos de la vida. Fenómenos como el Facebook, garantizan justamente eso, contactar con alguien que ya conocemos, pero entrar en una dimensión más intima, donde es posible expresar nuestras emociones menos públicas o llevar nuestras relaciones a otro nivel, y todo ello a través del lenguaje. Este razonamiento nos permite repensar en otros términos las relaciones afectivas, el aspecto íntimo en las nuevas tecnologías y las emociones que nos encontramos cuando estamos delante de una pantalla.»

Otros como  William R. Nabaza  en  Master-Net.net     nos aconsejan sobre colores y tipografias que ayuden a transmitir mejor las emociones en el entorno Web: «Los colores pueden ser uno de los múltiples caminos. Los colores llamativos estimulan la actividad y los colores tranquilos estimulan la reflexión. Los naranjas pueden ser inspiradores. Los azules transmiten tranquilidad y serenidad. Los rojos nos motivan para hacer algo. Los webs Corporativos pueden utilizar amarillo y naranja.»
«La Tipografía también es muy importante. Cada tipo de fuente expresa un tono de voz diferente y personal. También añaden entonación y expresividad. Una fuente Serif es clásica y conservadora, las Sans Serif son contemporáneas y adaptables. El texto en negrita remarca e imprime importancia; el texto en cursiva enfatiza una idea. Más de dos tipos fuentes en una página carga mucho y puede confundir tu mensaje como si se mezclaran varias voces diferentes.»
«Todos estos factores combinados a la vez harán que un sitio web tenga el mismo impacto que el anuncio más cautivador y la conversación más clara e interesante.»

 

Sobre inteligencia emocional y estudios publicados por CiberSociedad:

 

Etchevers Goijberg, Nicole, 2005, ¿Dónde están las emociones en el Ciberespacio? Análisis de la situación actual, Revista TEXTOS de la CiberSociedad, 5. Temática Variada. Disponible en http://www.cibersociedad.net
Emociones y dinero:

Entrenamiento para estar contentos:

 

 

La vida de Domingo Badía Leblich,Alí Bey, un espía de principios del s.XIX

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En el Blog una mirada a un  personaje que como hiciera antes Ramón Llull o Anselm Turmeda,se acercó de forma muy intensa a la cultura árabe y musulmana.Ahora que está tan de moda el multiculturalismo,y la «alianza de civilizaciones»,es bueno recordar a personajes pioneros que supieron asumir de forma plena la civilización islámica.No me refiero a Juan Goytisolo ,aunque  con él tiene algo en común.

Me refiero a un científico, aventurero y explorador, cuyo verdadero nombre era Domingo Badía, barcelonés hijo de padre aragonés y madre belga, nacido en el año 1767, se le conoce por el nombre de Ali Bey, o príncipe Ali Bey el Abassy. Fue un gran estudioso y un islamista, a la vez que un espía en su época.Como en otras entradas o «posts»,opto por añadir alguna otras reseña biográficas.En este caso el motivo está aún más que justificado: la vida de Alí Bey está envuelta en un halo de misterio. Fue administrador de Tabacos en Córdoba y trabaja de funcionario en Granada, ganado el favor de la Corte y gracias a su amistad con Godoy, presenta a Carlos IV un proyecto de expedición a África por lugares poco conocidos.Se circuncida en Londres,algo imprescindible para pasar por musulmán.

Adopta ropajes nativos árabes y conocedor del idioma, inicia sus primeros viajes el 25 de Mayo de 1803, cambiando ya en Marruecos su nombre por el de Ali Bey el Abassy. Esto le hace abrirse camino en un mundo vedado a los europeos, llegando a conocer sultanes y nobles. Sus conocimientos científicos le sirven para realizar predicciones astrológicas y es considerado un santo, llenándosele de regalos e incluso el sultán le regala dos mujeres,y una vivienda. Se le considera un francmasón catalán, interesado por estas reglas, pero su misión científica inicial cayó en desinterés, quedando relegada a una misión económica y política, ya que ejerció de espía de la corte española en Marruecos. Visita La Meca y es el primer occidental que besa la piedra negra de la Kahva. En sus viajes también recorre El Cairo, Damasco, Constantinopla y tierra Santa, dejando relatos concernientes en su libro “Viajes de Ali Bey”. Entre sus proyectos tenía encontrar el santo Sepulcro y localizar la Atlántida.
Carlos IV pierde interés por sus proyectos y Badía los presenta a Napoleón , se francesa y pone al servicio de José I ( Pepe botella), del cual consigue el titulo de Intendente General de Segovia. La derrota de los franceses hace que se exile a París, donde escribe sus memorias y solicita el perdón a Fernando VII, sin lograr ningún éxito. Por su parte Luís XVIII, le nombra Mariscal de Campo, partiendo después a Oriente en un segundo viaje, como espía, con nombre de Ali Othman. Su última carta llega de Constantinopla el 20 de Marzo de 1818. No se supo nada mas de él, ya que en su muerte se citan varias fechas 1819, 1822 y 1824, también se cuenta que fue envenenado ( en Alepo), y también se cree por un plan urdido por los ingleses, que temían la influencia francesa en la zona. A su muerte dejó un gran legado de pictogramas, que siempre se creyeron eran mapas de tesoros ocultos.
No se conocen sellos emitidos de este viajero y científico, ni por parte española , ni francesa.

Buy Voyages D'Ali Bey El Abbassi [Pseud. ] En Afrique Et En Asie Pendant Les Annes 1803, 1804, 1805, 1806 Et 1807, Volume 2, Ali Bey, 1142334260Buy The Travels Of Ali Bey, [pseud. ] Volume, Ali Bey, 115095048XBuy Travels Of Ali Bey [Pseud. ] In Morocco, Tripoli, Cyprus, Egypt, Arabia, Syria, And Turkey: Between The Years 1803 And 1807, Volume 2, Ali Bey, 1142965287

Este barcelonés nacido en 1767 dedicó su vida a los más diversos trabajos entre los que destacaron el de etnógrafo, cartógrafo, astrónomo y espía.
Disfrazado de príncipe musulmán, Domingo Badía vivió una de las aventuras más fascinantes en la historia de los exploradores. Entre 1803 y 1807 recorrió buena parte de los países árabes, siendo el primer cartógrafo y espía europeo que visitó la Meca.
Cuando Manuel Godoy (Primer Ministro de Carlos IV), recibió la audaz propuesta de Domingo Badía y Leblich, probablemente pensó que se encontraba ante un loco o un suicida. Sin embargo, según confiesa Godoy en sus cartas al rey, el arrojo y la seguridad de aquel hombre terminaron por merecer su confianza.
En su proyecto inicial, Badía pretendía encontrar las fuentes del Nilo, meta de todos los exploradores de la época. También deseaba certificar la dirección del curso del río Níger y reunir datos sobre la ciudad de Tombuctú. Además proponía a la corona una recopilación de datos botánicos, geográficos, antropológicos y etnológicos sin precedentes para la ciencia española. Y lo más interesante para Godoy: le planteaba la posibilidad de urdir un plan para conspirar contra el sultán de Marruecos y arrebatarle el trono.
Comienza aquí una singular aventura que le llevará por Marruecos, Túnez, Egipto, Palestina, Siria y Turquía.
En 1808, durante plena guerra de independencia y tras haber tenido una conversación con Carlos IV el 10 de mayo animado por el rey destronado se presenta a Napoleón para prestarle sus servicios. Éste, tras desconfiar al comienzo lo envía junto con una carta de recomendación a su hermano José I.
El 5 de abril de 1810, es nombrado prefecto de la ciudad de Córdoba por José I, donde introdujo el cultivo del algodón, la remolacha y la patata; ostentando este cargo por espacio de 15 meses hasta el 14 de julio de 1811.
A finales de 1812, Badía inició la redacción de los tres volúmenes de su libro de viajes. Cinco años después, empujado por la necesidad, Badía decidió «resucitar» a Alí Bey para un nuevo viaje, esta vez al servicio de Francia. Desde Constantinopla pretendía llegar a la Meca, donde se uniría a alguna caravana para cruzar el Mar Rojo, y de allí hacia el corazón de África. Puesto que en Marruecos se había descubierto su falsa identidad, en su segunda aventura Badía usó el nombre de Hayy Alí Abu Utman («el peregrino Alí»).
En enero de 1818 salió de París en el que sería su último viaje. Llegó a Constantinopla el 19 de marzo y después cruzó el Bósforo, llegando a Alepo dos meses después. Desde su llegada a Damasco el 4 de julio, su salud empeoró rápidamente. La disentería le obligó a guardar cama varios días. Pero tenaz en su propósito continuó hacia Zarqa, en la actual Jordania. Esa fue la última ciudad que vieron sus ojos. El 31 de agosto, a medianoche, sintiendo su fin cercano, se quitó el anillo que le servia de sello y lo entregó a sus criados. Por la mañana sus sirvientes lo encontraron muerto.

El texto: http://www.archive.org/stream/travelsalibeyps00beygoog/travelsalibeyps00beygoog_djvu.txt http://bibliotecavirtual-pdf.blogspot.com/2010/01/domingo-badia-y-leblich-viajes-de-ali.html

Un estudio sobre su obra  por el profesor Michel McGaha en PDF:

http://www.google.es/url?sa=t&source=web&cd=9&sqi=2&ved=0CEUQFjAI&url=http%3A%2F%2Fe-spacio.uned.es%2Ffez%2Feserv.php%3Fpid%3Dbibliuned%3AETFSerie5-F4AA22F5-A36E-72DE-BEA7-19BA4D9C464F%26dsID%3DPDF&rct=j&q=domingo%20badia&ei=ZOnWTJKfLIKfOq7ZsewJ&usg=AFQjCNGoWPvyby1pfFb4d-wTLQeV4OgoHg&sig2=vsxT9oletmBo-_GKHBFWrw File:Voyage de Ali Bey Planche XII.jpg

Domingo Badía Leblich-Alí Bey, el espía que descubrió La Meca.  Es real. Vivió entre 1767 y 1819 y pasó su infancia en Vera (Almería). Cuando tenía 14 años ya trabajaba como funcionario en la costa de Granada. Se casó y tuvo cuatro hijos. Nunca fue a la universidad, pero su pasión por el conocimiento, por dominar todas las ciencias, y su afán aventurero le sitúan en perfecto maridaje entre el ilustrado y el romántico, entre el científico y el soñador.
El 8 de abril de 1801 se plantó en Madrid para ver a Godoy y presentarle su Plan de viaje al África con fines científicos y políticos. A sus espaldas acumulaba numerosos proyectos, como la creación de un banco de la Real Piedad de María Luisa y varias traducciones: un manual de ciencias naturales y un tratado de higrometría, parte de la física que se encarga de la humedad atmosférica.
En 1795, el Consejo Supremo de Castilla le había dado permiso para construir un globo aerostático, un proyecto de investigación pionero en España y también novedoso en Europa. No consiguió hacerlo volar y se arruinó. Incansable, cuatro años más tarde presentó todo un meticuloso plan de guerra para invadir Portugal que, casualmente, ocho años después Napoleón pondría en marcha. El gran proyecto que ofertó a Godoy reunía todas las ambiciones que pueden tentar a un viajero: el poder y el dinero, el espionaje, el afán científico, el comercio y la inquietud antropológica. Godoy tenía aspiraciones coloniales. Encargó a Alí Bey provocar un cambio político en Marruecos, por aquel entonces contrario a los intereses españoles, y en sus memorias afirma que llegó a movilizar dinero y armas en Ceuta en previsión de un posible levantamiento de algunas tribus beduinas contra el sultán Suleimán (provocado por Alí Bey).
Aunque se habla de 3.000 reales mensuales, se desconoce la ayuda económica que Badía recibió del Estado, pero tuvo que ser considerable. En mayo de 1802 viajó a París, donde se hizo construir todo tipo de instrumentos —un telescopio, un cronómetro, un higrómetro y un círculo reflectante— para documentar científicamente el viaje. Después fue a Londres, donde se circuncidó.
Badía se transformó en Alí Bey en Cádiz, justo antes de desembarcar en Tánger, donde se presentó ante el cónsul español como príncipe abasí, «siriaco musulmán, educado en las ciencias desde la niñez en Italia, Francia e Inglaterra, por lo que casi olvidó el idioma patrio si bien guardó el orden del Corán». En África, apenas un militar, el coronel Amorós —al que llama Jenny en cartas de amor cifradas que le envía—, y un par de enlaces en Tánger y Essaouira, conocían su misión.
En forma de diario, con fechas y horas, precisando también coordenadas geográficas y astronómicas, describió como nunca antes se había realizado la orografía y la sociedad marroquí. Predijo varios eclipses; y enseguida estableció contacto con el sultán.
En pocos meses llegó a formar parte de la corte. Generoso y confiado, Suleimán le regaló un palacio en Marrakech, el Castillo de Semelalia, le rodeó de séquito y, al extrañarle que no dispusiera de harén, le ofreció mujeres, por lo que tuvo que tomar como pareja a una esclava con la que concibió un hijo, Utmán.
Con la excusa de ampliar su saber científico, durante dos años recorrió el Atlas, las ciudades fortificadas, Rabat, Oujda y Fez, llegando hasta Mogador. Sondeó y conspiró contra el sultán entrevistándose con líderes de tribus enemigas, hasta el punto de comunicar a Godoy que la revuelta era posible. Fue entonces cuando Carlos IV, que desconocía los entresijos del proyecto, se opuso a contribuir a derrocar un régimen por medio de la traición.
Sólo meses después, coincidiendo con la derrota naval francoespañola en Trafalgar y ante la amenaza de una invasión inglesa, el monarca juzgó necesaria la operación. Sin embargo, Alí Bey no pudo retomar sus contactos anteriores y el sultán comenzó a sospechar de él. En diciembre de 1805, Alí Bey fue llevado a Larache bajo el engaño de que allí se reuniría con el sultán, pero en su lugar fue conducido junto con su séquito a un barco libio allí fondeado, sin su hijo Utmán y sin su esposa, para que abandonara el país.
Expulsado de Marruecos, Alí Bey consideró que la única opción que le quedaba era continuar con su viaje científico-antropológico, y tomó la determinación de llegar con su séquito hasta La Meca. Recibió dinero de España y siguió enviando informes. Durante más de un año deambuló por el Mediterráneo entre Trípoli, Grecia, Alejandría y El Cairo, donde realizó amplias descripciones de la cultura, el comercio y los yacimientos arqueológicos, especialmente en la isla de Chipre. Desde Suez atravesó en barco el Mar Rojo y el 26 de enero de 1807 alcanzó Jiddah, a un paso de La Meca.
En su papel de príncipe abasí en Tierra Santa, Alí Bey fue presentado a las autoridades locales. Cumplió con los rituales de su condición regia, entre ellos conocer al «envenenador», un hombre de confianza del poder supremo de la ciudad, encargado de medir la piedad de los peregrinos de cierto nivel y quien decidía si el visitante era digno de cumplir el precepto musulmán o, en su defecto, morir envenenado.
Describió con profusión y planos La Meca y nunca dejó de informar a Godoy de sus movimientos. Por primera vez en la Historia, un occidental dibujó mapas, detalló los ritos islámicos y sus significados, documentó sus templos, jamás antes descritos, y contempló la piedra negra oculta en la Kabaa, dentro del recinto sagrado de La Meca.
Como parte del ritual, se hizo merecedor del título de Servidor de la Casa de Dios, La Prohibida, un honor que representa la limpieza de espíritu; peregrinó al Monte Arafat y observó el nacimiento de un nuevo poder, el wahabita, la corriente islámica predominante hoy en Arabia Saudí.
Tras seis meses en La Meca se dirigió a Palestina, llegando a Jerusalén en julio de 1807. Allí penetró en la mezquita construida sobre el templo de Salomón, pero también visitó Nazaret y los santos lugares cristianos y judíos. En otoño se dirigió a Damasco y de ahí a Constantinopla, pero ya no se detuvo. Camino de París, fue en Bucarest donde Domingo Badía se despojó del personaje de Alí Bey y, abruptamente, dio por finalizado su diario de viaje. No por eso dejaron de suceder episodios que le sitúan en la Historia. Desde París se dirigió a Bayona, donde se encontraba la corte española en pleno, Carlos IV, Godoy y Fernando VII, tras el Motín de Aranjuez de marzo de 1808. Godoy, su mentor, que había llegado a redactar el nombramiento de Badía como brigadier de los Reales Ejércitos tras comunicar al rey sus proezas, no tenía ya poder. Badía llegó a entrevistarse con Carlos IV, quien le comunicó que el Gobierno de España estaba en manos de Napoleón y debía ponerse a su servicio.
Empecinado en rentabilizar su viaje, obtuvo una entrevista con Napoleón Bonaparte, que había recorrido Egipto y Siria, y que, ávido de intereses coloniales, escuchó a Badía e incluso mandó a un oficial francés a Marruecos a corroborar la veracidad de sus afirmaciones.
Domingo Badía pasó así a las órdenes del eventual rey José I Bonaparte, desempeñando cargos administrativos en España, hasta que en 1812 marchó a París con su mujer e hijos. Dos años más tarde publicó su libro de viajes, en francés, bajo el título Viajes de Alí Bey por África y Asia durante los años 1803-1807, firmando como Alí Bey, incluyendo más de un centenar de mapas y láminas.
En Francia fue reconocido como general de los ejércitos franceses y no dudó en volverse a ofrecer como explorador. Diseñó una nueva aventura, una travesía que cruzaría África de Este a Oeste por el centro del continente, desde el cuerno hasta el Atlántico, bordeando el río Níger. Según sus cálculos, si la Atlántida existía, estaba al sur del Sáhara, donde suponía que había un gran lago.
Para esta nueva misión, adoptó una tercera personalidad, pasando a llamarse Hajji Ali Abu Utman, que significa, «el peregrino Alí», padre de Utmán, quizá con la esperanza del reencuentro con su hijo nacido 10 años antes. Contaba 50 años, y cerca de Damasco, una vez iniciado su viaje soñado, falleció en la noche del 31 de agosto de 1819 sin que se sepan las causas de su muerte.
Mientras algunas voces consideran que sólo buscaba dinero, diversión y aventuras, otros afirman que enloqueció, que se creyó su personaje. Salvador Barberá, experto en Alí Bey, ha llegado a describirle como un esquizofrénico.

La Kaaba según Alí Bey.

Muy interesante la biografía que hace Ernest Milà  en  http://infokrisis.blogia.com  :

LOS PRIMEROS AÑOS: EL NIÑO PRODIGIO Y SUS VALORES

Es fácil suponer que Domingo Badía fue un inadaptado en su infancia y que esta característica cinceló drásticamente su carácter. Nacido en Barcelona en 1767 se le bautizó en la Catedral. Nunca pisó un aula universitaria pero su cultura era muy superior a la media, y no solo en lengua árabe y cultura islámica, sino que también estudio por su cuenta astronomía y física, historia natural, matemáticas y filosofía. Trabó amistad con Simón de Rojas Clemente otro orientalista apasionado. A los 14 años ya ocupaba un puesto de funcionario en Granada y poco después aparece como Contador de Guerra con honores de comisario, pero resultaba evidente que un espíritu tan cultivado no iba a resignarse a pasar los mejores años de su vida trás una escribanía. Carlos IV le nombró luego administrador de tabacos de Córdoba. Contaba entonces nuestro hombre 26 años y seguía acumulando saber y erudición. No está clara cual era su psicología. Debía ser, en cualquier caso, muy compleja. Ya desde los 14 años desempeñó funciones muy superiores a lo que sería de esperar en un adolescente de su edad. Nunca explicó de donde procedía su identificación con el mundo islámico. ¿Es posible que en algún momento se creyera reencarnación de algún descendiente del profeta? Lo ignoramos; pero sí estamos seguros que el ambiente provinciano de los destinos que le iba concediendo la Corona debían fastidiarle profundamenta a un joven de sus aspiraciones y con sus conocimientos. El análisis del personaje nos dice que sufría una extraña ezquizofrenia: de un lado era un erudito occidental, Domingo Badía, de otro un príncipe abassida, Ali Bey y tal dualidad va mucho más lejos de lo que podría esperarse de un hombre investido de las misiones oficiales que le correspondieron. Son dos papeles que asume como propios como veremos más adelante. En 1791 se casa con Maria Berruezo, su entrañable «Mariquita» de la que no se separará salvo en sus aventuras y viajes.  Inducirá a su suegro a participar en una aventura económica fracasada cuando se apasionó por los «balones aerostáticos». Se le verá en 1799 en la c/Puebla, 33 de Madrid y al año siguiente, corto de caudales, en Leganitos, 3. Su cerebro de aventurero ya no puede más. Y entonces va a ver al «Príncipe de la Paz». El 7 de abril de 1801, presenta a Godoy un proyecto en el que ha trabajado con Clemente, durante varios años. Es la memoria de una expedición científico-geográfica que debería recorrer la mayor parte de Africa. El Príncipe de la Paz se sintió a traído por el proyecto. No se trataba de un valido tan caprichoso -al menos no era solamente eso- como hoy le solemos considerar, sino un hombre de cierta perspicacia política, frecuentemente muy intuitivo. En esta ocasión acertó al preveer que el imperio español en América terminaría por derrumbarse y urgía buscar territorios nuevos y más próximos sobre los que extender el dominio español. Africa quedaba, en orden de proximidad, en primer lugar. Así que Godoy, cuando examinó detenidamente el proyecto de Badía, se limitó a reconducirlo en interés del Estado. A todo esto Badía y Clemente se habían ido a París y a Londres, a recabar informaciones de todo tipo y adquirir instrumentos científicos de reciente invención. No se sabe exactamente ni a quienes visitaron ni que otra cosa hicieron. Era difícil en la época, tanto en una como en otra capital, hablar de ciencia de vanguardia y no recibir, antes o después la propuesta de «entrar en logia». Es muy probable que fuera en el curso de estos viajes cuando Badía fue iniciado como franc-masón. Esto explicaría buena parte de sus amistades y los recursos que inmediatamente obtenía de lugares y países en donde nunca antes había estado y que los historiadores suelen atribuir a su «encanto personal» que, efectivamente, existía pero que no basta para explicar como logró escalar, sin título alguno, ni fortuna, las más altas cancillerías europeas, cuando era un simple funcionario. A este respecto hemos de decir que, desde el principio sospechamos que lo esencial del proyecto de Badía -que desarrolla en cinco partes- era realizar un viaje por Africa: entrar por el Estrecho, ganar el Atlas y bajar por el Sahara hasta el Golfo de Guinea; de ahí ganar el Nilo, remontarlo hasta el Cairo y luego, orillando el Mediterráneo cruzar el desierto líbico hasta el Estrecho. En total 3250 leguas. Argumentaba con razón Badía que los diferentes jalones de esta ruta eran recorridos habitualmente por caravanas y si ningún europeo había conseguido completarlas era por su vestimenta y aspecto que estimulaba a los saqueadores y bandoleros. Había, pues, que disfrazarse de musulmán y hacer el recorrido como uno de ellos. Un proyecto de esta naturaleza suscitó el encono de los medios científicos; su autor no esgrimía título alguno y la ligereza de  disfrazarse no se escapaba a los académicos bienpensantes de la época. Godoy, estaba  muy alejado de estas sutilezas: le importaba solo el bien del Estado y autorizó a Badía y su socio, Clemente, a realizar el «viaje preliminar» explicitado en el proyecto. Fue así como llegaron a Londres. Una mañana, mientras Clemente recogía hierbas, Badía fue circuncidado. Algún autor malintencionado ha dicho que en la mente de Badía estaba ya la idea de engañar a su mujer y era necesario, para ello, si quería ser tomado como árabe, proceder a la dolorosa operación… argumento que señalamos mas a título anecdótico que por su rigor. De regreso, Godoy lo llamó a despacho. El proyecto seguia adelante, solo que con una orientación diferente. Lo político se impondría sobre lo científico. Marruecos atravesaba una delicada situación y había que ver de qué forma España podía aprovecharse. Para eso enviaba a Badía a la zona. Su misión era contactar con el Sultán de Marruecos, ponerse en contacto con los rebeldes y estimularles para que atacaran. España entonces intervendría para ofrecer su protección al Sultán.

DONDE NACE ALI BEY EL ABASSY

Badía y Clemente abandonaron Madrid luciendo lujosos atuendos árabes. Ignoraba Clemente que Godoy había prohibido que acompañara a Badía; aquel era un científico, en absoluto el aventurero que se requería para la operación. Badía se lo quitó de encima adelantando el viaje a Marruecos; atravesó el estrecho el 25 de mayo de 1803. En la correspondencia que cruzaron ambos utilizaban sus nombres musulmanes. A efectos de la operación, Badía pasó a llamarse -y a «ser»- Alí Bey el Abassy, príncipe de los Abassidas, hijo de Othman Bey. Badía había falsificado documentos y genealogías escritas en árabe antiguo en los que se demostraba «fehacientemente» su origen y linaje santo: era descendiente del tío del Profeta y, por tanto, merecía un trato especial. Pronto entró en contacto con el Sultán y cumplió su cometido político, fiel y eficazmente. Frecuentó, no solo las casas nobles sino también al pueblo llano. Describe sus impresiones y las escenas, en ocasiones truculentas, de las que fue testigo, con un estilo directo y apasionante. Predijo un eclipse de sol gracias a las tablas astronómicas que llevaba. El pueblo llano se manifestó temeroso ante su casa gritando «Sávanos Ali Bey». Muchos le consideraban brujo, hechicero y nigromante. Otros un santo, hasta el punto que debió trocear su chilaba y repartir los fragmentos entre la multitud. El sultán le regaló una mujer blanca y una negra; no se atrevió a rechazarlas, pero tampoco les hizo mucho caso. Manifestó que no quería gozar con mujer hasta visitar la ciudad del Profeta, la Meca. Compartía la opinión que le dió un sabio judío: «La mujer es una perturbación para el sabio». En cuanto a su misión, si hemos de creerse, afirma que logró azuzar la rebelión de las tribus opuestas al Sultán y crear las condiciones objetivas óptimas para una intervención española. Sin embargo, el plan de Godoy fracasó; lo único que se le había escapado al taimado estadista era el carácter timorado de su patrón, Carlos IV, que nada queríaa saber de nuevos problemas e intervenciones militares. Preocupado solo por sus cacerías eludía, como gato el agua, afrontar cualquier problema de Estado. Godoy escribió a Badía cancelando el proyecto y éste empezó a operar por su cuenta. Pidió autorización al Sultán para desplazarse a La Meca y éste lo despidió con lágrimas en los ojos. Meses después, tras indecibles peripecias, llega al patio del templo, la Casa de Dios y besa la piedra negra de la Kahaba, traida por el Arcángel Gabriel. Dió seis vueltas en torno suyo y volvió al día siguiente a dar siete vueltas más. Conoció al jefe de los envenenadores, estremeciéndose cada vez que le ofrecía un vaso de agua. Ali Bey le regaló valiosos presentes induciéndole a qué pensara que era mejor que viviera. Tiró siete piedras contra la «Casa del Diablo» y otras siete en el paraje en donde vivió el infame Abugehel, enemigo del profeta. Antes de abandonar La Meca encontró al envenedador quien le obsequió con el último vaso de agua. El relato del viaje prosigue por otros horizontes. Damasco, El Cairo, Constantinopla, Tierra Santa. Hoy todo esto parece fácil de realizar pero no hay que olvidar que Domingo Badía Leblich fue el primer europeo que vió y besó la piedra negra de la Kahaba. Solo por eso ya hubiera merecido pasar a la historia. Hay un par de detalles que Alí Bey no cuenta en su libro pero de los que hay constancia en la correspondencia que mantuvo con Godoy. El primero es relativo a sus pretensiones sobre el Imperio Marroquí. Durante su andadura, albergó el sueño quimérico de asumir la corona mediante un golpe de Estado; para ello afirmaba contar con 3.000 combatientes. Se creía una especie de Hernán Cortes en territorio islámico: «O me da Muley el cetro buenamente para la organización y reforma del Imperio, o Yo me lo tomo… Creo que dije que tengo un Montezuma entre las uñas y lo repito, los Guardias de Palacio me hacen los honores»… Godoy comentaba a sus íntimos todas estas proezas que, obviamente eran meras exajeraciones. Como exajeración también era su dominio sobre la religión y la lengua árabes. En las siete primeras líneas de su introducción a «Los Viajes de Ali Bey», escritas en árabe, después de olvidar la basmala (invocación obligada en el encabezamiento de todo escrito musulmán, «En el nombre de Dios misericordioso y Clemente), comete no menos de media docena de faltas de ortografía. Todo induce a pensar que Ali Bey exajeraba; afortunadamente España no envió tropas a Marruecos para apoyar a unos rebeldes con los que Ali Bey jamás contactó. En la ecuación personal de Ali Bey hay, junto a rasgos de esquizofrenía, una componente mitomaníaca. Años después, cuando se ponga al servicio de Luis XVIII, intentará elaborar unas falsas raíces galas en su genealogía. En esa misma ocasión afirmará que su gestíón en Marruecos tenía como objetivo dotar al país de una «Constitución». Hay en todo ello mucho oportunismo, todo lo cual empaña siquiera levemente la exhuverancia del personaje.

EN BUSCA DE LA ATLANTIDA

El capítulo XIX de «Los viajes de Ali Bey» lleva un título curioso «De la antigua isla Atlántida». Ali Bey creía en la existencia de restos del continente desaparecido en medio del océano y veía en la cordillera del Atlas su último apéndice. Ali Bey conoce a la perfección el relato de Platón; cree que el reino atlante llega desde la parte, hoy desaparecida bajo las aguas, fronteriza con la cordillera del Atlas, hasta Libia, Cirenaica y Egipto. Se le hace cuesta arriba creer que el continente se hundió por catástrofes naturales, piensa que el terremoto ha sido limitado y solo habría tragado a algunas islas, mientras que en otros puntos habría sucedido el fenómeno contrario, a saber, la elevación de las tierras antes ocupadas por las aguas, de tal forma que el desierto del Sahara sería el fondo del mar atlante y de ahí la abundante arena… Alí Bey menciona «La Historia filosófica del mundo primitivo», del que ningún comentarista ha encontrado referencias; se trata en realidad de «La historia filosófica del género humano» escrito por Fabre d’Olivet publicada hacia finales del siglo XVIII. Fabre menciona a los atlantes y a Pitágoras y su libro influenció todo el ocultismo francés del siglo XIX… El conocimiento de esta obra es otra prueba de que Ali Bey estuvo familiarizado con este tipo de pensamiento. El tema atlante no fue, naturalmente, mencionado para nada en la memoria que envió a Godoy. Sin embargo, resulta evidente, sobre todo tras la lectura de «Los viajes de Ali Bey» que la ruta inicialmente propuesta por el aventurero estaba destinada a confirmar sus tesis sobre la Atlántida. Badía pensaba que existía un mar interior en Africa que se extendería al sur del Sahara y alcanaría las Fuentes del Nilo. Las zonas subsaharianas estaban muy deficientemente exploradas en la época y la tesis de Badia era que al elevarse el fondo del océano y sacar a flote las arenas habían aislado una porción de agua en el continente, al estilo del mar Caspio. Se trataba de una superchería y de una mala lectura de Platón, deformada por otra deficiente lectura de Fabre d’Olivet, a lo que se unían sus apreciaciones personales. Demuestran en cualquier caso que Ali Bey conocía -y hasta cierto punto quiso rectificar- el pensamiento ocultista de fines del XVIII y principios del XIX.

ARMADO CABALLERO CRUZADO

Las biografías de Badía Leblich se fijan más en la espectacularidad y colorido de sus viajes y aventuras que en algunas misiones que desempeñó. Particularmente curiosa es su plan de reforma de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén que, paradójicamente, apenas es mencionada en sus biografías más difundidas. Entre 1806 y 1814, distintos miembros de la Orden del Santo Sepulcro, habían constatado la difícil situación en que se encontraban los religiosos que desempeñaban tareas misionales en Tierra Santa. Los turcos les exigían cada vez tributos más pesados y existía un ambiente generalizado de menosprecio y marginación de los cristianos del lugar. Entre los patricios que denunciaron esta situación figura el Conde de Chateaubriand y el propio Ali-Bey ejerciendo, para esta ocasión, de Domingo Badía. Chateaubriand y Badía llegaron a conocerse, en su «Itinerario de París a Jerusalén», el famoso escritor francés menciona a «un rico turco, viajero y astrónomo, llamado Ali Bey el Abassy» que habría leido «Atala». Badía se presentó en Jerusalén y el 28 de julio de 1807 llamó discretamente a la puerta del convento de los Frailes Menores; pudo entrevistarse con Fray Ramirez de Arellano, natural de Ocaña, quien le preparó una visita con el procurador de lo Orden ese día enfermo. La inoportuna llegada de la autoridad turca interrumpió la entrevista que se reanudó al día siguiente. Las indagaciones de Badía le llevaron a establecer una cuadro extremadamente realista -y dramático- de la situación de los cristianos en Tierra Santa y en particular de la Orden del Santo Sepulcro. Su amigo el Marqués de Almenara, embajador plenipotenciario de Carlos IV en la Sublime Puerta, preparó la entrada de Ali Bey en Constantinopla, llegando a prepararle unas habitaciones «al estilo de su religión» para acallar las voces musulmanas que decían que se había «cristianizado». A los pocos días salió para Viena en donde empezó a ordenar sus apuntes sobre la cuestión de Tierra Santa. El documento, manuscrito, consta de tres partes: una valoración sobre el estado de los religiosos en Tierra Santa, medios propuestos para remediar la dramática situación y un plan concreto de remedio para los males compuesto por 31 artículos, de los cuales 22, cifra cabalística, están dedicados a la Orden del Santo Sepulcro. El 9 de agosto de 1808 terminó la memoria en Bayona. Un mes antes había sido armado Caballero Cruzado, en el nombre de San Miguel y San Jorge e investido en la Orden del Santo Sepulcro el 18 de julio. En sus 22 artículos Badía describía como debería reconstruirse la Orden del Santo Sepulcro, descendiendo incluso a los particulares más nimios, como el uniforme y los grados de los caballeros. Un «manto roxo con cuello blanco bordado en oro al cuello» debería ser el distintivo de las Grandes Cruces y sin oro el del grado inferior. Proponía que no se tratara solo de títulos honorarios, sino que la Orden dispusiera de fuerza militar propia, presta a la intervención. Cifraba los efectivos de la orden en 1250 caballeros, de los que 420 serían españoles, 20 de ellos «grandes cruces» y 940 franceses, 40 del grado distinguido. Deberían de cotizar y financiar con su peculio la presencia cristiana en Tierra Santa. El París de aquellos años parecía querer olvidar la resaca del terror jacobino y el sonido de la guillotina, con fugas románticas hacia Oriente. Fabré Palaprat, un pedicuro, había reconstruido la Orden de los Caballeros Templarios, sobre la base de unos documentos espúreos -«El Levitikon», libro de inspiración juanista, «El manuscrito de Maestre Roncellin» y la «Regla del Maestre Larmenius»-; pero, a pesar de la falacia, el experimento tuvo éxito y varios miles de caballeros hasta entonces manestrales y pequeños industriales vistieron el manto blanco con cruz roja al pecho, símbolo de la Orden Templaria. Badía y su proyecto discurrían por un camino mucho más serio; quizás por ello su gestión no tuvo eco alguno. Carlos IV, el indolente rey Borbón, se desentendió de él; Napoleón I prefería obtener cosas más concretas y políticamente rentables de Badía. La Orden del Santo Sepulcro fue creada por los caballeros cruzados a modo de orden militar, del mismo estilo que los hospitalarios y templarios, pero restringida a la defensa de los Santos Lugares. El segundo monarca del Reino Latino de Jerusalén y de los Santos Lugares, Balduino I -sucesor de Godofredo de Bouillón quien, a pesar de ser nombrado rey, no quiso llevar corona en aquel lugar en el que Cristo fue coronado de espinas- en 1103 asumía el Gran Maestrazgo de la Orden, delegando en su ausencia en el Patriarca de Jerusalén. Pero en la retirada de Tierra Santa éste último murió ahogado en el puerto de San Juan de Acre, cerca de donde un marino templario que luego haría fortuna en el Mediterráneo, Roger de Flor, al frente de sus almogávares, comandaba un buque de su Orden. El papa, a la vista del descalabro del Reino Latino decidió abstenerse de nombrar un nuevo Patriarca y el maestrazgo de la Orden del Santo Sepulcro quedó en manos del Rey de Francia. Pedro III de Aragón, al casarse con una nieta de Federico II Hofenstahufen, tomó partido por el Imperio contra la Casa de Anjou y, consiguientemente, contra el papado. Sicilia fue conquistada en pocas jornadas por las tropas catalano-aragonesas. Conradino, nieto de Federico II, Rey legítimo de Jerusalén, recibió la corona de la isla. El contraataque de la Casa de Anjou y del papado no se hizo esperar y Conradino fue ejecutado. La leyenda señala que mostró gran valor en el cadalso y despojándose de su guante lo arrojó a los presentes; uno de ellos lo guardó, exclamando: «lo recojo en nombre del Rey de Aragón». Poco después los sicilianos se sublevaron contra la tiranía de los Anjou y enviaron una delegación a Pedro III, entre ellos el poseedor del guante. La nueva expedición dió a Pedro la corona de Sicilia y la de Jerusalén, pues no en vano, Conradino al morir sin descendencia, transmitió la corona de los Santos lugares y el maestrazgo de la Orden a la hija de su hermano Manfredo, nieta de Federico II… casada, a su vez, con el Rey Pedro III de Aragón. Esta corona pasó a los Reyes Católicos y de la dinastía de los Austrias a la de los borbones… Alí-Bey no pareció dar mucha importancia a esta gestión de la que solo queda como huella el documento manuscrito que, por insondables caminos, caería en manos de Eduard Todá, igualmente aventurero y explorador, cualidades que unía a las de hijo de Reus, amigo de infancia del que sería gran arquitecto Antonio Gaudí y, finalmente, notorio franc-masón. Todá depositó el manuscrito en la biblioteca del Arcediano, situada frente a la Catedral. A decir verdad, la gestión de Badía fue sorprendente. Lo que estaba proponiendo en sus artículos del proyecto era la defensa de los Santos Lugares y, como Federico II, llegar a un entendimiento con la autoridad musulmana. Por una parte, preconizaba la fuerza de una posición decidida, casi llamaba a una nueva cruzada, mientras que por otra, solicitaba entendimiento y negociación con los turcos.

EL REGRESO DEL AFRANCESADO. LO INCONFESABLE

El 9 de mayo de 1808 fue a ver a Carlos IV en Bayona. Una semana antes habían ocurrido los luctuosos sucesos de la insurrección popular madrileña contra las tropas napoleónicas. Ali Bey, volvía a ser Domingo Badía. Carlos IV seguía siendo el mismo de siempre, amante de la caza, apático, debil y temeroso, ansioso de evitar problemas y sobrevivir como fuera. Badía se puso a su servicio para cualquier gestión e incluso acompañarlo al exilio. Carlos IV prefirió disuadirlo de seguir su suerte; se limitó a decirle que «España ha pasado al dominio de Francia por un tratado» y le recomendó que tan brillantes proyectos fuera a exponérselos al Emperador: «Ve de nuestra parte a Napoleón y dile de tu persona». Es de suponer el estado de ánimo de Badía. Carlos IV, no solamente había echado por tierra su misión en Marruecos, sino que además se desentía de la lealtad de sus súbditos. Con todo, a decir verdad, el afán de aventura, pesaba más que su patriotismo. Se entrevistó en París con Napoleón varias veces. El gran corso tenía una particular predilección por Africa. Es de suponer que se sentía a gusto conversando con el aventurero; de no haber sido por los múltiples problemas que debía afrontar, Napoleón lo hubiera puesto a su servicio y Badía quizás sería hoy recordado tanto como puede serlo Champolion en el vecino país. El emperador ordenó que se trajeran de Madrid los papeles de Badía y eso da la medida del interés que puso en el aventurero. De regreso a España en octubre de 1809, Jose I, el injustamente conocido como «Pepe Botella», hermano del Emperador, lo designó Intendente General de la Provincia de Segovia. Si los historiadores nacionalistas eluden esta parte de su vida, no es porque dejara en la provincia una particular mala impresión, sino porque dice mucho de las convicciones políticas de nuestro hombre. Ciertamente, Badía se vió desbordado por las exigencias de abastecimiento de las tropas napoleónicas de ocupación y debió requisar víveres y tributos en cantidades mayores de las posibilidades de la provincia. En alguna ocasión debió recurrir a una pequeña guarnición y en otras a bandos amenazadores. Solía terminar sus cartas de respuesta a los requerimientos de las tropas de ocupación con un latiguillo que se hizo habitual: «He aquí cuando un Intendente puede hacer desde su bufete para el servicio de la Tropa». En noviembre de 1809 los campesinos amenazaban con no sembrar, cogidos entre dos fuegos, las exigencias napoleónicas y los abusos de los guerrilleros. Badía escribió una proclama apelando a que los párracos convencieran a los campesinos de la conveniencia de sembrar, exortando «su Religión, su Filantropía y patriotismo propios». La alusión a la «filantropía» es sospechosa, una vez más, el concepto solo era utilizado por los franc-masones y pertenecía a su jerga particular. De nada sirvió que estableciera premios para los cultivadores que más grano aportaran. La actividad de los guerrilleros crecía de todo y las proclamas del Intendente también: llamaba a los guerrilleros «partidas de bandoleros», decía de ellos que estaban «capitaneados por hombres más o menos soeces», que se ganaban la vida «robando y salteando los pueblos y los caminos». Les amenazaba con la presencia del Emperador, «Vereis las águilas del Gran Napoleón arrojarse sobre las víboras que envenenan vuestra existencia» y añadía «la suerte de España está fixada por el Héroe de Europa». Terminaba sus bandos con otra frase sospechosa: «El Rey lo manda y la Humanidad lo exige»; esta referencia a la «humanidad» decía mucho en aquel tiempo de su profesión de fé. José I honró su lealtad condecorándolo con la «Orden de España», por él creada. Otro testimonio de su paso por Segovia es elucidador. Estuvieron con él dos catalanes, Jaime Amat y su sobrino, Torres Amat, el primero siendo Tesorero de Intendencia y Administrador de Bienes Nacionales, el cual escribe en sus memorias: «A pesar de tratarle familiarmente y de no poder ignorar que estábamos allí, jamás supimos que fuera catalán» (…) «oíamos, si, la voz popular de que era judío, que estaba circuncidado, que había sido musulmán y otras mil especies con que el pueblo se complacía en presentarle, no solo como afrancesado, sino como masón e impío»… pues bien, es posible que todas estas acusaciones tuvieran un poso de realidad.

¿JUDIO, MASON, IMPIO?

Nuestra tesis es que la personalidad de Domingo Badía hay rasgos ezquizofrénicos, quizás propios del niño prodigio que fue. Una parte de él fue musulmana y no creemos que fuera por burla o engaño, ni siquiera por exigencia del papel político que debió representar. Cuando habla sobre el Islam lo hace con tal fervor que diríase que, efectivamente, estamos ante un descendiente del profeta. En la introducción a «Los Viajes de Ali Bey» escribe: «Alabanza sea dada a Dios; a él que es altísimo, el inmenso; a él que nos enseña por el uso de la plegaria, que sirve a los hombres a salir de la ignorancia. Alabanza a Dios que nos guió a la verdadera fé del Islam, hasta Tierra Santa». Podría haber obviado el viaje a La Meca que no era requerido por ninguna misión diplomática. Ni siquiera estaba contemplado en el proyecto original; si realmente hubiera tenido afán de investigación científica, hubiera recorrido el Africa subsahariana. Pero su decisión era ir a La Meca, donde «todo verdadero creyente debe hacer el viaje», tal como explicó al Sultán de Marruecos. Escribió al peregrinar al Monte Aarafat: «El habitante del Caucaso, presentando una mano amiga al etíope o al negro de la Guinea, el indio y el persa hermanados con el berrismo y el marroquí, el hombre llano y el de la montaña, de la choza y el del palacio… todos mirándose como hermanos. Qué espectáculo más sencillo, más tierno y majestuoso». Y llegó a predicar en la falda del monte: «Filósofos de la tierra, permitid a Ali Bey, defender su religión, como vosotros defendeis el espiritualismo o el materialismo»… Una parte de Domingo Badía fue, efectivamente, Ali Bey y, como tal, fiel súbdito de Mahoma y devoto de Allah. Pot eso cuantos le tachaban de «impío» en Segovia, probablemente tenían algo de razón. Luego estaba la acusación de «judío». El retrato más antiguo que se conserva de él tiene ciertamente un parfil casi caricaturescamente hebreo. El apellido «Leblich», a pesar de ser belga de origen, no garantiza la ausencia de sangre judía. A decir verdad el apellido tiene resonancias israelitas, y muy concretamente de judíos llegados a Bélgida de alguna migración del Este Europeo, acaso de judíos polacos, probablemente conversos. Llama la atención, igualmente, el encendido elogio que hace de las mujeres judías de Marruecos: «Estas judías andan descalzas y se ven obligadas a postrarse a los pies ricamente adornados de negras horribles que disfrutan el amor brutal de sus amos», anota y la descripción que hace de aquellas mujeres judías, de cabellos rubios y ojos encantadores, demuestra una gran admiración hacia el pueblo judío como desprecio a las razas de color. En Marruecos le entregaron una mujer de raza negra, la bañaron y purificaron, escribe: «Yo la dejé encerrada en una habitación. No sé en que consiste, pero no puedo vencer mi repugnancia a una negra de labios gruesos y nariz aplastada». En Rabat travó amistad con un sabio astrónomo de nombre Matte Moreno, oriundo de España, a quien regaló sus tablas astronómicas. ¿Badía judío converso? corramos un tupido velo. Faltan datos, pero el apellido Leblich da cierta verosimilitud a la hipótesis. Su falta de patriotismo, propia del judaismo transhumante y desarraigado de su tierra originaria hasta mediados del presente siglo, es otro de los factores que juegan a favor de la tesis. En cuanto a la acusación de franc-masón nos parece mejor obviarla. No se trata de que en una pequeña ciudad como Segovia, en donde los secretos apenas podían ser mantenidos, se le considerara como tal, sino que son muchas las referencias y alusiones que emplea Badía en ese período que remiten a la temática masónica, o por lo menos a un cierto tipo de masonismo. No hay que olvidar que buena parte de los «afrancesados» militaban en las logias de la época. Badía escaló mucho y muy rápidamente en la corte de José I quien, por lo demás, fue Gran Maestre de la franc-masonería española tras ocupar el trono, hasta el punto que en enero de 1812 aparece en Cádiz una real célula que ratifica el decreto de 1751, prohibiendo la masonería. Lo sorprendente es que, entre los miembros de las Cortes de Cádiz la proporción de masones no es menor. La explicación a esta aparente contradicción hay que encontrarla en que la masonería a la que pertenecen los afrancesados es de obediencia gala, mientras que los miembros de las Cortes de Cádiz habían sido ganados por logias, o bien preexistentes, o bien, y sobre todo, traidas por las tropas inglesas que combatieron en España. Se habían creado logias en Barcelona, Burgos, Cádiz, Figueras, Gerona, La Coruña, San Sebastián, Tenerife, Santander, Santoña, Sevilla, Talavera, Vitoria y Zaragoza. En Madrid se crean la «Beneficencia de Josefina», «Santa Julia», «Almagro» y «San Juan de Escocia de la Estrella de Napoleón». De aquí deriva la «Gran Logia Nacional de España». En un principio, las logias están compuestas solo por oficiales franceses, luego ingresarán en ellas profesores, funcionarios, médicos, sacerdotes y abogados. Humanistas, su primer objetivo será la abolición de la Inquisición. La marcha de José I acarreará el desmantelamiento de las logias afrancesadas. El perfil funcionarial de Badía en aquellos años responde al de «afrancesado franc-masón». Ocupará cargos de relevancia, después de su tránsito por Segovia, en Córdoba, Lucena y Ecija. El 13 de junio de 1811 es llamado a Madrid después de su enfrentamiento con el mariscal Soult y el conde de Montarco, comisario regio para Andalucía. Queda constancia de este traslado en una noticia de «El correo de Córdoba» donde se explicita que «Ha sido llamado a un destino más importante». Ese destino era la prefectura de Valencia, cargo del que no llegó a tomar posesión. El mariscal Suchet, gobernador de la zona, prefirió imponer a sus amigos parisinos en un momento en que las tropas de ocupación empezaban a pensar que las cosas se les ponían excesivamente cuesta arriba y no podían confiar ni siquiera en los españoles afrancesados. Badía en 1813 emprendió la huida a Francia con José I.

EL SEGUNDO VIAJE A ORIENTE.

A partir de aquí los datos que hay sobre su vida son especialmente escasos; el misterioso Badía-Ali Bey es, a partir de ese momento, aun más misterioso. Nunca regresará a la patria carnal, si bien solicitará el perdón a Fernando VII. Su misiva jamás fue contestada. Corto de dinero, decidirá publicar sus recuerdos en un libro que ha pasado a la historia de la literatura de exploración como un clásico: «Los viajes de Ali Bey». El libro fue un éxito en Francia y se tradujo a todos los idiomas europeos, la edición más tardía en aparecer fue la española… En el libro no se habla para nada de Domingo Badía, es Ali Bey quien cuenta su historia. El mismo editor fue engañado y en el prólogo llegaba a escribir: «Ciertas personas contrariadas en sus intrigas por la rectitud de las intenciones de Ali Bey y no pudiendo atacarle por su conducta, quisieron despertar sospechas o suscitar dudas sobre su origen. Ligeras nubes que el menor viento ha sido bastante en disipar». Este párrafo hace pensar que en buena medida, incluso en París, Badía siguió siendo Ali Bey. En 1815 casó a su hija con un Académico, D’Isle de Sales. Al producirse la caida de Napoleón y la subida al trono del hermano de Luis XVI, Luis XVIII (el XVII fue el desgraciado Delfín, del que jamás se sabrá si murió en la Torre del Temple de París o bien sobrevivió en la persona de Naundorf en uno de los enigmas más apasionantes de la historia francesa), éste requirió la colaboración de Domingo Badía. Pocas semanas después partía para su segundo viaje a Oriente. El rey le otorgó el grado de Mariscal de Campo. El rey, por cierto, había sido iniciado en la franc-masonería y altos personajes -el duque de Berry, sobrino del rey y heredero del trono, fue dignatario del Gran Oriente, el primer ministro, duque de Decazes, el duque de Choiseul, el conde de Segur, altos cargos de la restauración borbónica, fueron así mismo Grandes Comendadores del Supremo Consejo del Gran Oriente Francés. ¿Fue gracias a todas estas militancias que Badía Leblich pudo contar con la confianza del monarca? Es muy posible. Su misión al partir a finales de 1817 de París era secreta. Sus credenciales no iban a nombre de Ali Bey, sino del padre de este, Otman Bey. La razón de ello era que muchos conocían ya la verdadera identidad del aventurero. El 18 de enero de 1818 escribió desde Milán una última carta a su familia, carta premonitaria y verdadero presagio de muerte: «Escribiendo este papel, que me ha costado algunas lágrimas y bastante esfuerzo, para llevar a cabo, me parece que os tengo delante de mis ojos, que os ven por última vez». Una última carta llega, por vía diplomática desde Constantinopla el 20 de marzo del mismo año. A partir de ese momento ya no hay noticias suyas. El rumor generalmente aceptado fue que murió asesinado cerca de Damasco en 1819 según unos y en 1822 o 1824 según otros. Los mandatarios de su envenenamiento serían los diplomáticos ingleses que tendrían su misión como un intento del gobierno francés de ganar influencia en la zona. A mediados del siglo pasado el gran cronista madrileño Ramón de Mesonero Romanos escribió una apasionada biografía de Ali Bey e investigó su desaparición. Mesonero dijo haber visto una carta del guardián del convento español de San Francisco en Damasco, donde dice que Domingo Badía murió de desentería en 1822. Otra versión, coincidente con esta, sitúa los hechos a finales de 1818. Encontrándose en Damasco, camino para la Meca, encontró al médico francés Chabassou, quien a lavista de su estado de salud le pidió que desistiera del viaje. Se encontraban a dos días de Mazarib cuando murió. Al registrar sus pertenencias encontraron una cruz que llevaba pendida en el pecho y un compañero de caravana, Abd-el-Carim, «Agá de los Africanos» se quedó con una parte de sus papeles. El resto fue adquirido por una dama inglesa, Lady Lucy Hester Stanhope, sobrina del primer ministro inglés Pitt; en 1810 se había establecido en las cercanías de Alepo, rodeada de una guardia personal y ejerciendo autoridad sobre los pastores y montañeses de la zona… el sueño de Ali Bey realizado. Lady Stanhope y el «Agá de los Africados». Ambos creían que en sus notas se encontraban secretos para encontrar tesoros ocultos… ¿Eran quizás notas escritas en el alfabeto masónico tan de moda en el siglo pasado? Jamás lo sabremos, llama la atención que los papeles criptografiados, tuvieran tanto interés. Sabemos que Badía era muy aficionado al símbolo y a la criptografía e incluso utilizaba los signos astrológicos para referirse a cada día de la semana. Así para mencionar el domingo (sunday) utilizaba el signo del Sol, para el lunes, el de la Luna, etc.

DONDE ALI-BEY RESUCITA

El 26 de noviembre de 1879 se colocó un retrato de Alli Bey, obra de Modesto Teixidor, en el Salón de Sesiones del Centro Excursionista de Catalunya. Esto demostraba que su recuerdo no se había difuminado completamente. Siete años despues, en 1886, en «El Globo», periódico madrileño, se publicaron 19 artículos titulados «Cartas de Egipto», firmados por «Ali Bey». El anónimo autor no era otro que Eduard Toda y Güell, reusense, de quien ya hemos dicho que era amigo íntimo de Gaudí y fundador con él de la revista «Arlequín»; ambos cursaron juntos el bachillerato. Toda, franc-masón, fue diplomático de carrera y desempeñó destinos de importancia en varios países del mundo, incluido Egipto, donde se interesó por la presencia del aventurero en aquel lugar ochenta años antes. De regreso a España en 1882 se afilió la Asociación Catalana de Excursiones Científicas, uno de los círculos socio-culturales próximos a la «Renaixença Catalana». Dos años después volvería a Egipto desde donde enviaría nuevas crónicas, en esta ocasión firmadas con su inicial, T, que es también la «tau» templaria y la esquematización de la escuadra masónica. Por razones que cuestan de entender el movimiento patriótico-cultural de la «Renaixença» ensalzaba la figura de Domingo Badía y su imagen figuraba en la ACEC, junto a las de Lluís Vives y Ramón Llull. Toda se entrevistó con Víctor Balaguer -francmasón como él y cronista de la ciudad de Barcelona- a cuya biblioteca-museo legó algunas de las antigüedades que había traído de Egipto. Balaguer, fue otro de los que más colaboraron para rescatar del olvido la memoria de Ali Bey, seguramente en nombre de la fraternidad masónica. A su actividad se debe que en Barcelona exista una calle que lleve su nombre. En 1888 el diario «La Renaixença» realizó la traducción catalana del libro de Ali Bey. En 1920, Toda sostenía el proyecto de escribir una biografía del aventurero y a lo largo de su vida recuperó varios documentos inéditos escritos por el el propio Badía. Sin embargo el libro jamás vería la luz, acaso por que, a esas alturas, a Toda se le habría diluido el atractivo inicial que tuvo para él el personaje, entre otras cosas porque su presunto catalanismo brillaba por su ausencia. Esto fue sintomático. El fin de la Reinaxença como movimiento cultural acarreó el olvido de Alí Bey. Hemos oído como muchos barceloneses, y no precisamente incultos, nos decían que Ali Bey era el nombre de un «almirante turco»…

http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Goytisolo http://www.rogermimo.com/es.Ali-Bey.htm http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2006/339/1143204340.html http://www.webislam.com/?idt=14413 http://www.artehistoria.jcyl.es/histesp/personajes/8241.htm http://es.wikipedia.org/wiki/Domingo_Bad%C3%ADa_y_Leblich http://www.elboomeran.com/blog-post/2/4004/rafael-argullol/las-metamorfosis-de-ali-bey/ http://en.wikipedia.org/wiki/Ali_Bey_al-Abbasi http://ernesto51.wordpress.com/2010/05/13/ali-bey-domingo-badia/ http://www.elpais.com/articulo/cataluna/volumen/recoge/edicion/completa/viajes/Ali/Bey/elpepiautcat/20050130elpcat_36/Tes http://math.arizona.edu/~dido/histoire.html http://tangerexpress.blogspot.com/2008/01/ali-bey-el-mismisimo-diablo.html http://www.egiptomania.com/egiptologia/egiptologia_spain3.htm http://infokrisis.blogia.com/2009/021304-ali-bey-aventurero-y-descendiente-del-profeta.php

Las uvas de la ira de John Steinbeck.La Gran Depresión y una carretera mítica.

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En el Blog un relato de gran fuerza ,dramatismo y , que a pesar de los años transcurridos,sigue por desgracia de actualidad.Se trata de la novela «Las uvas de la ira» del escritor estadounidense John Steinbeck (Salinas, 1902 – Nueva York, 1968) obtuvo el Pulitzer y el Premio Nobel,varias de sus novelas fueron llevadas al cine con éxito arrollador.Se encuadra su obra en el llamado naturalismo o realismo social americano.
En plena era de pobreza, en 1930, un joven llamado Tom Joad, un buen chico de provincias, de nobles sentimientos, sale de la cárcel tras haber cumplido condena por un delito por cuestiones de honor. A su regreso a casa, ve como aquella tierra en la que creció y se crió, sustento de toda su familia y de gran parte de su Oklahoma natal, está devastada, seca bajo una gran capa de arena y polvo que todo lo cubre. Su casa, su vecindario, un pueblo fantasma lleno de recuerdos. Tom, busca a su familia para obtener explicaciones: la sequía les ha arruinado las cosechas y sumido en la miseria.
Tom y su familia emprenderán entonces un viaje hacía el sueño americano, hacia la fértil california, donde el sol brilla y las penas son menores entre campos de naranjos y otros frutales. Por el camino se encontrarán con otras familias con las mismas ambiciones, los mismos intereses, y la misma desesperación; puesta a prueba de la bajeza moral de cada uno de los miembros, de los cuales, algunos seguirán luchando, otros desertarán, huirán, y otros perecerán en el camino y en el intento.
Una polémica historia sobre emigración en el seno de la gran nación de naciones.Historia que hoy por hoy sigue resultando realmente actual y sobrecogedora. Un relato en el que se mezcla la política pura, de sindicalismo, derechos humanos, de racismo y xenofobia, y cuestiones de honor y sacrificio, tanto personal como familiar.El tema representado en esta novela es actual en lo concerniente a inmigración y su explotación laboral, siendo una novela muy viva a pesar del tiempo transcurrido desde que John Steinbeck la escribiese. El autor, vivió durante dos años una vida de privaciones semejantes a las que describe en la obra, siendo un humilde campesino. Con esta experiencia y con una sincera conciencia social, el escritor reproduce este testimonio en medio de los peores tiempos de EEUU en toda su historia, la Gran Depresión.

Entre las versiones cínematográficas que han surgido de esta obra, la más conocida es la dirigida por John Ford y protagonizada por Henry Fonda.
Novela naturalista, de corte histórico y, en muchos momentos, con resonancias bíblicas. Está organizada en extensas secuencias narrativas y otras de corte más breve y descriptivo […], pequeñas crónicas que van enlazando progresivamente la trama de ficción. Cuenta el drama de una familia que lucha por sobrevivir a la miseria y a la pérdida de su pasado causadas por culpa de las terribles circunstancias económicas de la Gran Depresión norteamericana iniciada tras 1929. Ante la ausencia de perspectivas, amenazada su identidad, perseguidos por la codicia de los grandes propietarios y de los bancos, humillados por otros muchos compatriotas que ven peligrar su despreocupación y tranquilidad ante la llegada de miles de desposeídos, los protagonistas -los Joad- simbolizan los valores de la dignidad familiar y de la solidaridad que el escritor californiano Steinbeck, un hombre siempre comprometido y Premio Nobel de Literatura en 1962, plasmó en buena parte de su producción literaria.

El Tom Joad de Las uvas de la ira (por siempre asociado al rostro atormentado de Henry Fonda en la película de John Ford de 1940) pudo ser cualquiera (o una mezcla de varios) de aquellos miles de inmigrantes de Oklahoma Kansas o Tejas, conocidos como okies, que perdieron sus granjas por la presión combinada de la Gran Depresión, las catastróficas tormentas de polvo que destruyeron las tierras de cultivo y la voracidad de los bancos. Steinbeck los conoció mientras se documentaba para sus reportajes con la ayuda de Tom Collins, director de un campamento de acogida (inspirador claro del Jim Rawley de Las uvas…)en el que se trataba a estos «vagabundos de la cosecha» como a seres humanos. Más allá de sus límites, los okies eran considerados como sucias e ignorantes bestias de carga de las que no se podía prescindir pero a las que se despreciaba y maltrataba impunemente.
California, el paraíso de fruta y miel, la tierra prometida para aquellos desheredados había sido ya el destino de miles de inmigrantes chinos, filipinos y mexicanos a los que se explotó sin piedad y a los se terminó expulsando cuando empezaron a dar muestras de rebelarse o, si no tanto, de querer organizarse para defender sus derechos.
Era fácil mirar para otro lado cuando las víctimas no eran norteamericanos de pura cepa. Pero ser blancos y ciudadanos de Estados Unidos no salvó a los okies, que también tuvieron que soportar salarios de miseria, condiciones infrahumanas de vida, odio y marginación. Eso fue lo que Steinbeck puso por escrito, en reportaje y novela, y lo que Woody Guthrie cantó, después de subirse con su guitarra al techo de un tren rumbo a California.Rodeada de polémica desde su estreno –llegó incluso a estar prohibida en California- narra la odisea vital de la familia Joad, granjeros de Oklahoma que son echados de sus tierras por el progreso y la ambición del hombre y que junto con miles de familias se ven obligados a emigrar hacia el Oeste en busca de una nueva forma de ganarse la vida. Ambientada en la mayor crisis norteamericana de su historia en plena década de los años 30, Steinbeck narra con precisión los sentimientos de una familia amplia americana que se ven despojados de todo lo que tenían y que tienen que renunciar a aquello que dan por sentado en busca de un nuevo comienzo. Pero el viaje es largo, el dinero escasea y los habitantes de los estados que reciben a los inmigrantes no están dispuestos a hacerlo con los brazos abiertos: condiciones denigrantes donde los trabajadores son explotados debido a su gran necesidad, mientras las familias viven en campamentos hacinados –los famosos hooverville, que se extendieron por toda Norteamérica tras el crack del 29-; amenazas e intimidaciones como moneda de cambio, ya que todo inicio de sindicalización o de organización es cortada de raíz con extraña violencia al grito de rojos. Steinbeck alterna los capítulos centrados en la familia Joad –los de mayor extensión- con otros donde expande su visión a la situación general de la sociedad americana en esos momentos en muchas de sus diferentes capas: los aprovechados, los solidarios, los predicadores, los simples o los intelectuales; todos acaban en las páginas de la inmensa novela del escritor, que vivió y conoció esa época.
El autor y su obra:
John Steinbeck (Salinas, 1902 – Nueva York, 1968). Narrador y dramaturgo estadounidense, famoso por sus novelas que lo ubican en la primera línea de la corriente naturalista o del realismo social americano, junto a nombres como E. Caldwell y otros. Obtuvo el premio Nobel en 1962.Las uvas de la ira surgió de los artículos periodísticos que Steinbeck había escrito sobre las nuevas oleadas de trabajadores que llegaban a California, y desató polémicas encendidas en el plano político y en la crítica, ya que fue acusado de socialista y perturbador. El argumento de esta novela narra la migración de familias de Texas y Oklahoma que huían de la sequía y la miseria, en busca de la californiana Tierra Prometida.

Obras

La historia de la famosa carretera 66 y su relación con la Gran Depresión:
La ruta 66, también conocida como U.S. Route 66, Route 66 (Ruta 66), The Main Street of America (la calle principal de América), The Mother Road (La carretera madre) y la Will Rogers Highway (Carretera de Will Rogers),  es una autopista que se empezó a construir en 1926 para unir las aisladas tierras del oeste de Estados Unidos con el Este. No fue hasta 1938 cuando se terminó la ruta 66. Antes de eso atravesar el país de costa a costa era tremendamente complicado. Antes de 1867 y la construcción del ferrocarril era más rápido y sencillo navegar hasta el extremo sur de América del sur y volver.
La ruta 66 iniciaba su trayecto en Chicago (Lago Michigan), atravesaba Illinois, Missouri y Kansas hasta llegar a Oklahoma, donde giraba para atravesar Texas, Nuevo México y Arizona para terminar en California. El destino final se encontraba en las playas de Santa Mónica, en los Ángeles. En total 3.665 kilómetros de longitud.
Antes del siglo 20, la Costa Oeste de los Estados Unidos estaba tremendamente aislada de la Costa Este y del Medio Oeste por grandes barreras de montañas, desiertos y terrenos desolados, lo que implicaba navegar rutas sin señalizaciones, sin mantenimiento alguno, y a veces, hasta simples caminos de tierra.
Unos empresarios naturales de Oklahoma e Illinois pensaron que Estados Unidos necesitaban una autopista intercontinental que conectara ambas costas. Naturalmente, pensaron que era conveniente que esta ruta pasara por los pueblos de los que ellos eran originarios. Después de convencer de la importancia de esta ruta a sus gobernantes, empezó su construcción, que duró 12 años y acabó en 1938.
Ruta 66 empezaba en el Lago Michigan, Chicago, y acababa 4000 km después en las playas de Santa Mónica, Los Ángeles. La gran ventaja de esta carretera era que permitía atravesar el país en cualquier época del año, debido a su trazado.
Los residentes de todas las áreas por donde pasaba la Ruta 66, pronto descubrieron que este incesante flujo de motoristas necesitaría gasolina, comida, lugares donde hospedarse y entretenimientos a lo largo del camino. Así se levantaron miles de estaciones de servicio, restaurantes, cafés, bares, mercados, y atracciones turísticas. La Ruta 66 obtuvo la fama de ser “el motel del conductor”.
Durante los años 30, cuando la gran depresión económica atrapó al país, una sequía cayó sobre las regiones de campo del medio oeste. La Ruta 66 se convirtió en la ruta hacia la tierra prometida, California, donde siempre había sol, cosechas abundantes, y trabajos que se pagaban bien.
Desafortunadamente la ruta madre cayó víctima del progreso. Las súper autopistas y rutas interestatales eran más grandes, más derechas y más rápidas y desde los años 50 en adelante empezaron a reemplazar a la vieja Ruta 66. En Octubre de 1984, la nueva autopista interestatal 40 reemplazó al último tramo restante del la ruta 66, cerca de Williams Arizona. Hoy sólo quedan vestigios de la ruta madre.
Aún así, hay ciertos tramos perfectamente usables, que atraen gran cantidad de curiosos, aventureros y turistas.Se recomienda,para hacer este recorrido con estilo, que alquile un Corvette o una Harley Davidson, y saboreará como nadie el sueño americano.
La novela:
El texto tal vez aquí:
La película:
Tal vez de aquí:
Fragmentos de la novela:
“Al principio las familias levantaban y desmantelaban los mundos con timidez, pero paulatinamente hicieron suya la técnica de construir mundos. Entonces surgieron líderes, se hicieron leyes y aparecieron los códigos. Y conforme los mundos se movían hacia el oeste, eran más completos y estaban mejor equipados, porque los constructores tenían más experiencia… Las familias aprendieron los derechos que debían respetar… Y las familias aprendieron, aunque nadie se los dijo, que hay derechos monstruosos que hay que destruir… Estos derechos eran aplastados porque los pequeños mundos no podían existir ni una noche con semejantes derechos vigentes. Y conforme los mundos avanzaban en dirección al oeste, las normas se convirtieron en leyes, aunque nadie se lo dijo a las familias… Y con las leyes venían los castigos, y sólo había dos: una lucha rápida o el ostracismo; y éste era aún peor. Porque si uno infringía las leyes, su nombre y su rostro iban con él y ya no había sitio para él en ningún mundo, cualquiera que fuese el lugar en el que se crease. En los mundos, la conducta social se volvió rígida y fija… Las familias se movían hacia el oeste y la técnica de levantar mundos mejoró para que la gente se sintiera segura en ellos; y el patrón era tan fijo que una familia que se atuviera a las normas sabía que podía sentirse segura. Se desarrolló en los mundos un gobierno, con líderes respetados por todos… Un hombre sabio se dio cuenta de que la sabiduría era necesaria en todos los campamentos, la estupidez de un tonto era la misma en todos los mundos…. Y una nueva unidad se había formado”…
“La primavera es hermosa en California. Valles en los que las frutas maduras son fragrantes aguas rosas y blancas de un mar poco profundo. Luego los primeros zarcillos de las uvas hinchándose desde las viejas vides nudosas, caen como una cascada y cubren los troncos. Las verdes colinas llenas son redondeadas y suaves como senos. Y a ras de suelo las tierras de verduras y hortalizas dan hileras de millas de longitud con lechugas verde claro y pequeñas coliflores esbeltas, plantas de alcachofa verde-grisáceas, que no parecen de esta tierra… Y constantemente la fruta se hincha y las flores surgen en largos racimos en los viñedos”…
“Hubo un tiempo en que California perteneció a México y su tierra a los mexicanos; y una horda de americanos harapientos lo invadieron. Y su hambre de tierra era tanta que se la apropiaron: robaron la tierra de Sutter, la de Guerrero, se quedaron con las concesiones y las dividieron y rugieron y se pelearon por ellas aquellos hambrientos frenéticos; y protegieron con rifles la tierra que habían robado. Levantaron casas y graneros, araron la tierra y sembraron cosechas. Estos actos significaban posesión y posesión equivalía a propiedad: los mexicanos estaban débiles y hartos. No pudieron resistir, porque no tenían en el mundo ningún deseo tan salvaje como el que los americanos tenían de tierra”…
“Los hombres se acuchillaban, hombres de rostros afilados, delgados y endurecidos por la continua resistencia contra el hambre, de ojos torvos y mandíbulas duras… Y la tierra fértil se extendía alrededor de ellos… Las manos buscaron en los bolsillos y sacaron monedas pequeñas… Nuestra gente es buena; nuestra gente es compasiva. Ruego a Dios que algún día las gentes bondadosas no sean todas pobres…. Y las asociaciones de propietarios supieron que algún día las oraciones se acabarían. Y eso sería el fin”…
“ Y… en las palmas de las personas las uvas de la ira se están llenando y toman peso, listas para la vendimia”…

El hombre que pudo reinar de Kipling.La amistad,la aventura,la masonería en el Imperio Británico.

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En el Blog ,una aventura muy singular,unos personajes inolvidables y una literatura llevada al cine con mucha maestría.Un cuento de Kipling,gran maestro en el arte de contar historias, de la India y otras regiones sometidas al Imperio colonial británico en el siglo XIX .En este caso la obra literaria ha sido superada por su adaptación cinematográfica.Es una historia de ambición desmedida.Es también una muestra del lo que significa colonizar ,conquistar a pueblos considerados «bárbaros,incivilizados e inferiores».También nos muestra y recuerda como algunas regiones del mundo (el actual Afganistán,Pakistán etc) no se han dejado someter a un poder colonial por mucho tiempo ,y de darse el caso constituyen una auténtica pesadilla para sus «conquistadores».El Imperio Británico «conquistó» nominalmente esas tierras,pero poco pudo hacer en ellas,La Unión Soviética se estrelló con los afganos y ahora la coalición internacional dirigida por EEUU va por el mismo camino.Las referencias a la Masonería son muy atractivas,pues dan una nota de fraternidad y cooperación humana en un mundo lleno de rivalidades y antagonismos.Las referencias a Alejandro Magno también tiene su interés por la mitificación que se hace de los héroes antiguos ,pues permite comprobar como siglos después se sigue tropezando con la misma piedra.

Cuando el escritor Rudyard Kipling se encuentra trabajando en su estudio, se ve interrumpido bruscamente por un hombre con aspecto de loco, con las ropas destrozadas. El inesperado visitante, que se identifica como un viejo conocido suyo, Peachy Carnahan, le cuenta a un fascinado Kipling las increíbles aventuras que él y su compañero de correrías, Danny Dravot, han vivido en los últimos meses.Danny Dravot y Peachy Carnahan son dos aventureros trotamundos en la India de 1880. Hallándose de servicio en la India, Carnahan y Dravot, dos militares británicos que buscan cualquier modo de hacerse ricos,sobreviven gracias al contrabando de armas, de mercancías y otras dudosas actividades. Planean viajar a la desconocida tierra de Kafiristán. Antes de partir firman un contrato ante Kipling, prometiendo ser reyes de tan remoto lugar. Después de un duro viaje a través del Himalaya, alcanzan su meta justo a tiempo para hacer uso de su experiencia en el combate y salvar a un pueblo de sus asaltantes.Tras ese primer éxito,convencen a un jefe tribal,con ayuda de un antiguo combatiente británico «Gurka»,superviviente de una antigua expedición geográfica. Adiestran a las tribus en el arte de la guerra, consiguiendo un enorme ejército. Aprovechando un hecho casual, Danny se hace pasar por el descendiente de Alejandro Magno, con el fin de robar todas las riquezas de la ciudad. Pero Danny comienza a creerse sus propias mentiras, y pretende quedarse para siempre como rey. Esa obsesión resultará desastrosa para él y para su amigo Peachy, cuando el falso rey es descubierto por su flamante esposa, Roxana.

El libro está aquí:

http://www.acantilado.es/cont/catalogo/docsPot/kipling_relatos_el_pais.pdf
http://www.gutenberg.org/ebooks/8147

La película tal vez aquí:

http://www.megaupload.com/?d=RBZSV0JG o aquí:

La crítica de la película por Moebius:

Rodar esta película significó para John Huston el cumplir con su largo anhelo de llevar a la gran pantalla la obra de Rudyard Kipling The Man Who Would Be King. Le había llevado varios guiones y casi dos décadas el lograr una versión definitiva de la historia, y encontrar a los actores ideales para el proyecto. En un principio Huston hubiera querido tener a Humphrey Bogart y Clark Gable (¡suena realmente bien!), pero el tiempo pasó y su gran amigo Bogart y el orejudo más famoso de Hollywood fallecieron. Se pensó también en Burt Lancaster y Kirk Douglas. El proyecto siguió posponiéndose, hasta que en los 70 Huston contactó con la pareja de actores más famosa de su tiempo, Paul Newman y Robert Redford. Muy acertadamente Newman aconsejó a Huston que contratara a actores británicos. Fue así como se llegó a dos actores cuya química en la gran pantalla era tal que dejaba al Hindukush a la altura de un pequeño guijarro.

La titubeante figura de un mendigo rompe el silencio que rodea al joven periodista Rudyard Kipling. Entre las sombras, una figura apoyada en un bastón avanza pesadamente hacia el sorprendido redactor. El mendigo pide agua para sacir su sed. «¿No me conoce?», pregunta. Kipling contesta negativamente, y a continuación le da de beber. «Aquí lo decidimos, aquí fue, en esta habitación, ¿se acuerda? Danny  y yo firmamos el contrato y usted fue testigo. Usted estaba aquí, yo ahi, y Danny aquí. ¿Se acuerda?» El periodista por fin le reconoce. «¡Carnehan!». El mendigo que un día fue un orgulloso británico continúa: «Peachy Taliaferro Carnehan. Siga mirándonme, así no se escapará mi alma.» «¡Carnehan!», repite un asombrado Kipling. «El mismo», contesta Peachy, «y no el mismo que estuvo a su lado en un vagón de primera del tren de Marwar hace tres veranos y un millar años». Y con unflashback hacia una estación ferroviaria tres años atrás comienza una de las películas de aventuras definitivas.
El hombre que pudo reinar narra la historia de una amistad y de una época donde gran parte del mundo era todavía una incógnita y el romanticismo del peligro y lo que restaba por descubrir eran todavía posibles. Era una época en que el hombre blanco confiaba en sí mismo y en su tecnología para abrirse paso entre selvas y montañas y entre pueblos inferiores que estaban destinados a ser dominados por el gran poder cristiano. Y entre el hombre blanco la potencia a temer era Gran Bretaña.

En una India recientemente subyugada por la Inglaterra victoriana un bribón ex-militar y masón, Peachy Carnehan, sobrevive vaciando los bolsillos a ingleses y ricachones despistados. A un joven vestido de blanco, delgado, que lleva gafas y un fino bigote, le roba un reloj de oro mientras compra un billete de tren. Cuando contempla el símbolo que corona la cadena del reloj maldice su suerte. Acaba de robarle a un compañero masón. Cuando intenta devolvérselo el viajero ya está en su vagón. Peachy le busca y se sube al mismo. Allí sabrá que ha robado a un escritor y periodista, Rudyard Kipling. Peachy intentará devolverle el reloj sin que éste lo sepa, pero cuando un indio ricachón suba al vagón acompañado por una sandía sus planes se irán al traste. Ni corto ni perezoso aprovechará para culpar al hindú del robo y tirarlo del tren. Kipling le dirá que echó de menos el reloj en la estación. Pero entre masones, todo se perdona.
Más tarde Kipling se encontará con Danny, un corpulento ex-suboficial de grandes patillas al que el periodista debe entregar un mensaje. Danny y Peachy, ambos ex-soldados del ejército de Su Majestad, tras casi pisar la cárcel por hacer chantaje a un sultán, se reunirán en el despacho de Kipling para que ejerza de testigo en la firma de uno de los contratos más singulares jamás escrito.

Danny y Peachy han arriesgado sus vidas por Gran Bretaña, como tantos otros como ellos, y han ayudado a hacer del país de la Reina Victoria la primera potencia mundial. Sin embargo, su recompensa ha sido la pobreza y el olvido. Orgullosos, descarados y sin un penique («Tengo buen gusto para el whisky, para las mujeres, para los chalecos y para muchas otras cosas, pero no puedo ejercer», dice Peachy), ambos han decidido que la próxima vez se jugarán el cuello en beneficio propio. Su plan es cruzar el Afganistán, atravesar el Hindukush y convertirse en reyes de Kafiristán, una región de tribus guerreras. «Por lo visto tienen 32 reyes», afirma Danny. «Nosotros seremos el 33 y el 34». «Ningún hombre blanco ha salido de allí con vida desde Alejandro», dice Kipling. «¿Qué Alejandro?», pregunta Peachy. «Alejandro Magno, rey de Grecia», responde el periodista. «Pues si lo hizo un griego lo haremos nosotros», remata Peachy. Como ya he dicho, la sangre inglesa por aquel entonces se valoraba en kilates.
Es entonces cuando Peachy y Danny firman su contrato ante Kipling, en el que se comprometen a no probar ni el alcohol ni las mujeres hasta que hayan logrado sus objetivos, y prometen repartirse todas las ganancias equitativamente. A pesar de que Kipling crea que son dos locos, todo parece estar bien planeado. La próxima vez que el periodista se encuentre con ellos quedará fascinado por el ingenio de los dos aventureros, pues no se hallará ante dos ingleses sino ante un mago loco y su ayudante. Disfrazados de esa manera cruzarán la frontera junto a una caravana y se adentrarán en Afganistán.

Si en la primera media hora de película hemos asistido sobretodo al retrato de una época y del concepto colonial sobre la vida, mientras comenzamos a atisbar lo estrechamente unidos que se encuentran Danny y Peachy, es a partir de Afganistán donde realmente contemplamos en toda su dimensión la fuerte y peculiar amistad que une a los descastados británicos. Peachy es el ingenio y la prudencia, mientras que Danny es el carisma y el corazón.

Tras sobrevivir a los guerrilleros afganos los dos amigos se adentran en el Hindukush. «Las montañas eran altas y blancas como carneros salvajes. Siempre estaban peleando. Por la noche nos impedía dormir el fragor de sus combates». Danny queda ciego temporalmente por la nieve y sigue el camino cogido a la cola de una mula. En un momento irreal, los ingleses se toparán con dos gigantes. Cuando descubran el secreto de los silenciosos guardianes, la tierra, que tanto les había maltratado pero que en un azar del destino les había dejado expedito el camino, se hunde tras ellos. No hay vuelta atrás.

En en su paso por las montañas cuando en un momento crucial podemos entender la idiosincrasia de los dos personajes y como su amistad va más allá de lo usual. Atrapados en la nieve y creyéndose ya muertos, los dos amigos rememoran viejas hazañas del ejército, cantan y ríen. Durante mucho tiempo han vivido día a día, y juntos han sorteado muchos peligros y esquivado muchas flechas y balas. Saben aceptar lo que el destino les depare. En ningún momento hay reproche alguno, y ambos esperan el final con alegría. Pero el alud que provocan sus risas les abrirá el camino hacia Kafiristán. El destino juega en su favor a través de su particular visión de la vida y la muerte.

Llegados a Kafiristán Peachy y Danny pondrán en marcha su plan: presentarse al rey del primer poblado que encuentren y ofrecerle sus servicios y sus rifles para crear un ejército moderno y derrocar al resto de reyes. Para ello contarán con la ayuda inesperada de Billy Fish, un gurka que ha servido en las filas británicas y que hará de traductor para los dos ingleses. Fish será lo más parecido a un tercer amigo que puedan encontrar Danny y Peachy. Como comprobarán muy pronto, el rey tiene muchos enemigos, los cuales orinan río arriba cuando ellos se bañan (costumbre muy arraigada entre aquellas tribus como pronto comprobarán). Danny y Peachy no tardarán en deshacerse del patético monarca y ocupar el trono del reino que están construyendo. Llegados al poblado, a Danny y Peachy les preguntan si son dioses. «No somos dioses, somos ingleses, que es casi lo mismo». Una aseveración colonialista que cobrará una nueva dimensión más adelante. El plan seguirá su curso con éxito, pero todo cambiará cuando Danny, que resulta ileso tras recibir un flechazo, sea tomado por el hijo de Alejandro Magno. De rey, Danny pasará ser considerado un Dios en la Tierra.

Por consejo de Peachy los ingleses prosiguen con el engaño. Antes de partir con el tesoro alejandrino que los monjes del lugar han custiodado durante siglos, los ingleses deben esperar a que pase la temporada del monzón. Mientrastanto, Peachy construye un puente sobre un gran abismo y Danny ejerce su papel de rey divino. El patilludo soldado resulta ser un excelente legislador y reparte justicia «como si hubiera inventado las leyes», en palabras del propio Peachy. Una vez más, la amistad de los dos británicos se muestra inquebrantable. Tienen claros sus objetivos, y el papel que cada uno desempeña en esa particular asociación. En ningún momento Peachy se queja o muestra malestar alguno por ser de repente un simple ayudante. Danny le pide que le reverencie también para no despertar sospechas. Siendo una petición lógica, Peachy acepta sin más discusión.

Cuando el formidable plan está a punto de cumplirse, una mujer se cruza en su camino. Se llama Roxana, como la mítica esposa del rey macedonio, y Danny quedará prendado de su formidable belleza exótica. Peachy conseguirá quitarle la idea de acercarse a ella momentáneamente, pero las bajas pasiones de Danny comenzarán a hacer mella en la férrea disciplina del hombre-Dios.

El hombre que pudo reinar es un canto a una época perdida y, como ya he dicho, una exaltación de la amistad masculina. Durante todo el film el papel de la mujer es secundario, anecdótico. Fuera de la amistad entre Danny y Peachy las féminas son prácticamente un objeto sexual. Cuando Danny comience a creerse su papel, la importancia de los términos del contrato (en el fondo, casi los términos de la amistad de los dos pillos) saldrá a flote.

Cuando Danny decida permanecer en Kafiristán como el nuevo rey y tomar por esposa a Roxana, por primera vez surgirá una fisura en la amistad de Danny y Peachy. Cuando en su habitación los dos compañeros discuten por primera vez, más que una cortina parece separarles un abismo, tan grande y profundo como aquel sobre el que han construido el puente. El pacto ha sido roto. La ira del dios Imra se cierne sobre ellos. Al traicionar su amistad y violar el contrato, indirectamente Danny ha firmado el destino de él y de Peachy. Aunque éste pretende partir con su parte del tesoro, no podrá negar un último favor a Danny, y asistirá a su boda real para ejercer de padrino. No podía ser de otra forma: como los formidables amigos que son, el destino de Danny estará ligado al de Peachy.

Tanto  Michael Caine interpretando al astuto Peachy como Sean Connery encarnando a Danny se muestran formidables en sus actuaciones, logrando una química en la pantalla mucho más íntima y cercana que la de Newman y Redford. Los dos británicos deberían haber rodado muchos más films juntos, pero supongo que el escaso éxito de la cinta no lo hizo posible. Aunque es difícil destacar entre dos colosos como estos en lo que fueron unos de sus mejores papeles, Christopher Plummer logra obtener su pequeño pedazo de pastel encarnando a Kipling, encajando en el papel con la suavidad y perfección de un guante de seda. Del actor que interpreta a Fish y del que poco se ha vuelto a saber decir que aguanta el embiste de los dos aventureros, y siendo quiénes son ya es decir mucho. Sin duda un personaje entrañable. La bella Roxana es interpretada por la mujer de Caine por aquél entonces (y creo que actualmente siguen juntos), Shakira Caine. Un tipo con suerte, este Michael. Cuando Huston ya casi estaba desesperado por encontrar a su Roxana, él y otros invitados vieron a Shakira en una fiesta y no pudieron sino afirmar que el destino la había puesto allí para ellos.

Una de las constantes en la carrera de John Huston ha sido su intuición para rodearse de buenos guionistas y un particular olfato y saber hacer casi mágico para adaptar obras literarias. Su adaptación cinematográfica de la monstruosa Moby Dick es prueba de ello. En este filme Huston se ayudó de una colaboradora habitual, Gladys Hill, para escribir el guión. La construcción de la historia es perfecta: tenemos acción, aventuras, humor y drama a partes iguales. La impronta de un macho en el sentido norteamericano como era Huston se deja notar en la construcción de esa amistad típicamente masculina y brava que mantienen Danny y Peachy. La labor tras las cámaras de Huston es igual de impecable, manteniendo un ritmo equilibrado en todo momento, dejando que todo fluya de modo natural, desarrollando los personajes al tiempo en que la historia sigue su curso. Una labor de artesanía que no ha tenido el renombre de cintas de aventuras posteriores como la archifamosa de Indiana Jones. No entraré en afirmar cuál es mejor, para mi son todas grandes películas del género, pero sí que creo que El hombre que pudo reinar tiene un romanticismo añejo del que los filmes del arqueólogo con látigo carecen por completo.

En una las más fugaces y extrañas carreras cinematográficas, el vejete que interpreta al sumo sacerdote debutó en el cine a la edad de 103 años. Huston le descubrió mientras el abuelo trabajaba como vigilante nocturno en un olivar. El director le ofreció el papel y el buen hombre aceptó. En los primeros días todo parecía ir bien (no se podía interpretar a un chamán de forma más realista; parecía que el sacerdote hubiera sido contemporáneo del mismísmo Alejandro) pero el equipo pronto notó que el marroquí se dormía en los rodajes. La razón era que el pobre hombre había seguido con su trabajo de vigilante. Huston le hizo ver que con lo que iban a pagarle podía olvidarse de los olivos para siempre. Además, al ver algunas escenas filmadas, el anciano consideró que a partir de entonces sería inmortal. Aquel hombre tal vez fuera un analfabeto vigilante de olivares, pero desde luego supo comprender a la primera en que consistía esto del cine.
El hombre que pudo reinar es una película tan inmortal como el propio cine, una de las joyas de la corona del género de aventuras.

La relación de Kipling con la masonería.

Joseph Rudyard Kipling nació en Bombay el 30 de diciembre de 1865 -falleció en Londres el 18 de enero de 1936. Escritor indio de origen británico. Su segundo nombre hace referencia al lago Rudyard, en Stafordshire, Inglaterra, donde sus padres se conocieron.Su padre (John Lockwood Kipling), un oficial del ejército británico, experto en arte y artesanía indios, lo envió de niño a Inglaterra para que se educara allí. Solo y abandonado en un principio, más tarde recordaría con placer sus años escolares. En 1878, ingresa al United Service College, una escuela de Devonshire, creada especialmente con la finalidad de educar a los hijos de aquellos oficiales sin gran pecunio. En 1882, a los 16 años de edad, fue al encuentro de sus padres, en Lahore, donde su padre se desempeñaba en el cargo de director de la Escuela de Bellas Artes, y durante siete años trabajó como periodista en la India, país al que observó con penetrante mirada; sus escritos periodísticos aparecen periódicamente en La Gaceta Civil y Militar. Sus cínicos poemas de Departamental Ditties (Cantinelas departamentales, 1886), y sus vigorosos relatos, Plain Tales from the Hills (Cuentos de las colinas, 1888), llamaron la atención.En 1889 llegó a Londres (luego de un viaje que lo llevara a recorrer Birmania, Japón y los Estados Unidos) con una carpeta de cuentos y baladas que se convertirían en 1890 en un éxito editorial. Incluían estos trabajos algunas reimpresiones de su obra primera y muchos relatos nuevos sobre la India y el ejército británico; sus Barrack Room Ballades (Baladas del cuartel, 1892), un género nuevo en la poesía inglesa; y una novela autobiográfica suavemente enmascarada, The Light That Failed (La luz que se extingue, 1891). En ese mismo año, en colaboración con Wolcott Balestier, escribe Naulahka.

Fue iniciado en Masonería a los veinte años en la Logia «Esperanza y Perseverancia Nº 782» de Lahore, Punjab, India.
Dedicó su vida y sus escritos a profundizar en la condición de Hombre, y su devenir existencial. Temas todos ellos estudiados dentro de la Masonería.Joseph Rudyard Kipling fallece en Londres el 18 de enero de 1936. sus restos se encuentran sepultados en la Abadía de Westminster.

Un texto de Kipling describiendo su sentimiento y relación con la Masonería:

MI LOGIA MADRE

Vivir la Masonería (Rudyard Kipling)

Allí estaba: Rudle, el jefe de estación Peazley, de la Sección de Vías y Trabajos Ackman, de Intendencia, Donkin, funcionario de la Prisión, y Blake, el Sargento instructor que fue dos veces nuestro Venerable; y también, estaba el viejo Franjee Eduljee dueño del almacén «Artículos Europeos… Fuera nos decíamos: «Sargento» o «Señor», «Salud’ o «Salam»; dentro, en cambio, «Hermano», y así estaba bien.

Nos encontrábamos en el Nivel, y nos despedíamos en la Escuadra, Yo era el segundo Diácono. Estaba también, Bola Nath, el contable, Saul, el judío de Aden, Din Mohamed de la oficina del Catastro, el señor Chuckerbutty… Amir Singh el sikh; y Castro, del taller de reparaciones que, por cierto, era católico romano…
Nuestros ornamentos no eran ricos y nuestro Templo era viejo y desguarnecido, pero conocíamos los Landmarks y los observábamos escrupulosamente…
A veces, cuando miro atrás me viene a la cabeza este pensamiento: «En el fondo, no había incrédulos al margen, quizás de nosotros mismos… y, así, cada mes después de la Tenida nos reuníamos para fumar. No nos atrevíamos a hacer banquetes por miedo a forzar alguna norma de cualquier Hermano.
Y hablábamos a fondo, de Religión y de otras cosas. cada uno de uno se refería al Dios, que conocía mejor, y los Hermanos tomaban la palabra uno tras otro y nadie se inquietaba.
Nos separábamos con el alba, cuando se despertaban las cacatúas y los malditos mosquitos portadores de fiebre. Entonces volvíamos a caballo y después de tantas palabras Dios, Mahoma y Shiva jugaban al escondite dentro de nuestras cabezas.
Muy a menudo, desde entonces, mis pasos errantes al servicio del Gobierno han llevado mi saludo fraternal desde Oriente a Occidente.
¡Cómo los recordaba! ¡Y cuántas veces he deseado volver a verlos a todos! A todos los de mi Logia Madre, ¡Cómo querría volver a verlos! A mis Hermanos, negros o morenos, y sentir el aroma de los cigarrillos indígenas mientras deambulaba por allí… el que encendía la luz, y el viejo de la limonada removía por la cocina.
Y volverme a sentir un Masón perfecto. Una vez más, en esta mi Logia de hoy.

Un par de poemas muy famosos de Kipling:

No desistas
Cuando vayan mal las cosas
como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino
solo cuestas que subir,
cuando tengas poco haber,
pero mucho que pagar,
y precises sonreir
aún teniendo que llorar;
cuando ya el dolor
te agobie y no puedas ya sufrir;
descansar acaso debes
pero nunca desistir.
Tras la sombra de la duda
ya plateada ya sombría,
puede bien surgir el triunfo
no el fracaso que temías,
y no es dable a tu ignorancia
figurarte cuan cercano puede estar
el bien que anhelas;
y que juzgas tan lejano.
Lucha pues, por más que tengas
en la brega que sufrir.
Cuando todo esta peor,
más debemos insistir!
Rudyard Kipling
Si
Si logras conservar intacta tu firmeza,
Cuando todos vacilan y tachan tu entereza,
Si a pesar de esas dudas, mantienes tus creencias,
Sin que te debiliten extrañas  sugerencias.
Si sabes esperar, y fiel a la verdad, reacio a la mentira,
El odio de los otros te sienta indiferente,
Sin creerte por ello, muy sabio o muy valiente.
Si sueñas, sin por ello rendirte ante tu ensueño,
Si piensas, mas de tu pensamiento sigues dueño.
Si triunfos o desastres, no menguan tus ardores,
Y por igual los tratas como dos impostores
Si soportas oír la verdad deformada,
Cual trampa de necios, por malvados usada.
O mirar hecho trizas de tu vida el ideal,
Y con gastados útiles, recomenzar igual.
Si toda la victoria conquistada,
Te atreves a  arriesgar en una audaz jugada,
Y aun perdiendo, sin quejas, ni tristezas,
Con nuevo brío reiniciar, puedes tu empresa.
Si entregado a  la lucha, con nervio y corazón,
Aun desfallecido, persistes en la acción,
Y extraes energías, cansado y vacilante,
De heroica voluntad, que te ordena ¡adelante!.
Si hasta el pueblo te acercas sin perder tu virtud,
Y con reyes alternas sin cambiar de actitud,
Si no logran turbarte ni amigo, ni enemigo,
Pero en justa medida, pueden contar contigo.
Si alcanzas a llenar, el minuto sereno,
De sesenta segundos, de un esfuerzo supremo,
Lo que existe en el mundo, en tus manos tendrás,
Y además hijo mío: ¡ un hombre tu serás !
Rudyard kipling

Citas de Rudyard Kipling

  • «Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia.»
  • «Entrometerse en el desatino del hombre es siempre una faena muy ingrata.»
  • «La intuición de una mujer es más precisa que la certeza de un hombre.»
  • «Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé. Sus nombres son cómo, cúando, dónde, qué, quién y por qué»
  • «Si encomiendas a un hombre más de lo que puede buenamente hacer, lo hará. Si solamente le encomiendas lo que buenamente puede hacer, no lo hará.»

Obras:

Cuarteto (1884, colección de poemas escritos junto a su madre y hermana)
Cuentos de las Colinas (1888)
De un Mar a Otro (1889)Naulahka (1891, en colaboración con Wolcott Balestier)El Libro de la Selva (1894)El Segundo Libro de la Selva (1895)La Carga del Hombre Blanco (1899)Kim (1900)Puck, el de la Colina Pook (1900)Los Ancianos (1902, donde preanuncia la Primera Guerra Mundial)Canción de la Patrulla (1908, himno del movimiento scout)El Retorno de Puck (1911)Por Todo lo que Tenemos y Todo lo que Somos (1914)

http://www.sean-connery.net/pelis/hombreinar/index2.htm
http://elmejornegociodelmundo.nireblog.com/post/2009/04/29/rudyard-kipling-poemas

Pu Yi.Las vidas del último Emperador de China.

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RadioFrom Emperor to Citizen: The Autobiography of Aisin-Gioro Pu Yi
En el Blog,un post dedicado otra vez a una persona que vivió «varias vidas».Elegido,tras un complot familiar,como Emperador del Imperio del Medio .Fue brevemente el último Emperador de China.De la étnia manchú como sus antepasados de la dinastía Quing.Vivió los periodos de regencia y después de ser depuesto ,unos años más,infancia y juventud dentro de la Ciudad Prohibida,que a su vez se encontraba dentro de la Ciudad Manchú ,en Pekín.Fue durante todo ese tiempo prisionero de la corte,los eunucos y demás parientes,servidores y funcionarios imperiales.Vivió en una verdadera «jaula de oro»,posteriormente conoce la realidad del exilio en Tientsin.Fue convencido por japoneses y el «partido monárquico manchú»,para retornar al poder en la provincia del nordeste (Manchuria) ,conquistada militarmente por Japón.Sirvió leal e ingenuamente como soberano títere,de un «estado fantasma».Pasó por periodos de detención,arrestos, encarcelamiento,campo de concentración y de reeducación.Pasó al final a vivir plácidamente el resto de su vida,él que había conocido una sociedad profundamente jerarquizada y estamental,en la igualitaria República Popular de China de Mao. Las fuentes documentales más atractivas son su propia autobiografía «From Emperor to Citizen»,»Yo fui el último emperador de  China»,o «Pu-Yi el último Emperador» ,y el libro de su instructor o maestro occidental ,el profesor inglés Johnston : «Twilight in the Forbidden City»,»Crepúsculo en la Ciudad Prohibida» .La película de Bernardo Bertolucci «Last Emperor», «El último emperador»,rodada en 1987 en localizaciones reales,constituyó un hito ,y dió a esta historia,hasta entonces poco conocida, fama mundial.
Puyi o Pu-yi o Xuantong, Mo Ti o Hsuan Teh) Último emperador de China, perteneciente a la dinastía Manchú (Pekín, 1906-1967),cuando China era dominada por las potencias  extranjeras,y el ascenso del Imperio del Japón era imparable.Era sobrino del emperador Kuang-su, al que sucedió en el Trono en 1908, cuando Pu-yi contaba sólo dos años; había sido designado sucesor por la emperatriz viuda Ts’eu-hi (o Cixi) precisamente por su corta edad, que le permitiría a ella ejercer el poder real. Sin embargo, Ts’eu-hi murió en aquel mismo año y pasó a ejercer la regencia el padre de Pu-yi, Tch’uen.
Éste, vinculado al partido tradicionalista, detuvo el proceso de reformas que habían iniciado sus antecesores. El inmovilismo imperial acrecentó el descontento y permitió el triunfo de la revolución nacionalista encabezada por Sun Yat-sen, que proclamó la República en 1911 y forzó la abdicación de Pu-yi en 1912. No obstante, se le permitió seguir viviendo en Pekín, en la residencia tradicional de la corte imperial, la Ciudad Prohibida.Los manchúes esperaban restaurar a Pu Yi en su trono, y deseaban que tuviera trato con las potencias occidentales que pudieran ayudarlos a lograr su objetivo.
En 1917, durante el periodo de anarquía y de luchas civiles entre los señores de la guerra, un partido monárquico restableció a Pu-yi en el Trono por el breve espacio de doce días. En 1924 tuvo que escapar de los señores de la guerra y se refugió en la colonia japonesa de Tientsín. Cuando los japoneses invadieron la región china de Manchuria en 1931, crearon sobre aquel territorio el Estado títere del Manchukúo, a la cabeza del cual pusieron a Pu-yi como jefe de Estado (1932) y más tarde emperador (1934). Su poder era ilusorio, si bien pretendió en algún momento obtener de los japoneses una cierta autonomía política.
Tras la invasión soviética de Manchuria en agosto de 1945. Pu-Yi voló a la URSS ,y fue mantenido bajo arresto domiciliario hasta el final de la guerra.Testificó en algunos juicios contra los japoneses.A su regreso a China en 1950,fue apresado durante nueve años.Fue reeducado en las doctrinas de la República Popular de Mao y se casó,algo insólito hasta entonces con una mujer de etnia Han ,china ,no manchú.Testificó en algunos juicios contra los japoneses,miembro del partido comunista en 1962.Su trabajo como jardinero de un jardín público (El Jardín Botánico) en Pekín le duraría hasta 1963 .Después trabajó como archivero de la Biblioteca Nacional de la misma capital hasta su muerte en 1967.

La coronación,en la magistral película de Bertolucci:

http://www.youtube.com/watch?v=voul-mV6SAg&feature=related

La magistral música de la BSO ,de Riuychi Sakamoto y David Byrne:

http://www.youtube.com/watch?v=1r2a0WsBjSc&feature=related

Su palacio en Manchukúo,Manchuria:

http://www.youtube.com/watch?v=rOBMF8m7G0A

Sus días como jardinero de un parque público en Pekín:

http://www.youtube.com/watch?v=lEGxtDzsopk&feature=related

La crítica a la película de Bertolucci:
La enjundia y dificultad de “El último emperador” tuvo mucho que ver con que durante esta década apenas dedicara Bertolucci su tiempo a esta última película, al margen de alguna incursión en el documental político y colaboraciones dispersas.
Mark Peploe y él mismo afrontaron la escritura del guión de “El último emperador” tomando como punto de partida la autobiografía de Aisin Gioro Pu Yi, en quien se basa la película, titulada “De Emperador a ciudadano”, un texto denso, lleno de recuerdos en el que el último de los emperadores de China recuerda su breve reinado y por tanto residencia en la llamada “ciudad prohibida” hasta sus penalidades bajo la invasión japonesa y su silencioso final como campesino en la República Popular China.
Peploe y Bertolucci buscan el equilibrio entre lo personal, los avatares de Pu Yi, y el testimonio histórico, entre el intimismo y la monumentalidad épica que requería tan singular historia.
Un alto porcentaje del peso de “El último emperador” recae en los actores, sin olvidar la existencia de un guión redondo, una ambientación en la que no se escatimaron recursos de ningún tipo y una banda sonora de extrema singularidad, obra de Ryuichi Sakamoto.
Pu Yi es John Lone, un actor de Hong Kong relativamente conocido por su brillante participación en el “Manhattan Sur” de Michael Cimino y magníficamente arropado por Peter O’Toole y Joan Chen, una actriz nacida en Shanghai y rostro fácilmente reconocible a mediados de los 80 por sus repetidas apariciones en series de televisión.
Lo demás es espectacularidad, buenos diálogos, sentido crítico de la Historia, rigor…

Hay una versión de Crepúsculo en la Ciudad Prohibida:

http://www.youtube.com/watch?v=NHCEqmaLlQs

http://en.wikipedia.org/wiki/Twilight_in_the_Forbidden_City
http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Twilight_in_the_Forbidden_City
http://es.wikipedia.org/wiki/Puyi
http://abcblogs.abc.es/trasunbiombochino/2009/9/24/pu-yi-prisionero-la-ciudad-prohibida
http://www.tudiscovery.com/guia_china/china_personajes/china_pu_yi/index.shtml
http://www.exordio.com/1939-1945/personajes/KangTe.html
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/puyi.htm
http://www.encyclopedia.com/topic/Pu_Yi.aspx
http://www.canaltcm.com/peliculas/el-ultimo-emperador
http://es.wikipedia.org/wiki/El_%C3%BAltimo_emperador

Leni Riefenstahl.Múltiples vidas de la cineasta de Hitler.La evasión por el cine y la fotografía.

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Book Digest

En el Blog,tras todo tipo de personajes reales e imaginarios,una  mujer de vida compleja.Una persona dedicada en cuerpo y alma a la imagen.El culto al cuerpo,primero en la Alemania nazi,donde fue una importante propagandista del régimen,y luego en múltiples experiencias en África,tanto en fotografía antropológica,cuanto en fotografía submarina en el Mar Rojo.Se reinventó unas cinco veces y ha sido admirada por quienes veían en ella una luchadora ,una aventurera y una persona llena de vitalidad y de curiosidad.Tuvo obsesión por reflejar la belleza del cuerpo humano y la «autenticidad» de antiguas culturas ancestrales ,así como la naturaleza salvaje ,llena de luz y color.De todas formas su etapa como cineasta en la Alemania nazi ,el estigma del nazismo y fascismo,le acompañaría toda su larga vida.Eso la hizo merecedora del apelativo de «Diosa imperfecta»,o el calificativo para su vida de «horrible y maravillosa».

Leni Riefenstahl nació en Berlín el 22 de agosto de 1902. Falleció a los 101 años, en 2003. Rompió en sus 101 años de vida,todo tipo de barreras,fue pionera en multitud de técnicas tanto cinematográficas como en la Fotografía de reportajes ,viajes y artística. 

De muy joven inició su carrera como bailarina. Una lesión de menisco la alejó temporalmente de la escena. En 1924 se puso en contacto con el Dr. Arnold Fank, tras ver una película suya sobre los Alpes dolomitas. Con Fank, además de protagonizar varias películas, entre ellas El Monte Sagrado, colaboró durante muchos años y aprendió a manejar la cámara.
La película de Eisenstein El acorazado Potemkin, le hizo decidir su vida dedicándola al cine. Poco a poco, arriesgando su persona en escenas difíciles y su dinero en la producción de films, labró una reputación con la que estuvo a punto de llegar a Hollywood.
Pero no quiso limitarse a la subordinación de ser actriz: en 1932 dirigió su primera película, La luz azul, filme situado en los Alpes, que tras ser premiada en la Mostra Venecia, la lanzó a la fama internacional. Ella interpretaba el papel principal. Hitler, poco antes de llegar al poder, el 30 de enero de 1933, quiso conocerla y le fue presentada.
Mientras otros cineastas se expatriaban, como Fritz Lang y Robert Wiene, Leni, gracias al doctor Goebbels, se convirtió en «la cineasta número uno del nuevo régimen». Hitler causó gran impacto en la actriz y directora, que aceptó la dirección de dos documentales sobre el congreso del partido, La victoria de la fe (1933) y El triunfo de la voluntad (1936). Esta obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía, la medalla de oro en la Bienal de Venecia, y medalla de oro también en la Exposición Universal de Paris en 1937.
Para acallar las críticas de algunos generales de Hitler por la gran confianza que el Führer tenía hacia ella, filmó un corto sobre la Wermacht. En ese tiempo viajó por España para rodar los exteriores de Tierra Baja, que acabaría aparcada por falta de financiación.
Con Olimpíada, una epopeya sobre los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, obtuvo no solamente el gran reconocimiento del gobierno y pueblo nazi, sino que además fue premiada con gran éxito de público y crítica con un León de Oro en el Festival de Venecia.  Olimpíada se estrenó el día del cumpleaños de Hitler en sesión privada, en dos partes Fiesta de los pueblos y Fiesta de la belleza.
Leni Riefenstahl tuvo a su disposición todo tipo de recursos, tanto económicos como técnicos, en momentos en que la restricción económica afectaba al resto de los cineastas.
Mientas tanto, siguió con el rodaje de Tierra Baja, para la cual, construyó en Alemania una aldea de estilo español. La contratación como extras de un grupo de gitanos le llevó posteriormente a ser acusada de haberlos sacado de un campo de concentración y de haberlos utilizado como esclavos.
Debido a los constantes bombardeos sobre Berlín se trasladó a Kitzbühel (Austria), donde depositó todo el material de sus películas, incluida Tierra Baja de la que tan sólo faltaba el trabajo de sincronización y montaje.
Tras el final de guerra, fue detenida e interrogada por el ejército norteamericano. Le fue confiscada la casa y todas sus posesiones, ente ellas las copias de sus películas. Leni se defendió siempre de sus acusaciones de nazismo diciendo que había pecado de ingenua pero no de mala voluntad. Como tantos miles de alemanes de aquella época, negó conocer el exterminio que estaba sucediendo en su país. No obstante, nunca lo lamentó.
Tras ser liberada por los norteamericanos, una guarnición francesa en El Tirol, la volvió a detener. Más tarde se le confiscaron todos los bienes, incluyendo el material fotográfico. Vivió varios meses en la miseria y su matrimonio fracasó. Se le recluyódurante tres meses en un manicomio, en el que se le aplicó electroshock para «desnazificarla»
En varios juicios sucesivos, a instancias norteamericanas y francesas, salió con veredicto favorable, que reconocía su no-implicación ni en el partido ni en ninguna otra de sus ramificaciones y que su relación con Hitler y su partido era estrictamente profesional. Tras un última apelación la calificaron solamente como simpatizante (no perteneciente) del partido nazi.
Tras varios años de pleitos consiguió recuperar parte de sus pertenencias, sobre todo sus rollo de película. Veinte años después de haber sido empezada, terminó el montaje y estrenó Tierra Baja.
Viajó por África, donde quedó prendada por unas fotografías de los atléticos cuerpos de «Los Nuba». Se obsesionó con la idea de filmarlos, y a pesar de los peligros y los consejos en contra (tenía ya 60 años), partió para el sur de Sudán en las más adversas circunstancias.
Las fotografías y filmaciones de «Los Nuba» dieron la vuelta al mundo. Para lograrlas se integró en las costumbres de la tribu y aprendió su lengua. Con su colaborador y cámara, Horst Kettner, en 1968, se adentró en territorios desconocidos y filmó a varias tribus que nunca habían tenido contacto con el mundo de occidente.
Su culto al cuerpo en forma de imágenes fotográficas y filmadas, sirvió a sus críticos para indicar sus evocaciones de la ideología nazi. En la última etapa de su vida profesional, prefirió eliminar de sus imágenes al ser humano. Desde mediados de los años setenta comenzó a fotografiar arrecifes de coral, un tema que incluso le permitió filmar una última película, ya absolutamente vaciada de contenido, Impresiones bajo el agua, que realizó con 97 años y presentó en el 2000, ya con 100 años. Aprendió submarinismo a los 72 años y con más de 90 siguió lanzándose en paracaídas.
Falleció a los 101 años, en 2003.

«Siempre anduve a la búsqueda de lo insólito, de lo maravilloso y de los misterios de la vida». Así es como comienza Leni Riefenstahl su libro de memorias. Una mujer polémica, pero sin lugar a dudas una de las más grandes artistas del siglo XX. La visión de su ojo tras la cámara y sus innovadoras ideas, aún hoy inmersos como estamos en plena era digital, no han sido superadas.






http://www.youtube.com/watch?v=jXNj1wknPdI&feature=related


Algunas películas propagandísticas de la época nazi :

El triunfo de la voluntad.Actividades del partido en Nurenberg.











http://www.youtube.com/watch?v=GkeQidcPgr8






Olímpia.Las olimpiadas de Berlín en 1936.











http://www.youtube.com/watch?v=kNL8tUwyRDo&feature=related




Los reportajes en África.










Tierra Baja:



Muy interesante el estudio por la obsesión nacionalista,de «Tierra Baja«, la obra de Leni Riefenstahl,basada en la pieza teatral de Àngel Guimerá.Estudio de Angel Quintana y de Margarida Casacuberta.

http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/80226953108682617400080/p0000001.htm#I_1_

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Su experiencia africana,explicada por un admirador suyo y del submarinismo:

 

 

 

En 1961 desembarcó por primera vez en África, donde se enfrascó en la filmación de exteriores para otra película, Cargamento Negro, que tampoco vería nunca la luz.
En el Hospital de Nairobi donde se recuperaba de un gravísimo accidente que por poco le cuesta la vida, encontró en un número atrasado de la revista Stern, una fotografía que mostraba a unos guerreros de cuerpos esculturales, tan perfectos que parecían estatuas de Rodin. Como único indicativo podía leerse «Los Nuba de Kordofan».
Fotografías de Leni Riefenstahl durante su estancia en Africa
Apenas había información sobre esta tribu primitiva, que ni siquiera había sido visitada por misioneros. Situó el lugar como una provincia al Sur de Sudán y se obsesionó tanto con encontrar a estos Nuba, que un año después y con 60 años cumplidos, se enroló en una expedición que con fines etnológicos emprendía un viaje por esas tierras.
Ni las adversas condiciones en las que se realizaría el trabajo, durmiendo por falta de medios económicos en sacos de dormir en el suelo, ni el hecho de ser la única mujer entre un grupo de hombres, pudieron detenerla.
El tan anhelado encuentro no iba a defraudarla. Se integró perfectamente en las costumbres de la tribu, aprendió su lengua y compartió cobijo y mesa. El resultado fueron unas impactantes fotografías que dieron la vuelta al mundo.
Estas imágenes de luchas, ritos iniciáticos, fiestas de los muertos…, no habían sido nunca antes plasmadas por una cámara, incluso las que estaban prohibidas a los ojos de las mujeres, pudo Leni presenciarlas.
Había regresado a la escena pública, esta vez convertida en testigo excepcional de una tribu remota y primitiva que desgraciadamente no tardaría mucho tiempo en extinguirse. Devorados por la incipiente civilización, pocos años después se encontraría a sus «orgullosos guerreros» cubiertos con mugrientas camisetas.
En 1968 conoció a Horst Kettner, un joven cámara al que ella entrenó y que desde entonces se convertiría en su más estrecho colaborador. Junto a él se atrevió a adentrarse todavía más al Sur, en el interior de los remotos closed districts de Sudán, en busca de nuevas tribus que hubieran tenido poco o ningún contacto con el hombre blanco.
Su primer libro sobre los Nuba tardó diez años en publicarse. Sus enemigos volvieron a la carga acusándola de fascista. Algunos intelectuales alemanes creyeron ver en la perfección de estos atléticos desnudos, reminiscencias de la ideología nazi.
Un nuevo revés para esta mujer que siempre defendió la autonomía estética del arte.
Leni Riefenstahl se dedicó en la última etapa de su vida a la realización de imágenes submarinas.
Conocí a Leni hace cinco años en Papúa Nueva Guinea. Tenía 92 años y era una entusiasta buceadora.
Había conseguido su certificado en Mombasa a la edad de 71 años y se había recorrido medio mundo buceando.
Nos encontramos en la plantación de Wallindi. Yo estaba trabajando a bordo del Tiata por lo que no pude disfrutar de su compañía todo lo que me hubiera gustado.
Cada mañana la veía organizar con una envidiable disciplina las inmersiones y las tomas que quería para ese día. Era una mujer de carácter, acostumbrada a mandar pero a la vez afectuosa y amable con todo el mundo.
Realizaba dos inmersiones diarias excepto los domingos, que los dedicaba a descansar y a contestar su enorme correspondencia.
Aunque fuera del agua tenía que ser ayudada porque su menudo cuerpo no hubiera podido soportar tanto peso, bajo ella se la veía disfrutar con su ingravidez como si fuera una niña.
En un recorte de prensa se podía leer  que había sobrevivido milagrosamente al estrellarse la avioneta en la que viajaba por África.

http://www.fotosub.org/leni.htm


En sus últimos días,niega haber tenido conocimiento de casi nada de lo que suponía el nacional-socialismo,y las figuras de Hitler,Goebbles etc:






http://ensayista.blog.com.es/2007/12/15/leni_rienfenstahl_buzo_a_los~3449065/




 



El reino de Shangri-La.La utopía de la eterna juventud y felicidad.Un mito budista recreado por James Hilton y Frank Capra..

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En el Blog,una mirada a un relato que ha hecho soñar a varias generaciones.Es tema de una  novela pero ,se convirtió en película,se ha reivindicado de muchas maneras,ha tenido muchas interpretaciones y sirve de nombre a multitud de lugares,fincas y hoteles. Parece que China también se lo ha apropiado…
Shangri-La es un lugar ficticio descrito en la novela de 1933 «Horizontes Perdidos» escrita por el británico James Hilton (1900-1954) . En el libro, «Shangri-La» es un valle místico y armónico, suavemente guiado desde una lamasería, encerrado en el extremo occidental de las montañas de Kunlun. Shangri-La se ha convertido en sinónimo de cualquier paraíso terrenal, pero sobre todo una utopía mítica del Himalaya – una tierra de felicidad permanente, aislada del mundo exterior. En la novela «Horizontes Perdidos», las personas que viven en Shangri-La son casi inmortales, que viven años más allá del período de vida normal y sólo muy lentamente, el envejecimiento en su apariencia. La palabra evoca también la imagen de exotismo de Oriente. En las antiguas escrituras tibetanas, la existencia de siete lugares se menciona como Nghe-Beyul Khimpalung. Uno de esos lugares se menciona que se encuentra en algún lugar de la región de Makalu-Barun.



Su novela inspiró a la sociedad de su tiempo y dio origen al mito: soñadores, aventureros y exploradores intentaron hallar ese paraíso perdido. La onda orientalista de Occidente se ha inspirado en él y el nombre «Shangri-La» bautiza no sólo a agrupaciones musicales o teosóficas sino numerosos lugares de descanso en Asia y aún en América. (De hecho, Shangri-La fue el primer nombre de la sede de descanso presidencial estadounidense en Camp David, ubicada entre colinas. Se lo puso su primer ilustre hospedado, el presidente Franklin Delano Roosevelt.)
Cuenta un viejo mito, muy bien llevado al cine por Frank Capra en su pelicula Horizontes perdidos, a su vez basada en la novela de James Hilton, quien se inspiró en las publicaciones del botánico Joseph F. Rock sobre el reino lamaísta de Muli y las costumbres de los Naxi de Lijiang, a cerca del paraiso de Sangrila.
Dice este viejo mito que existe, en un lugar indeterminado del Himalaya, un valle donde la gente vive en paz y armonía, felices y en eterna juventud. Un paraiso de abundancia y paz. En la pelicula de Frank Capra, por un accidente aereo llegan hasta alli cuatro occidentales que gozan de las tierras y los encantos del paraiso hasta que deciden abandonarlo, entonces recuperan la velocidad del tiempo exterior y, antes de perder de vista las montañas, envejecen y mueren.
El mito de Shangri-Lá viene de tiempo, porque nos podriamos extender hacia atras y hablar de mitos mas antiguos, como Shambhala, la fuente de la sabiduría eterna de los antiguos budistas, o la Kalapa hindú, donde se alojan los inmortales en el Himalaya.
El de Buthan.Se parece… 

La versión musical de 1973: 


http://www.youtube.com/watch?v=sew4NUQ-VkI&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=YllDN1U0l_s&feature=related
La canción principal interpretada por Burt Bacharach :


la BSO :http://www.4shared.com/get/jpNLksNH/Lost_Horizon_-_Soundtrack_-_Bu.html
Y el 2010 será un videojuego de acción:

EL SHANGRI-LA DE JAMES HILTON 

Como esos espejismos que en el desierto siempre están unos pasos delante pero el viajero sediento nunca alcanza, Shangri-La es un mundo escondido al cual parece imposible acceder. La antigua creencia budista dice así: Para llegar, no es preciso contar con un mapa o guías avezados, sólo es necesario estar preparado íntimamente. Entonces, lo inefable aparecerá ante la vista en todo su esplendor. ¿Es Shangri-La el paraiso perdido donde habitan hombres perfectos, la Kalapa de los hindúes? ¿Es el valle oculto de Kun Lun donde, según los chinos, viven seres inmortales? ¿Es la Tierra de las Aguas Blancas, la Bielovodye rusa, aquella de los santos ermitaños de gran sabiduría? ¿O es Chang Shambhala, el lugar sagrado de los budistas donde se encuentra la fuente de la eterna sabiduría? Es todos y no es ninguno. Como los espejismos, está y no está. Sólo espera al peregrino de corazón límpido y espíritu abierto para ofrendarle sus misterios.
En su novela Horizontes Perdidos, el escritor inglés James Hilton construyó un mundo ideal, al que llamó Shangri-La (un nombre de su invención convertido al poco tiempo en sinónimo de lugar edónico). Estaba poblado por un grupo de elegidos provenientes de distintas partes del mundo y eran gobernados por un Dalai Lama muy especial: el misionero católico Francois Perrault, de la orden de los Capuchinos, que había arribado al Tíbet en 1734 y seguía vivo hacia 1930, fecha en que transcurre la mayor parte de la novela. Hugh Conway, joven cónsul inglés en la India, llega con otros tres británicos hasta este oculto valle tibetano después de un accidentado viaje en avión.
Cuando Conway vio Shangri-La, se enfrentó con una extraña y casi irreal aparición: un grupo de coloridos pabellones se agrupaban en la ladera de la montaña. Era soberbio y exquisito. Una contenida emoción llevaba la mirada desde los leves techos azules hasta la tremenda mole gris de la roca. Más allá, lo rodeaban los picos y pendientes nevados del Karakal.
En el antiguo monasterio budista, Conway y sus compañeros de viaje encuentran un lugar donde la reducida comunidad de lamas intenta conservar los tesoros de la civilización, amenazados por la violencia de una época en que el hombre, al regocijarse con la técnica del homicidio derramará una rabia tan ardiente sobre el mundo que toda cosa preciosa estará en peligro. El mundo que acababa de salir de la Primera Guerra Mundial y advertía la cercanía de nuevas tragedias que se trasluce en las páginas de Horizontes Perdidos, donde el idílico universo tibetano que construye Hilton no es una promesa de futuro, un rescate del pasado ideal, del paraíso perdido por la civilizaciín de la máquina.
Cuando Hilton ubica a su mítica Shangri-La en el Tíbet, los lectores occidentales de su novela fueron fascinados por ese mundo misterioso que desde antiguo había atrapado el interés de misiones y expedicionarios. Desde los principios del siglo XVI, los jesuitas intentaron llegar a esas altas mesetas cercanas del Himalaya donde se creía existía una antigua comunidad de primitivos cristianos.
Cuando finalmente el padre Antonio de Andrade logra atravesar mil obstáculos y acceder al prohibido reino de Guge, se encontró con los lamas, monjes budistas de muy extrañas y crueles costumbres: entre ellas, el asesinato deliberado de numerosos campesinos elegidos al azar, ceremonia que se cumplía una vez por año y mediante la cual los muertos alcanzaban la eterna felicidad. Asimismo, sorprendió a los misioneros europeos el hábito de los lamas de adornar sus vestidos con huesos humanos. A lo largo de los siglos siguientes, los jesuitas enviaron numerosas misiones al Tíbet para ser finalmente reemplazados, según orden papal, por la orden de los Capuchinos.
A principios del siglo XX, la escritora francesa Alexandra David-Nöel, gran conocedora de la religión budista, recorrió caminos escarpados y enfrentó lluvia, barro, nieve, granizo y la hostilidad de tibetanos, chinos e ingleses hasta llegar a las lamaserías. Libros suyos como Magia y misterio en el Tíbet contribuyeron a alimentar en Occidente la imagen legendaria de un país inaccesible y misterioso. A través de sus obras se difundió la capacidad de los monjes tibetanos para entrar en profundos trances, levitar y dominar las sensaciones corporales, como también la creencia de que podían predecir el porvenir, virtudes que Hilton atribuye a los lamas de Shangri-La.
En uno de sus relatos, David-Nöel describe cómo un lama se eleva en el aire en forma que parecía sobrenatural: Pude ver su rostro impasible, perfectamente tranquilo, con los ojos abiertos y la mirada fija en algún lugar muy elevado. El hombre no corría, parecía elevarse del suelo y avanzaba a saltos. Sus pasos tenían la regularidad de un péndulo. 

http://www.divxonline.info/pelicula/6564/Horizontes-perdidos-1937/http:

Hay un «remake » de la película de Capra,de 1973 ,dirigido por Charles Jarrot.
Huyendo en avión de una revolución en un país asiático, un grupo de ingleses y americanos se estrellan en las inexploradas montañas del Himalaya, donde unos monjes tibetanos los rescatan y los llevan a la utópica Shangri-La, una sociedad perfecta.Buen remake del clásico homónimo dirigido por Frank Capra. Esta nueva versión es a colores y, a diferencia del film de 1937, traslada la acción de la China de 1935 (cuando la inminente II Guerra Mundial aleteaba en el ambiente) a la imaginaria Baskula (en el sudeste asiático) de principios de los setentas (en plena Guerra Fría, con un apocalíptico holocausto atómico amenazando a la civilización).

A su estreno se criticó que se optara por convertir la cinta de Frank Capra en una película musical. Sin embargo, este film posee un encanto difícil de superar. En cierto modo, resulta algo injusto tratar de compararlo con su original, pues ambas cintas funcionan respecto a la mentalidad y época en que fueron estrenadas.
Respecto a esto último caben destacar,para sus entusiastas partidarios, las inolvidables canciones en las que, al igual que en el vestuario, se nota una clara influencia del movimiento hippie americano.De todas formas,no gustó la película a todos.Woody Allen dijo: «Si volviera a nacer, haría exactamente todo lo mismo que he hecho hasta hoy… excepto ver el musical Horizontes Perdidos«.Para sus detractores, basta con escuchar su banda sonora, incalificable. Un canto a la cursilería más rancia y desfasada, ya no solo inadecuada para un año como 1973, sino probablemente para cualquier época. Los temas pop, festivos y «alegres», traspasan con creces los límites del puro ridículo.  Por otra parte destaca el mensaje de esperanza de un posible mundo ideal, en un tiempo en que el planeta se hallaba dividido en dos bloques enemigos listos para destruir todo en una nueva Gran Guerra… que también podría ser la última.
Como dice uno de los personajes, refiriéndose a la existencia de Shangri-La: «Sí, lo creo. Y lo creo… porque deseo creerlo». Un mensaje tan válido hoy como en 1973.

http://il.youtube.com/watch?v=k_iBZiJOmpA

Fuentes:

http://www.unmundodecine.com/2009/10/horizontes-perdidos-pelicula-1937.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Horizontes_perdidos

Paul Cézanne.Un artista solitario.Pintor impresionista.Antecesor del fauvismo y cubismo.

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https://i0.wp.com/www.ibiblio.org/wm/paint/auth/cezanne/portraits/cezanne.father.jpgPaul cezanne 1861.jpg

https://i0.wp.com/www.lasplash.com/uploads/1/cezanne_to_picasso_at_art_institute_chicago_review_10.jpg

En el Blog,otro personaje uraño y amante de su privacidad.Un artista de vanguardia.Un artista que será recordado ,por muchos motivos,pero no por ser mundano y muy sociable.
Cézanne fue un pintor solitario, un bohemio, un viajero que odiaba ser molestado por los demás. El artista siempre prefirió buscar su propio camino, en soledad, cerca de su Provenza natal,Aix-en- Provence –población al norte de la ciudad francesa de Marsella– y lejos del bullicio artístico parisino y de los salones literarios dónde nunca fue bien visto. “En París estoy malgastando el tiempo. La verdad es que no me imagino convertido en un parisiense”, escribió cierto día a un amigo.
Quizás fue su carácter personal y su inconformismo con el arte de aquellos tiempos lo que le impulsó a investigar el color y las formas puras, convirtiéndose así en el padre de la vanguardia artística del siglo XX a través de sus pinceladas sueltas y del dominio de la geometría y los volúmenes.

Así lo ve Pablo Montoya:

Una montaña bien delineada, dueña de zonas claras y perspectivas oscuras. Con perfiles que en ciertos momentos del día son delicados y en otros vigorosos. Está levantada, como una revelación inesperada, a varios kilómetros de Aix en Provence, sobre un relieve donde predominan las tranquilas sinuosidades del sur francés. Cuando la vemos, desde lo que se llama ahora “el terreno de los pintores”, parece que acabara de surgir como un espejismo de la luz tramado en la distancia. Geológicamente, Santa Victoria ha estado ahí desde hace millones de años, pero en los terrenos del arte es como si hubiera estado siempre a la espera de su pintor. Paul Cézanne la vio tantas veces, en su ir y venir por la ciudad y sus alrededores, que terminó sometido al imperioso deseo de plasmarla. La montaña está presente en 87 de sus pinturas, como protagonista principal o como telón de fondo de algún paisaje de la Provincia. Ella de algún modo, al final de sus días, se convirtió en la suprema obsesión. En esa realidad, entre telúrica y onírica, que le permitiría alcanzar su sueño de llegar a la muerte pintando.

En 1901, Cézanne se instaló en las afueras de Aix. Estaba cansado y el escepticismo hacia la estética de los centros artísticos que dominaban entonces, lo había vuelto un poco más huraño y solitario. Con la venta de la residencia familiar de Jaz de Bouffan, compró una finca en la colina de Lauves. El lugar en este verano suave en que lo visitamos, sostenido en el canto de las cigarras y acariciado por el aroma de la lavanda, se conserva casi intacto. En el taller están los abrigos, la sombrilla, el sombrero y la boina, el caballete y los pinceles, algunos bocetos y cartas del pintor de la época en que vertía la montaña en sus óleos y acuarelas. La finca, igualmente, guarda el jardín con sus olivos, higuerillas, un gran cedro del Líbano y el trazado de los senderos que Cézanne tomaba en sus descansos. Y hay algo de rusticidad agreste, un poco de olvido y otro tanto de abandono depositado en las cosas que agrada, porque así se percibe mejor el espíritu de ese último Cézanne que tanto nos conmueve.
Como él, emprendemos la caminada que tantas veces realizó. Salimos de su taller y vamos al sitio más elevado de la colina. Cézanne gustaba decir, situado en el rincón desde donde ahora divisamos la gran elevación calcárea, estas palabras: “Mire esta Santa Victoria. Qué impulso, qué sed de sol y qué melancolía en la tarde cuando la pesadez cae y se dulcifica”. Hay unas fotografías correspondientes a 1904 de J. Bernheim Jeune que muestran al pintor frente a la montaña, protegido con su sombrilla de la dureza de la intemperie. Está con su sombrero, frente a su caballete, mirando hacia el valle de donde brota la mole, más bella acaso en sus cuadros que en la realidad. Y es que al ver la Santa Victoria en los nueves óleos y en las 17 acuarelas que hizo Cézanne, recordamos sus palabras cuando se refiere a la belleza y a la verdad. La primera nace cuando se atrapa el instante en la pintura. Y allí reside, casi solitario e inasible, el secreto de la verdad. La verdad pictórica es como un eco de la apariencia de una realidad siempre fugitiva.
El 15 de octubre de 1906, Cézanne salió una vez más tras su montaña mágica. Una tempestad otoñal estalló y él no hizo caso. Siguió pintando, mirando su quimera rocosa tras la barrera de la lluvia y del viento, hasta que un síncope lo fulminó. Dos campesinos lo recogieron y lo llevaron en una carreta de lavandero a su finca. Al otro día, indiferente al malestar, Cézanne salió al jardín a retocar uno de sus últimos retratos. No demoró en desvanecerse. Pocos días después falleció quien se consideró a sí mismo como el primitivo exponente de un arte nuevo. Un arte que poco tiempo después, de la mano de su observación prodigiosa y de sus colores únicos, desembocaría en el cubismo, el expresionismo y el abstraccionismo. Finalmente, en el cementerio de San Pedro, fuimos en busca de su tumba. Sabíamos que verla marcaba el límite de nuestro recorrido tras la luz del gran hombre de Aix en Provence. Una placa dice: Paul Cézanne, 1839-1906, pintor impresionista. A un lado derecho del mausoleo y la cruz de piedra, bajo un cielo espléndido en el que ninguna nube se dibuja, se asoma, como una confesión de amor esperado, una punta de la montaña.


http://www.youtube.com/watch?v=PIDP3bO1QhU







http://www.youtube.com/watch?v=D25zQsfNPYY




 

Nace en 1839 en Aix-en-Provence en el seno de una familia de gran holgura económica. En 1859 su padre compra una mansión, era una gran finca, y aquí es donde Cézanne entra en contacto con la naturaleza. Su padre le proporcionó una formación humanística muy amplia. Cézanne tuvo como condiscípulo a E. Zola, que le abrió todo el campo de la literatura romántica y los planteamientos del Realismo y Naturalismo, luego su amistad quedó rota. La primera formación fue en Aix-en-Provence siguiendo cursos de dibujo que tenían como punto de partida a David e Ingres. Sus primeras obras son las típicas copias. Su padre se empeñó en que estudiara derecho, con el apoyo materno consigue su traslado a París para empezar su carrera como pintor. Llega a París en 1861, allí es donde Zola le orienta. Comenzó a copiar en el Louvre, copia a Caravaggio, Rubens, el Greco, Zurbarán,Velázquez… También descubre la pintura del Romanticismo y del Realismo. De sus años de escuela se sabe que le gustaba la literatura y la poesía, de las que discutía con su compañero y amigo inseparable Émile Zola.La herencia de su padre le permitió vivir sin preocupaciones financieras, dedicándose totalmente a la pintura.Aunque incorporó las enseñanzas de Pissarro su pintura se aleja del impresionismo. En sus retratos, autorretratos, bañistas, paisajes, bodegones, las versiones de la montaña de Sainte-Victoire…se propuso «hacer a Poussin según la naturaleza«, buscando la estructura de la naturaleza en el cilindro y la esfera y captando pequeñas sensaciones para plasmarlas directamente en el lienzo.Observa intensamnete la cadencia de los volúmenes y el color en el espacio pictórico y con su pincelada constructiva crea el objeto, su esencialidad, su permanencia.Su obra es muy extensa, en los últimos treinta años vivió sólo para pintar, casi mil óleos y 400 acuarelas.La obra de Cézanne está atravesada por un sentido poético de la forma, el color y el espacio que no deja indiferente a nadie.


Figura fundamental para la vanguardia del siglo XX, Picasso y Matisse lo admiraron profundamente. Lleva una biografía monótona. Es autónomo y solitario. Él estuvo al margen de las exposiciones, realizó su labor de forma aislada. En su aislamiento concibe su pintura como investigación y búsqueda de la verdad. Él impuso una visión subjetiva.



De él nos dice Carlos Fleitas:

Si observamos muchas de las pinturas de Cezanne, éstas parecen el resultado de una técnica deficiente, inacabadas, como si fueran bocetos para una obra futura que nunca termina de concluir. Ensaya con diferentes perspectivas, agota los ángulos de la visión, como buscando todas las posibilidades para capturar algo evanescente, que se despliega en una multiplicidad inagotable. Es el artista que trabaja lentamente, no dando por finalizadas sus obras, dejándolas sin firmar, como a la espera de una develación que nunca llega.
Todo da la idea de un desfallecimiento, de una claudicación ante un objetivo que parece superar sus fuerzas, su inspiración, sus recursos técnicos… Que busca entonces, hasta probar las amargas aristas del fracaso? Un nuevo arte que siempre bordea y siempre se le escapa? O será una experiencia más allá de si mismo, que lo supera e inquieta? Es del creador que busca el Ser del que hablaremos. Del Cezanne que captura el paisaje y lo lleva a su atelier para reconstruir su visión, ese fulgor que presiente en sus observaciones, avanzando solitario hacia los confines de su yo.
Pero para recrearlo tiene que sacrificar el adentro-afuera, y por tanto la forma como clausura, la línea que en su cierre, genera una delimitación. Y a medida que avanza comienza a diluirla y entrevé que con ello, colapsan las reglas de la pintura tal cual las ha recibido. Sólo a través del contraste de colores puede mantener ciertas configuraciones, cierta reminiscencia del mundo que deja atrás, pues más allá del color, la línea y la forma, mas allá del lienzo, está el Ser, eterno, infinito, incesante en su movimiento y pulsación.
Cezanne logra llegar al final de su búsqueda del Ser, dejando en su obra quizás un fracaso, quizás una decepción, a saber, que no hay técnica posible en las artes que revelen al Ser en su pura esencia. Si algo demostró, es que el Ser se expresaría a plena potencia, en el lienzo en blanco, destino final de su arte. Destino y comienzo; pues no se trata del lienzo bidimensional sobre el que se apoya, ni un recorrido en círculo que partiría de la tela sin labrar, hasta el lienzo virgen de impresiones al que arribaría en la apoteosis de su contemplación.
Es otro su recorrido, el de una extraña figura -la Cinta de Moebius- donde las propiedades de lo idéntico se recrean en una nueva álgebra, que anuncia los descubrimientos que la Astrofísica comenzará a formular en este siglo.
Nada sabemos de su experiencia, si fue un destello o un instante dotado de una ligera levedad, tibia y humana. Pero si sabemos, que aunque no creó la nueva plástica, pues llegó a los límites de su arte, sí logró abrir la prisión de su yo, y observó -quizás por un instante- la cualidad de lo Eterno e Infinito, mas allá del tiempo, el espacio y la causalidad.
El hallazgo de una conexión entre la inflamación de la úlcera de estómago y la bacteria Helicobacter pylori ha dado el Nobel a sus descubridores. El fenómeno estaba a la vista de todos, pero iba contra la verdad establecida. En la ciencia, igual que en la literatura y en el arte, lo que importa muchas veces no es ver por vez primera lo que otros no han visto nunca, sino ver con una mirada nueva algo que parecía común y que estaba a la vista de todos. La revolución visual del  Cubismo procede en gran parte de la manera en que Paul Cézanne, en las últimas décadas del siglo XIX, miró con una atención nueva formas tan comunes como las de unas manzanas o unos jarros de flores, o un paisaje que no estaba en el otro extremo del mundo sino al otro lado de la ventana de su estudio. El mayor revolucionario de la novela moderna, James Joyce, se limitó a mirar y a escuchar con una precisión infinita lo que sucedía un día cualquiera en las calles más vulgares de Dublín, y a retratar en cuerpo y alma a un hombre, Leopold Bloom, al que nadie habría mirado si se cruzara con él por la calle, y a quien ningún otro novelista habría considerado digno de protagonizar una novela. 

El que mira como no han mirado otros, el que ve lo que permaneció invisible para investigadores o expertos dotados de medios más poderosos de observación, es con frecuencia alguien que se encuentra al margen, que disfruta la libertad de no recibir demasiada atención y por lo tanto no se ve forzado a mirar las cosas de la manera más conveniente, a someterse a la ortodoxia y a lo establecido. Cézanne, pintor solitario y sin éxito, hizo su revolución a solas, en su retiro del sur de Francia, lejos de los salones y de las galerías de arte, del halago y la tiranía de la actualidad. James Joyce era un irlandés cegato y torpe para los asuntos prácticos y para las astucias literarias que se ganaba malamente la vida dando clases de inglés por las ciudades de Europa.

Rue Casette 29, París VI
8 de octubre de 1907

…es divertido tras dos días de Salón d’Autome, darse una vuelta por el Louvre. Dos cosas chocan antes que nada: que toda intuición tiene sus advenedizos que, apenas se han apoderado de ella, la proclaman a los cuatro vientos, y luego que tales intuiciones no son quizá de las que produzcan un arte muy consciente.¡Como si esos maestros del Louvre no hubieran sabido ya que el color es lo que hace la pintura! Me he mirado bien los venecianos: son de un color indescriptiblemente consecuente; se percibe hasta dónde llega esto en Tintoretto. quizá más lejos aún que en Tiziano […]Cabría imaginar que alguien escribiera una monografía sobre el azul; desde el azul denso, ceroso, de los frescos de Pompeya, hasta Chardin o incluso hasta Cézanne: ¡qué biografía!. Porque el particularísimo azul de Cézanne tiene este origen, se deriva del azul del siglo XVIII, que Chardin despojó de su pretenciosidad, que sólo en Cézanne no conlleva un significado colateral. en esto hace Chardin de mediador; sus frutas no piensan en banquetes, están esparcidas sobre mesas de cocina y no presumen de ser comidas con elegancia.

Con Cézanne pierden todo carácter comestible, tan realmente se han transformado en cosas, hasta tal punto las hace indestructibles su pertinaz presencia. Cuando se miran los autorretratos de Chardin, se imagina uno que debió ser un viejo chiflado. En qué extremo y qué dolorosamnete lo fue Cézanne, quizá mañana te lo cuente. Sé algunas cosas sobre sus últimos años, cuando iba viejo y raído, y los chiquillos corrían detrás de él cuando se encaminaba diariamente al taller, arrojándole piedras como a un perro. Pero en lo íntimo, en sus adentros, era un ser maravilloso, y de vez en cuando le gritaba con rabia a uno de sus raros visitantes algo espléndido. Puedes imaginártelo tú misma. Adiós…; esto es todo por hoy…

Las luces provenzales esconden algún misterio, y si bien en este viaje me tocan días de lluvia percibo una luminosidad especial aún en la tormenta. Un matiz. Como si la lavanda, el tomillo, la menta, la salvia y el regaliz del campo se reflejaran en el cielo.
Muchos pintores franceses del siglo XIX buscaron esa luz de La Provence, y Paul Cézanne fue especialmente fanático. Cézanne nació en 1839 en pleno centro de Aix en Provence, no muy lejos de la fábrica de sombreros de su padre. Aunque en algunos tiempos viajó seguido, Cézanne siempre quería volver a La Provence.
“Cuando estaba en Aix, tenia la impresion que me encontraria mejor en otro lugar, ahora que estoy aqui, echo en falta Aix… cuando uno ha nacido alli, esta perdido, ya no le atrae ningun otro lugar”.
El atelier de Cézanne está a un par de kilómetros del centro de Aix. Se llega caminando sin problemas. La oficina de turismo local ha ideado cincocircuitos representados por cinco colores que siguen distintos recorridos que el pintor hizo en su época. Uno de ellos, el gris, lleva al atelier. Basta seguir unos cuadrados de bronce en la calzada que dicen Cézanne.
En todos los recorridos, está presente el Monte Saint Victoire, el monte fetiche del pintor, el que aparece en esta pintura y en otras 86, entre óleos y acuarelas. Las distintas luces sobre el Sainte Victoire fueron una de sus obsesiones.
Al parecer Cézanne fue un tipo solitario. No salía demasiado, ni tenía muchos amigos, salvo Emile Zola durante los años de su infancia y adolescencia. Tampoco vendió cuadros. Tenía un padre rico que le financiaba su vida artística y después un padre muerto que le dejó una herencia.
Cada tanto, algún amigo le compraba obra, casi como una ayuda porque se supo que varios de ellos, como Zola por ejemplo, nunca los colgaron. En vida fue un pintor ignorado. Hoy, se considera a Cezanne el padre del arte moderno y sus cuadros se venden en millones de dólares.
Para llegar al taller hay que caminar una subida larga, la misma que Cézanne caminaba todos los días hace 150 años. La casa se esconde en un monte de plátanos, olivos y pinos que por esta época lucen verdes y llenos de sombra.
El cuarto donde pintaba es enorme. Tiene un gran ventanal y todavía están los mismos muebles, algunos pinceles, una escalera alta y parte de los objetos que utilizaba para sus naturalezas muertas. Hasta se puede ver sus trajes de pintor y los sombreros que usaba (foto). Pero lo más lindo del atelier es el jardín que lo rodea, donde hoy se exponen obras de arte. Y el gato mimoso que anda por ahí. Todos querían que fuera Paul. Pero es Pola.

Cézanne es una figura fundamental para la vanguardia del siglo XX,PicassoMatisse lo admiraron profundamente. Lleva una biografía monótona. Es autónomo y solitario. Él estuvo al margen de las exposiciones, realizó su labor de forma aislada. En su aislamiento concibe su pintura como investigación y búsqueda de la verdad. Él impuso una visión subjetiva.
Nace en 1839 en Aix-en-Provence en el seno de una familia de gran holgura económica. En 1859 su padre compra una mansión, era una gran finca, y aquí es donde Cézanne entra en contacto con la naturaleza. Su padre le proporcionó una formación humanística muy amplia. Cézanne tuvo como condiscípulo a E.Zola, que le abrió todo el campo de la literatura romántica y los planteamientos del Realismo y Naturalismo, luego su amistad quedó rota. La primera formación fue en Aix-en-Provence siguiendo cursos de dibujo que tenían como punto de partida a DavidIngres. Sus primeras obras son las típicas copias. Su padre se empeñó en que estudiara derecho, con el apoyo materno consigue su traslado a París para empezar su carrera como pintor. Llega a París en 1861, allí es donde Zola le orienta. Comenzó a copiar en el Louvre, copia a CaravaggioRubens, el GrecoZurbaránVelázquez… . También descubre la pintura del Romanticismo y del Realismo. Una referencia es Delacroix, en él encontró una pintura apasionada, vehemente, de contenido literario, muy importante para su primera etapa. Conoce la pintura de CourbetDaumierMillet que después le acercan a la realidad y le llevan a abandonar los contenidos literarios.
No consiguió el ingreso en la Academia de Bellas Arte de París, este fue su primer fracaso. Así, cada vez se va aislando más por la incomprensión del entorno.

Cézanne representa en pintura el eslabón que une el impresionismo y las vanguardias. Hijo de un banquero acomodado de Aix en Provenza, en su temprana juventud conoció en el colegio a Émile Zola, padre del naturalismo en literatura, quien por entonces soñaba con ser pintor. Por el contrario, el ideal de Cézanne era dedicarse de lleno a la literatura. Siguiendo a Zola, que se había trasladado a París, Cézanne hizo lo propio para preparar su ingreso a Bellas Artes, pero terminó por regresar a Aix y aceptar el empleo que su padre le ofreciera. En una nueva estancia en París frecuentó a su amigo Zola y conoció a Pissarro. Por influencia de este último, la pintura de Cézanne, hasta entonces academicista, oscura y empastada, comenzó a cambiar y se hizo más luminosa y colorida. No obstante, el rechazo de su obra en el Salón de Otoño, el interés por hacer pintura al aire libre y su relación con Hortense Fiquet, con la que terminaría casándose, volvieron a alejarlo de París. Finalmente, tras nuevos desengaños ¿como el que tuviera con Zola, en uno de cuyos personajes, el de un pintor fracasado, creyó reconocerse?, volvió a su Provenza natal, se separó de su mujer y se aisló para siempre. Su padre había muerto y él pudo dedicarse sin problemas a lo que realmente le interesaba: la pintura. El primer Salón de Otoño de 1904, dos años antes de su muerte, le dedicó una sala para él solo. Aunque tarde, le llegó el reconocimiento que tanto había esperado.

No deja de ser curioso que este provinciano rico y rudo terminara dando origen a dos de los movimientos de vanguardia más originales, el cubismo y el fauvismo, y creando, en potencia, lo que más tarde habría de ser el arte abstracto. Su idea de capturar a partir del color, y no de la forma, la realidad del objeto se plasmaría en el intento de «solidificar el impresionismo», como él mismo decía, buscando la estructura interna de las cosas. Esta preocupación por convertir la pintura en un instrumento de conocimiento del mundo, al modo que lo era la ciencia, es, en efecto, el punto de partida del arte moderno. Lo que Cézanne hizo en pintura tiene su correlato en lo que hiciera en literatura su amigo y compañero de colegio Émile Zola. Ambos extremaron el realismo hasta hacer prácticamente irreconocible la realidad que trataban de plasmar, pues, al aproximarse al detalle, al penetrar en el interior de las cosas, los contornos de estas se pierden y lo que queda en la mirada del espectador es el caos confuso de una realidad cuyo sentido final se nos escapa. Para poder percibir la realidad, el hombre necesita una distancia y un punto de vista, pero lo que la distancia y el punto de vista hacen es mostrarnos otra realidad, una rea-lidad que no es la cosa en sí (res, de donde realitas, realidad, «cualidad de real»), sino un reflejo de la cosa pervertido por la mirada, por los sentidos. Cézanne lo sabía y con la paciencia de un científico de laboratorio quiso diseccionar la cosa ante nuestros ojos para mostrarnos lo que realmente era. De ahí que una y otra vez pintara la Montaña de Santa Victoria, Los bañistas, Los jugadores de cartas o Las frutas que, según se dice, se iban pudriendo mientras él las observaba para poder trasladar a las dos dimensiones del lienzo la imposibilidad del volumen.

Han transcurrido algo más de cien años de los afanes de Cézanne y, pese a su modernidad, daría la impresión de que han pasado siglos. Tal ha sido la velocidad que imprimieran a las vanguardias en el siglo XX quienes le sucedieron. Sin Paul Cézanne nada de esto habría sido posible. Vale la pena que lo recordemos.

«El anacoreta».Un personaje de teatro.Una película.Una lúcida fábula sobre la libertad humana.

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 Juan Estelrich   El Anacoreta aka The Anchorite (1976)

El anacoretaEL ANACORETA ***Click the image to open in full size.

 Juan Estelrich   El Anacoreta aka The Anchorite (1976) Juan Estelrich   El Anacoreta aka The Anchorite (1976)


En el Blog,tras personajes,reales y literarios que se evadieron del mundo de muy diversas formas ,un personaje de ficción,español y cinematográfico.»El anacoreta» del trío creativo formado por Azcona,Estelrich,y Fernán-Gómez.

Un hombre, cansado de la pompa y la vanidad de la vida y en pleno uso de sus facultades mentales, decide encerrarse en el cuarto de baño de su casa. Allí encuentra la comodidad y la libertad que buscaba. De vez en cuando da noticias suyas al exterior mandando mensajes por el inodoro. Cuando lleva once años encerrado, uno de sus mensajes llega a manos de la bellísima Arabel Lee…

El único largometraje dirigido por Juan Estelrich y una de las más curiosas, apasionantes y fascinantes películas en la historia del cine español. Es la historia de un hombre (genial, divertido, único Fernán Gómez) que vive como un anacoreta, encerrado durante 11 años en el cuarto de baño, el cual ha amoldado como si de un apartamento se tratase. Solo se comunica a través de mensajes lanzados a través del retrete, hasta que uno de ellos llega a la bella Arabel Lee (Martine Ando), la cual decide conocerle y convertirse en su reina de Saba.
«El anacoreta», situación tras situación, deviene en un feroz surrealismo que concluye en una reflexión sobre los dos sexos, surrealista también. Estelrich y Azcona hacen un guión espléndido dónde se alcanzan cotas de magnífico y magistral realismo tragicómico y cotas de kafkiana brillantez y divertido sarcasmo.
La película pregunta en voz alta: ¿Quién es más libre y lúcido: el anacoreta o los demás, que acaban allí, encerrados con él, dependientes de él, falseados en su hueca independencia?; ¿Quién es, pues, transitoriamente más feliz: el anacoreta o los demás?. Y hay que ver que los demás que conviven con él son su propia mujer, la chacha y el amante consentido de su mujer.
«El anacoreta» es, aunque no lo parezca, una historia de amor imposible, hermosa, surrealista, hermética, a la par que amplia. Regada de golpes de humor geniales (la segunda visita de Anabel con el amante en la bañera, la visita del coro flamenco, esos chándals de Fernán Gómez…) es una obra maestra de nuestro cine, una anacoreta en su estilo desmañado, poco académico, pero realmente medida y calculada al milímetro para acabar siendo un (anti)clásico de nuestro cine, un film de culto.Montada para el lucimiento de Fernán Gómez, es una película tiene tres padres, Rafael Azcona, Juan Estelrich y el propio Fernando Fernán Gómez, convierten una idea original, un estudio sobre la soledad, en una gran comedia tragicómica, un sainete en el que lo grotesco roza una humana poesía y en ocasiones el clásico esperpento.

Fernando Fernán Gómez interpreta a un «anacoreta laico», escéptico y socarrón en esta tragicomedia de Rafael Azcona, que logra redactar un sólido manifiesto visual de costumbrismo mágico y libertario. Un cuarto de baño es convertido en recinto poético de las utopías fracasadas (hay referencias al fracaso del marxismo) en el que Fernando Tobajas se aísla del mundo exterior, a medio camino entre el anacoreta clásico y el «hikikomori» de la era electrónica. Además del desencanto ante la posibilidad de una revolución política, el desenlace del film quizás también quiere representar el destino del artista y la imposibilidad de redención por el amor. Martine Audo (Arabel Lee), una intérprete prácticamente inédita, viene a ser aquí algo así como la sombra moderna de Beatriz y proporciona las inevitables referencias al destape.

Sinopsis:


Un hombre de cierta edad, Fernando Tobajas, decide cierto día vivir en el cuarto de baño, que ha modificado de forma que parezca un pequeño apartamento y no salir nunca de él.
Es un hombre que ha renunciado a todo, excepto a su vanidad y sus contactos con el mundo se reducen a las visitas de los amigos y a los mensajes que envía encerrados en una botella, por el retrete con la esperanza de que alguien lo reciba y sepa así que él existe.
Arabel Lee, una chica preciosa, encuentra uno de estos mensajes; uno en el que este moderno anacoreta hace una reflexión sobre San Antonio y la Reina de Saba.
Arabel, decide visitarle y jugar a ser la Reina de Saba.
El amante de la chica, que no se resigna a perderla, ingenia un sistema para recuperar a Arabel; deja al anacoreta a solas con ella, sin servicio y sin dinero.
Ambos descubren que la relación no durará mucho: Fernando, fuera del baño, sería un tipo vulgar y sin ningún interés y, por otra parte, ¿Cómo ofrecería a Arabel el tren de vida al que ella está habituada?


http://www.youtube.com/watch?v=9KGQzx2Tf_0

http://www.youtube.com/v/9KGQzx2Tf_0?fs=1&hl=es_ES

Tal vez se pueda encontrar en este site:

http://www.patiodebutacas.org/foro/showthread.php?t=4895

http://rapidsharedownloadz.com/119984-el-anacoreta-1976.html

La crítica de  Fej Delvahe:


Esta película es en verdad una obra de teatro filmada, toda ella se representa en un cuarto de baño, donde un hombre se ha recluido de por vida. Y es una obra de teatro con mucha enjundia filosófica, se nota el ingenio del guionista Rafael Azcona en toda ella. De principio a fin hay que estar atentos al constante discernimiento sobre la tentación o las fuerzas poderosas (ya vitales ya de intereses de todo tipo) que tientan al ser humano que se ha marcado un objetivo de ir contracorriente.
Cuenta G. Flaubert en su novela «La Tentación de San Antonio» que siendo éste un anacoreta en el desierto de Egipto, se le apareció en visión cautivadora la bella Reina de Saba, quien le dijo al santo: «Si posas un dedo sobre mi espalda, sentirás un reguero de fuego en tus venas. La posesión de la más pequeña parte de mi cuerpo te hará más feliz que la conquista de un Imperio. Mis besos tienen el gusto de un fruto que se funde en el corazón. Embriagado por el aroma de mis senos, arrobado en la contemplación de mis miembros, abrasado en mis pupilas, te sentirás arrastrado por un torbellino». San Antonio logró con una simple señal de la cruz, quizá por ser una visión, no una mujer de carne viva y sabrosa, que la tentadora Reina se fuera huyendo. Pero el anacoreta de este film, o cualquier otro hombre, ¿resistiría a la imantadora Reina de Saba si se presentara en el lugarcito donde uno se ha apartado del mundo, y nos camelara con sus encantos poderosos y la intención de hacernos salir de nuestra opción de ser distinto para conducirnos a ser como la mayoría: o sea uno más de los que nos volvemos locos ante la visión de dos tetas firmes y nos vamos de cabeza al matadero del «matrimonio» y luego a esclavizarnos como borregos para sostener el tinglado económico-sexual donde hemos caído? Aquí está el meollo de esta obra de J.Estelrich y R.Azcona.
La película está magistral y filosóficamente compendiada entre dos máximas: la primera de Anatole France: «En aquellos tiempos [siglos III-IV d.C.], todos los desiertos estaban llenos de anacoretas», y la segunda del propio personaje, el anacoreta laico de este film, Fernando Tobajas: «Vendrán tiempos en que todos los retretes estarán llenos de anacoretas». Como puede apreciarse son máximas con un mismo quid de la cuestión que ha cambiado de sentido y hay que captar su profundidad reflexiva.
Mención especial para la actriz que hace de Arabel, la bella tentadora e irrepetible Martine Ando, quien muestra su preciocísimo cuerpo desnudo. ¿Logrará esta «carne espléndida» sacar al bueno de Fernando F. Gómez de su pachorra espiritual? Esto sólo se sabe viendo entera esta lúcida y agudísima obra de teatro-película, que ha sido muy desconsiderada por los críticos; si la hubiese firmado Mornau, Tarkovsky o Almodóvar, sin cambiar un ápice del guión y con el mismo escenario y simplicidad, llevarían algunos especialistas cinematográficos, unos treinta años, lanzándole alabanzas hasta la saciedad de todas las saciedades.

Según cuenta Juan Estelrich (hijo) en su conferencia sobre la película El anacoreta, pronunciada en El Escorial con motivo de la celebración de los Cursos de Verano que la Universidad Complutense de Madrid realiza allí cada año, el origen de la película radica en el proyecto que Alfredo Matas le propone a su padre para realizar una película con catorce millones de pesetas. “Para eso hago una peli seria, aunque tenga que rodarla en un cuarto de baño” dijo Azcona. Dicho y hecho. Azcona comenzó a escribir el guión junto con Juan Estelrich, basado en el libro de Flaubert titulado La tentación de San Antonio, pero como no tenían un gran presupuesto, sustituyeron el desierto por un cuarto de baño y a San Antonio por Fernando Fernán Gómez, que accedió a hacer la película encantado. La figura de la reina de Saba fue encarnada por la bella modelo Martine Audo, que debutó como actriz en esta coproducción francesa.

En esta película las tentaciones son, principalmente, el amor, (La reina de Saba) y el dinero, el poder, representado por el marido de Anabel Lee (el famoso actor francés Claude Dauphin). Siguiendo la idea de Buñuel, buscaron una música accidental para la película, que no surgiese de la nada, sino que estuviese dentro de la acción de la misma. A pesar del poco presupuesto con el que contaban para hacer la película, El anacoreta logró recaudar una gran suma de dinero, ya que estuvo 25 semanas en cartel, algo insólito para la época. El encanto de la película reside en la gran cantidad de planos que se toman para realizarla, a pesar de haberse rodado en un espacio muy pequeño, sin que la película resulte por ello agobiante y aburrida.

http://www.starscafe.com/es/pelicula/el-anacoreta.aspx?e=fernando-fernan-gomez-actor

http://www.imdb.com/title/tt0074142/

http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/777844.html

http://artemisa.zonalibre.org/archives/096375.html

http://cliponload.com/2010/09/10/juan-estelrich-el-anacoreta-aka-the-anchorite-1976/

http://cliponload.com/2010/09/10/juan-estelrich-el-anacoreta-aka-the-anchorite-1976/

http://win7dl.com/movies/148315-el-anacoreta-1976.html

LLum de la Selva.Un eremita de Sabadell.Divulgador del ecologismo,naturismo y pacifismo.Un librepensador centenario

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En el Blog un personaje que ha sido calificado por alguno como «el último Patriarca»,por su aspecto y por la fascinación que ejerció especialmente en los años de la Transición.Se trató de un personaje envuelto en misterio .Del que no se tienen todos los datos.Según parece no tenía documentación oficial.No estaba «inscrito» en los registros públicos y no tenia DNI.Tampoco tenía propiedades aunque durante más de setenta años trabajó unas tierras en un paraje de Sabadell (Barcelona).Reunió en torno a su huerta,que era en los últimos años más una «selva» que otra cosa, a todo tipo de de personas chicos y mayores,artistas y chavales de barrio que le «seguían» y escuchaban sus «batallitas»,entre fascinados y asombrados.Cuentan las crónicas que de joven tuvo mucha vitalidad y que araba las tierras con una mula y mucho entusiasmo.Probablemente tuvo varias parejas ,pero las crónicas sólo aseguran la existencia de una.Fue pionero en la introducción en España del Naturismo ,vegetarianismo y todo tipo de doctrinas orientales.Durante años se aisló de un mundo que consideraba como muy hostil.Su huerta,su «jardín»,fue su único entorno durante muchos años,pues se autoabastecía y no ponía un pie en la ciudad. Se vió rodeado de todo tipo de personas que hacían que su soledad,en los años de vejez extrema, no fuera más que una quimera.En alguna ocasión ,se dejó llevar a la ciudad,le impresionó especialmente la película «Los Diez Mandamientos».Practicaba el trueque y aceptaba de buen grado todo tipo de regalos y donaciones ,aunque luego criticara con sorna,el materialismo de muchos de sus visitantes.

En una ocasión pude comprobar la lucidez de su mente,tenía ya una edad cercana a los 100 años,pues intentaron engañarle en un trato (al final revendía algunos productos) y les afeó su conducta con un «¿Te piensas que he nacido ayer?»,muy oportuno.También recuerdo todo tipo de anécdotas referidas a su relación con la política (era de ideología anarquista),la religión ( aceptaba todo sin apoyar claramente nada) ,aunque le tenía cierta inquina a la Iglesia Católica ,tal vez por experiencias vividas en su juventud.

Recuerdo muchas más pero me voy a limitar a transcribir las que he encontrado en la red .Están bien redactadas y concuerdan con lo que yo recuerdo del personaje.Es una ventaja que no voy a dejar de aprovechar.No dejó,que se sepa obra escrita.Pero la cantidad de anécdotas seguramente daría para un buen libro.En Sabadell el Ayuntamiento le dedicó una calle con el nombre por el que fue tantos años conocido.



La noche de reyes de 1877 nació en Barcelona, Isidro Nadal Baques, más conocido por “Llum de la Selva”. Pronto se hizo vegetariano y viajó por España y Europa. Junto con tres amigos fundó en 1925 la primera sociedad naturista de España y colaboró en la revista Pentalfa que fue pionera del movimiento pacifista, ecologista y vegetariano español. Esta revista decía en su portada: “No tiene tendencia política, social ni religiosa; combate los vicios del alcohol, tabaco, carnes, tóxico, la prostitución y la pornografía.”
Llum de la Selva “compró”,es decir ,se instaló en un terreno en Sabadell y en él vivió unos 70 años sin la ayuda del exterior, sin dinero y sin electricidad, sólo de las frutas y verduras que cultivaba.
El 23 de diciembre de 1983, en la Colonia de Plana Bella (Tarragona), murió a los 106 años y próximo a cumplir los 107.
En 1980 fue entrevistado por Interviú y entre otras cosas declaró:
“A mi no me interesa vivir muchos años; nunca me ha interesado. Lo que me ha interesado es el camino y que éste haya sido agradable, sin enfermedades, sin pesadillas, sin angustias.”


Ecologista “avant la lettre”, místico en la pujanza de tiempos seculares, crudívoro cuando los naturistas eran cuatro sin tambor, indio en medio de la espesura de asfalto… no hizo grandes campañas, no acuñó proféticas frases, no promovió innovadoras revoluciones. Se sentó bajo una higuera y allí permaneció durante decenas de años. Nadie osó tocar en Sabadell el “Jardín de la amistad”, que aún en nuestros días perdura.



Nariz de pícaro, mirada de duende, barbas de sabio y corazón adelantado a su tiempo: ciento seis años testimoniando lo que entonces bien pocos alcanzaban a comprender. Ecologista “avant la lettre”, místico en la pujanza de tiempos seculares, crudívoro cuando los naturistas eran cuatro sin tambor, “indio” en medio de la espesura de asfalto…, no hizo grandes campañas, no acuñó proféticas frases, no promovió innovadoras revoluciones. Se sentó bajo una higuera. Allí estuvo durante decenas de años. Un buen día vio aparecer en su horizonte las grúas que le irían acorralando. Nadie osó tocar en Sabadell un “Jardín de la amistad”, que aún en nuestros días perdura. La higuera ha muerto, pero su ejemplo sigue vivo. Un mundo tan acelerado como el nuestro corre el riesgo de perder la memoria. Tan volcados hacia el futuro podemos olvidar con facilidad a los que nos precedieron, a quienes allanaron el presente de pies más hincados en la tierra, de mayor conciencia de lo mistérico y lo trascendente, que ahora disfrutamos. Pocos jóvenes de nuestros días inclinados a la ecología, al naturismo, a la Vida que cada día palpita con más fuerza tras la vida, conocen la historia del Isidre Nadal (Barcelona 1877-La Galera 1983), el abuelo “Llum”, que plantó su ejemplo y su jardín en medio del asfalto de la segunda mitad del siglo pasado.

La revista «Más Allá» (he encontrado quien lo refiera pero no el número y la fecha) lo reflejó así:

El Jardín de la amistad”

Este lugar en el que el abuelo pasó setenta años de su vida y que se encuentra a las afueras de Sabadell, junto al barrio de Can Rull, no era ningún parque temático, no constituía ninguna compleja instalación de acogida. “El Jardí de la amistat” era un terreno rodeado de avellanos en el que se podía encontrar una rústica cabaña que habitaba él y su compañera, una huerta bastante salvaje por aquello de no controlar en exceso a la naturaleza y campo sin labrar con multitud de árboles diferentes: higueras, almendros, palos santos, olivos, laureles, manzanos… A la entrada destacaba un chumbera de tres metros de alta. Aquello no era siquiera un vergel bien cuidado, sin embargo, desde los años sesenta, el carisma del anciano movía oleadas de gentes inquietas hasta sus puertas.

“Llum de la Selva” (Luz de la Selva) o “Avi Llum”, (Abuelo Luz) como también gustan de evocarlo sus amigos catalanes, era todo un adelantado a su tiempo, uno de esos seres destinados a despejar caminos por donde después transitarán los humanos. El abrió sendas a la vida natural y comunitaria, a un forma de encarnar la espiritualidad de forma espontánea y no circunscrita al dogma.

Como no podía ser de otra forma, su “iluminación” aconteció en plena huerta. Cuando menos se lo esperaba se vio sorprendido por un deslumbramiento interno. Así describió aquel trance: “Sólo fueron unos instantes vibrantes de luz y cuando abrí los ojos, el mundo ya era diferente: los colores más intensos, el aire más limpio y una sensación de alegría me embriagaba totalmente. Me di cuenta de que había comprendido algo muy importante. Entonces sonó una voz dentro de mí: ‘Todavía hay muchas cosas que no sabes. La Luz que acabas de ver, no todos la recibirán. Es la Luz del Padre, el resto es oscuridad…’” Fue entonces cuando decidió llamarse “Llum de la Selva”, porque sus ojos comenzaron a ver “cosas” que antes no había percibido. Podía contemplar, por ejemplo, colores alrededor de la gente y observar como éstos se trasformaban según las personas cambiaban de emoción.

Sólo dejó cartas escritas, nada de manuales, ni libros. Se limitó a vivir de acuerdo a sus profundas convicciones de amor y sumo respeto a la Madre Naturaleza . Los domingos el “Jardín de la amistad” era un hervidero de gente en torno al sabio anciano. Llegaban multitud de jóvenes y mayores de los más diversos orígenes, con el deseo de abrevar en su sencilla y práctica enseñanza. Relajación, charla bajo la higuera y comida campestre, por supuesto vegetariana, constituían el programa de aquellos días festivos que sus amigos recuerdan aún con verdadero candor. Entre los relatos y anécdotas intercalaba trozos de su vida, de su propia biografía que decía “estaba aprendiendo a olvidar”. A los nuevos el anciano les brindaba siempre un particular bautizo, otorgándoles un nombre de flor o árbol. Era su particular forma de “iniciación”.

Llum de la Selva no tenía otra propiedad que su biblioteca. En ella se podían encontrar títulos de Aurobindo, Gandhi, Blavatsky, Krishnamurti… El huerto apenas le daba trabajo pues lo mantenía en un estado semisalvaje, los pájaros y niños del barrio cercano también se nutrían de sus propios cultivos.

A su forma, Llum fue el último patriarca de la era de Piscis, profeta de pocas palabras, pero las suficientes para revelar los tiempos venideros. Ya en los años sesenta hablaba del nacimiento del hombre de la “nueva era”, de la “era de acuario”, una nueva generación de seres más conscientes que poblarían de nuevo la Tierra. A sí mismo se consideraba un “ermitaño cósmico”, el último representante del mundo antiguo.


Isidre Nadal

Con el testimonio de unos y otros amigos del “Avi” de la comarca barcelonesa del Vallés, hemos ido reconstruyendo una biografía, por lo demás no exenta de lagunas e incluso alguna confusión, que el propio Llum optó por mantener.

Los primeros años de su vida representan por ejemplo una incógnita, pues no encontramos consenso total en cuanto a la fecha de su venida al mundo. La mayoría de las informaciones recogidas apuntan, no obstante, a que nació el día de Reyes de 1877. Cuando Llum se refería a su nacimiento, decía que fue abandonado en una cesta, “cual Moisés”, en un oscuro rincón del puerto de Barcelona. Unas monjas recogieron a quien con el paso del tiempo se vendría a llamar Isidre Nadal. Isidre venía por lo de patrón de los labradores y Nadal por el gusto del chaval por la Navidad. Conservó este nombre hasta que se colgó el de “Llum de la Selva”, es decir Luz de la Selva, un nombre más acorde con su vocación de guía y “faro” entre los humanos.

Las religiosas le internaron en un orfanato del que terminó huyendo. A los catorce años se puso a trabajar y enseguida se vio seducido por las corrientes anarcosindicalistas del momento. Hay incluso quien afirma que vivió también su etapa de “petardero” en aquel tiempo convulso y de tantos sobresaltos sociales. Se las ingenió para eludir el servicio militar, cuando la defensa de las colonias se pagaba en sangre y fuego.

Fue seguidor de Ferrer Guardia, sin embargo, con el tiempo, su inclinación por la naturaleza debió de ser más fuerte que por el laicismo y la subversión popular. Pronto retornó a un campo que no abandonaría por el resto de su prolongada vida. Su conocimiento de la naturaleza le debió granjear la confianza de algún potentado payés que lo puso de capataz. Parece que estuvo también al frente de una de las comunidades agrarias que entonces proliferaban. Fue toda su vida un autodidacta, no tuvo acceso a estudios formales, pero a menudo comentaba que su tiempo libre lo dedicaba a la lectura, a menudo a la luz de unas pobres velas.

En los años veinte fundó junto a otros amigos la “Sociedad catalana de naturismo” y colaboró con al revista “Pentalfa”, pionera del movimiento pacifista, ecologista y naturista de nuestro país. Se dice que llegó a mantener también correspondencia con el propio Tolstoi.

Sus prácticas contrastaban con la mentalidad de la época. Cuenta la leyenda que en un periódico catalán de comienzos de siglo apareció con un grupo de amigos en plena estampa nudista, generando el consiguiente escándalo. En más de una ocasión debieron también de salir corriendo, pues las fuerzas puritanas del momento les perseguían a tiros cuando tomaban el sol desnudos. El espíritu libertario lo conservó, de todos modos, a lo largo de toda su vida. El ejemplo más evidente es que nunca tuvo un carnet de identidad en su bolsillo.

Con su compañera Carmen formó un peculiar hogar y se instalaron en su “Jardí” a las afueras Sabadell. Con sus propias manos levantó la cabaña y cultivó la huerta. De ese limitado espacio apenas saldría en setenta años. Durante todo ese tiempo la pareja vivió sin necesidad de apenas nada del exterior, cuál naúfragos en una isla en medio del asfalto. Hicieron muy poco uso de dinero, pues tenían su propia huerta y casi no utilizaban aparatos. No tenían luz eléctrica, no dependían del exterior.

Nacerán antes las flores”

Pocos años antes de su muerte fue llevado a Tarragona. Su compañera de toda la vida ya había partido y quienes le rodeaban entendieron que necesitaba de cuidado y protección. Dos jóvenes riojanos, que él bautizó como Clavel y Clavelina, le acogieron en su casa cercana a Puebla de la Galera, en la colonia Plana Bella de Tarragona.

Jordi Maluquer vivió muy de cerca la última etapa de Llum. “Este maniquí ya no me sirve” le dijo a este empresario del sector del perfume, el anciano que veía ya cercanos sus últimos días sobre la tierra. Añade este amigo: “Cuando después de la comida se iba a echar la siesta comentaba que iba al ‘ensayo general’. Nos quería decir que dejaba su cuerpo tan sólo un breve rato para después retornar a la vida física.”

Sin embargo el 23 de Diciembre de 1983 Llum no retornó del “ensayo general”, saltó al “plateau” celeste. Dejó definitivamente su anciano vehículo corporal a la edad de 106 años. Tomó su vuelo entre aroma de naranjos hacia un “Jardín” más eterno, por supuesto también de verdaderas y profundas amistades. Con él se encontraba la pareja que le brindó cariño, techo y compañía la última etapa de su rica vida.

Se le enterró como el quería: junto a un ciprés, con una túnica blanca y sin ataúd, “para que las flores nacieran antes”. Cuatro mujeres lo llevaron sobre una plataforma hasta su tumba. Iba tan sólo cubierto por una tela. El entierro fue a la mañana y durante todo el día no paró de pasar gente para despedirle. Una suave música de violín ponía fondo a aquella hermosa imagen, poco funeraria, entre olivos.

Maluquer cuenta también que cuando hicieron las gestiones para enterrarlo en la Colonia Plana Bella de Tarragona, en realidad no encontraron ningún impedimento legal. Al abuelo no se le podía dar de “baja”, pues en realidad nunca se le había dado de “alta”, es decir jamás había figurado en registro alguno. De hecho, cuando le solicitaban un nombre en el momento de consignar alguna de las pocas adquisiciones que realizaron, siempre facilitaba el de su compañera.


Rodeado de ecologistas

Luis Lázaro, una autoridad del movimiento ecologista, estuvo muy cerca del “Llum de la Selva”. De su pluma ha salido un acertado retrato del venerable abuelo: “Así era el padrino. Un hombre, un amante que logró mantener su visión real, frente a un mundo imaginario. Tras los naranjos de su jardín pasaron la I República, la Restauración, Primo de Rivera, la II República, la guerra, Franco, la democracia… La historia fluía sin parar y Llum seguía en su centro” Luis Lázaro vive en Cáceres donde lidera iniciativas en el campo de las energías alternativas y el ambientalismo. Para él Llum representaba un loco solitario que resistió en “una burbuja de luz y de armonía” la terrible tormenta de un siglo lleno de transformaciones. Cuando partió Llum, Clavel y Clavelina, sus anfitriones, comentaron a un joven Lázaro con un mirada de aquellos que han visto y han comprendido: “Ahora ya estamos solos. Ya no hay maestros, sólo quedan guerreros.”

Gracias éste pionero de lo alternativo en nuestro país hemos podido conocer amenas historias sobre su singular vida. En una ocasión, los “Mossos d’Esquadra” fueron a apresar al abuelo por denuncias de llevar el pelo largo y la barba despuntada. Según llegaban al jardín, Llum les comenzaba a recitar pasajes de la Biblia o lecciones de astronomía. No tenían otro remedio que marcharse por donde habían venido.

En otra ocasión cuando estaba trabajando la tierra se dio cuenta de que alguien alrededor suyo fumaba, era el rector de los escolapios. Para alejarle no se le ocurrió otra cosa que desnudarse y salir corriendo hacia él.


Rodeado de artistas

Visitamos a Floreal Sorriguera y María Dolors Duocastella en la casa de esta última en Tarrasa. Estos dos artistas octogenarios disfrutan con la oportunidad de poder hablar de quien, con tan buenos recuerdos, marcó sus respectivas vidas.

Para este pintor y esta actriz Llum de la Selva era un patriarca en el más elevado de los sentidos: “Tuvo la facultad de armonizar en torno a él a las familias espirituales del momento”. Estos ancianos, que profesan auténtica veneración por aquel ser pequeñito, de voz bajita y cuerpo semidesnudo, nos cuentan que teósofos, espiritistas, seguidores de Krishnamurti, gente de las comunidades del Arca y del Arco Iris, amén de mucha gente que, como ellos, iba por libre, se reunían alrededor del sabio.

Entre las muchas curiosidades que nos comparten, mientras que repasamos las fotos de la época, está la de que andaba con los pies descalzos para no hacer daño a las plantas. Gustaba de aplicarse baños de barro y su espartana dieta no contemplaba más que dos comidas diarias, a base de frutas.

Floreal y María Dolors recuerdan con cariño el tiempo pasado en el “Jardí de la amistat”. La intensidad de su evocación da prueba de la singularidad y carisma de “l’avi”: “No pertenecíamos a ninguna organización pero izábamos una bandera blanca, bandera de la paz y de la amistad”. En el Jardín se promovía también el esperanto como lengua de una humanidad por fin unida.

A lo largo de la charla distendida afloran muchos detalles. “Llum proponía labrar la tierra y comer sólo de los frutos que ella nos proporciona, sin necesidad de aplicarles calor, ni cocinarlos”, nos comparte el veterano pintor. Pero el abuelo no se ataba a la tierra, invitaba también a mirar a las estrellas. Animaba más a un ejercicio de simple admiración y agradecimiento por su fulgor, que a un detallado estudio de sus influencias. Promovía una “astronomía cosmogónica”, en los tiempos en los que la astrología se movía aún en estrechos márgenes de secretismo.


Rodeado de intelectuales

Nos recibe también en su masía de Cabrera de Mar, otro de los más entrañables amigos de Llum, el empresario, periodista y alto cargo cultural de la Generalitat durante muchos años, Jordi Maluquer. Este hombre, que en el año 1976 fundó el periódico el “Avui”, conserva también un grato recuerdo de la compañía del anciano. Este afecto, que ha vencido el tiempo, es buena prueba de cómo Llum supo ganarse a sectores bien diversos de la sociedad catalana y española del momento, tales como artistas e intelectuales y no sólo aquellos empeñados ya en un crecimiento espiritual.

Maluquer fue además el artífice del encuentro con otro gran gigante de aquellos tiempos: el italo-francés Lanza de Vasto, discípulo de Ghandi y fundador de las Comunidades del Arca. El contraste entre ambos patriarcas era quizá una de las claves de su complementaridad y amistad. El uno menudo y de voz limitada, el otro grande y de voz poderosa. El catalán no albergaba un mensaje de transformación a gran escala, no hacía declaraciones elocuentes, predicaba con el ejemplo; mientras que el francés tenía una clara vocación de masas. Lanza de Vasto se pasó varias veces por el Jardín de la amistad. En sus visitas fue labrando un bastón que, cuando lo hubo acabado, entregó solemnemente a Llum.

Entre la multitud de anécdotas que Maluquer guarda en su memoria, está la alusión que Llum hizo de un vegetariano que se las ingeniaba en el Jardín de la amistad para encender su pequeña hoguera en la que cocinar. “Pobrecito es vegetariano. Utiliza el fuego”, comentó irónico el “avi”.


Rodeado de líderes espirituales

La gente de las comunidades del Arco Iris también frecuentaba por aquel entonces al sabio anciano. Su líder Emilio Fiel, más conocido por Miyo, honra igualmente la memoria del “indígena que se mantuvo fiel a sus principios en medio de la explosión industrial”: “Las ‘colonias naturistas’ que promovía Llum, fueron el germen de las ecoaldeas y comunidades de nuestros días.”

Para el fundador de las primeras comunidades “New Age” en nuestro país, Llum era un hijo de la Diosa, de la Madre Tierra que les instruyó en la ciencia de vivir de acuerdo a ella sin necesidad de mayores complicaciones: “Él nos devolvió la noción del niño que todos somos”.

El anciano se llegó a vestir de naranja como por aquel entonces acostumbraban los miembros, popularmente conocidos por los “butanitos”, del Arco Iris. Miyo heredó el bastón de Llum de la Selva, que a su vez había recibido de Lanza de Vasto. El se ha encargado de pasearlo con orgullo por todo el mundo, en sus múltiples viajes y peregrinaciones. Gracias a Emilio Fiel han sabido, allende nuestras fronteras, de la vida y testimonio “del último indígena de nuestros tiempos”.

José Tevar fue también un íntimo de Llum de la Selva, pasó tiempo a su vera. Este profesor de yoga y meditación en Sabadell, monje budista y “sadhu”(peregrino) por seis años en la India y Sri Lanka, nos participa de un aspecto desconocido de “avi Llum”: “El era muy discreto a la hora de compartir esto, pero me consta que visualizaba los auras de la gente. Sobre todo se esforzaba en este ejercicio cuando se le acercaba personas nuevas. De esta forma adivinaba su grado evolutivo y el trato que era preciso dispensarle. Nunca sabremos en realidad todos los poderes que albergaba. Por ejemplo, por la forma de las nubes, sabía también del tiempo que iba a hacer en las próximas horas. ”

José conoció al abuelo en el año 1961, cuando éste contaba con la edad de 84 años, sin embargo nos indica que Llum era un poco dado a inflar las cifras de sus años, por lo que es probable que fuera preciso restarle alguno. Con respecto a la espiritualidad que profesaba el abuelo, José afirma que ésta era muy propia y a la vez de carácter universal: “Acogió dentro de sí influencias orientales, por ejemplo creía firmemente en la reencarnación. No obstante su talante anticlerical, se granjeó la amistad de diferentes monjes y religiosos, entre los que destacaban los padres Basilio y Anselmo, benedictinos de Montserrat.”


Sin fuego

El “abuelo selva” declaró en septiembre de 1982 a la revista “Integral” a propósito de su alimentación: “Dime lo que comes y te diré quien eres. El primer paso es una alimentación natural. Los alimentos naturales crudos limpian la savia de nuestra sangre y entonces recibimos el rocío bienhechor de la salud. Yo jamás cocino con fuego. La fruta es el elemento más elevado que Dios a concedido a los hombres. Es la liberación del hombre de la cocina. Toda otra comida hace que el hombre caiga enfermo, no inmediatamente, pero sí al cabo de los años. Los hombres piensan en estar fuertes, pero existe una alimentación superior que la llamo Natura. Ella hace que me alimente mucho más de los rayos del Sol, que de la comida que como. Por eso, desde los 17 años he comido fruta sin fuego y nunca he estado enfermo”


Algunos se reclaman sus «herederos espirituales»:



Porque yo soy el heredero de Llum de la Selva. Él me pasó su bastón, su estandarte. Me pasó su poder interno.
—Anciano, vegetariano y solitario, Llum de la Selva convirtió su casa, en el actual Parc Catalunya, en lugar de peregrinación de discípulos de la conciencia. Qué aprendió usted de él?
—No fue tanto aprender como reconocerse. Siempre he aprendido de los ancianos de distintos linajes sin que ellos me enseñaran. Todos han querido pasarme a mí sus atributos.
—¿Cómo era LLum?
—Defendía unos principios célticos muy elementales, como de chamanismo de andar por casa, o andar por el bosque, que en aquel tiempo eran revolucionarios.




Fuentes documentales:

Lobsang Rampa,de fontanero inglés a monje budista.Un escritor introductor del budismo en occidente.

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Animated Tibetan Prayer Wheel

En el Blog,el acercamiento a un hombre que vivió una vida llena de misterio y de controversia.Uno que se evadió de la realidad reinventándose y creando un personaje literario,con el que se identificó hasta fundirse plenamente en él.

Tuesday Lobsang Rampa fue el indiscutible introductor del budismo tibetano ante el gran público de Occidente, un nombre mítico entre los pioneros de la ‘invasión’ espiritual oriental que hoy vivimos. Supuestamente era un Lama tibetano que se hizo famoso mundialmente en 1956 cuando publicó ‘El Tercer Ojo’, un libro de extraordinario impacto que no ha dejado de ser reeditado desde entonces. Pero siempre se dudó de su autenticidad y las dudas fueron aumentando hasta su muerte en 1981. Hoy, la mayoría de los entendidos se inclina por reconocer que en realidad se trataba de un antiguo fontanero inglés,nacido en Plympton el 8 de abril de 1910, llamado Cyril Henry Hoskins que nunca había estado en los Himalayas y cuyo conocimiento del budismo tibetano era más bien escaso.
Cyril Hoskin un buen día cansado y aburrido de su vida y trabajo,decidió evadirse, se rapó el cráneo, se dejó crecer la barba y, vestido de chino bajo el nombre de Kuan Suo, comenzó a adivinar el futuro a cualquier ocioso deseoso de ser estafado. Además,se dedicó a escribir en revistas lo que quisieran publicarle. Así acabó escribiendo su primer libro “El tercer ojo”, que le daría con el tiempo fama y fortuna.Parece ser que, estando el manuscrito en la editorial, casualmente se encontraba de visita en Inglaterra el famoso explorador y atleta olímpico Heinrich Harrer . El mismo que retrata la película  «Siete años en el Tíbet». Película que se basa en el libro escrito por Harrer, quien pertenecía al equipo olímpico de alpinismo de la Alemania Nazi. Estando en la India en un proyecto de exploración al estallar la Segunda Guerra Mundial, fue retenido por los Británicos en la India, se escapó del campo de concentración huyendo precisamente al Tíbet, donde conoció en profundidad dicha cultura. El editor ingles Rupert Hurt, quien se encontraba entusiasmado con el libro de Rampa, conocía al explorador y le enseñó los manuscritos originales, éste inmediatamente se dió cuenta del fraude pues las nociones que Cyril-Rampa tenía del Lamaísmo estaba más cerca de los conceptos Hinduistas y el orientalismo muy en boga por esa época. Entre sorprendido e indignado Harrer solicitó una entrevista con Cyril-Rampa, la cual se llevaría a cabo en  Tibetano, Cyril-Rampa, naturalmente eludió la entrevista con innumerables excusas. Entre otras meteduras de pata, mencionó que al sufrir el golpe en la cabeza,  “había olvidado hablar en tibetano”. El encuentro jamás se llevó a cabo y el escándalo fue tal que la editora inglesa se negó a publicar el libro por el evidente fraude, sin embargo la editora en los Estados Unidos, obviamente más interesada en el negocio, decidió imprimirla, del éxito del libro hablan los 18 libros que le seguirían y que fueron publicados, a parte de las innumerables reediciones, tanto dentro como fuera del país.Eso no evitó que se le investigara,en el Reino Unido por medio de un detective,descubriendo así su verdadero origen, En 1981 Cyril-Rampa, a la edad de 70 años pasó a otro «plano existencial»,pues falleció, sin embargo su “obra” goza de rebosante salud.En la actualidad ,tanto en España como en otros lugares del mundo, en las librerías,especialmente en las de temática «esotérica», generalmente se encuentra todavía este tipo de literatura.Y ello es así,pues no son pocos los que aún defienden su memoria, los que mantienen que ‘el doctor Tuesday Lobsang Rampa era un auténtico Lama, nacido a principios de siglo en Tíbet, educado y entrenado en el monasterio-hospital Chakpori de Lhasa y en 1923 transladado a estudiar medicina a la universidad china de Chungking, que conoció a Chiang Kai Shek y que fué torturado por los japoneses como prisionero de guerra en la segunda guerra mundial’.Abrumado por las críticas,pero disfrutando del éxito de ventas,vivió en Irlanda,Uruguay,pasando finalmente a residir en Canadá,en Toronto fundó un Ashram y continuó publicando libros ,murió en Calgary el 25 de enero de 1981. En 1948 cambió su nombre legalmente por el de Carl Kuon Suo,y usó el de Martes (Tuesday) Lobsang Rampa «comercial o artísticamente».
Entre expertos y aficionados al budismo tibetano y al esoterismo oriental se da por hecho que este lama tibetano ni fue lama ni fue tibetano. El movimiento ‘Escéptico’ hace hincapié en sus ‘indiscutibles’ profesión de fontanero y nacionalidad inglesa,así como las lagunas,incongruencias y absurdos de su Tibet «inventado». La conocida revista dedicada a fenómenos extraños ‘Fortean Times’ en su num.63 de junio/julio de 1992 publicó un reportaje de Bob Rockard en portada caracterizándolo sin rodeos como un engaño, un ‘hoax’. El reportaje fue abundantemente reproducido en España por una revista del género. Pero curiosamente, ni los editores de ”FT’ ni la mismísima British Library conservan hoy ni un sólo ejemplar de aquel número.
Sus explicaciones ,después de su «exilio» del Reino Unido al Canada,tras las críticas recibidas:

http://www.youtube.com/watch?v=67DtFtudf4Y&feature=related

Se ha prestado a todo tipo de comentarios o explicaciones propias de «freaks»,por lo ridículas:

http://www.youtube.com/watch?v=R193Flae9dw

La fascinación por la tradición cultural tibetana.El «New Age» y demás:

http://www.youtube.com/watch?v=IsLQ0J15Ank&NR=1&feature=fvwp

http://www.youtube.com/watch?v=26At3q4VoXI&feature=related

Algunos extractos de «El Tercer Ojo»:

Allí descansamos dos días. Nos dolía la espalda del peso de nuestra impedimenta y parecía como si nos fuesen a estallar los pulmones por falta de aire. Después de aquel descanso, proseguimos la ascensión cruzando hondonadas y barrancos. Para pasar sobre algunos de éstos teníamos que arrojar ganchos que se clavaban en el hielo y a los que habíamos atado cuerdas con la esperanza de que no se soltaran. El que pasaba a la otra parte del precipicio ayudaba a los demás. A veces no podíamos clavar los ganchos y entonces uno de nosotros se ataba la cuerda a la cintura y oscilaba como un péndulo para pasar al otro lado y tender desde allí la cuerda. Esto lo hacíamos por turno, pues era una tarea muy difícil y peligrosa. Un monje murió. Se había elevado mucho por nuestra parte del precipicio y al dejarse balancear calculó mal el impulso y se estrelló contra el muro de enfrente con terrible fuerza, dejándose pedazos de la cara y del cerebro en las dentadas rocas. Rescatamos el cuerpo tirando de la cuerda, y le hicimos un funeral. No podíamos enterrar el cadáver porque sólo había por allí rocas; de modo que le dejamos expuesto al viento, a la lluvia y a las aves. El monje a quien tocaba el turno estaba muy nervioso y le sustituí yo. Tenía la convicción de que, con las predicciones que se habían hecho sobre mi porvenir, nada podría sucederme y mi fe quedó recompensada. A pesar de la predicción, me balanceé con mucha precaución y alcancé el borde del otro lado con la mayor suavidad posible. El corazón me latía como si fuera a estallar y por fin conseguí mi objetivo. Mis compañeros me siguieron uno por uno. 

En lo alto del precipicio descansamos un poco y nos hicimos té, aunque a semejante altitud no podía calentarnos el té. Algo menos cansados, volvimos a cargarnos con nuestros bultos y proseguimos hacia el corazón de esta terrible región. Pronto llegamos a una capa de hielo —quizás un glaciar— y nuestro avance se hizo aún más penoso. Carecíamos de botas claveteadas, de hachas para el hielo, así como de lo demás que suele constituir el equipo de un montañero; nuestro equipo consistía sólo de unas botas corrientes de fieltro, cuyas suelas estaban atadas con pelo de yak para que agarrasen mejor, y las cuerdas y ganchos imprescindibles.

Allí fue donde por primera vez vi un yeti. Estaba yo inclinado cogiendo hierbas medicinales cuando algo me hizo levantar la cabeza. A unos nueve metros de mí se hallaba el extraño ser del que tanto había oído hablar. Los padres tibetanos suelen asustar a sus niños cuando son traviesos, diciéndoles: «Si no eres bueno, te llevará un yeti.» Por fin, pensé, un yeti iba a llevarme con él. Y, la verdad, no me hacía gracia. Nos quedamos mirándonos fijamente, inmovilizados por el miedo, durante un tiempo que me pareció eterno. Me estaba señalando con una mano mientras emitía un curioso maullido. Me pareció notar que le faltaban los lóbulos frontales y que la frente la tenía aplastada a partir de las mismas cejas, muy pobladas e hirsutas. También la barbilla le retrocedía y tenía los dientes muy anchos y salientes. Sin embargo, la capacidad de su cráneo, con excepción de la frente, resultaba muy parecida a la del hombre moderno. Sus manos eran grandes, y también sus pies. Era patizambo y con los brazos mucho más largos de lo normal. Observé que el yeti andaba con la parte exterior de los pies, como los seres humanos. Los monos y animales semejantes no andan con las palmas de las manos y los pies. 

Seguramente debí de hacer algún movimiento brusco, quizás un brinco, cuando pude reaccionar, porque el yeti chilló de pronto, se volvió y se alejó dando saltos. Me pareció que daba los saltos con una sola pierna. Mi reacción fue también salir corriendo… en la dirección opuesta, claro está. Luego, cuando pude pensar con calma sobre aquel encuentro, llegué a la conclusión de que había batido el récord tibetano de sprint para altitudes superiores a siete mil metros. Luego vimos varios yetis a lo lejos. Se apresuraron a esconderse en cuanto nos divisaron y nosotros, por supuesto, no los perseguimos. El lama Mingyar Dondup nos dijo que estos yetis eran precedentes de la raza humana que habían tomado un camino diferente en la evolución y que sólo podían vivir en los sitios más recónditos. Con gran frecuencia hemos oído historias de yetis que han abandonado estas regiones para hacer incursiones cerca de los sitios habitados. Se habla también de yetis machos que han raptado a mujeres solitarias. Quizá sea éste el procedimiento que siguen para perpetuar su especie. Algunas monjas tibetanas nos lo han confirmado. Concretamente recuerdo que en un monasterio de monjas nos dijeron que una de ellas fue raptada por un yeti una noche en que se había alejado. Sin embargo, no es de mi competencia escribir sobre estas cosas. Sólo puedo decir que he visto yetis y crías de yetis, y también esqueletos de estos seres casi fabulosos.

Algunas personas han puesto en duda lo que he contado sobre los yetis. Incluso se han escrito libros sobre ellos; pero sus autores reconocen que no han visto ni uno. Yo, en cambio, los he visto. Hace años se reían de Marconi cuando aseguró que iba a enviar un mensaje por radio a través del Atlántico. Los sabios occidentales dictaminaron solemnemente que el hombre no podría viajar a más de setenta y cinco kilómetros por hora, ya que pasada esa velocidad morirían por la presión del aire; y cuando se decía que existían unos peces que eran «fósiles vivientes», se consideraba esto una patraña. Ahora los hombres de ciencia los han visto, los han capturado y disecado. Y si el hombre occidental se sale con la suya, nuestros pobres yetis serán también capturados, disecados, conservados en alcohol. Creemos que los yetis se han refugiado en estas zonas montañosas y que en el resto del mundo se ha extinguido su especie. Cuando se ve uno de ellos por primera vez produce una impresión de terror. La segunda vez se siente compasión por estas criaturas de una época antiquísima que están condenados a desaparecer por las exigencias de la vida moderna.

Sus diecinueve libros se pueden descargar ,en Castellano,y en diversos formatos de aquí:

http://www.lobsangrampa.org/espana/investigar.html

http://betocammpos.over-blog.com/article-lobsang-rampa-la-increible-historia-53370846.html
http://www.karenmutton.com/rampa/sheelagh.htm
http://grupoelron.org/quienes/lobsangrampa.htm
http://upasika.com/lobsangrampa.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Lobsang_Rampa
http://hunnapuh.blogcindario.com/2005/07/00222-lobsang-rampa-y-el-tercer-ojo.html
http://www.lobsangrampa.org/francais/index.html
http://www.lobsangrampa.org/espana/index.html
http://www.karenmutton.com/rampa/sheelagh.htm

Enlaces a sites muy críticos con la figura y obra de T. L.R.

El Tercer Ojo en el Museo de Fraudes
Dr. Tuesday Lobsang Rampa
http://mypage.uniserve.ca/~dharris/Rampa/rampa.htm
Extractos de la sabiduría de T. Lobsang Rampa
http://www.galactic-server.com/rampa/#english
Tuesday Lobsang Rampa ¿Sabio tibetano o impostor?
http://www.geocities.com/hgc_/naflat/hgc/esp/lobsangrampa.htm
Tíbet ficticio: El origen y la persistencia del Rampaismo
http://www.serendipity.li/baba/rampa.html
Friendly Feudalism: The Tibet Myth
http://www.swans.com/library/art9/mparen01.html

Dr. Tuesday Lobsang Rampa
http://mypage.uniserve.ca/~dharris/Rampa/rampa.htm
El Tercer Ojo en el Museo de Fraudes
http://www.museumofhoaxes.com/thirdeye.html
Extractos de la sabiduría de T. Lobsang Rampa
http://www.galactic-server.com/rampa/#english
Tuesday Lobsang Rampa ¿Sabio tibetano o impostor?
http://www.geocities.com/hgc_/naflat/hgc/esp/lobsangrampa.htm
Tíbet ficticio: El origen y la persistencia del Rampaismo
http://www.serendipity.li/baba/rampa.html
Lama Yeshe http://www.lamayeshe.com/
Tíbet, nodo oficial http://www.tibet.com/
Historia del Tíbet, en el nodo oficial http://www.tibet.com/DL/
Nodo oficial del Dalaï Lama http://www.dalailama.com/

Un escritor solitario y huraño.JD Salinger.Eremita por la fama.

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Adiós a un mitoFile:JD Salinger.jpgFile:Jd salinger.jpg

Tras presentar a personajes reales (Dersu Uzala),o de ficción (los de Giono,Tolstói,Hemingway),ahora le toca el turno a uno que es real y a la vez creó un mundo de ficción propio.La vida del escritor estadounidense Jerome David Salinger,sería más propia de una novela,que de la dura realidad que vivió él,y que hizo vivir a los suyos…

Después de haber obtenido la fama y la notoriedad con El guardián entre el centeno, Salinger se convirtió en un eremita, apartándose del mundo exterior y protegiendo al máximo su privacidad. Se mudó de Nueva York a Cornish (New Hampshire), donde continuó escribiendo historias que nunca publicó.
Salinger ha intentado por todos los medios escapar de la exposición al público y de la atención del mismo (él mismo declaró: «los sentimientos de anonimato y oscuridad de un escritor constituyen la segunda propiedad más valiosa que le es concedida»)). Sin embargo, se vio obligado a luchar continuamente contra toda la atención no deseada que recibe, como figura de culto que llegó a ser en vida. Cuando supo de la intención del escritor británico Iam Hamilton de publicar J. D. Salinger: A writing life, una biografía que incluía cartas que Salinger había escrito a amigos y a otros escritores, Salinger interpuso una demanda para detener la publicación del libro. El libro apareció finalmente con los contenidos de las cartas parafraseados. El juez determinó que aunque es posible que una persona sea el propietario de una carta físicamente, lo que está escrito en ella pertenece al autor.
Uno de los resultados no intencionados de este juicio fue que muchos de los detalles de la vida privada de Salinger, incluyendo el hecho de haber escrito dos novelas y muchos relatos que no habían sido publicados, salieron a la luz pública a través de las transcripciones del juzgado.
Salinger aparece como personaje en la novela Shoeless Joe de W. P. Kinsella, en la que se inspiró la película Field of dreams. En la película el personaje tiene el nombre cambiado y es convertido en ficción. Estudió a lo largo de toda su vida el hinduismo Advaita Vedanta. Este hecho ha sido descrito extensamente por Sam P. Ranchean en su libro An adventure in Vedanta: J. D. Salinger’s the Glass Family (1990). La relación de un año que mantuvo en 1972 con la aspirante a escritora Joyce Maynard de dieciocho años, fue también causa de controversia cuando ella subastó las cartas que Salinger le había escrito. Ha mantenido, igualmente, más de veinte relaciones con aspirantes femeninas a escritoras, siempre muy jóvenes.
En 2000, su hija, Margaret Salinger, publicó El guardián de los sueños. En su libro de “confesiones”, la señorita Salinger afirma que su padre se bebía su propia orina, sufría glosolalia, rara vez tenía relaciones sexuales con su madre, la tenía como una “prisionera virtual” y se negaba a permitirle ver a sus parientes y amigos.
Sólo por «El guardián entre el centeno» uno se gana el cielo o por lo menos la presencia en todos los programas de lectura de todos los institutos de secundaria del mundo. La historia de Holden Caulfield, quintaesencia del adolescente eternamente atrapado entre las restricciones de la infancia y la trampa de la madurez, no ha dejado indiferente a nadie desde su publicación en 1951.
La obra es tan escueta y a la vez tan sugerente que tiene más partes sumergidas que un relato de Hemingway. Cada cual la puede leer a su gusto. El enganche es tan universal y tan fuerte que Salinger murió batallando porque no apareciera una secuela sin su permiso, obra de un autor que se había imaginado el mundo de Holden Caulfield de viejo
J.D. Salinger despuntó y sorprendió con esta narración en primera persona, en la que el propio estilo narrativo es en sí mismo el argumento y la clave de una obra maestra a la que no le falta su propia leyenda negra. Se ha dicho que este libro ha estado en la cabecera de cama de más de un conocido psicópata. Era un libro que encontraron en el asesino de John Lennon.Hay alguna película como «Conspiración » protagonizada por Mel Gibson en la que también tiene un destacado papel en la película,pues el protagonista acapara muchos ejemplares de la novela en cuestión.Leyendas,y realidades, a parte, cabe destacar su estilo narrativo por su originalidad. La peculiar personalidad del protagonista viene dada por su demoledora y rompedora sinceridad. Holden empieza su narración echando la vista atrás, hacia las navidades pasadas en las que su proyección mental se precipita a gran velocidad hacia el rechazo de los convencionalismos sociales más elementales. Su innegable congruencia interna se torna incompatible con su entorno escolar. Es expulsado de varios colegios y en el momento en el que él comienza su relato, acaban de expulsarlo del Colegio Pencey en Pennsylvania. Este hecho precipita su delirio vital únicamente entregado a la vivencia del momento presente. Sus análisis a cerca los personajes que se van cruzando en su camino y de cada situación es brillante y su postura ante ellos es de total franqueza. No falta en su repertorio de conductas la agresividad nacida de un radical sentido de la justicia unilateral y que no perdona flaquezas, ni las dosis de hipocresía que suelen acompañar a los intereses de cualquier persona que podamos catalogar como normal. En su huida a ninguna parte Holden va al encuentro de aventuras amorosas fugaces, borracheras y encuentros con amigos a los que acaba agotando, su pensamiento lo lleva siempre al límite del bien y del mal y el lector acaba agotado también y deseando que la virtuosa inteligencia de Holden acabe brillando a su favor, aplacando su carácter irrefrenablemente abocado a la autodestrucción. Su des apego hacia todo a pesar de las grandes dosis de ternura y nobleza que exhibe se ve sólo afectado por la estrecha y entrañable relación que le une a su hermana pequeña Phoebe. Ni sus padres ni su hermano AD.B al que juzga duramente por vender su talento como escritor a cambio de dinero, consiguen lo que la dulzura y el amor del personaje que mejor entiende la locura de su hermano Holden logra. Ella prevé que su hermano va a perderse para siempre y protagoniza la escena que conmueve por igual al protagonista y al lector. Holden es salvado de sí mismo gracias a su intervención y desde el retiro prescrito por su psiquiatra reabre para el lector el clásico debate sobre la naturaleza de la locura y lo que la diferencia o no del pensamiento original de un hombre quizás sólo incomprendido por su atípica peculiaridad. El amor en cualquier caso se revela como el factor que finalmente concilia y aplaca al incombustible Holden
Escritor «de talento infinito», como le definió Ernest Hemingway tras conocerle en París durante la segunda guerra mundial, años antes de que publicara su obra magna, Salinger llevaba lejos de la vida pública prácticamente cinco décadas, cuando tras el inesperado éxito de El Guardián entre el centeno, convertido en best seller el mismo año de su publicación, 1951, decidió abandonar Nueva York e instalarse en el campo, en la misma casa en la que falleció. Se acercaba así al deseo del mordaz y afilado protagonista de su novela, Holden Caufield, quien en un pasaje del libro afirma: «me gustaría encontrar una cabaña en algún sitio y con el dinero que gane instalarme allí el resto de mi vida, lejos de cualquier conversación estúpida con la gente».
Por delante quedaban la guerra y un desasosiego infinito. Como le diría con el tiempo a su hija Margaret, “el olor de carne humana quemada no se olvida nunca”. Salinger fue de los primeros soldados norteamericanos en entrar en un campo de concentración.
Ni él ni su escritura volvieron a ser los mismos. Holden Caulfield por fin vio la luz pero ya en una versión incurablemente amarga. Salinger agradeció el éxito pero lo utilizó para escapar del mundo. Se hizo budista acérrimo. Se casó con una joven estudiante de Radcliffe a la que casi obligó a dejar de graduarse para huir con él. Tuvo dos hijos. Se separó de su esposa y tuvo una amante con la que también acabaría peleando por su privacidad. Nunca volvió a dar la cara. La foto suya que circulaba era de décadas atrás.La historia de Holden Caulfield, el adolescente inadaptado que se busca a sí mismo en una sociedad a la que rechaza, tuvo un éxito enorme en su momento y durante las décadas inmediatamente posteriores en los Estados Unidos y el resto del mundo; después se convirtió en un texto “clásico”, recomendado con frecuencia pero leído con menos pasión (desde muy pronto se vio a su autor como un especialista en un campo muy estrecho: “su truco”, dice una reseña adversa de los años sesenta, “es volver glamorosa la autocompasión”)…, y ahora puede haber quedado sumamente lejos de los intereses y el modo de pensar de los adolescentes actuales de su propio país y de los otros. Esta nota del New York Times puede ser representativa de las nuevas opiniones sobre el tema: según su autora, Jennifer Schuessler, los adolescentes de ahora no encuentran mucho de interés en Salinger porque desean integrarse más que distinguirse de su sociedad, competir y ganar más que embarcarse en búsquedas interiores. Además, al contrario de lo que sucedía a mediados del siglo XX, buena parte de la economía global (sobre todo en los países desarrollados) gira alrededor de los adolescentes y les vende espacios, moda, signos de identidad que Holden, para bien o mal, nunca habría podido tener.
«El guardian entre el centeno » ,convertido en una mala obra de teatro:

Schuessler cita a un quinceañero de Long Island quejándose: “Todos odiamos a Holden en mi clase. Todos queríamos decirle ‘Cállate y toma tu Prozac’”. A lo mejor es cierto: a lo mejor la serie de Harry Potter y programas como Glee muestran con mayor exactitud las aspiraciones y las neurosis (la vida real no, seguro que no: no todo el mundo tiene poderes mágicos, no todo el mundo canta tan bien) de los adolescentes. No habría que espantarse: todos los libros envejecen, se secan, se olvidan, aunque unos pocos lo hagan más despacio que el resto; la “pertinencia” de un texto, su “representatividad”, es una ilusión que sólo puede mantenerse durante cierto tiempo, si es que se da.
Por otra parte, el alboroto acerca de la vida extraña de Salinger y sus diversas manías y locuras apenas ha dejado ver a nadie lo realmente importante: Salinger no dejó de escribir durante sus años de reclusión. “Hay una paz maravillosa en no publicar. Es pacífico. Tranquilo. Publicar es una terrible invasión de mi vida privada. Me gusta escribir. Amo escribir. Pero escribo sólo para mí mismo y para mi propio placer”, dijo el escritor en una entrevista de 1974, y yo sospecho que una vez que haya quedado atrás la noticia de la muerte, y se haya hecho el reparto de dineros y herencias, llegaremos a leer siquiera una parte de esos escritos.
Lo más probable es que sean borradores decepcionantes; pero no habría que espantarse, tampoco, si fueran textos todavía más extraños de lo que resultan ahora los que Salinger sí publicó, testimonios de una experiencia humana alocada, introvertida y (sobre todo) totalmente contraria a los impulsos actuales: a lo que se supone que debe ser la vida en la época de Facebook. Una búsqueda espiritual cuando no queremos ninguna: una bofetada, o un escupitajo, en la cara que creemos tener.
Un puñado de autores secretos, encerrados, que escriben mientras viven en dificultades con el mundo y que no quieren publicar –Franz Kafka sería el ejemplo obvio; hay otros–, puede hablar con más fuerza que las legiones de los integrados, los sensatos, los oportunos y constantes. Si tiene suerte, tal vez J. D. Salinger termine por ser entendido no como un autor canónico, de programa escolar, sino como un auténtico “raro”; habrá que esperar a que esos textos salgan a la luz…

Obituario de Salinger:

http://www.youtube.com/watch?v=9ivqJdG6ano&feature=related

A los 91 años muere, por causas naturales, Jerome David Salinger, uno de los más representativos escritores estadounidenses.
El fallecimiento fue anunciado por el hijo del autor, Matt Salinger, al representante literario de este, quien a su vez lo dio a conocer hoy a los medios.
El escritor se convirtió en un clásico de la literatura estadounidense con su obra “The catcher in the Rye” (El guardián entre el centeno) publicada en 1951. En 1953 publicó la colección de cuentos “Nine stories”, y en 1961 otra de sus reconocidas novelas “Franny and Zoe”.
Durante toda su vida huyó de las presentaciones en público y procuró mantenerse alejado de los medios. Su hija, Margaret Salinger, publicó en 2000 un libro de confesiones en donde cuenta algunos traumas y problemas que afrontaba su padre y su hijo Matt Salinger es actor poco destacado de Hollywood.
Un comercio de antigüedades del norte de California ha puesto a la venta en eBay un inodoro que perteneció al escritor J.D. Salinger (1919-2010) por el que pide un millón de dólares.
Para incentivar la compra, el vendedor también señala que la viuda del escritor «heredó todos sus manuscritos con la idea de publicarlos. Quién sabe cuántas de esas historias se concibieron y pasaron al papel mientras Salinger estaba sentado en su trono». Como prueba de la autenticidad de la pieza, presenta una carta de la actual propietaria de la antigua casa del escritor en que se da fe del origen del inodoro.Desde el fallecimiento de Salinger el pasado 28 de enero, han aparecido cartas y otros documentos que han rasgado el velo de misterio que rodeó buena parte de su vida, aunque el objeto puesto hoy a la venta es por ahora el más curioso.
Película con referentes a la «leyenda negra»:
Su obra
– «El guardián entre el centeno» («The Catcher in the Rye»), 1951
– «Nueve cuentos» («Nine stories»), 1953
– «Franny y Zooey» (1961)
– «Levantad, carpinteros, la viga del tejado» («Raise High the Roof-Beam, Carpenters») y «Seymour: una introducción» («Seymour: An Introduction»), 1963
– «Hapworth 16, 1924» (Apareció en «New Yorker» en 1965, y en 1996 la editorial Orchises Press anunció su reedición, pero el autor la prohibió poco antes de que salieran los ejemplares de la imprenta)
– En el año 2000, su hija Margaret publicó «Dream Catcher: A Memoir», en el que hablaba de su padre y desmontaba muchos de los mitos creados a su alrededor
Dos fragmentos de su obra más conocida «El guardián entre el centeno»:
FRAGMENTO 1:»Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas, antes de que me quedara tan débil que tuvieran que mandarme aquí a reponerme un poco. A D.B. tampoco le he contado más, y eso que es mi hermano. Vive en Hollywood. Como no está muy lejos de este antro, suele venir a verme casi todos los fines de semana. El será quien me lleve a casa cuando salga de aquí, quizá el mes próximo. Acaba de comprarse un «Jaguar», uno de esos cacharros ingleses que se ponen en las doscientas millas por hora como si nada. Cerca de cuatro mil dólares le ha costado. Ahora está forrado el tío. Antes no. Cuando vivía en casa era sólo un escritor corriente y normal. Por si no saben quién es, les diré que ha escrito El pececillo secreto, que es un libro de cuentos fenomenal. El mejor de todos es el que se llama igual que el libro. Trata de un niño que tiene un pez y no se lo deja ver a nadie porque se lo ha comprado con su dinero. Es una historia estupenda. Ahora D.B. está en Hollywood prostituyéndose. Si hay algo que odio en el mundo es el cine. Ni me lo nombren.»

FRAGMENTO 2:

«¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? (…) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura».

Un texto del autor:
Ligera Rebelión en Madison
Por J. D. Salinger
Cuando sale en vacaciones de la Escuela Preparatoria para muchachos Pencey (“Un docente por cada diez estudiantes”), Holden Morrisey Caufield generalmente lleva puesto su sobretodo y un sombrero de bordes pronunciados hacia la copa. Mientras pasan los autobuses de la Quinta Avenida, algunas chicas que conocen a Holden a menudo piensan que lo verían caminar por Saks’ o Altman’s o Lord & Taylor’s, pero generalmente se trata de otra persona.
Este año, las vacaciones de Navidad de Holden en la Preparatoria Pencey concidieron con las de Sally Hayes en la Escuella Mary A. Woodruff para señoritas (“especial atención a aquellos con cierta tendencia por la dramaturgia”). Al salir de vacaciones de Mary A. Woodruff, generalmente Sally no lleva sombrero aunque sí un nuevo abrigo azul plateado de piel. Mientras camina por la Quinta Avenida, los muchachos que conocen a Sally piensan a menudo que la verían pasar por Saks’ o Altman’s o por Lord & Taylor’s. Pero generalmente se trata de otra persona.
En cuanto llegó a New York, Holden tomó un taxi a casa, dejó su Gladstone en el recibidor, besó a su madre, abultó su abrigo y su sombrero convenientemente en una silla y marcó el número de Sally.
“Hey,” dijo a la bocina. “¿Sally?”
“Sí, ¿Quién habla?”
“Holden Caufield. ¿Cómo estás?”
“¡Holden! ¡Bien! ¿Qué tal tú?”
“Genial,” dijo Holden. “Oye, ¡cómo va todo? Digo, ¿qué tal la escuela?”
“Bien,” dijo Sally. “Bueno, ya sabes.”
“Perfecto,” dijo Holden. “Óyeme. ¿Qué haces esta noche?”
Holden la llevó a Wedgwood Room esa noche, ambos iban bien arreglados, Sally llevaba un nuevo vestido turquesa. Bailaron muchísimo. El estilo de Holden era más lento, con pasos largos hacia atrás y adelante, como si bailara sobre una alcantarilla abierta. Bailaron con las mejillas juntas y a ninguno de los dos le importó si era bochornoso. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que tuvieron vacaciones.
Se lo pasaron maravillosamente en el taxi que los trajo de vuelta a casa. En dos ocasiones, cuando el taxi se detuvo brevemente por el tráfico, Holden saltó en su asiento.
“Te quiero,” le soltó a Sally, apartando su boca de la de ella.
“Oh, cariño, yo también te quiero,” dijo Sally, y agregó, menos apasionada, “Prométeme que te dejarás crecer el pelo. El pelo rapado es muy cursi.”
Al día siguiente, el jueves, Holden llevó a Sally a la matinée a ver “Oh Mistress Mine”, la cual ninguno de los dos había visto. En el primer entreacto, salieron a fumar al vestíbulo y ambos acordaron vehementemente que los Lunts eran maravillosos. George Harrison, de Andover, también fumaba en el vestíbulo y reconoció a Sally, tal como ella lo esperaba. Habían sido presentados alguna vez en una fiesta y nunca habían vuelto a verse desde entonces. Ahora, en el vestíbulo del Empire, se saludaron con el mismo gusto de quienes parecen haberse bañado frecuentemente desde niños. Sally le preguntó a George si creía que la obra era maravillosa. George se tomó el tiempo para replicar, acercando su pie al de la mujer que estaba a su lado. Dijo que la pieza en sí misma no era ciertamente una obra maestra, pero que los Lunts, por supuesto, era ángeles.
“Ángeles,” pensó Holden. “Ángeles, por el amor de Dios. Àngeles.”
Luego de la matinée, Sally le dijo a Holden que se le había ocurrido una idea maravillosa. “Vayamos a patinar mañana por la noche a Radio City.”
“Bien,” dijo Holden. “Seguro.”
“¿Lo dices en serio?” dijo Sally. “No lo digas si no lo piensas en realidad. Digo, a mí me importa un bledo hacer una cosa o la otra.”
“No,” dijo Holden. “Vayamos. Será divertido.”
Sally y Holden eran malísimos patinando sobre hielo. Los tobillos de Sally chocaban el uno con el otro de una manera desagradable y los de Holden no lo hacían mucho mejor. Esa noche había allí cientos de personas que no tenían nada mejor que hacer que ponerse a mirar a quienes patinaban.
“Hagámonos de una mesa y pidamos algo de beber,” sugirió inesperadamente Holden.
“Es la idea más maravillosa que he oído en este día,” dijo Sally.
Se quitaron los patines y se sentaron en una mesa. Hacía calor en el salón y Sally se sacó también las manoplas de lana. Holden comenzó a encender fósforos. Los dejaba quemarse hasta que ya no podía sostenerlos; luego dejaba caer los restos en el cenicero.
“Mira,” dijo Sally, “Tengo que saberlo- ¿Vas a ayudarme o no con el árbol para Nochebuena?”
“Seguro,” dijo Holden sin entusiasmo.
“Digo, tengo que saberlo,” dijo Sally.
Holden dejó de pronto de encender fósforos. Se inclinó sobre la mesa. “Sally, ¿tú nunca te hartas de nada? Digo, ¿no te asusta a veces que todo termine siendo una mierda al menos que hagas algo?”
“Claro,” dijo Sally.
“¿Te gusta la escuela?” inquirió Holden.
“Es muy pesada.”
“Pero ¿la odias?”
“Bueno, no, no la odio.”
“Bien, yo la odio,” dijo Holden. “Dios, ¡cómo la odio! Pero no es sólo eso. Es todo. Odio vivir en New York. Odio los autobuses de la Quinta Avenida y los de la Avenida Madison y salir por el centro. Odio la película de la calle Setenta y Dos, con esas nubes falsas en el cielorraso, y que me presenten a tipos como George Harrison, y tener que usar el ascensor cuando quieres salir y los tipos que se quieren meter contigo todo el tiempo en Brooks.” Su voz se excito un poco más. “Cosas así. ¿Sabes lo que digo? ¿Sabes? Eres la única razón por la que estoy aquí en vacaciones.”
“¡Qué dulce eres!” dijo Sally, deseando que cambiara ya de tema.
“Dios, ¡cómo odio la escuela! Deberías ir a una escuela de chicos alguna vez. Todo lo que haces es estudiar y pensar lo importante que es que tu equipo de fútbol gane, y hablar de chicas y ropa y licor, y…”
“Ya. Escúchame,” interrumpió Sally. “Muchísimos chicos sacan algo más que eso de la escuela.”
“Estor de acuerdo,” dijo Holden. “Pero esto es todo lo que saco yo. ¿Ves? A eso me refiero. No saco nada de nada. Estoy desquiciado. Muy desquiciado. Mira, Sally. ¿Cómo decírtelo para que lo entiendas? Ésta es mi idea. Le pediré prestado su auto a Fred Halsey y mañana por la mañana nos vamos a Massachussets o Vermont o por allí. ¿No crees? Es precioso. Digo, es hermoso allí arriba, lo digo en serio. Alquilaremos una cabaña o algo así hasta que se me acabe el dinero. Tengo unos ciento doce dólares. Y luego, cuando el dinero se acabe, consigo un trabajo y nos vamos a vivir por allí, cerca de un arroyo. ¿Me entiendes? En serio, Sally, la pasaremos genial. Y luego, más tarde, nos casamos o algo así. ¿Qué dices? ¡Vamos! ¿Qué dices? Hagámoslo, ¿eh?”
“No podemos hacer algo así,” dijo Sally.
“¿Por qué no?” preguntó Holden estridentemente. “¿Por qué diablos no podemos?”
“Porque no se puede,” dijo Sally. “No puedes, eso es todo. Suponte que el dinero se acaba y no consigues trabajo. ¿Y entonces qué?”
“Conseguiré un trabajo. No te preocupes por eso. No tienes que preocuparte por eso. ¿Cuál es el problema? ¿No quieres venir conmigo?”
“No hablo de eso,” dijo Sally. “No hablo de eso en absoluto. Holden, tenemos muchísimo tiempo aún para hacer cosas así –todas esas cosas. Después de terminar la universidad y casarnos. Habrá muchísmos lugares maravillosos a los que ir.”
“No, no los habrá,” dijo Holden. “Será completamente diferente.”
Sally lo miró, la había contradicho muy suavemente.
“No será igual en absoluto. Tendremos que bajar en ascensores con maletas y tal. Tendremos que llamar a todo el mundo y decirles adiós y enviarles postales. Y yo tendré que trabajar con mi padre, pasear por la Avenida Madison y leer periódicos. Tendremos que ir a la calle Setenta y Dos todo el tiempo y ver los informativos. ¡Informativos! Siempre hay alguna tonta carrera de caballos o alguna señora que inaugura un barco estrellando una botella. No entiendes en absoluto lo que estoy diciéndote.”
“Quizás no. Quizás tú no entiendes, en todo caso,” dijo Sally.
Holden se puso de pie, con uno de los patines colgándole del hombro. “Me apenas muchísimo,” anunció bastante desapasionadamente.
Un poco más tarde de la medianoche, Holden y un chico gordo y poco vistoso llamado Carl Luce se sentaron en el Wadsworth Bar a tomar Scotchs y comer papas fritas. Carl también iba a la Preparatoria Pencey y estaba en su misma clase.
“Hey, Carl,” dijo Holden, “tú eres uno de esos tipos intelectuales. Dime algo. Suponte que te sientes harto. Suponte que empiezas a volverte loco, muy loco. Suponte que quieres abandonar la escuela y todo y largarte de New York. ¿Qué harías?”
“Bebe,” dijo Carl. “A la mierda con todo eso.”
“En serio, lo digo en serio,” rogó Holden.
“Siempre te fastidias por cualquier cosa,” dijo Carl. Y se levantó y se fue.
Holden siguió bebiendo. Se tomó nueve dólares de Scotch y a eso de las 2 de la madrugada, caminó de la barra a la antesala, donde estaba el teléfono. Marcó tres veces hasta que dio con el número que quería.
“¡Hooola!” gritó al teléfono.
“¿Quién es?” inquirió una voz fría.
“Soy yo, Holden Caufield. ¿Podría hablar con Sally, por favor?”
“Sally duerme. Habla la Sra. Hayes. ¿Por qué llamas a estas horas, Holden?”
“¿Quiero hablar con Sally, Sra. Hayes. Importante. Llámela.”
“Sally duerme, Holden. Llámala mañana. Buenas noches.”
“Despiértela. Despiéeertela Sra. Hayes, eh. Despiéeertela, Sra. Hayes.”
“Holden,” dijo Sally, al otro lado. “Soy yo. ¿Qué sucede?”
“Sally, ¿eres tú?”
“Sí. Estás borracho.”
“Sally, estaré contigo en Nochebuena. Iremos a cortar un árbol. ¿Qué dices? ¿Eh?”
“Sí. Ve a la cama ahora. ¿Dónde estás? ¿Con quién estás?”
“Cortaré un árbol para ti. ¿Eh? ¿Qué dices? ¿Eh?”
“Sí. Ahora ve a la cama. ¿Dónde estás? ¿Con quién estás?”
“Cortaré un árbol para ti. ¿Eh? ¿Ok?”
“¡Sí! ¡Buenas noches!”
“B’enas noches. B’enas noches, Sally, preciosa. Preciosa. Sally, cariño.”
Holden colgó y se quedó junto al teléfono unos quince minutos. Luego metió otra moneda en la ranura y volvió a marcar el mismo número.
“¡Hooola!” gritó. “Hablar con Sally, por favor.”
Se escuchó un agudo tintineo mientras colgaban y Holden colgó también. Se tambaleó por un momento. Luego fue hasta los sanitarios y llenó el lavabo con agua helada. Sumergió la cabeza hasta las orejas y luego caminó hasta la radiador, goteando, y se puso debajo. Se quedó sentado debajo del radiador, contando las baldosas del suelo mientras el agua resbalaba por su cara y se le metía en la nuca, empapándole el cuello de la camisa y la corbata. Veinte minutos después, entró el pianista del bar a peinarse. Tenía el pelo ensortijado.
“¡Hey, amigo!” lo saludó Holden desde el radiador. “Tengo la butaca más caliente. Me apagaron las luces y estaba empezándome a enfriar.”
El pianista sonrió.
“Dios, tú sí que puedes tocar, eh,” dijo Holden. “Tocas realmente bien. Deberías estar en la radio. ¿Sabes? Eres buenísimo, amigo.”
“¿No quieres una toalla, muchacho?” le preguntó el pianista.
“No, ya no,” dijo Holden.
“¿Por qué no te vas a casa ya?”
Holden sacudió la cabeza. “Ya no”, dijo. “Ya no.”
El pianista se encogió de hombros y volvió a meter el peine en su bolsillo. Cuando salió del baño, Holden se quitó de debajo del radiador y pestañeó varias veces para dejar ir las lágrimas. Luego fue hasta el recibidor. Se puso el sobretodo sin abotonárselo y se colocó con fuerza el sombrero sobre la cabeza empapada.
Los dientes le castañeaban con violencia; se detuvo en la esquina y esperó el autobús de la Avenida Madison. La espera sería larga.
Traducción: Martín Abadía
Título original: Slight Rebellion off Madison (The New Yorker XXII, Diciembre de 1946, 76-79, 82 -86)
Un relato inédito  en Castellano :
Nota: este relato inédito pertenece The Complete Uncollected Short Stories I and II y apareció en Esquire, Octubre de 1945, pág. 54-56, 147-149. Según este sitio especializado, algunos de los primeros trabajos de J. D Salinger son susceptibles de catalogarse dentro de las “Caufield Stories”, relatos que tiene algún tipo de vínculo en forma con The Catcher In The Rye y con su protagonista Holden Caufield. “Este sándwich no tiene mayonesa” pertenece a este grupo.
Este sándwich no tiene mayonesa
Por J. D Salinger.
Voy en un camión, sentado en una de las paredes del acoplado, tratando de escapar de esta loca lluvia de Georgia, esperando que llegue el Teniente de Servicios Especiales, esperando cobrar. Tengo pensado hacer dinero de acá a unos minutos. Hay treinta y cuatro hombres en este vehículo y sólo treinta de ellos se supone que deban ir a bailar. Cuatro deben irse. Planeo apuñalar a los cuatro primeros a mi derecha, al tiempo que canto con todo lo que me da la voz “Off We Go Into The Wild Blue Gonder”, ahogando sus tontos lamentos. Luego escogeré a otros dos (preferentemente graduados universitarios) para empujarlos a la húmeda y roja arcilla de Georgia, fuera de este vehículo. Quizás valga la pena olvidar que soy uno de los Diez Hombres Más Rudos que alguna vez se hayan metido en este acoplado. Podría machacar  a los gemelos Bobbsey. Cuatro deben irse. Fuera del camión homónimo… Choose yo’ pahtnuhs for the Virgina Reel!
Y la lluvia sobre la lona cae más fuerte que nunca. No es mi amiga. No es amiga mía ni de estas personas (cuatro de ellos deben irse). Tal vez es amiga de Katharine Hepburn o de Sarah Palfrey Fabyan o de Tom Heeney, o de todos los firmes fanáticos de Creer Garson que esperan en fila en el Radio City Music Hall. Pero no es mi compinche, esta lluvia. No es compinche tampoco de los otros treinta y tres hombres (Cuatro de ellos deben irse).
El tipo de la cabina me grita otra vez.
“¿Qué?” digo. No puedo oírlo. La lluvia sobre la lona me mata. Ni siquiera quiero oírlo.
Dice por tercera vez, “¡Bajemos a la carretera! ¡Que venga las mujeres!”
“Tengo que esperar al Teniente,” le digo. Siento que mi codo se moja y lo meto dentro, fuera del aguacero. ¿Quién se robó mi impermeable? Con todas mis cartas en el bolsillo izquierdo. Mis cartas de Red, de Phoebe, de Holden. Cartas de Holden. Ah, escuchen, no me importa que se roben mi impermeable, pero ¿por qué robarme las cartas? Él sólo tiene diecinueve años, mi hermano, y las drogas no bajan ni una mísera su humor, lo matan con sarcasmo, y no puede hacer nada más que escuchar frenéticamente al descalibrado aparatito que lleva en su corazón. Mi hermano perdido en acción. ¿Por qué no dejan los impermeables en paz?
Tengo que dejar de pensar en ello. Pensar en algo agradable, como el viejo cascarrabias de Vincent. Pensar en este camión. Hacerme creer que no es el más oscuro, húmedo y miserable camión del Ejército en el que haya viajado alguna vez. Este camión, debes hacerte creer, está lleno de rosas y rubias y vitaminas. Es un camión verdaderamente lindo. Es un camión formidable. Eres afortunado de estar aquí esta noche. Cuando vuelvas del baile –¡Choose yo’ pahnuhs, folks!- podrás escribir un poema inmortal acerca de este camión. Es un poema en potencia. Puedes llamarlo “Camiones en los que he viajado,” o “Guerra y Paz,” o “Este sándwich no tiene mayonesa”. Hazlo simple. Ah, escucha. Escucha, la lluvia. Es el noveno día desde que empezó a llover. ¿Cómo puedes hacerme esto a mí y los treinta y tres hombres (cuatro de ellos deben irse)? Déjanos solos. Deja de hacernos sentir pegajosos y desolados.
Alguien me habla. El hombre dentro del radio de mi navaja. (Cuatro deben irse.) “¿Qué?” le digo.
“¿De dónde eres, Sarg?” Me pregunta el muchacho. “Te estás mojando el brazo.”
Lo meto nuevamente adentro. “New York,” le respondo.
“Yo también. ¿De qué parte?”
“Manhattan. A algunas calles del Museo de Arte.”
“Yo vivo en Valentine Avenue,” dice el muchacho. “¿Sabes dónde es?
“En el Bronx, ¿no?”
“Nah, Cerca del Bronx. Cerca del Bronx, pero no ahí. Es aún Manhattan.”
Cerca del Bronx, pero no ahí. Recordemos esto. No vayas por ahí diciéndole a la gente que vives en el Bronx cuando no viven allí, viven en Manhattan. Usemos la cabeza, amigos. Bailemos un rato.
“¿Cuánto hace que estás en el Ejército?” le pregunto. Es un soldado raso. Es el soldado raso más empapado que he visto en el Ejército.
“Cuatro meses. Me envían al Sur y luego me embarco a Mee-ami. ¿Has estado en Mee-ami?”
“No,” miento. “¿Hay alguno bueno allí?”
“¿Algo bueno?” y codea al tipo a su derecha. “Dile, Fergie.”
“¿Qué?” dice Fergie, empapado, congelado y nauseabundo.
“Cuéntale al Sargento acerca de Mee-ami. Quiere saber si hay algo bueno o no. Dile.”
Fergie me mira. “¿Nunca ha estado allí, Sargento?” – Pobre y miseable proyecto de Sargento.
“No. ¿Se está bien allí?” me las apaño para preguntar.
“¡Qué ciudad!” dice Fergie suavemente. “Puedes conseguir todo lo que quieres allí. Te puedes divertir de verdad. Digo, realmente la puedes pasar bien. No como en este agujero. Aquí no puedes pasarla bien ni intentándolo.”
“Vivíamos en un hotel,” dice el muchacho de Valentine Avenue. “Antes de la guerra se pagaba cinco o seis dólares al día por un habitación en ese lugar. Una habitación.”
“Duchas,” dice Fergie con el  tono agrio que Abelardo, durante sus últimos años, debe haber usado para describir el picaporte de Eloisa.
“Estábamos todo el tiempo limpios como niños. Allí tenías cuatro tipos en una habitación y duchas en el vestíbulo. El jabón del hotel era gratis. Cualquier tipo de jabón. No sólo el barato.”
“¿Estás vivo, no?” el tipo enfrente de mí le grita a Fergie. No puedo verle la cara.
Fergie está más allá de todo. “Duchas,” repìte. “Me duchaba dos o tres veces al día”
“Yo solía ser vendedor allí,” anunció un tipo en mitad del camión. Apenas puedo ver su cara en la oscuridad. “Memphis y Dallas son las mejores ciudades del Sur. Les juro. En el invierno Miami se llena de gente. Puede volverte loco. En los lugares adonde vale la pena ir, difícilmente puede conseguir algo.”
“No estaba atestado de gente cuando estuvimos allí, ¿no es cierto, Fergie?” pregunta el chico de Valentine Avenue.
Fergie no respondió. No participa como nosotros en la charla. No se presta a ello.
El hombre al que le gusta Memphis y Dallas piensa igual también. Le dice a Fergie, “estando por aquí, eres afortunado si consigues ducharte una vez por día. Estoy en una nueva área del Oeste. Aún no construyeron las duchas.”
A Fergie no le interesa. La comparación no es acertada. La comparación, debo decirte, apesta, Mac.
Del frente del camión llega una dinámica e irrefutable observación: “No hay vuelos otra vez esta noche. Los cadetes no volarán nuevamente esta noche, ¿está bien? El octavo día no hay vuelos nocturnos.”
Fergie mira, con un mínimo de energía. “Apenas he visto un avión desde que estoy por aquí. Mi esposa piensa que estoy volando como un loco. Me escribe y me dice que debería salirme del Cuerpo Aéreo. Me cree en un B-17 o algo así. Lee acerca Clark Gable y me cree un francotirador o algo que tenga que ver con las bombas. No tengo alma para decirle que no hago absolutamente nada.”
“¿Cómo nada?” dice Memphis y Dallas, interesado.
“Nada. Nada que sea necesario.” Fergie se olvida de Mee-ami por un minuto y le echa a Memphis y Dallas una mirada fulminante.
“Oh,” dice Memphis y Dallas, pero antes de que pueda continuar, Fergie se da vuelta y me dice, “debería ver esas duchas en Mee-ami, Sarg. No es broma. No tendría ya ganas de meterse en su propia bañadera otra vez.” Y vuelve a apartar la mirada y a perder interés en mi cara –lo cual es siempre comprensible.
Memphis y Dallas se asoma ansiosamente, dirigiéndose a Fergie. “Te podría llevar a dar un paseo,” le dice. “Trabajo con la Aduana. Los tenientes de aquí atraviesan el país en menos de un mes y no muchas veces llevan a alguien en la parte de atrás. Estuve allí muchas veces. Maxwell Field. En todas partes.” Señala con el dedo a Fergie, como si lo acusara de algo. “Oye. Si quieres ir alguna vez, llámame. Llama a la Aduana y pregunta por mí. Portner es mi nombre.”
Fergie parece flemáticamente interesado. “¿Sí? Que pregunte por Portner, ¿eh? ¿Eres cabo o algo así?”
“Soldado raso,” dice Portner fría y escuetamente.
“Muchacho,” dice el chico de Valentine Avenue, mirando detrás de mí, la abundante oscuridad. “Mira, asómate.”
¿Dónde está mi hermano? ¿Dónde está mi hermano Holden? ¿De qué se trata esto de “desaparecer en acción”? No me lo creo. No lo entiendo. No lo creo. El Gobierno de Estados Unidos miente. El Gobierno me miente a mí y a mi familia.
Nunca escuché mentiras tan jodidas.
Por qué; volvió de la guerra en Europa sin apenas un rasguño, todos lo vimos embarcarse en el Pacífico el último verano –y se veía bien.
Desaparecido.
Desaparecido, desaparecido, desaparecido. ¡Mentira! A mí también me mintieron. Nunca antes estuvo desaparecido. Es la última persona que podría perderse en este mundo. Está aquí, en este camión; en casa, en New York; está en la Preparatoria Pentey[1] (“Deberían enviarnos a ese muchacho. Lo moldearemos. Haremos de él un Hombre, con todas las pruebas de fuego que tenemos…”); sí, está en Pentey, nunca dejó la escuela; está en Cape Cod, sentado en el porche, mordiéndose las uñas; está jugando dobles conmigo, gritándome que me quede en la base mientras el está en el campo. ¡Desaparecido! ¿Eso es estar desaparecido? ¿Por qué mentir en algo tan importante? ¿Cómo es que el Gobierno puede hacer algo así? ¿Cómo pueden deshacerse de ello diciendo mentiras de este tipo?
“Hey, Sarg,” me grita el tipo de la cabina. “¡Bajemos a la carretera! ¡Que vengan las mujeres!”
“¿Cómo son esas mujeres, Sarg? ¿Son bonitas?”
“La verdad es que no sé lo que pasa esta noche,” digo. “Generalmente, sí,  son bonitas.” Sólo por decir ya que, en otras palabras, decir generalmente es sólo un decir. Todos ponen mucho empeño. Todos están allí para lanzarse. Las chicas te preguntan de dónde vienes, les dicen de dónde, y ellas repiten el nombre de la ciudad, poniendo un signo de exclamación al final de la frase. Luego te cuentan sobre Douglas Smith, Cabo, AUS. Vive en New York, ¿lo conoces? No le crees y le hablas de lo maravilloso que es New York. Y sólo porque no quieres que Helen se case con un soldado y espere por un año o seis, sales y bailas con la extraña que dice conocer a Douglas Smith, la extraña chica llamativa que dice haber leído cada línea que ha escrito Lloyd C. Douglas. Mientras bailas y la banda toca, piensas en todo excepto en la música y en bailar. Te preguntas si tu hermanita Phoebe recuerda sacar a pasar el perro todos los días, si recuerda no joder con el collar de Joey – algún día esta niña matará al perro.
“Nunca ví una lluvia con ésta,” dice el muchacho de Valentine Avenue. “¿Habías visto algo así, Fergie?”
“¿Algo como qué?”
“Una lluvia así.”
“Nah.”
“¡Bajemos a la carretera! ¡Que vengan las damas!” dice el tipo ruido inclinándose hacia delante y veo su cara. Es igual que cualquiera de los que está en el camión. Luce igual.
“¿Cómo es el Teniente, Sarg?” dice el chico de que vive cerca del Bronx.
“No lo sé verdaderamente,” digo. “Entró al campo hace sólo algunos días. Sé que vivía cerca de aquí cuando era un civil.”
“¡Qué bueno! Vivir cerca de donde estás,” dice el chico de Valentine Avenue. “Ojalá yo estuviera en Mitchel. A sólo una media hora de casa.”
Campo Mitchel. Long Island. ¿Qué podríamos decir de aquel sábado de verano en Port Washington? Red me lo dijo. No va molestarte ir a la Feria. Es muy bonita. Fue cuando me apegué a Phoebe, ella estaba con una niña que se llamaba Minerva (lo cual me mataba), y las metí a ambas en el auto y luego busqué a Holden. No podía encontrarlo. De modo que Phoebe, Minerva y yo nos fuimos sin él… En la Feria estuvimos en la exhibición de teléfonos de Bell y le dije a Phoebe que aquel teléfono servía para llamar al autor de los libros de Elsie Fairfield. Y Phoebe, sacudiéndose como de costumbre, tomó el teléfono, tembló un poco y dijo Hola, Soy Phoebe Caufield, estoy en la Feria de los Mundos. Leí tus libros y creo que son excelentes. Mi madre y mi padre actúan en “Death Takes a Holiday in Great Neck”. Vamos a nadar muy a menudo, pero el océano es mucho mejor en Cape Cod. ¡Adiós!… Y luego, salimos del edificio y allí estaba Holden, con Hart y Kirky Morris. Tenía puesta una camisa de felpa. Ningún abrigo. Se acercó y le pidió a Phoebe un autógrafo y ella lo apretó contra si, feliz de verlo, feliz de ver a su hermano. Luego él me dijo, Vayámonos de toda esta basura educativa, vayamos a las carreras o algo así. No soporto todo esto… Y ahora intentan decirme que está desaparecido. Desaparecido. ¿Quién está desaparecido? No él. Está en la Feria de los Mundos. Sé dónde hallarlo. Sé exactamente donde está. Phoebe también lo sabe. Lo sabría en un solo segundo. ¿Qué es todo esto de la desaparición?
“¿Cuánto te lleva llegar desde tu casa hasta la calle Cuarenta y Dos?” le preguntó Fergie al chico de Valentine Avenue.
Valentine Avenue lo pensó, algo emocionado. “Desde mi casa,” informó intensamente, “hasta el Paramount Theather te toma exactamente cuarenta y cinco minutos en metro. Casi gano dos billetes apostándole a mi chica acerca de eso. Nunca tomaría su dinero.”
El hombre al que le gusta Memphis y Dallas más que Miami habló: “Espero que las chicas de esta noche no sean cobardes. Digo, niñas. Siempre me miran como a un viejo cuando son cobardes.”
“Procuraré no transpirar demasiado,” dijo Fergie. “Hace mucho calor en los bailes de por aquí. A las mujeres no les gustan si transpiras mucho. Ni siquiera a mi esposa le gusta. Pero está bien si ella transpira – ¡Es diferente!… Mujeres. Te vuelven loco.”
Estalló un colosal trueno. Todos saltamos –yo casi me caigo del camión. Me hago a un lado y el muchacho de Valentine Avenue se apreta contra Fergie para hacerme un lugar… Desde el frente del camión oímos una voz de fuerte acento sureño:
“¿Han estado en Atlanta?”
Todos esperan que truene una vez más. Yo respondo. “No,” digo.
“Altlanta es una buena ciudad.”
De pornto el Teniente de Servicios Especiales aparece salido de la nada, empapadísimo, con la cabeza asomada dentro del camión. – cuatro de estos hombres deben irse. Lleva puesta una de esas viseras con cubierta de hule; es como la vesícula de un unicornio. La cara completamente mojada. Es joven y pequeño, aún poco seguro para este nuevo comando al que el Gobierno le asignó. Se fija allí donde deberían estar las tiras de las mangas de mi impermeable robado (con todas mi cartas).
“¿Viene por un relevo aquí, Sargento?”
Wow. Choose yo’ pahtnuhs…
“Sí, señor.”
“¿Cuántos hombres hay aquí?”
“Habría que volverlos a contar, señor.” Me doy vuelta y digo, “Bien, todos los hombres con fósforos en las manos; enciéndanlos –quiero contar sus cabezas.” Y cuatro o cinco de ellos se las arreglan para encender fósforos simultáneamente. Finjo contar sus cabezas. “Treinta y cuatro incluyéndome, señor,” le dijo finalmente.
El joven Teniente sacudió su cabeza bajo la lluvia. “Demasiados,” me informa –y yo intento verme como muy estúpido. “He llamado a cada ordenanza,” revela a mi favor, “y di orden de que irían sólo cinco hombres por escuadrón.” (Pienso en la gravedad de la situación por primera vez. Debería sugerir que liquidemos a cuatro de ellos. Debería pedir muy detalladamente hombres experimentados en liquidar gente que quiere ir a bailar.)… El teniente me pregunta, “¿Conoce a Miss Jackson, Sargento?”
“Sé quien es,” le digo mientras escucha sin pitar su cigarrillo.
“Bien, Miss Jackson me llamó esta mañana y pidió solamente treinta hombres. Temo, Sargento, que vamos a tener que pedirle a cuatro hombres que vuelvan a sus áreas.” Deja de mirarme, mira dentro del camión, estableciendo una neutralidad entre él y la empapada oscuridad. “No me interesa cómo lo haga,” dice, frente al camión, “pero debe hacerlo.”
Cruzó mi mirada hacia los hombres. “¿Cuántos de ustedes no firmaron para ir al baile?”
“A mí no me mire,” dice Valentine Avenue. “Yo firmé.”
“¿Quién no firmó?” digo. “¿Quién está aquí sólo porque se enteró del baile?” – Eso fue bueno, Sargento. Sigue así.
“Hágalo fácil, Sargento,” me dice el teniente, asomando la cabeza al camión.
“Vamos, ya. ¿Quién no firmó?” –Vamos, ya. Quién no firmó. Nunca en la vida escuché una pregunta tan burda.
“Todos firmamos, Sarg,” dice Valentine Avenue. “Alrededor de unos siete hombres firmaron en mi escuadrón.”
Perfecto. Seré brillante. Les ofreceré una linda alternativa.
“¿Quién prefiere salir en una película sobre el Campo a ir al baile?”
Ninguna respuesta.
Respuesta.
Silenciosamente, Portner (el tipo Memphis-Dallas) se levanta y enfila para salirse. El resto le abre paso para dejarlo salir. Yo también me muevo a un costado… Ninguno de nosotros le dice a Portner, mientras pasa, lo importante y relevante que es.
Más respuesta… “Uno más,” dice Fergie, levantándose. “Así que parece que los casados escribirán cartas esta noche.” Y salta del camión rápidamente.
Espero. Todos esperamos. Nadie más se adelanta. “Dos más,” carraspeo. Los acosaré. Los acosaré porque odio sus agallas. Son insufriblemente estúpidos. ¿Qué les pasa? ¿Creen que será la noche de su vida en ese tonto baile? ¿Creen que van a escuchar un maravilloso trompetista tocando “Marie”? ¿Qué sucede con estos idiotas? ¿Qué sucede conmigo? ¿Por qué quiero que se vayan? ¿Por qué de alguna manera también quiero irme yo? ¡De alguna manera! Vaya broma. Te mueres por irte, Caufield…
“Bien,” digo fríamente. “Los dos últimos a la izquierda. Vamos, fuera. No sé quienes son,” – No sé quienes son.- ¡Uff!
El tipo ruidoso, el que me gritaba para que la fiesta empezara en la carretera, sale. Había olvidado que estaba allí. Pero desaparece confusamente en la negra tormenta india. Le sigue, al menos tentativamente, un tipo pequeño- un muchacho, puedo verlo en la claridad.
Con el sombrero marino puesto, encorvado y cojeando, empapado, sus ojos fijos en el Teniente, el muchacho espera bajo la lluvia – como si hubiera tenido orden de ello. Es muy joven, probablemente dieciocho años, y no parece ser alguien que se pondría a discutir y a discutir en una tormenta así. Lo miro fijamente y el Teniente se da vuelta y lo mira también.
“Yo estaba en la lista. Firmé cuando la clavaron en la pared. Justo luego de que clavaran la lista.”
“Lo siento, soldado,” dice el Teniente, – “¿Listo, Sargento?”
“Puede preguntarle a Ostrander,” le dijo el muchacho al Teniente y metió nuevamente la cabeza en el camión. “Hey, Ostrander. ¿No fui yo el primero que firmó?”
La lluvia parece caer más fuerte que nunca. El muchacho que quiere ir al baile se empieza a empapar. Saco una mano y lo tomo del cuello del impermeable.
“¿No fui el primero que firmó la lista?” le grita el muchacho a Ostrander.
“¿Qué lista?” dice Ostrander.
“¡La lista de lo que querían ir a bailar!” grita el muchacho.
“Oh,” dice Ostrander. “¿Qué pasa con la lista? Yo estaba en ella.”
Oh, Ostrander, qué pesado.
“¿No era yo el primero en la lista?” dice el muchacho con la voz rota.
“No lo sé,” dice Ostrander. “¿Cómo podría saberlo?”
El muchacho se vuelve bruscamente hacia el Teniente.
“Yo era el primero en la lista, señor. En serio. Ese tipo del escuadrón – el extranjero que trabaja en limpieza- clavó la lista y yo firmé. Fui el primero.”
El Teniente dice, empapado, “Adentro. Sube al camión, muchacho.” El muchacho trepa al camión y los hombres rápidamente le hacen lugar.
El Teniente se vuelve hacia mí y me pregunta, “Sargento, ¿dónde puedo encontrar un teléfono por aquí?”
“A ver, en el puesto de Ingeniería, señor. Le mostraré.”
Cruzamos por entre los ríos de lodo que se habían formado alrededor del puesto de Ingeniería.
“¿Mama?” dice el Teniente en la bocina. “Estoy bien… Sí, mama. Sí, mama. Me las arreglo. Tal vez el sábado pueda salirme, eso dijeron. Mama, ¿está Sarah Jane allí?… Bueno, ¿me dejas hablar con ella?… Sí, mama. Lo haré si puedo; quizás el domingo.”
El Teniente vuelve a hablar.
“¿Sarah Jane?… Bien. Bien… Me las apaño. Le dije a mama que quizás el domingo pueda salir. –Escúchame, Sarah Jane. ¿Cómo está el auto? ¿Pudiste hacer que lo reparen? Bien, bien; es un buen precio, con todos los repuestos.” La voz del Teniente cambia. Ahora es mucho más informal. “Sarah Jane, mira. Quiero que vayas adonde Miz Jackson esta noche… Bueno, así es: tengo aquí a unos cuantos muchachos para una de sus fiestas. ¿sabes?… Sólo quiero decirte que son demasiados… Sí… Sí… Sí… Ya lo sé, Sarah Jane; sé que está lloviendo… Sí… Sí…” La voz del teniente se endurece de pronto. Dice, “no estoy pidiéndotelo, niña. Te lo estoy diciendo. Ahora, quiero que vayas adonde Miz Jackson rápidamente – ¿bien?… No me importa… Está bien. Está bien. Te veo más tarde.” Cuelga.
Empapado hasta lo huesos, los huesos de la desolación, los huesos del silencio, caminamos lentamente hacia el camión.
¿Dónde estás, Holden? No me importa esto de la desaparición. Deja de hacer tonterías. Aparece. Da la cara donde sea que estés. ¿Me escuchas? ¿Lo harías por mí? Hazlo simplemente porque yo todo lo recuerdo. Porque no puedo olvidar nada que sea bueno. De modo que escúchame. Sólo ve con algún oficial, ve donde algún G.I, y dile que estás Aquí – no desaparecido, no muerto, nada más que Aquí.
Déjate ya de joder. Deja de decirle a la gente que estás desaparecido. Deja de llevar puesta mi bata en la playa. Deja de ponerte de mi lado en la corte. Deja de silbar. Siéntate a la mesa…
Traducción: Martín Abadía
Título originalThis sandwich has no mayonnaiseEsquire XXIV, Octubre de 1945, pág. 54-56, 147- 149 )

[1] La escuela preparatoria a la que asiste Holden Caufield en The Catcher in the Rye es Pencey.

El hombre que plantaba árboles.Un relato de Jean Giono.

Estándar

En este mundo  en el que vivimos.Lleno de codicia y desesperanza.Los relatos llenos de inocencia y poesía tienen ,al menos para mí, un valor excepcional.Inicio hoy ,con el presente de Jean Giono, una colección de relatos sobre personas que mostraron una curiosa forma de enfrentarse a la desesperanza.Personas que ,muchas de ellas,se aislaron del mundo para poder sobrevivir mejor en él.No siempre son relatos muy edificantes.No siempre tienen mucho sentido ,y no siempre serán comprendidos por el común de los lectores.Ante la adversidad, las soluciones que han tomado en el pasado las personas son muchas.Por un lado unirse a otros y encarar los problemas en comunidad,buscar soluciones,revelarse contra el poder opresivo,instaurar otro poder opresivo… Otra solución es la propia de los anacoretas ,y aquellos que por circunstancias de la vida perdieron progresivamente los vínculos con la gente a la que ,en un tiempo anterior,tenían puesta su confianza ,su ilusión y que la vida les arrebató. En ese caso normalmente se suelen dar dos caminos:O la introspección en medio del mundo ,o el apartamiento para contemplar mejor la obra de Dios.En esos casos el anacoreta puede ser un “religioso” o simplemente alguien que se acerca de forma total a la naturaleza y pasa a “fundirse” con ella.Es el caso del relato que presento hoy,así como otros :”Derzu Uzala”etc,será también un buen ejemplo. Este relato del francés Jean Giono,escrito en torno a 1953 , lo escribió por encargo de la revista ultraconservadora estadounidense “Reader’s Digest”,para cubrir el tema “el hombre más extraordinario que he conocido”,este relato le cubrió de una cierta aureola ecologista,solidaria,y optimista ,que no se corresponde con el resto de la obra del autor.El personaje “escapó” al autor y parece tener vida propia. Para poder realizar su obra el protagonista,el “héroe”, necesita fundamentalmente dos complicidades: la naturaleza y el resto ,que llegando a conocer su actividad,no la molestan y la apoyan,sobre todo,con la propia inactividad.Ese “hacer” de unos y “no hacer ” de otros marca,a mi entender uno de los puntos culminantes del relato. ¡Cuántas veces quisiéramos ,como Eleazar,esa complicidad si no activa al menos pasiva, de los demás! “Si me querei irze”,decía la folclórica. “Si me querei marcharze” ,repetía una y otra vez.Se trata de personajes solitarios que prefieren ,sin duda,estar solos a estar mal acompañados…

http://dotsub.com/media/2d7b8a37-4f64-4241-8019-642e965d124f/e/m

http://dotsub.com/view/2d7b8a37-4f64-4241-8019-642e965d124f

http://fr.wikipedia.org/wiki/L’Homme_qui_plantait_des_arbres

El hombre que plantaba árboles.Un relato de Jean Giono.

Traducción al Español:

Si uno quiere descubrir cualidades realmente excepcionales en el carácter de un ser humano, debe tener el tiempo o la oportunidad de observar su comportamiento durante varios años. Si este comportamiento no es egoísta, si está presidido por una generosidad sin límites, si es tan obvio que no hay afán de recompensa, y además ha dejado una huella visible en la tierra, entonces no cabe equivocación posible. Hace cuarenta años hice un largo viaje a pie a través de montañas completamente desconocidas por los turistas, atravesando la antigua región donde los Alpes franceses penetran en la Provenza. Cuando empecé mi viaje por aquel lugar todo era estéril y sin color, y la única cosa que crecía era la planta conocida como lavanda silvestre. Cuando me aproximaba al punto más elevado de mi viaje, y tras caminar durante tres días, me encontré en medio de una desolación absoluta y acampé cerca de los vestigios de un pueblo abandonado. Me había quedado sin agua el día anterior, y por lo tanto necesitaba encontrar algo de ella. Aquel grupo de casas, aunque arruinadas como un viejo nido de avispas, sugerían que una vez hubo allí un pozo o una fuente. La había, desde luego, pero estaba seca. Las cinco o seis casas sin tejados, comidas por el viento y la lluvia, la pequeña capilla con su campanario desmoronándose, estaban allí, aparentemente como en un pueblo con vida, pero ésta había desaparecido. Era un día de junio precioso, brillante y soleado, pero sobre aquella tierra desguarnecida el viento soplaba, alto en el cielo, con una ferocidad insoportable. Gruñía sobre los cadáveres de las casas como un león interrumpido en su comida… Tenía que cambiar mi campamento. Tras cinco horas de andar, todavía no había hallado agua y no existía señal alguna que me diera esperanzas de encontrarla. En todo el derredor reinaban la misma sequedad, las mismas hierbas toscas. Me pareció vislumbrar en la distancia una pequeña silueta negra vertical, que parecía el tronco de un árbol solitario. De todas formas me dirigí hacia él. Era un pastor. Treinta ovejas estaban sentadas cerca de él sobre la ardiente tierra. Me dio un sorbo de su calabaza-cantimplora, y poco después me llevó a su cabaña en un pliegue del llano. Conseguía el agua -agua excelente- de un pozo natural y profundo encima del cual había construido un primitivo torno. El hombre hablaba poco, como es costumbre de aquellos que viven solos, pero sentí que estaba seguro de sí mismo, y confiado en su seguridad. Para mí esto era sorprendente en ese país estéril. No vivía en una cabaña, sino en una casita hecha de piedra, evidenciadora del trabajo que él le había dedicado para rehacer la ruina que debió encontrar cuando llegó. El tejado era fuerte y sólido. Y el viento, al soplar sobre él, recordaba el sonido de las olas del mar rompiendo en la playa. La casa estaba ordenada, los platos lavados, el suelo barrido, su rifle engrasado, su sopa hirviendo en el fuego. Noté que estaba bien afeitado, que todos sus botones estaban bien cosidos y que su ropa había sido remendada con el meticuloso esmero que oculta los remiendos. Compartimos la sopa, y después, cuando le ofrecí mi petaca de tabaco, me dijo que no fumaba. Su perro, tan silencioso como él, era amigable sin ser servil. Desde el principio se daba por supuesto que yo pasaría la noche allí. El pueblo más cercano estaba a un día y medio de distancia. Además, ya conocía perfectamente el tipo de pueblo de aquella región… Había cuatro o cinco más de ellos bien esparcidos por las faldas de las montañas, entre agrupaciones de robles albares, al final de carreteras polvorientas. Estaban habitadas por carboneros, cuya convivencia no era muy buena. Las familias, que vivían juntas y apretujadas en un clima excesivamente severo, tanto en invierno como en verano, no encontraban solución al incesante conflicto de personalidades. La ambición territorial llegaba a unas proporciones desmesuradas, en el deseo continuo de escapar del ambiente. Los hombres vendían sus carretillas de carbón en el pueblo más importante de la zona y regresaban. Las personalidades más recias se limaban entre la rutina cotidiana. Las mujeres, por su parte, alimentaban sus rencores. Existía rivalidad en todo, desde el precio del carbón al banco de la iglesia. Y encima de todo estaba el viento, también incesante, que crispaba los nervios. Había epidemias de suicidio y casos frecuentes de locura, a menudo homicida. Había transcurrido una parte de la velada cuando el pastor fue a buscar un saquito del que vertió una montañita de bellotas sobre la mesa. Empezó a mirarlas una por una, con gran concentración, separando las buenas de las malas. Yo fumaba en mi pipa. Me ofrecí para ayudarle. Pero me dijo que era su trabajo. Y de hecho, viendo el cuidado que le dedicaba, no insistí. Esa fue toda nuestra conversación. Cuando ya hubo separado una cantidad suficiente de bellotas buenas, las separó de diez en diez, mientras iba quitando las más pequeñas o las que tenían grietas, pues ahora las examinaba más detenidamente. Cuando hubo seleccionado cien bellotas perfectas, descansó y se fue a dormir. Se sentía una gran paz estando con ese hombre, y al día siguiente le pregunté si podía quedarme allí otro día más. Él lo encontró natural, o para ser más preciso, me dio la impresión de que no había nada que pudiera alterarle. Yo no quería quedarme para descansar, sino porque me interesó ese hombre y quería conocerle mejor. Él abrió el redil y llevó su rebaño a pastar. Antes de partir, sumergió su saco de bellotas en un cubo de agua. Me di cuenta de que en lugar de cayado, se llevó una varilla de hierro tan gruesa como mi pulgar y de metro y medio de largo. Andando relajadamente, seguí un camino paralelo al suyo sin que me viera. Su rebaño se quedó en un valle. Él lo dejó a cargo del perro, y vino hacia donde yo me encontraba. Tuve miedo de que me quisiera censurarme por mi indiscreción, pero no se trataba de eso en absoluto: iba en esa dirección y me invitó a ir con él si no tenía nada mejor que hacer. Subimos a la cresta de la montaña, a unos cien metros. Allí empezó a clavar su varilla de hierro en la tierra, haciendo un agujero en el que introducía una bellota para cubrir después el agujero. Estaba plantando un roble. Le pregunté si esa tierra le pertenecía, pero me dijo que no. ¿Sabía de quién era?. No tampoco. Suponía que era propiedad de la comunidad, o tal vez pertenecía a gente desconocida. No le importaba en absoluto saber de quién era. Plantó las bellotas con el máximo esmero. Después de la comida del mediodía reemprendió su siembra. Deduzco que fui bastante insistente en mis preguntas, pues accedió a responderme. Había estado plantado cien árboles al día durante tres años en aquel desierto. Había plantado unos cien mil. De aquellos, sólo veinte mil habían brotado. De éstos esperaba perder la mitad por culpa de los roedores o por los designios imprevisibles de la Providencia. Al final quedarían diez mil robles para crecer donde antes no había crecido nada. Entonces fue cuando empecé a calcular la edad que podría tener ese hombre. Era evidentemente mayor de cincuenta años. Cincuenta y cinco me dijo. Su nombre era Elzeard Bouffier. Había tenido en otro tiempo una granja en el llano, donde tenía organizada su vida. Perdió su único hijo, y luego a su mujer. Se había retirado en soledad, y su ilusión era vivir tranquilamente con sus ovejas y su perro. Opinaba que la tierra estaba muriendo por falta de árboles. Y añadió que como no tenía ninguna obligación importante, había decidido remediar esta situación. Como en esa época, a pesar de mi juventud, yo llevaba una vida solitaria, sabía entender también a los espíritus solitarios. Pero precisamente mi juventud me empujaba a considerar el futuro en relación a mí mismo y a cierta búsqueda de la felicidad. Le dije que en treinta años sus robles serían magníficos. Él me respondió sencillamente que, si Dios le conservaba la vida, en treinta años plantaría tantos más, y que los diez mil de ahora no serían más que una gotita de agua en el mar. Además, ahora estaba estudiando la reproducción de las hayas y tenía un semillero con hayucos creciendo cerca de su casita. Las plantitas, que protegía de las ovejas con una valla, eran preciosas. También estaba considerando plantar abedules en los valles donde había algo de humedad cerca de la superficie de la tierra. Al día siguiente nos separamos. Un año más tarde empezó la Primera Guerra Mundial, en la que yo estuve enrolado durante los siguientes cinco años. Un “soldado de infantería” apenas tenía tiempo de pensar en árboles, y a decir verdad, la cosa en sí hizo poca impresión en mí. La había considerado como una afición, algo parecido a una colección de sellos, y la olvidé. Al terminar la guerra sólo tenía dos cosas: una pequeña indemnización por la desmovilización, y un gran deseo de respirar aire freco durante un tiempo. Y me parece que únicamente con este motivo tomé de nuevo la carretera hacia la “tierra estéril”. El paisaje no había cambiado. Sin embargo, más allá del pueblo abandonado, vislumbré en la distancia un cierto tipo de niebla gris que cubría las cumbres de las montañas como una alfombra. El día anterior había empezado de pronto a recordar al pastor que plantaba árboles. “Diez mil robles -pensaba- ocupan realmente bastante espacio”. Como había visto morir a tantos hombres durante aquellos cinco años, no esperaba hallar a Elzeard Bouffier con vida, especialmente porque a los veinte años uno considera a los hombres de más de cincuenta como personas viejas preparándose para morir… Pero no estaba muerto, sino más bien todo lo contrario: se le veía extremadamente ágil y despejado: había cambiado sus ocupaciones y ahora tenía solamente cuatro ovejas, pero en cambio cien colmenas. Se deshizo de las ovejas porque amenazaban los árboles jóvenes. Me dijo -y vi por mí mismo- que la guerra no le había molestado en absoluto. Había continuado plantando árboles imperturbablemente. Los robles de 1.910 tenían entonces diez años y eran más altos que cualquiera de nosotros dos. Ofrecían un espectáculo impresionante. Me quedé con la boca abierta, y como él tampoco hablaba, pasamos el día en entero silencio por su bosque. Las tres secciones medían once kilómetros de largo y tres de ancho. Al recordar que todo esto había brotado de las manos y del alma de un hombre solo, sin recursos técnicos, uno se daba cuenta de que los humanos pueden ser también efectivos en términos opuestos a los de la destrucción… Había perseverado en su plan, y hayas más altas que mis hombros, extendidas hasta el límite de la vista, lo confirmaban. me enseñó bellos parajes con abedules sembrados hacía cinco años (es decir, en 1.915), cuando yo estaba luchando en Verdún. Los había plantado en todos los valles en los que había intuido -acertadamente- que existía humedad casi en la superficie de la tierra. Eran delicados como chicas jóvenes, y estaban además muy bien establecidos. Parecía también que la naturaleza había efectuado por su cuenta una serie de cambios y reacciones, aunque él no las buscaba, pues tan sólo proseguía con determinación y simplicidad en su trabajo. Cuando volvimos al pueblo, vi agua corriendo en los riachuelos que habían permanecido secos en la memoria de todos los hombres de aquella zona. Este fue el resultado más impresionante de toda la serie de reacciones: los arroyos secos hacía mucho tiempo corrían ahora con un caudal de agua fresca. Algunos de los pueblos lúgubres que menciono anteriormente se edificaron en sitios donde los romanos habían construido sus poblados, cuyos trazos aún permanecían. Y arqueólogos que habían explorado la zona habían encontrado anzuelos donde en el siglo XX se necesitaban cisternas para asegurar un mínimo abastecimiento de agua. El viento también ayudó a esparcir semillas. Y al mismo tiempo que apareció el agua, también lo hicieron sauces, juncos, prados, jardines, flores y una cierta razón de existir. Pero la transformación se había desarrollado tan gradualmente que pudo ser asumida sin causar asombro. Cazadores adentrándose en la espesura en busca de liebres o jabalíes, notaron evidentemente el crecimiento repentino de pequeños árboles, pero lo atribuían a un capricho de la naturaleza. Por eso nadie se entrometió con el trabajo de Elzeard Bouffier. Si él hubiera sido detectado, habría tenido oposición. Pero era indetectable. Ningún habitante de los pueblos, ni nadie de la administración de la provincia, habría imaginado una generosidad tan magnífica y perseverante. Para tener una idea más precisa de este excepcional carácter no hay que olvidar que Elzeald trabajó en una soledad total, tan total que hacía el final de su vida perdió el hábito de hablar, quizá porque no vio la necesidad de éste. En 1.933 recibió la visita de un guardabosques que le notificó una orden prohibiendo encender fuego, por miedo a poner en peligro el crecimiento de este bosque natural. Esta era la primera vez -le dijo el hombre- que había visto crecer un bosque espontáneamente. En ese momento, Bouffier pensaba plantar hayas en un lugar a 12 km. de su casa, y para evitar las ideas y venidas (pues contaba entonces 75 años de edad), planeó construir una cabaña de piedra en la plantación. Y así lo hizo al año siguiente. En 1.935 una delegación del gobierno se desplazó para examinar el “bosque natural”. La componían un alto cargo del Servicio de Bosques, un diputado y varios técnicos. Se estableció un largo diálogo completamente inútil, decidiéndose finalmente que algo se debía hacer… y afortunadamente no se hizo nada, salvo una única cosa que resultó útil: todo el bosque se puso bajo la protección estatal, y la obtención del carbón a partir de los árboles quedó prohibida. De hecho era imposible no dejarse cautivar por la belleza de aquellos jóvenes árboles llenos de energía, que a buen seguro hechizaron al diputado. Un amigo mío se encontraba entre los guardabosques de esa delegación y le expliqué el misterio. Un día de la semana siguiente fuimos a ver a Elzeard Bouffier. Lo encontramos trabajando duro, a unos diez kilómetros de donde había tenido lugar la inspección. El guardabosques sabía valorar las cosas, pues sabía cómo mantenerse en silencio. Yo le entregué a Elzeard los huevos que traía de regalo. Compartimos la comida entre los tres y después pasamos varias horas en contemplación silenciosa del paisaje… En la misma dirección en la que habíamos venido, las laderas estaban cubiertas de árboles de seis a siete metros de altura. Al verlos recordaba aún el aspecto de la tierra en 1.913, un desierto… y ahora, una labor regular y tranquila, el aire de la montaña fresco y vigoroso, equilibrio y, sobre todo, la serenidad de espíritu, habían otorgado a este hombre anciano una salud maravillosa. Me pregunté cuántas hectáreas más de tierra iba a cubrir con árboles. Antes de marcharse, mi amigo hizo una sugerencia breve sobre ciertas especies de árboles para los que el suelo de la zona estaba especialmente preparado. No fue muy insistente; “por la buena razón -me dijo más tarde- de que Bouffier sabe de ello más que yo”. Pero, tras andar un rato y darle vueltas en su mente, añadió: “¡y sabe mucho más que cualquier persona, pues ha descubierto una forma maravillosa de ser feliz!”. Fue gracias a ese hombre que no sólo la zona, sino también la felicidad de Bouffier fue protegida. Delegó tres guardabosques para el trabajo de proteger la foresta, y les conminó a resistir y rehusar las botellas de vino, el soborno de los carboneros. El único peligro serio ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Como los coches funcionaban con gasógeno, mediante generadores que quemaban madera, nunca había leña suficiente. La tala de robles empezó en 1.940, pero la zona estaba tan lejos de cualquier estación de tren que no hubo peligro. El pastor no se enteraba de nada. Estaba a treinta kilómetros, plantando tranquilamente, ajeno a la guerra de 1.939 como había ignorado la de 1.914. Vi a Elzeard Bouffier por última vez en junio de 1.945. Tenía entonces ochenta y siete años. Volví a recorrer el camino de la “tierra estéril”; pero ahora en lugar del desorden que la guerra había causado en el país, un autobús regular unía el valle del Durance y la montaña. No reconocí la zona, y lo atribuí a la relativa rapidez del autobús… Hasta que vi el nombre del pueblo no me convencí de que me hallaba realmente en aquella región, donde antes sólo había ruinas y soledad. El autobús me dejó en Vergons. En 1.913 este pueblecito de diez o doce casas tenía tres habitantes, criaturas algo atrasadas que casi se odiaban una a otra, subsistiendo de atrapar animales con trampas, próximas a las condiciones del hombre primitivo. Todos los alrededores estaban llenos de ortigas que serpenteaban por los restos de las casas abandonadas. Su condición era desesperanzadora, y una situación así raramente predispone a la virtud. Todo había cambiado, incluso el aire. En vez de los vientos secos y ásperos que solían soplar, ahora corría una brisa suave y perfumada. Un sonido como de agua venía de la montaña. Era el viento en el bosque; pero más asombro era escuchar el auténtico sonido del agua moviéndose en los arroyos y remansos. Vi que se había construido una fuente que manaba con alegre murmullo, y lo que me sorprendió más fue que alguien había plantado un tilo a su lado, un tilo que debería tener cuatro años, ya en plena floración, como símbolo irrebatible de renacimiento. Además, Vergons era el resultado de ese tipo de trabajo que necesita esperanza, la esperanza que había vuelto. Las ruinas y las murallas ya no estaban, y cinco casas habían sido restauradas. Ahora había veinticinco habitantes. Cuatro de ellos eran jóvenes parejas. Las nuevas casas, recién encaladas, estaban rodeadas por jardines donde crecían vegetales y flores en una ordenada confusión. Repollos y rosas, puerros y margaritas, apios y anémonas hacían al pueblo ideal para vivir. Desde ese sitio seguí a pie. La guerra, al terminar, no había permitido el florecimiento completo de la vida, pero el espíritu de Elzeard permanecía allí. En las laderas bajas vi pequeños campos de cebada y de arroz; y en el fondo del valle verdeaban los prados. Sólo fueron necesarios ocho años desde entonces para que todo el paisaje brillara con salud y prosperidad. Donde antes había ruinas, ahora se encontraban granjas; los viejos riachuelos, alimentados por las lluvias y las nieves que el bosque atrae, fluían de nuevo. Sus aguas alimentaban fuentes y desembocan sobre alfombras de menta fresca. Poco a poco, los pueblecitos se habían revitalizado. Gentes de otros lugares donde la tierra era más cara se habían instalado allí, aportando su juventud y su movilidad. Por las calles uno se topaba con hombres y mujeres vivos, chicos y chicas que empezaban a reír y que habían recuperado el gusto por las excursiones. Si contábamos la población anterior, irreconocible ahora que gozaba de cierta comodidad, más de diez mil personas debían en parte su felicidad a Elzeard Bouffier. Por eso, cuando reflexiono en aquel hombre armado únicamente por sus fuerzas físicas y morales, capaz de hacer surgir del desierto esa tierra de Canaan, me convenzo de que a pesar de todo la humanidad es admirable. Cuando reconstruyo la arrebatadora grandeza de espíritu y la tenacidad y benevolencia necesaria para dar lugar a aquel fruto, me invade un respeto sin límites por aquel hombre anciano y supuestamente analfabeto, un ser que completó una tarea digna de Dios. (Elzeard Bouffier murió pacíficamente en 1.947 en el hospicio de Banon). Jean Giono.

Aquí el texto original:

L’HOMME QUI PLANTAIT DES ARBRES.

Une nouvelle de Jean Giono

Pour que le caractère d’un être humain dévoile des qualités vraiment exceptionnelles, il faut avoir la bonne fortune de pouvoir observer son action pendant de longues années. Si cette action est dépouillée de tout égoïsme, si l’idée qui la dirige est d’une générosité sans exemple, s’il est absolument certain qu’elle n’a cherché de récompense nulle part et qu’au surplus elle ait laissé sur le monde des marques visibles, on est alors, sans risque d’erreurs, devant un caractère inoubliable. Il y a environ une quarantaine d’années, je faisais une longue course à pied, sur des hauteurs absolument inconnues des touristes, dans cette très vieille région des Alpes qui pénètre en Provence. Cette région est délimitée au sud-est et au sud par le cours moyen de la Durance, entre Sisteron et Mirabeau; au nord par le cours supérieur de la Drôme, depuis sa source jusqu’à Die; à l’ouest par les plaines du Comtat Venaissin et les contreforts du Mont-Ventoux. Elle comprend toute la partie nord du département des Basses-Alpes, le sud de la Drôme et une petite enclave du Vaucluse. C’était, au moment où j’entrepris ma longue promenade dans ces déserts, des landes nues et monotones, vers 1200 à 1300 mètres d’altitude. Il n’y poussait que des lavandes sauvages. Je traversais ce pays dans sa plus grande largeur et, après trois jours de marche, je me trouvais dans une désolation sans exemple. Je campais à côté d’un squelette de village abandonné. Je n’avais plus d’eau depuis la veille et il me fallait en trouver. Ces maisons agglomérées, quoique en ruine, comme un vieux nid de guêpes, me firent penser qu’il avait dû y avoir là, dans le temps, une fontaine ou un puits. Il y avait bien une fontaine, mais sèche. Les cinq à six maisons, sans toiture, rongées de vent et de pluie, la petite chapelle au clocher écroulé, étaient rangées comme le sont les maisons et les chapelles dans les villages vivants, mais toute vie avait disparu. C’était un beau jour de juin avec grand soleil, mais sur ces terres sans abri et hautes dans le ciel, le vent soufflait avec une brutalité insupportable. Ses grondements dans les carcasses des maisons étaient ceux d’un fauve dérangé dans son repas. Il me fallut lever le camp. A cinq heures de marche de là, je n’avais toujours pas trouvé d’eau et rien ne pouvait me donner l’espoir d’en trouver. C’était partout la même sécheresse, les mêmes herbes ligneuses. Il me sembla apercevoir dans le lointain une petite silhouette noire, debout. Je la pris pour le tronc d’un arbre solitaire. A tout hasard, je me dirigeai vers elle. C’était un berger. Une trentaine de moutons couchés sur la terre brûlante se reposaient près de lui. Il me fit boire à sa gourde et, un peu plus tard, il me conduisit à sa bergerie, dans une ondulation du plateau. Il tirait son eau – excellente – d’un trou naturel, très profond, au-dessus duquel il avait installé un treuil rudimentaire. Cet homme parlait peu. C’est le fait des solitaires, mais on le sentait sûr de lui et confiant dans cette assurance. C’était insolite dans ce pays dépouillé de tout. Il n’habitait pas une cabane mais une vraie maison en pierre où l’on voyait très bien comment son travail personnel avait rapiécé la ruine qu’il avait trouvé là à son arrivée. Son toit était solide et étanche. Le vent qui le frappait faisait sur les tuiles le bruit de la mer sur les plages. Son ménage était en ordre, sa vaisselle lavée, son parquet balayé, son fusil graissé; sa soupe bouillait sur le feu. Je remarquai alors qu’il était aussi rasé de frais, que tous ses boutons étaient solidement cousus, que ses vêtements étaient reprisés avec le soin minutieux qui rend les reprises invisibles. Il me fit partager sa soupe et, comme après je lui offrais ma blague à tabac, il me dit qu’il ne fumait pas. Son chien, silencieux comme lui, était bienveillant sans bassesse. Il avait été entendu tout de suite que je passerais la nuit là; le village le plus proche était encore à plus d’une journée et demie de marche. Et, au surplus, je connaissais parfaitement le caractère des rares villages de cette région. Il y en a quatre ou cinq dispersés loin les uns des autres sur les flans de ces hauteurs, dans les taillis de chênes blancs à la toute extrémité des routes carrossables. Ils sont habités par des bûcherons qui font du charbon de bois. Ce sont des endroits où l’on vit mal. Les familles serrées les unes contre les autres dans ce climat qui est d’une rudesse excessive, aussi bien l’été que l’hiver, exaspèrent leur égoïsme en vase clos. L’ambition irraisonnée s’y démesure, dans le désir continu de s’échapper de cet endroit. Les hommes vont porter leur charbon à la ville avec leurs camions, puis retournent. Les plus solides qualités craquent sous cette perpétuelle douche écossaise. Les femmes mijotent des rancoeurs. Il y a concurrence sur tout, aussi bien pour la vente du charbon que pour le banc à l’église, pour les vertus qui se combattent entre elles, pour les vices qui se combattent entre eux et pour la mêlée générale des vices et des vertus, sans repos. Par là-dessus, le vent également sans repos irrite les nerfs. Il y a des épidémies de suicides et de nombreux cas de folies, presque toujours meurtrières. Le berger qui ne fumait pas alla chercher un petit sac et déversa sur la table un tas de glands. Il se mit à les examiner l’un après l’autre avec beaucoup d’attention, séparant les bons des mauvais. Je fumais ma pipe. Je me proposai pour l’aider. Il me dit que c’était son affaire. En effet : voyant le soin qu’il mettait à ce travail, je n’insistai pas. Ce fut toute notre conversation. Quand il eut du côté des bons un tas de glands assez gros, il les compta par paquets de dix. Ce faisant, il éliminait encore les petits fruits ou ceux qui étaient légèrement fendillés, car il les examinait de fort près. Quand il eut ainsi devant lui cent glands parfaits, il s’arrêta et nous allâmes nous coucher. La société de cet homme donnait la paix. Je lui demandai le lendemain la permission de me reposer tout le jour chez lui. Il le trouva tout naturel, ou, plus exactement, il me donna l’impression que rien ne pouvait le déranger. Ce repos ne m’était pas absolument obligatoire, mais j’étais intrigué et je voulais en savoir plus. Il fit sortir son troupeau et il le mena à la pâture. Avant de partir, il trempa dans un seau d’eau le petit sac où il avait mis les glands soigneusement choisis et comptés. Je remarquai qu’en guise de bâton, il emportait une tringle de fer grosse comme le pouce et longue d’environ un mètre cinquante. Je fis celui qui se promène en se reposant et je suivis une route parallèle à la sienne. La pâture de ses bêtes était dans un fond de combe. Il laissa le petit troupeau à la garde du chien et il monta vers l’endroit où je me tenais. J’eus peur qu’il vînt pour me reprocher mon indiscrétion mais pas du tout : c’était sa route et il m’invita à l’accompagner si je n’avais rien de mieux à faire. Il allait à deux cents mètres de là, sur la hauteur. Arrivé à l’endroit où il désirait aller, il se mit à planter sa tringle de fer dans la terre. Il faisait ainsi un trou dans lequel il mettait un gland, puis il rebouchait le trou. Il plantait des chênes. Je lui demandai si la terre lui appartenait. Il me répondit que non. Savait-il à qui elle était ? Il ne savait pas. Il supposait que c’était une terre communale, ou peut-être, était-elle propriété de gens qui ne s’en souciaient pas ? Lui ne se souciait pas de connaître les propriétaires. Il planta ainsi cent glands avec un soin extrême. Après le repas de midi, il recommença à trier sa semence. Je mis, je crois, assez d’insistance dans mes questions puisqu’il y répondit. Depuis trois ans il plantait des arbres dans cette solitude. Il en avait planté cent mille. Sur les cent mille, vingt mille était sortis. Sur ces vingt mille, il comptait encore en perdre la moitié, du fait des rongeurs ou de tout ce qu’il y a d’impossible à prévoir dans les desseins de la Providence. Restaient dix mille chênes qui allaient pousser dans cet endroit où il n’y avait rien auparavant. C’est à ce moment là que je me souciai de l’âge de cet homme. Il avait visiblement plus de cinquante ans. Cinquante-cinq, me dit-il. Il s’appelait Elzéard Bouffier. Il avait possédé une ferme dans les plaines. Il y avait réalisé sa vie. Il avait perdu son fils unique, puis sa femme. Il s’était retiré dans la solitude où il prenait plaisir à vivre lentement, avec ses brebis et son chien. Il avait jugé que ce pays mourait par manque d’arbres. Il ajouta que, n’ayant pas d’occupations très importantes, il avait résolu de remédier à cet état de choses. Menant moi-même à ce moment-là, malgré mon jeune âge, une vie solitaire, je savais toucher avec délicatesse aux âmes des solitaires. Cependant, je commis une faute. Mon jeune âge, précisément, me forçait à imaginer l’avenir en fonction de moi-même et d’une certaine recherche du bonheur. Je lui dis que, dans trente ans, ces dix mille chênes seraient magnifiques. Il me répondit très simplement que, si Dieu lui prêtait vie, dans trente ans, il en aurait planté tellement d’autres que ces dix mille seraient comme une goutte d’eau dans la mer. Il étudiait déjà, d’ailleurs, la reproduction des hêtres et il avait près de sa maison une pépinière issue des faînes. Les sujets qu’il avait protégés de ses moutons par une barrière en grillage, étaient de toute beauté. Il pensait également à des bouleaux pour les fonds où, me dit-il, une certaine humidité dormait à quelques mètres de la surface du sol. Nous nous séparâmes le lendemain. L’année d’après, il y eut la guerre de 14 dans laquelle je fus engagé pendant cinq ans. Un soldat d’infanterie ne pouvait guère y réfléchir à des arbres. A dire vrai, la chose même n’avait pas marqué en moi : je l’avais considérée comme un dada, une collection de timbres, et oubliée. Sorti de la guerre, je me trouvais à la tête d’une prime de démobilisation minuscule mais avec le grand désir de respirer un peu d’air pur. C’est sans idée préconçue – sauf celle-là – que je repris le chemin de ces contrées désertes. Le pays n’avait pas changé. Toutefois, au-delà du village mort, j’aperçus dans le lointain une sorte de brouillard gris qui recouvrait les hauteurs comme un tapis. Depuis la veille, je m’étais remis à penser à ce berger planteur d’arbres. « Dix mille chênes, me disais-je, occupent vraiment un très large espace ». J’avais vu mourir trop de monde pendant cinq ans pour ne pas imaginer facilement la mort d’Elzéar Bouffier, d’autant que, lorsqu’on en a vingt, on considère les hommes de cinquante comme des vieillards à qui il ne reste plus qu’à mourir. Il n’était pas mort. Il était même fort vert. Il avait changé de métier. Il ne possédait plus que quatre brebis mais, par contre, une centaine de ruches. Il s’était débarrassé des moutons qui mettaient en péril ses plantations d’arbres. Car, me dit-il (et je le constatais), il ne s’était pas du tout soucié de la guerre. Il avait imperturbablement continué à planter. Les chênes de 1910 avaient alors dix ans et étaient plus hauts que moi et que lui. Le spectacle était impressionnant. J’étais littéralement privé de parole et, comme lui ne parlait pas, nous passâmes tout le jour en silence à nous promener dans sa forêt. Elle avait, en trois tronçons, onze kilomètres de long et trois kilomètres dans sa plus grande largeur. Quand on se souvenait que tout était sorti des mains et de l’âme de cet homme – sans moyens techniques – on comprenait que les hommes pourraient être aussi efficaces que Dieu dans d’autres domaines que la destruction. Il avait suivi son idée, et les hêtres qui m’arrivaient aux épaules, répandus à perte de vue, en témoignaient. Les chênes étaient drus et avaient dépassé l’âge où ils étaient à la merci des rongeurs; quant aux desseins de la Providence elle-même, pour détruire l’oeuvre créée, il lui faudrait avoir désormais recours aux cyclones. Il me montra d’admirables bosquets de bouleaux qui dataient de cinq ans, c’est-à-dire de 1915, de l’époque où je combattais à Verdun. Il leur avait fait occuper tous les fonds où il soupçonnait, avec juste raison, qu’il y avait de l’humidité presque à fleur de terre. Ils étaient tendres comme des adolescents et très décidés. La création avait l’air, d’ailleurs, de s’opérer en chaînes. Il ne s’en souciait pas; il poursuivait obstinément sa tâche, très simple. Mais en redescendant par le village, je vis couler de l’eau dans des ruisseaux qui, de mémoire d’homme, avaient toujours été à sec. C’était la plus formidable opération de réaction qu’il m’ait été donné de voir. Ces ruisseaux secs avaient jadis porté de l’eau, dans des temps très anciens. Certains de ces villages tristes dont j’ai parlé au début de mon récit s’étaient construits sur les emplacements d’anciens villages gallo-romains dont il restait encore des traces, dans lesquelles les archéologues avaient fouillé et ils avaient trouvé des hameçons à des endroits où au vingtième siècle, on était obligé d’avoir recours à des citernes pour avoir un peu d’eau. Le vent aussi dispersait certaines graines. En même temps que l’eau réapparut réapparaissaient les saules, les osiers, les prés, les jardins, les fleurs et une certaine raison de vivre. Mais la transformation s’opérait si lentement qu’elle entrait dans l’habitude sans provoquer d’étonnement. Les chasseurs qui montaient dans les solitudes à la poursuite des lièvres ou des sangliers avaient bien constaté le foisonnement des petits arbres mais ils l’avaient mis sur le compte des malices naturelles de la terre. C’est pourquoi personne ne touchait à l’oeuvre de cet homme. Si on l’avait soupçonné, on l’aurait contrarié. Il était insoupçonnable. Qui aurait pu imaginer, dans les villages et dans les administrations, une telle obstination dans la générosité la plus magnifique ? A partir de 1920, je ne suis jamais resté plus d’un an sans rendre visite à Elzéard Bouffier. Je ne l’ai jamais vu fléchir ni douter. Et pourtant, Dieu sait si Dieu même y pousse ! Je n’ai pas fait le compte de ses déboires. On imagine bien cependant que, pour une réussite semblable, il a fallu vaincre l’adversité; que, pour assurer la victoire d’une telle passion, il a fallu lutter avec le désespoir. Il avait, pendant un an, planté plus de dix mille érables. Ils moururent tous. L’an d’après, il abandonna les érables pour reprendre les hêtres qui réussirent encore mieux que les chênes. Pour avoir une idée à peu près exacte de ce caractère exceptionnel, il ne faut pas oublier qu’il s’exerçait dans une solitude totale; si totale que, vers la fin de sa vie, il avait perdu l’habitude de parler. Ou, peut-être, n’en voyait-il pas la nécessité ? En 1933, il reçut la visite d’un garde forestier éberlué. Ce fonctionnaire lui intima l’ordre de ne pas faire de feu dehors, de peur de mettre en danger la croissance de cette forêt naturelle. C’était la première fois, lui dit cet homme naïf, qu’on voyait une forêt pousser toute seule. A cette époque, il allait planter des hêtres à douze kilomètres de sa maison. Pour s’éviter le trajet d’aller-retour – car il avait alors soixante-quinze ans – il envisageait de construire une cabane de pierre sur les lieux mêmes de ses plantations. Ce qu’il fit l’année d’après. En 1935, une véritable délégation administrative vint examiner la « forêt naturelle ». Il y avait un grand personnage des Eaux et Forêts, un député, des techniciens. On prononça beaucoup de paroles inutiles. On décida de faire quelque chose et, heureusement, on ne fit rien, sinon la seule chose utile : mettre la forêt sous la sauvegarde de l’Etat et interdire qu’on vienne y charbonner. Car il était impossible de n’être pas subjugué par la beauté de ces jeunes arbres en pleine santé. Et elle exerça son pouvoir de séduction sur le député lui-même. J’avais un ami parmi les capitaines forestiers qui était de la délégation. Je lui expliquai le mystère. Un jour de la semaine d’après, nous allâmes tous les deux à la recherche d’Elzéard Bouffier. Nous le trouvâmes en plein travail, à vingt kilomètres de l’endroit où avait eu lieu l’inspection. Ce capitaine forestier n’était pas mon ami pour rien. Il connaissait la valeur des choses. Il sut rester silencieux. J’offris les quelques oeufs que j’avais apportés en présent. Nous partageâmes notre casse-croûte en trois et quelques heures passèrent dans la contemplation muette du paysage. Le côté d’où nous venions était couvert d’arbres de six à sept mètres de haut. Je me souvenais de l’aspect du pays en 1913 : le désert… Le travail paisible et régulier, l’air vif des hauteurs, la frugalité et surtout la sérénité de l’âme avaient donné à ce vieillard une santé presque solennelle. C’était un athlète de Dieu. Je me demandais combien d’hectares il allait encore couvrir d’arbres. Avant de partir, mon ami fit simplement une brève suggestion à propos de certaines essences auxquelles le terrain d’ici paraissait devoir convenir. Il n’insista pas. « Pour la bonne raison, me dit-il après, que ce bonhomme en sait plus que moi. » Au bout d’une heure de marche – l’idée ayant fait son chemin en lui – il ajouta : « Il en sait beaucoup plus que tout le monde. Il a trouvé un fameux moyen d’être heureux ! » C’est grâce à ce capitaine que, non seulement la forêt, mais le bonheur de cet homme furent protégés. Il fit nommer trois gardes-forestiers pour cette protection et il les terrorisa de telle façon qu’ils restèrent insensibles à tous les pots-de-vin que les bûcherons pouvaient proposer. L’oeuvre ne courut un risque grave que pendant la guerre de 1939. Les automobiles marchant alors au gazogène, on n’avait jamais assez de bois. On commença à faire des coupes dans les chênes de 1910, mais ces quartiers sont si loin de tous réseaux routiers que l’entreprise se révéla très mauvaise au point de vue financier. On l’abandonna. Le berger n’avait rien vu. Il était à trente kilomètres de là, continuant paisiblement sa besogne, ignorant la guerre de 39 comme il avait ignoré la guerre de 14. J’ai vu Elzéard Bouffier pour la dernière fois en juin 1945. Il avait alors quatre-vingt-sept ans. J’avais donc repris la route du désert, mais maintenant, malgré le délabrement dans lequel la guerre avait laissé le pays, il y avait un car qui faisait le service entre la vallée de la Durance et la montagne. Je mis sur le compte de ce moyen de transport relativement rapide le fait que je ne reconnaissais plus les lieux de mes dernières promenades. Il me semblait aussi que l’itinéraire me faisait passer par des endroits nouveaux. J’eus besoin d’un nom de village pour conclure que j’étais bien cependant dans cette région jadis en ruine et désolée. Le car me débarqua à Vergons. En 1913, ce hameau de dix à douze maisons avait trois habitants. Ils étaient sauvages, se détestaient, vivaient de chasse au piège : à peu près dans l’état physique et moral des hommes de la préhistoire. Les orties dévoraient autour d’eux les maisons abandonnées. Leur condition était sans espoir. Il ne s’agissait pour eux que d’attendre la mort : situation qui ne prédispose guère aux vertus. Tout était changé. L’air lui-même. Au lieu des bourrasques sèches et brutales qui m’accueillaient jadis, soufflait une brise souple chargée d’odeurs. Un bruit semblable à celui de l’eau venait des hauteurs : c’était celui du vent dans les forêts. Enfin, chose plus étonnante, j’entendis le vrai bruit de l’eau coulant dans un bassin. Je vis qu’on avait fait une fontaine, qu’elle était abondante et, ce qui me toucha le plus, on avait planté près d’elle un tilleul qui pouvait déjà avoir dans les quatre ans, déjà gras, symbole incontestable d’une résurrection. Par ailleurs, Vergons portait les traces d’un travail pour l’entreprise duquel l’espoir était nécessaire. L’espoir était donc revenu. On avait déblayé les ruines, abattu les pans de murs délabrés et reconstruit cinq maisons. Le hameau comptait désormais vingt-huit habitants dont quatre jeunes ménages. Les maisons neuves, crépies de frais, étaient entourées de jardinpara revelars potagers où poussaient, mélangés mais alignés, les légumes et les fleurs, les choux et les rosiers, les poireaux et les gueules-de-loup, les céleris et les anémones. C’était désormais un endroit où l’on avait envie d’habiter. A partir de là, je fis mon chemin à pied. La guerre dont nous sortions à peine n’avait pas permis l’épanouissement complet de la vie, mais Lazare était hors du tombeau. Sur les flans abaissés de la montagne, je voyais de petits champs d’orge et de seigle en herbe; au fond des étroites vallées, quelques prairies verdissaient. Il n’a fallu que les huit ans qui nous séparent de cette époque pour que tout le pays resplendisse de santé et d’aisance. Sur l’emplacement des ruines que j’avais vues en 1913, s’élèvent maintenant des fermes propres, bien crépies, qui dénotent une vie heureuse et confortable. Les vieilles sources, alimentées par les pluies et les neiges que retiennent les forêts, se sont remises à couler. On en a canalisé les eaux. A côté de chaque ferme, dans des bosquets d’érables, les bassins des fontaines débordent sur des tapis de menthes fraîches. Les villages se sont reconstruits peu à peu. Une population venue des plaines où la terre se vend cher s’est fixée dans le pays, y apportant de la jeunesse, du mouvement, de l’esprit d’aventure. On rencontre dans les chemins des hommes et des femmes bien nourris, des garçons et des filles qui savent rire et ont repris goût aux fêtes campagnardes. Si on compte l’ancienne population, méconnaissable depuis qu’elle vit avec douceur et les nouveaux venus, plus de dix mille personnes doivent leur bonheur à Elzéard Bouffier. Quand je réfléchis qu’un homme seul, réduit à ses simples ressources physiques et morales, a suffi pour faire surgir du désert ce pays de Canaan, je trouve que, malgré tout, la condition humaine est admirable. Mais, quand je fais le compte de tout ce qu’il a fallu de constance dans la grandeur d’âme et d’acharnement dans la générosité pour obtenir ce résultat, je suis pris d’un immense respect pour ce vieux paysan sans culture qui a su mener à bien cette oeuvre digne de Dieu. Elzéard Bouffier est mort paisiblement en 1947 à l’hospice de Banon.

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La novela de Jean Giono que fue escrita alrededor de 1953, es poco conocida en Francia. El texto se pudo recuperar gracias a que contrariamente a lo que sucede en Francia, la historia ha sido ampliamente difundida en el mundo entero y ha sido traducida a trece idiomas. Lo que ha contribuido también a que se hallan hecho numerosas preguntas alrededor de la personalidad de Eleazar Bouffier y sobre de los bosques de Vergins. Si bien es cierto que el hombre que plantó los encinos es un simple producto de la imaginación del autor; es importante aclarar que efectivamente en ésta región se ha realizado un enorme esfuerzo de reforestación, sobretodo a partir de 1880. Cien mil hectáreas han sido reforestadas antes de la Primera Guerra Mundial, utilizando predominantemente pino negro de Austria y malezas de Europa. Estos bosques son actualmente bellísimos y han efectivamente transformado el paisaje y el régimen de las aguas de esta región. He aquí el texto de la carta que Giono escribió al director del Departamento de Aguas y Bosques, el señor Valderyon, en 1957 haciendo referencia a esta novela.

Querido Señor:

Siento mucho decepcionarlo, pero Eleazar Bouffier es un personaje inventado. El objetivo de esta historia es el de hacer amar a los árboles, o con mayor precisión: hacer amar plantar árboles (lo que después de todo, es una de mis ideas más preciadas). O, si se considera por el resultado; el objetivo es obtener el mismo resultado de nuestro personaje imaginario. El texto que usted ha leído en «Trees and life» ha sido traducido al Danés, Finés, Sueco, Noruego, Inglés, Alemán, Ruso, Checoslovaco, Húngaro, Español, Italiano, Yddish y Polaco. Cedo mis derechos gratuitamente a todas las reproducciones. Un americano me ha buscado recientemente para solicitarme la autorización para hacer un tiraje de 100 000 ejemplares del texto que van a ser repartidas gratuitamente en América (algo que tengo bien entendido y aceptado). La Universidad de Zagreb ha hecho una traducción al Yugoslavo. Este es uno de los textos que he escrito de los que me siento más orgulloso, porque cumple con la función para la que fue escrito. Dicho sea de paso, estahistoria no me aporta ningún céntimo.

Si a usted le es posible, me encantaría que pudiéramos reunirnos para hablar precisamente de la utilización práctica de este texto. Yo considero que es ya el tiempo de que hagamos una política favorable al árbol, a pesar de que la palabra política parezca bastante mal adaptada.

Muy cordialmente,

Jean Giono

http://huertatelo.blogspot.com/2009/05/el-hombre-que-plantaba-arboles.html